El mundo editorial sale airoso de su batalla frente a la amenaza de crisis
Las mayores ventas de t¨ªtulos espa?oles fueron a parar a bibliotecas de Estados Unidos
Si la pasada edici¨®n fueron 350.000 visitantes, esta vez han sido 386.620 los que se han pasado por la Feria Internacional del Libro. Brasil, el pa¨ªs invitado, ha conseguido proyectar a sus autores en el mundo hispano. Y los editores han respirado relativamente tranquilos, pues la crisis derivada de los atentados terroristas del 11 de septiembre a¨²n no ha afectado al libro con la virulencia con que ha tratado a otros sectores. Un balance positivo para una ¨¦poca tormentosa.
La directora de la Feria, Mar¨ªa Luisa Armend¨¢riz, est¨¢ encantada. No s¨®lo por el n¨²mero de visitantes, sino tambi¨¦n por el incremento de profesionales: han subido desde la ¨²ltima cita de 12.400 a 13.500. Y, sobre todo, est¨¢ encantada por haber rebasado sus expectativas en uno de los retos de la Feria: colocar los libros en espa?ol en las bibliotecas de Estados Unidos. 'Ha habido bibliotecarios que se han llevado 60.000 d¨®lares (algo m¨¢s de 11 millones de pesetas) en libros cient¨ªficos, cuando no pensaban gastarse ni la cuarta parte de esa cifra'. Si han venido unos 200 bibliotecarios y todos han sido igual de generosos, 'pues las ventas pueden rondar entre los 10 y los 12 millones de d¨®lares'. Pero esas cantidades no son todav¨ªa oficiales. Armend¨¢riz est¨¢ tambi¨¦n satisfecha del programa cultural, reconoce la fuerza de la FIL (como llaman aqu¨ª a la Feria) para promover la lectura, le gustar¨ªa que hubiera m¨¢s promotores de autores y, en cuanto a la idea de que el Estado permita que sea la iniciativa privada la que produzca los libros de texto de primaria, se muestra cauta. 'Hay que saber qu¨¦ ofrecen los editores a cambio y, aqu¨ª en M¨¦xico, todav¨ªa no han elaborado un programa claro'.
Hubo abundante presencia del mundo editorial espa?ol. No s¨®lo estuvieron representantes de los grandes grupos -Planeta, Random House Mondadori y Santillana-, sino que vinieron con la Fundaci¨®n del Gremio de Editores alrededor de 150 editoriales y 120 editores, adem¨¢s de los sellos que estuvieron de manera aut¨®noma. Muchos de los profesionales espa?oles de la edici¨®n consideran que en la FIL no se realizan los contratos m¨¢s aparatosos. Que ese trabajo viene de antes y se prolonga despu¨¦s. La Feria de Guadalajara es sobre todo un gran escaparate. Aunque todas las citas de las agendas de los editores se hab¨ªan cumplido, s¨ª se traslad¨® desde la Fundaci¨®n que se ech¨® en falta un poco la presencia de nuevas caras. El mundo de la edici¨®n marcha, pero no es tiempo de lanzar cohetes.
'Uno de los grandes esfuerzos que ha hecho la Feria ha sido el de conquistar a los bibliotecarios de EE UU', coment¨® Emiliano Mart¨ªnez, presidente de la Fundaci¨®n del Gremio de Editores. 'M¨¦xico est¨¢ en un momento delicado', a?adi¨®. 'Sale de un sistema donde el Estado ten¨ªa un protagonismo esencial en la edici¨®n, y poco a poco se va liberalizando y dando mayor juego a la iniciativa privada'. Una infraestructura s¨®lida de librer¨ªas y una distribuci¨®n eficaz son los desaf¨ªos m¨¢s urgentes que ahora afronta M¨¦xico.
En el terreno cultural, hubo un poco de ruido en la recta final de la FIL. El homenaje a Jorge Amado, con Paolo Coelho de estrella, cambi¨® de d¨ªa. La gente, que llenaba el recinto el s¨¢bado, sali¨® echando chispas. El domingo, el homenaje de Paolo Coelho a Jorge Amado se convirti¨® en un homenaje de Paolo Coelho a Paolo Coelho (sin el menor de los pudores). Lleno total.La noche del s¨¢bado, Carlinhos Brown se entreg¨® al p¨²blico en un largo recital. Casi al final, invit¨® a subir al escenario a su padre y a un viejo maestro. Los venerables interpretaron un par de boleros. El padre cant¨®, el maestro acompa?¨® a la percusi¨®n. 'S¨®lo pod¨ªa ocurrir en M¨¦xico', dijo el m¨²sico. Un exceso propio de un pa¨ªs de excesos. Es lo que hace de esta Feria un encuentro ¨²nico. Y el a?o que viene, Cuba. Por las peculiaridades del r¨¦gimen, ya se imaginan desajustes entre los de dentro y los de fuera. Pero ¨¦sa ya es otra historia.
Babelia
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