Rabat cede a la presi¨®n internacional y recoge a los inmigrantes que abandon¨® en el desierto
Marruecos cedi¨® ayer a la presi¨®n internacional para poner fin a las deportaciones masivas de inmigrantes al desierto del S¨¢hara y solucionar la situaci¨®n de los que llegaron a Ain Chuater, en el sureste del pa¨ªs, donde 500 subsaharianos han permanecido durante d¨ªas sin comida ni agua y sufriendo redadas. Siete autobuses y dos camiones se llevaron a unos 300 subsaharianos hacia Oujda, al noreste, desde donde los senegaleses y los procedentes de Mal¨ª volar¨¢n a sus respectivos pa¨ªses.
"Nos hab¨ªan dejado sin agua ni comida y nos dijeron: iros andando hasta Argelia", explic¨® ayer Mahmud Bari, de Guinea-Conakry, sentado en mitad del desierto pedregoso. Bari fue detenido el 29 de septiembre en Ceuta, tras la avalancha de inmigrantes que acab¨® con cuatro muertos. Ahora se enfrenta a un regreso de miles de kil¨®metros.
Los 'sin papeles' aseguran que muchos han muerto de cansancio y sed, pero M¨¦dicos sin Fronteras no halla cad¨¢veres
300 ciudadanos de Mal¨ª y Senegal que estaban en el S¨¢hara han sido llevados hacia el norte para repatriarlos en avi¨®n
Zapatero reclam¨® que se diese "atenci¨®n inmediata" a los subsaharianos y Kofi Annan exigi¨® un trato "humanitario"
Los subsaharianos expulsados al S¨¢hara se reagruparon por casualidad en Ain Chuater (junto a la frontera con Argelia), despu¨¦s de vagar durante d¨ªas por el desierto sin agua ni comida, primero empujados hacia el sur por fuerzas marroqu¨ªes y luego rechazados hacia el norte por las de Argelia. Algunos ten¨ªan graves problemas de salud. Casi todos provienen de los alrededores de Ceuta y Melilla, donde fueron detenidos tras los ¨²ltimos saltos masivos. Cinco est¨¢n ingresados en el hospital de Bouarfa, a 120 kil¨®metros del campamento. Uno podr¨ªa perder un ojo por un pelotazo de goma, seg¨²n M¨¦dicos sin Fronteras (MSF).
Durante todo el d¨ªa de ayer, los inmigrantes permanecieron a la entrada del pueblo, deambulando por la carretera y pidiendo a los visitantes dinero, comida y agua. Otros demandaban con insistencia que se les prestara un tel¨¦fono m¨®vil para llamar a sus familias o a sus consulados y embajadas en Marruecos para pedir ayuda. Los que lograron llegar a esta localidad del sureste de Marruecos, el ¨²ltimo pueblo antes de pasar a Argelia, aseguran que muchos han perecido por el camino, de sed y de cansancio. "Los ¨²ltimos en llegar nos contaron que por el camino se cruzaron con muchos cad¨¢veres", asegur¨® Isat Trauri, natural de Mal¨ª. Miembros de MSF recorrieron ayer extensas zonas del desierto sin localizar ning¨²n cuerpo.
La situaci¨®n de los subsaharianos repelidos en las fronteras espa?olas ha llevado al presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, a ordenar al ministro de Asuntos Exteriores, Miguel ?ngel Moratinos, que exigiera a Marruecos una soluci¨®n humanitaria para estos inmigrantes. El presidente dio instrucciones de que se les prestase "atenci¨®n inmediata". Moratinos tiene previsto viajar ma?ana a Marruecos para firmar un convenio sobre inmigraci¨®n.
"Preocupaci¨®n" de la ONU
La presi¨®n internacional sobre Rabat, y tambi¨¦n sobre Madrid, se ha disparado despu¨¦s de que MSF denunciara al mundo el abandono en el desierto de m¨¢s de medio millar de subsaharianos. El secretario general de la ONU, Kofi Annan, mostr¨® ayer su preocupaci¨®n "por la muy seria situaci¨®n" de los inmigrantes abandonados, y pidi¨® a los Gobiernos que, aunque los expulsen, los traten "humanamente".
Esa presi¨®n ha surtido efecto y ayer se acercaron al campamento improvisado en el desierto los embajadores de Senegal y Mal¨ª en Rabat para coordinar el regreso de sus conciudadanos. Los diplom¨¢ticos y el gobernador marroqu¨ª de la zona se presentaron en Ain Chuater sobre las 16.00, con un fuerte despliegue policial. Los embajadores agruparon a sus respectivos ciudadanos en el suelo mientras que un inmigrante gritaba sus nombres. Tras el recuento, siete autobuses y dos camiones, parcialmente ocupados por otros subsaharianos y agentes de la Gendarmer¨ªa Real, se llevaron hacia Bouarfa (a unos 150 kil¨®metros) a 300 de ellos. De all¨ª ser¨¢n trasladados hasta Oujda, donde Marruecos los reagrupaba antes de abandonarlos en zona de nadie. Los de Senegal y Mal¨ª volver¨¢n a sus pa¨ªses en avi¨®n, pagado por sus Gobiernos. Marruecos no ha revelado qu¨¦ har¨¢ con los de otros pa¨ªses. MSF tiene intenci¨®n de hacer el camino de vuelta con ellos para certificar la repatriaci¨®n. [A pesar de estas informaciones, a las 23.30, ocho autobuses con inmigrantes se dirig¨ªan, escoltados, a Errachid¨ªa, al oeste, y no a Oujda, al norte. El resto, unos 150, se encontraba en la comisar¨ªa de Bouarfa].
La ¨²nica asistencia que los inmigrantes han recibido en estos d¨ªas es la de MSF, que mand¨® a un equipo de tres personas "con lo b¨¢sico". Organizaciones de derechos humanos de Marruecos y personal de ACNUR tambi¨¦n vieron el espect¨¢culo sobre el terreno. Pero los subsaharianos no han recibido comida ni bebida con regularidad. Los pocos alimentos que toman, sobre todo d¨¢tiles y agua, se los dan los vecinos de Ain Chuater. El agua la recogen de un peque?o torrente, pero es salado y les ha causado problemas estomacales.
Algunos de ellos pasan las noches sobre el terreno pedregoso, donde hacen hogueras para aliviar el fr¨ªo de la noche. Un peque?o grupo de nigerianos, acompa?ado de gran parte de los de Mal¨ª, acamp¨® en un peque?o bosque a unos 200 metros de la carretera, cuajado de serpientes. Se mudaron. Aseguran que las fuerzas marroqu¨ªes acud¨ªan cada d¨ªa para disgregarlos. "Nos pegaban con porras y nos gritaban que nos march¨¢ramos", explica Robert Kameni, de Camer¨²n, que asegura que en 2004 salt¨® la valla de Melilla.
Mahmud Bari, de Guinea-Conakry, explic¨® su periplo desde Ceuta, donde fue detenido tras intentar saltar la valla el 29 de septiembre, el d¨ªa que hubo cuatro muertos. "?ramos entre 350 y 400. La polic¨ªa marroqu¨ª nos detuvo y nos llev¨® a Castillejos y de all¨ª, a Tetu¨¢n. Nos metieron en nueve autobuses y nos llevaron hasta Oujda el mi¨¦rcoles. Nos quitaron la ropa que llev¨¢bamos, el dinero y los tel¨¦fonos m¨®viles antes de partir hacia el desierto, donde nos separaron por peque?os grupos y nos metieron en camiones militares. Nos dejaron en puntos distintos sin agua ni comida y nos dijeron que camin¨¢ramos hacia Argelia", explica.
"Los 40 que iban conmigo obedecimos y, tras andar durante horas, nos topamos con los militares argelinos, que nos condujeron a su campamento. Despu¨¦s de identificarnos y contarnos nos devolvieron al desierto con ¨®rdenes de volver a Marruecos. Anduvimos tres d¨ªas hasta que vimos las luces de Ain Chuater cuando las fuerzas nos empezaban a fallar", a?ade.
Pese al inicio de la operaci¨®n de repatriaci¨®n, las deportaciones a la nada han seguido, seg¨²n los inmigrantes. Algunos de los que permanec¨ªan en el campamento fueron llevados desde Ain Chuater hacia la frontera esta misma semana, afirman. Los que quedaron creen que no han sobrevivido. "Casi todos los cameruneses est¨¢n muertos en el desierto, estamos seguros", dicen. "Ninguno ha vuelto aqu¨ª".
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