Seis meses de p¨¦rdidas para despedir m¨¢s barato

El Gobierno comienza a preparar el terreno para la reforma laboral que llegar¨¢ el pr¨®ximo mi¨¦rcoles. Por primera vez desde que arranc¨® este proceso, el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, compareci¨® ayer tras el Consejo de Ministros para explicar las grandes l¨ªneas del decreto que ultima y convencer de que no degrada los derechos laborales. El ministro aclar¨® con un ejemplo uno de los asuntos m¨¢s pol¨¦micos de la reforma: seis meses de p¨¦rdidas ininterrumpidas en la empresa deber¨ªan bastar para justificar despidos econ¨®micos, mucho m¨¢s baratos que los improcedentes.

La reforma laboral, concretada ayer en un texto que ser¨¢ el germen del decreto del pr¨®ximo mi¨¦rcoles, pretende aligerar el coste del despido a las compa?¨ªas que tengan dificultades para que abonen 20 d¨ªas por a?o trabajado frente a los 45 ordinarios del despido improcedente. Una de las claves del fracaso de la negociaci¨®n con sindicatos y empresarios ha residido en esa definici¨®n de las causas de despido procedente por razones econ¨®micas. Tras su comparecencia, Corbacho aclar¨® a los periodistas que el criterio de seis meses de p¨¦rdidas fue una propuesta de CEOE bien vista por el Gobierno. Pero el ministro ha preferido excluirlo del documento entregado ayer a empresarios y sindicatos para dejarlo abierto a la negociaci¨®n parlamentaria, que comienza ahora.

Un nuevo fondo financiar¨¢ parte del despido de los fijos a partir de 2012

La indemnizaci¨®n de los temporales subir¨¢ a 12 d¨ªas progresivamente

La legislaci¨®n actual ya contempla el despido objetivo por causas econ¨®micas, con una indemnizaci¨®n de 20 d¨ªas por a?o. Pero en la pr¨¢ctica el 80% de los casos se resuelven como improcedentes porque el empresario prefiere ahorrarse el proceso judicial y la incertidumbre que conlleva. El borrador del decreto define as¨ª las causas econ¨®micas: "Cuando los resultados de la empresa arrojen p¨¦rdidas econ¨®micas no meramente coyunturales". La redacci¨®n final de este supuesto, aclar¨® el ministro, "no llevar¨¢ hasta extremos de limitar el papel del juez a verificar el cumplimiento de la norma", pero s¨ª acotar¨¢ m¨¢s la capacidad de decisi¨®n sobre si un despido est¨¢ o no justificado. La antelaci¨®n m¨ªnima para comunicarlo se reducir¨¢ a la mitad: de 30 a 15 d¨ªas.

La concreci¨®n de las causas de despido es crucial para la valoraci¨®n que hagan los sindicatos del documento y la posible convocatoria de una huelga general. A falta de ese detalle, lo cierto es que el Gobierno se ha empleado a fondo en los ¨²ltimos d¨ªas en conseguir una reforma laboral m¨¢s ponderada de lo que se aventuraba y que tanto UGT como Comisiones Obreras tendr¨¢n dif¨ªcil emplear un arma tan potente como un paro general para responder al decreto. "El di¨¢logo no ha sido bald¨ªo; buena parte de los ejes de la reforma son fruto de la negociaci¨®n con empresarios y sindicatos", subray¨® la vicepresidenta Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega tras el Consejo de Ministros.

Prueba de ese hilado fino que hace menos evidente la posible p¨¦rdida de derechos de los trabajadores es la soluci¨®n hallada para financiar el despido. El Gobierno ha propuesto un modelo que permite al empresario pagar menos sin que el trabajador vea mermada su indemnizaci¨®n. Se trata de que el Fondo de Garant¨ªa Salarial (Fogasa), de car¨¢cter p¨²blico aunque engrosado con aportaciones empresariales, financie ocho d¨ªas de despido de los 33 que percibe el trabajador, hasta ahora a cuenta de la compa?¨ªa.

La subvenci¨®n regir¨¢ solo para los nuevos contratos suscritos bajo la f¨®rmula del indefinido con despido de 33 d¨ªas, lo que har¨¢ m¨¢s atractiva esta figura, ahora infrautilizada. Adem¨¢s se ampl¨ªan los supuestos para poder suscribir ese contrato, de forma que los parados que lleven tres meses en desempleo y los trabajadores temporales podr¨¢n convertirse en fijos bajo el paraguas de los 33. De esta forma se pretende generalizar poco a poco esa indemnizaci¨®n para el empleo fijo.

El Fogasa solo se har¨¢ cargo temporalmente de esos ocho d¨ªas. A partir de 2012, se crear¨¢ otro fondo de capitalizaci¨®n, para nuevos indefinidos, destinado a financiar una parte del despido a¨²n por determinar. La novedad conocida ayer es que, si ese fondo no llega a utilizarse porque el empleado nunca sea despedido, las aportaciones, realizadas por la empresa, no caer¨¢n en saco roto. El trabajador las recuperar¨¢ al jubilarse, como ocurre con los fondos de pensiones. Tambi¨¦n ser¨¢ posible destinar ese dinero a formaci¨®n durante la vida laboral.

Una v¨ªa intermedia se ha encontrado tambi¨¦n en la flexibilidad interna empresarial. Las compa?¨ªas en apuros podr¨¢n modificar r¨¢pidamente las condiciones de trabajo de sus empleados y renunciar a las subidas salariales pactadas sin necesidad de acordarlo con los trabajadores. Para ello se crea la figura de un ¨¢rbitro que, en caso de discrepancia, emitir¨¢ en 15 d¨ªas un laudo de obligado cumplimiento.

La principal contrapartida a esa flexibilizaci¨®n laboral consiste en endurecer la temporalidad. El Ejecutivo ha puesto coto al contrato de obra, un aut¨¦ntico coladero de eventualidad injustificada, con un l¨ªmite de dos a?os ampliable a tres en la negociaci¨®n colectiva. Adem¨¢s, se encarecer¨¢ la compensaci¨®n que se abona por finalizaci¨®n de los temporales. A partir de 2012 pasar¨¢ gradualmente de los ocho d¨ªas por a?o actuales a 12. Con esa tregua de a?o y medio, el Gobierno ha intentado que cualquier incremento de costes para las empresas se produzca cuando la recuperaci¨®n econ¨®mica ya sea visible.