My Taylor is rich
Pis¨® muy tarde la escena (La loba, de Lillian Hellman, en 1981, en el Martin Beck de Broadway) y con m¨¢s ¨¦xito de p¨²blico que de cr¨ªtica, pero buena parte de sus pel¨ªculas nos hicieron desear una carrera teatral m¨¢s temprana. Tennessee Williams se deshizo en alabanzas tras verla como la ardiente Maggie en la versi¨®n f¨ªlmica de La gata sobre el tejado de zinc, de Richard Brooks (1958), junto a un no menos deslumbrante Paul Newman, y sobre todo en el rol de la enajenada Catherine Holly de De repente, el ¨²ltimo verano (1959), a las ¨®rdenes de Joseph Mankiewicz: la leyenda asegura que rod¨® su portentoso solo final de casi 15 minutos en una ¨²nica toma. Fue candidata por ambas pel¨ªculas, pero no se llevar¨ªa el Oscar hasta su interpretaci¨®n de la alcoh¨®lica, desfondada y viperina Martha de ?Qui¨¦n teme a Virginia Woolf? (1966), de Edward Albee, mano a mano con Burton (su mejor trabajo juntos) bajo la batuta de Mike Nichols. La dorada pareja repiti¨® protagonismo, seg¨²n su costumbre desde Cleopatra: fueron Katharina y Petruchio en La mujer indomable (1967), alegre y vigorosa adaptaci¨®n a cargo de Franco Zeffirelli de la shakespeariana Doma de la brav¨ªa. Tras el ¨¦xito, un tortazo de envergadura: seg¨²n los cr¨ªticos, Boom (1968) de Joseph Losey -un nuevo Williams, esta vez a partir de El tren lechero no volver¨¢ a detenerse aqu¨ª- debiera haberse llamado Plof, aunque algo tendr¨¢ este marcian¨ªsimo monumento al late camp (con Noel Coward como maestro de ceremonias) cuando el gran John Waters la considera una de sus pel¨ªculas favoritas.
La d¨¦cada de los setenta comienza con otra rareza destacable: Andrew Sinclair llev¨® a la pantalla Bajo el bosque l¨¢cteo (1972), la pieza radiof¨®nica de Dylan Thomas (y una de sus cumbres po¨¦ticas), con la actriz secundada por Burton y O'Toole y rodeada por la crema femenina del teatro brit¨¢nico, con Dame Glynis Johns y Vivien Merchant a la cabeza. En 1977 encarna a Desir¨¦e Armfeldt en la versi¨®n de A little night music, la operetaza de Sondheim & Wheeler (sobre Sonrisas de una noche de verano, de Bergman), dirigida por Harold Prince, que la hab¨ªa estrenado en Broadway: un tanto ajamonada, todo hay que decirlo, pero cantando sus propios n¨²meros. En 1983, tras el ¨¦xito de La loba en Broadway y el West End, vuelve al teatro con Burton para reventar la taquilla del Lunt-Fontanne de Nueva York con Vidas privadas, uno de los ¨²ltimos trabajos del monstruo gal¨¦s, que muere al a?o siguiente. En 1989, nueva (y postrera) visita al universo de Tennessee Williams, ahora en formato de telefilme: interpreta a Alexandra del Lago en una no muy distinguida versi¨®n de Dulce p¨¢jaro de juventud, dirigida por Nicolas Roeg, con Mark Harmon, Valerie Perrine y Rip Torn. Har¨¢ tan solo tres a?os -en 2007- a¨²n tuvo los arrestos para subir una vez m¨¢s al escenario en una funci¨®n a beneficio de la lucha antisida: con su viejo amigo James Earl Jones protagoniz¨® Love letters, de A. R. Gurney, en el Paramount Theatre de Hollywood.
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