Hambriento y alocado
En su libro El mito de la m¨¢quina, Lewis Mumford, profesor en Stanford y el Instituto Tecnol¨®gico de Massachusetts (MIT), defiende que no son las tecnolog¨ªas o las m¨¢quinas las que cambian el mundo, sino que las ideas prevalecen a aquellas y son, en definitiva, el motor real de las transformaciones de la humanidad.
Esto no puede ser m¨¢s cierto cuando evaluamos la contribuci¨®n de Steve Jobs al mundo en que vivimos; una contribuci¨®n que parte del convencimiento de una generaci¨®n de la necesidad de emancipar a la persona del creciente poder de la maquinaria estatal y de las grandes corporaciones, manifestada a trav¨¦s del creciente uso de la inform¨¢tica y las telecomunicaciones.
La idea de poner en manos del individuo todo el poder de los ordenadores es la fuerza seminal que llev¨® a Bill Gates al PC y al sistema Windows y a Steve Jobs y Steve Wozniak a la ¨¦pica de la compa?¨ªa Apple.
Si hubiera que destacar o resumir las dos cualidades que explican el ¨¦xito de Jobs, estas ser¨ªan su visi¨®n y su carisma
Gracias a esas ideas y a un esfuerzo personal que impresiona, se pusieron en marcha, con medios min¨²sculos, las grandes transformaciones de nuestro tiempo.
No abundan las personas que logran pasar a la historia porque sus descubrimientos o inventos hayan conseguido cambiar el modo de vivir de sociedades enteras. Thomas Edison, Henry Ford y Steve Jobs forman parte de esta selecta lista de personalidades.
La historia personal de Jobs es, por otra parte, digna de figurar entre las "vidas ejemplares o extraordinarias" de todo tiempo. ?Para cu¨¢ndo las calles, parques y monumentos de nuestras ciudades exhibir¨¢n a los empresarios como Steve?
Quiz¨¢s haya sido Steve Jobs el mejor fruto de la semilla jipi de los a?os sesenta y posiblemente el m¨¢s grande -si se mide el ¨¦xito por el valor de su empresa- empresario schumpeteriano de la historia, definido por William Baumol como: "Un audaz desviador de pr¨¢cticas y patrones empresariales que constantemente busca oportunidades para introducir nuevos productos y procesos para invadir nuevos mercados y crear nuevas f¨®rmulas organizativas".
La grandeza de Steve Jobs tuvo que ver con su permanente capacidad de reinventar el futuro: ?qu¨¦ pena que no siga vivo, pues a¨²n nos habr¨ªa deparado m¨¢s y mejores sorpresas!
Si hubiera que destacar o resumir, tarea dif¨ªcil, las dos cualidades que explican el ¨¦xito de Jobs, estas ser¨ªan su visi¨®n y su carisma.
Visi¨®n que le ha permitido revolucionar el sector de las tecnolog¨ªas y, adem¨¢s, hacerlo varias veces. La inform¨¢tica con el Mac, la m¨²sica con el iPod, la telefon¨ªa m¨®vil con el iPhone, la de los contenidos con la Apple store y la de los ordenadores port¨¢tiles con el iPad, conformando todo ello el denominado ecosistema Apple que se ha convertido en el nuevo paradigma del mundo digital.
Y carisma, porque sin este no hubiera sido posible transformar su visi¨®n en realidades, solo factibles a trav¨¦s del trabajo en equipo.
Su gran aportaci¨®n al mundo de la gesti¨®n empresarial fue desmontar el principio del dilema del innovador (the innovator's dilemma) muy estudiado durante los a?os noventa y que establec¨ªa la creciente dificultad de introducir innovaciones disruptivas por parte de las empresas que alcanzan una posici¨®n de liderazgo. Jobs demostr¨® hasta la saciedad que s¨ª era posible e incluso f¨¢cil. Quiz¨¢s con su fallecimiento habr¨¢ que empezar a hablar del dilema del sucesor. La ¨²nica cr¨ªtica de Steve Jobs que suele escucharse tiene que ver con el modelo de encapsulamiento de sus negocios: que utilizando sistemas cerrados, sin embargo, son especialmente abiertos a la colaboraci¨®n exterior.
La ausencia de Steve Jobs no es solo una mala noticia para el sector tecnol¨®gico, sino que tiene alcance universal en el tiempo y el espacio; con ¨¦l se ha ido un buen trozo de lo mejor de nuestro tiempo y de cualquier tiempo: la quintaesencia de la creaci¨®n de riqueza a partir de las buenas ideas y la tenacidad para llevarlas a cabo.
De ni?o no deseado a joven desorientado, de universitario fallido a emprendedor ilusionado, de directivo de ¨¦xito a directivo expulsado de su propia empresa, de parado a renovador de la tecnolog¨ªa del ordenador personal y de los dibujos animados, de directivo renovado a impulsor de la renovaci¨®n de la industria musical y de la telefon¨ªa m¨®vil.
Su discurso en la Universidad de Stanford, el 12 de junio de 2005, es digno de figurar entre las grandes piezas de la oratoria universal.
Es ah¨ª donde Jobs repasa su historia personal y donde, enfrentado a la muerte, expone su pensamiento m¨¢s ¨ªntimo: amad lo que hac¨¦is. No viv¨¢is la vida de otros.
Seguid hambrientos y alocados. As¨ª sea.
Jes¨²s Baneg¨¢s es presidente de la Asociaci¨®n de Empresas del sector TIC, las Comunicaciones y los Contenidos digitales (Ametic).
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