M¨¦xico y Canad¨¢ mantienen su negativa a las propuestas m¨¢s pol¨¦micas de EE UU en el TLC: ¡°Son inviables¡±
Las ideas de la Administraci¨®n Trump sobre el sector automotriz son el mayor escollo en una negociaci¨®n que quema etapas sin acuerdos significativos
En octubre, Washington rompi¨® la baraja en la cada vez m¨¢s compleja renegociaci¨®n del Tratado de Libre de Am¨¦rica del Norte (TLC). Un mes despu¨¦s, las cartas siguen sin recomponerse. El no rotundo de M¨¦xico y Canad¨¢ a la exigencia estadounidense de elevar el contenido regional en la industria automotriz ¨Cla que m¨¢s se ha desarrollado en los casi 24 a?os de libre comercio en Norteam¨¦rica y de la que tanto depende el pa¨ªs latinoamericano¨C permanece en la quinta ronda de conversaciones para la refundaci¨®n del acuerdo y la Administraci¨®n Trump se mantiene en sus trece. ¡°Las propuestas de Estados Unidos son inviables¡±, insiste una fuente presente en las negociaciones. ¡°Solo queremos que nos expliquen de d¨®nde han salido las cifras que han puesto encima de la mesa [que el 85% de los componentes de un autom¨®vil tengan que ser fabricados en alguno de los tres pa¨ªses y que al menos el 50% tengan origen en EE UU]. ?Por qu¨¦ esas y no otras? No tienen ning¨²n sentido y da?ar¨ªan gravemente a la industria¡±.
La contrapropuesta mexicana, respaldada por Canad¨¢, de evaluar los logros y problemas del texto cada cinco a?os ¨Ctal y como propone Estados Unidos¨C abri¨® el mi¨¦rcoles pasado un halo de esperanza. Si Washington aceptase dejar de lado su idea de reducir el tratado a cenizas cada lustro y diese por bueno el mero emplazamiento al di¨¢logo para solucionar las controversias una vez cada cinco a?os, subrayaban en la Ciudad de M¨¦xico, se salvar¨ªa uno de los mayores escollos y se enviar¨ªa el mensaje de que la negociaci¨®n puede fructificar.
Una semana despu¨¦s, y sin todav¨ªa respuesta formal de Washington sobre la alternativa propuesta por M¨¦xico, la esperanza se ha ido disipando y las posturas siguen muy distantes. ¡°La delegaci¨®n estadounidense se ha mostrado inflexible¡±, subrayan desde el lado canadiense. ¡°Realmente, las conversaciones no van a ninguna parte¡±, completa Jerry Dias, jefe del mayor sindicato canadiense, que acompa?a al Ejecutivo de Justin Trudeau en la negociaci¨®n. ¡°Mientras EE UU siga en la misma posici¨®n en la que est¨¢, es una p¨¦rdida de tiempo colosal¡±.
Las conversaciones queman etapas sin avances relevantes y esa es, quiz¨¢, la peor se?al. A eso hay que a?adir la nula presencia de alto nivel en esta quinta ronda de negociaciones que se celebra hasta el martes en la capital mexicana: al no asistir ninguno de los m¨¢ximos responsables de las conversaciones ¨CRobert Lighthizer, Ildefonso Guajardo y Chrystia Freeland¨C, la tan necesaria interlocuci¨®n pol¨ªtica para desencallar la negociaci¨®n desaparece y todo queda a merced de los t¨¦cnicos. Mala se?al.
En ese plano, meramente t¨¦cnico, la idea de las delegaciones mexicana y canadiense es ir asentando los puntos en los que el grado de desacuerdo es menor ¨Cpr¨¢cticamente en ninguno hay acuerdo total¨C para que, llegado el momento, a Trump y su equipo les sea m¨¢s dif¨ªcil abandonar el pacto. ¡°A medida que se avance, va a ser m¨¢s dif¨ªcil deshacerlo¡±, conf¨ªa una alta fuente mexicana. Pero esta estrategia acarrea un enorme riesgo: las semanas pasan sin avances significativos y el tiempo apremia. Tras la modificaci¨®n del calendario inicial, que vislumbraba un acuerdo antes de que terminase 2017, ahora la fecha tentativa para lograr un nuevo tratado es marzo del a?o que viene. As¨ª se pretende esquivar cualquier tipo de contaminaci¨®n en las elecciones presidenciales mexicanas de julio, un extremo que estas alturas parece m¨¢s bien una quimera. "El Gobierno estadounidense est¨¢ jugando, claramente, con el calendario electoral mexicano, para que ceda como ya ha hecho con la revisi¨®n el tratado cada cinco a?os", cierra Ignacio Mart¨ªnez, coordinador del Laboratorio de An¨¢lisis en Comercio Exterior de la UNAM.
Aumenta la presi¨®n sobre gobernadores y senadores republicanos
El grado de encallamiento en las negociaciones para la actualizaci¨®n del mayor tratado comercial del mundo es inversamente proporcional a la presi¨®n de M¨¦xico y Canad¨¢ sobre los empresarios y pol¨ªticos estadounidenses. El bloqueo en las conversaciones, tras las duras propuestas de EE UU el mes pasado, ha dado pie a un mayor cabildeo sobre una docena de gobernadores y una veintena de senadores republicanos de los Estados que m¨¢s se juegan con el TLC. La intenci¨®n: que sean conscientes de lo que se est¨¢ jugando y que eleven el tono sobre el c¨ªrculo m¨¢s cercano a Trump. "Est¨¢n preocupados por las intenciones de su Gobierno", subraya una fuente mexicana. Seg¨²n los datos de la patronal estadounidense de fabricantes de motores y equipos automotrices, las reglas de origen propuestas por la Administraci¨®n Trump conllevar¨ªan la p¨¦rdida de 24.000 puestos de trabajo en EE UU, cifra que aumentar¨ªa hasta los 50.000 en caso de ruptura del tratado. A eso habr¨ªa que sumar el da?o que supondr¨ªa la cancelaci¨®n del TLC para el campo estadounidense, altamente dependiente de las exportaciones a M¨¦xico, tambi¨¦n intensivo en mano de obra y donde tambi¨¦n se producir¨ªan miles de despidos.
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