¡°El campo mexicano ha sido el gran sacrificado del TLC¡±

La secretaria ejecutiva de la Comisi¨®n Econ¨®mica para Am¨¦rica Latina y el Caribe (Cepal), Alicia B¨¢rcena (Ciudad de M¨¦xico, 1952), recibe a EL PA?S a pocas horas del inicio de la quinta ronda de negociaciones para la actualizaci¨®n del Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte (TLC) entre Estados Unidos, M¨¦xico y Canad¨¢. La m¨¢xima responsable del brazo de la ONU para el desarrollo econ¨®mico en el subcontinente, pone el acento en el da?o que el acuerdo ha infringido al campo mexicano; ve en las ¨²ltimas propuestas de la Administraci¨®n Trump una afrenta al esp¨ªritu mismo del tratado y pone el acento en la necesidad de fortalecer el mercado interno en M¨¦xico por la v¨ªa del aumento salarial.

Pregunta. La renegociaci¨®n del TLC atraviesa una de sus fases m¨¢s cr¨ªticas. ?Hay vida para M¨¦xico fuera del tratado?

Respuesta. Por supuesto que s¨ª. En caso de terminarse, M¨¦xico va a tener un momento dif¨ªcil, de adaptaci¨®n. Nuestros c¨¢lculos apuntan a que,?el primer a?o,?el impacto sobre el PIB mexicano?ser¨ªa de entre un 0,9% y un 1%, frente al 0,1% de EE UU y al 0,5% de Canad¨¢. Para M¨¦xico es un cambio de paradigma, porque le ha apostado todo a Norteam¨¦rica desde hace 23 a?os.

P. ?Qu¨¦ ocurrir¨ªa con la producci¨®n de autom¨®viles? Hoy es, por mucho, la mayor manufactura del pa¨ªs.

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R. Creo que la industria automotriz no se va a ir del pa¨ªs. Acabo de regresar de Aguascalientes y una de las empresas m¨¢s pujantes all¨ª, Nissan, no tiene ninguna expectativa de irse a ninguna parte. Incluso con aranceles. La capacidad instalada que ya tiene M¨¦xico en el centro y norte del pa¨ªs son empresas muy s¨®lidas que tienen un nicho importante de mercado.

P. Pero hay mucho margen de mejora¡­

R. S¨ª, sobre todo en la electr¨®nica. M¨¦xico se ha quedado algo rezagado y por ah¨ª pasa buena parte del futuro del sector. Es crucial: la industria automotriz ha dejado de ser una industria manufacturera para convertirse en una industria digital. Y ah¨ª creo que M¨¦xico podr¨ªa hacer un esfuerzo mayor, para que esos nuevos espacios sean aprovechados por empresas nacionales en vez de alemanas, por ejemplo. La transici¨®n puede ser muy favorable para M¨¦xico si la puede aprovechar.

P. Justo estos d¨ªas se est¨¢ debatiendo las propuestas de EE UU para el nuevo TLC: elevar el contenido regional en autom¨®viles ¡ªque cada coche producido en Norteam¨¦rica tenga un porcentaje mayor de piezas fabricadas en alguno de los tres pa¨ªses del TLC¡ª, fijar un m¨ªnimo nacional y tambi¨¦n una cl¨¢usula de terminaci¨®n autom¨¢tica del acuerdo a cinco a?os. ?Las ve justificadas?

R. Absolutamente, no. Un tratado de esta naturaleza debe basarse en el libre comercio, en el que prevalezca la competitividad. Y lo que EE UU est¨¢ proponiendo es una especie de proteccionismo para su industria nacional cuando el tratado es, precisamente, para no llevar adelante proteccionismos.

P. ?C¨®mo debe prepararse M¨¦xico para ese potencial escenario de ruptura?

R. Tiene que buscar nuevos mercados y, sobre todo, desarrollar su mercado interno: debe mirar mucho m¨¢s hacia el interior y desarrollar una pol¨ªtica industrial. Adem¨¢s, el fin del tratado le puede dar a M¨¦xico una oportunidad para rescatar su sector agropecuario, que ha sido el gran sacrificado en el TLC. Hoy, M¨¦xico es importador neto de alimentos, de los cuales el 70% procede de EE UU. Y de ma¨ªz, nuestro gran orgullo nacional. El pa¨ªs debe volver a ser un gran productor de alimentos, y tiene todas las posibilidades para hacerlo: la geograf¨ªa, la tecnolog¨ªa¡­ Ese cambio puede ser sumamente interesante.

P. ?Qu¨¦ hace falta, entonces, para que el campo recupere su peso?

R. Sobre todo, una pol¨ªtica de apoyo y financiamiento que ha sido el gran sacrificado en el tratado de libre comercio. Hubo un gran desmantelamiento de la banca que lo apoyaba, y eso ha provocado una gran migraci¨®n hacia las ciudades y hacia EE UU. Los trabajadores m¨¢s productivos del sector agropecuario estadounidenses son mexicanos. ?Por qu¨¦ no podemos hacer lo mismo ac¨¢? Fallan las pol¨ªticas y el valor agregado. M¨¦xico, por ejemplo, fue una gran potencia pesquera, con productos muy requeridos en Asia. Y puede volver a serlo si va de la mano con sus socios de la Alianza del Pac¨ªfico.

P. En los ¨²ltimos a?os tambi¨¦n se ha ensanchado la brecha entre el sur y el norte de M¨¦xico.

R. S¨ª. Sin duda, hay que desarrollar el sur. Las ¨¢reas econ¨®micas especiales son un gran paso, pero M¨¦xico necesita un proyecto como el que tuvo Europa con los fondos estructurales. El TLC benefici¨® al centro y al norte del pa¨ªs, donde gener¨® empleo y capacidades, pero no logr¨® tener una derrama hacia el resto. M¨¦xico exporta casi 1.000 millones de d¨®lares diarios, con un crecimiento del 7% anual, pero la econom¨ªa y el empleo no han crecido igual. Y el salario, a¨²n menos. Las ganancias de productividad han sido evidentes, pero el problema ha sido de distribuci¨®n. En primer lugar, a trav¨¦s de impuestos y pol¨ªticas fiscales, que se utilizan poco porque en M¨¦xico se tributa poco y hay mucha evasi¨®n fiscal. Mientras eso siga ocurriendo, no va a haber el suficientemente financiamiento para poder aportar a la pol¨ªtica de desarrollo industrial y de innovaci¨®n tecnol¨®gica, siempre de la mano del sector privado.

P. M¨¦xico tambi¨¦n mira poco a los pa¨ªses que tiene al sur: Centroam¨¦rica y Sudam¨¦rica. Hay tratados de libre comercio, pero sirven de relativamente poco.

R. S¨ª, y las oportunidades de integraci¨®n comercial y de infraestructuras son enormes. M¨¦xico y Centroam¨¦rica juntos pueden ser una gran potencia, pero deben completar la interconexi¨®n el¨¦ctrica y crear un mercado ¨²nico digital. Tambi¨¦n debe apuntar a Latinoam¨¦rica: el comercio intrarregional sigue siendo bajo y hay una enorme oportunidad si se mejoran las aduanas, la burocracia y las infraestructuras y, sobre todo, se eliminan las barreras no arancelarias, que equivalen a un arancel del 20%.

P. Hablaba de la importancia del mercado interno mexicano como parte de ese plan B por si fracasa el TLC. ?Qu¨¦ falta para que de verdad sea un motor potente de la econom¨ªa?

R. El salario sigue siendo el tal¨®n de Aquiles. M¨¦xico es uno de los pocos pa¨ªses de Am¨¦rica Latina, o quiz¨¢ el ¨²nico, en el que no ha habido incrementos en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Se han formalizado empleos, y eso es una buena noticia, pero es vital que mejore el ingreso, que se ha contenido artificialmente. El salario es producto de una negociaci¨®n y M¨¦xico ha desmantelado la organizaci¨®n de los trabajadores y ha privilegiado a los sindicatos corporativos. Las pol¨ªticas est¨¢n privilegiando al capital y no a la masa salarial.

P. ?Cu¨¢nto pesa la cultura empresarial?

R. Mucho, pero a los empresarios tambi¨¦n les conviene [una subida salarial]. Tenemos que cambiar la conversaci¨®n entre el empresariado, el Estado y la sociedad: el gran pacto de igualdad social de los pa¨ªses n¨®rdicos se construy¨® en los a?os cuarenta del siglo pasado bajo el acuerdo de que quien m¨¢s ganaba ten¨ªa que generar ingresos para quien menos ganaba. Aqu¨ª no est¨¢ pasando eso: aqu¨ª, el que m¨¢s gana aplica la m¨¢xima de Adam Smith de ¡°todo para m¨ª y nada para los dem¨¢s¡±. El empresariado m¨¢s maduro s¨ª se da cuenta de que el sacrificio salarial no nos lleva a ninguna parte y de que la desigualdad conspira contra sus propios negocios y contra el crecimiento.

P. ?Qu¨¦ se puede hacer?

R. Hay que cambiar la conversaci¨®n y, en ese cambio, el empresariado es fundamental. En el caso de M¨¦xico, no se est¨¢ dando cuenta de que el aumento de su relaci¨®n con la inseguridad. ?Qu¨¦ queremos para la juventud mexicana, que se vaya a la ilegalidad o al narcotr¨¢fico o que sea productiva aqu¨ª? Espero que eso sea parte de la pr¨®xima campa?a pol¨ªtica [para las elecciones de 2018]. No se puede seguir ganando productividad sacrificando a los trabajadores.