El Supremo aboca a Rodrigo Rato a ir a prisi¨®n por las ¡®tarjetas black¡¯
Los jueces consideran que los directivos y consejeros dispusieron "a su antojo" del dinero de la entidad
El Tribunal Supremo ha situado este mi¨¦rcoles a Rodrigo Rato a las puertas de la c¨¢rcel. El alto tribunal ha mantenido la pena de cuatro a?os y medio de prisi¨®n que impuso la Audiencia Nacional al expresidente de Bankia por un delito continuado de apropiaci¨®n indebida por el caso de las tarjetas black. Las penas para el resto de los 63 condenados oscilan entre cuatro meses y cuatro a?os, en funci¨®n del dinero gastado. Los responsables de la entidad y los beneficiarios de la tarjeta, concluye el Supremo, dispusieron "a su antojo" del dinero de la caja para gastos personales "sin control de ninguna clase y sin reflejo fiscal". La condena ya firme impuesta a Rato implica, en principio, su ingreso en prisi¨®n en los pr¨®ximos d¨ªas, aunque es la Audiencia la que tiene que ejecutar el fallo.
Rodrigo Rato, el hombre que simboliz¨® el ¨¦xito de la Espa?a que emerg¨ªa a finales de los noventa para competir con las grandes potencias del mundo; que a punto estuvo de suceder a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar para aspirar a la presidencia del Gobierno y al que se le acab¨® quedando peque?o la econom¨ªa nacional tras alcanzar la c¨²pula del Fondo Monetario Internacional; el hombre que se convirti¨® en banquero para supuestamente sacar a flote a Caja Madrid en plena recesi¨®n, est¨¢ ahora a un paso de la c¨¢rcel.
El Tribunal Supremo ha mantenido la condena de cuatro a?os y medio que le impuso a Rato la Audiencia Nacional por las tarjetas black, lo que aboca al expresidente de Bankia a ingresar en prisi¨®n, salvo que se concedan una serie de medidas excepcionales que pasan por un indulto o porque el Tribunal Constitucional considere que se han vulnerado sus derechos fundamentales. Rato tiene adem¨¢s pendiente otras causas que complican su futuro judicial. A partir del 26 de noviembre tendr¨¢ que afrontar el juicio por la salida a Bolsa de Bankia, mientras un juzgado de Madrid le investiga a ¨¦l y a miembros de su entorno por blanqueo de capitales y delitos fiscales.
El alto tribunal aval¨® el relato que la Audiencia Nacional hizo del sistema de tarjetas de cr¨¦dito opacas al fisco que funcion¨® en Caja Madrid y Bankia entre 2003 y 2012. Las black, seg¨²n el Supremo, fueron fruto de un ¡°plan para disponer de dinero de la caja¡± en beneficio propio de los m¨¢ximos responsables de la entidad (primero el fallecido Miguel Blesa y luego, el exvicepresidente y exministro de Econom¨ªa del PP con Aznar) y de los otros 63 exdirectivos y exconsejeros condenados. Entre todos gastaron 12,5 millones de euros. Hab¨ªa cargos en las tarjetas de restaurantes, supermercados, ropa interior femenina y salas de fiesta. Tambi¨¦n retiradas en met¨¢lico en cajeros.
El Supremo ha impuesto a otros 14 exdirectivos o exconsejeros condenas superiores a los dos a?os de c¨¢rcel, por lo que, previsiblemente, tendr¨¢n que entrar en prisi¨®n. Para el resto, con penas de entre tres meses y dos a?os, la Audiencia Nacional (que juzg¨® el caso y tiene que ejecutar la sentencia del Supremo) puede suspender el encarcelamiento, aunque decidir¨¢ caso por caso.
El tribunal ha tardado cuatro meses en revisar los recursos presentados contra la sentencia dictada el 23 de febrero de 2017 por la Audiencia Nacional. La condena m¨¢s elevada (seis a?os de c¨¢rcel) recay¨® entonces en el que fuera presidente de Caja Madrid entre 1996 y 2009, Miguel Blesa, fallecido en julio de 2017. Tras su muerte, el Supremo determin¨® que, aunque la responsabilidad penal quedaba extinguida, a sus herederos se les pod¨ªa pedir que se hicieran cargo de la responsabilidad civil. El alto tribunal ha considerado responsables civiles a los dos expresidentes de la entidad, Blesa y Rato. El dinero que no devuelvan los consejeros y directivos condenados, ser¨ªa responsabilidad de ellos, hasta completar los m¨¢s de 12,5 millones de euros gastados con las tarjetas. Sin embargo, fuentes del entorno de Blesa confirman que sus herederas (su viuda y su hija) han renunciado a la herencia, lo que les exime del pago. El dinero recuperado ir¨¢ a Bankia, heredera de Caja Madrid, y no al FROB, organismo p¨²blico que rescat¨® a la entidad en 2012.
El acusado al que m¨¢s ha beneficiado la sentencia del Supremo es el ex director general de Medios, Idelfonso S¨¢nchez Barcoj. La Audiencia Nacional le impuso una pena de dos a?os y medio de c¨¢rcel y el alto tribunal se la ha rebajado a un a?o menos un d¨ªa.
Gastos sin control
El Supremo recuerda que fue bajo la etapa de Blesa cuando se cre¨® un sistema de tarjetas de funcionamiento opaco para uso del propio presidente, miembros de algunos de sus ¨®rganos, consejo de administraci¨®n y comisi¨®n de control. Las tarjetas ten¨ªan l¨ªmites de disponibilidad mensuales y anuales a cargo de una cuenta de la Caja. A sus titulares no se les exig¨ªa ninguna justificaci¨®n del gasto y las cantidades no quedaban reflejadas en los contratos con la entidad ni formaban parte de las retribuciones pactadas con los directivos ni de las dietas de los consejeros. Tampoco aparec¨ªan en las declaraciones de la renta de ninguno de ellos, ni en las certificaciones de haberes.
La sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado Miguel Colmenero, subraya que el delito imputado distingue entre el papel de los presidentes ejecutivos, que pusieron en marcha o mantuvieron este sistema de tarjetas de funcionamiento opaco; y el de los directivos que actuaron como cooperadores necesarios del mismo delito de apropiaci¨®n indebida. El acuerdo, entre el autor y los cooperadores, explican los jueces, surge de forma natural desde el momento en que el primero decide entregar nuevas tarjetas o mantener las anteriores y los segundos las reciben y deciden utilizarlas en su propio beneficio.
El delito continuado de apropiaci¨®n indebida no se produce por aceptar la tarjeta sino por cada uso que se hizo de ella. Y, seg¨²n los jueces, ¡°no es posible aceptar¡± que los beneficiarios actuaran creyendo ¡°que estaban actuando conforme a la ley al disponer de esa forma del dinero de la entidad¡±. ¡°Ninguna persona con una formaci¨®n m¨ªnima, lo que se podr¨ªa identificar con el hombre medio, podr¨ªa entender de forma m¨ªnimamente razonable que unas percepciones dinerarias que funcionaban con tal grado de ocultaci¨®n y opacidad, tambi¨¦n a efectos fiscales, pudieran estar justificadas en las normas aplicables¡±, advierte el tribunal.
Los casos m¨¢s llamativos de la sentencia:
El exministro extendi¨® un sistema ¡°perverso en su origen¡±
Rodrigo Rato no cre¨® las tarjetas black, pero las mantuvo cuando lleg¨® a la presidencia de Caja Madrid en 2010 y las traslad¨® a Bankia. Lo hizo, adem¨¢s, seg¨²n el Supremo, "conscientemente", sabiendo que era un sistema que desde que se estableci¨® "estaba perverso en su origen y en su traslado a la pr¨¢ctica". La sentencia del alto tribunal coloca a Rato en la c¨²spide de una trama formada, seg¨²n los jueces, para que los beneficiarios de la tarjeta pudieran disponer de dinero de la caja sin control alguno.
Cuando lleg¨® a la presidencia de Caja Madrid y decidi¨® mantener las tarjetas opacas entregadas por su antecesor, Miguel Blesa, Rato ya sab¨ªa que los directivos y consejeros de la entidad solo pod¨ªan cobrar su sueldo (quienes lo tuvieran), las dietas y las indemnizaciones. "Como se consider¨® insuficiente, al criterio interesado de quienes las pod¨ªan percibir, se decidi¨® prescindir del camino legal, que habr¨ªa conducido a solicitar un aumento de las cuant¨ªas asignadas a tales conceptos", afirman los jueces. En su lugar, los responsables de la entidad optaron por construir un sistema nuevo, "consistente en utilizar el concepto permitido de indemnizaciones pero suprimiendo la exigencia legal de justificaci¨®n documental del gasto". Esta f¨®rmula, a?ade el Supremo, facultaba a los titulares de las tarjetas a utilizarlas en su beneficio sin necesidad de justificar que se hab¨ªan empleado en gastos indemnizables, lo cual, estaba fuera de la ley.
Durante su etapa al frente de la entidad (entre 2010 y 2012), se gastaron con estas tarjetas un total de 2,69 millones de euros. El alto tribunal considera que Rato se "aprovech¨® de su cargo" y actu¨® sabiendo que "carec¨ªa de facultades para disponer de esa forma del patrimonio sobre el que ten¨ªa serias obligaciones de cuidado". Los jueces sostienen que, dadas sus responsabilidades, experiencia y preparaci¨®n para el puesto, el exministro de Econom¨ªa y ex director gerente del Fondo Monetario Internacional no pod¨ªa ignorar el funcionamiento opaco de las tarjetas. A pesar de ello "mantuvo el sistema, e incluso lo ampli¨® a otras personas", afirman los magistrados.
Rato no solo permiti¨® y extendi¨® el uso de tarjetas opacas, sino que tambi¨¦n se asign¨® una a s¨ª mismo y la utiliz¨® en provecho propio. Lo hizo a pesar de que, seg¨²n los jueces, deber¨ªa haberse "sentido advertido de la irregularidad de la situaci¨®n" por el que fuera consejero delegado Francisco Verd¨², cuando este rechaz¨® la tarjeta que se le entreg¨®.
Seg¨²n el detalle de los gastos que ya recog¨ªa la sentencia de la Audiencia Nacional, Rato pag¨® con su tarjeta black 99.054,59 euros: 3.600 en alcohol, 2.500 en arte, 2.172 en discotecas y clubs o 2.500 en arte.
Barcoj, el gran beneficiado por la reducci¨®n de pena
Ildefonso S¨¢nchez Barcoj, ex director general de medios de Caja Madrid, ha sido el m¨¢s beneficiado por la reducci¨®n de condena aplicada por el Tribual Supremo a algunos condenados. La Audiencia Nacional le consider¨® colaborador de la operativa que contribuy¨® a mermar "el caudal de Caja Madrid" y le impuso la tercera condena m¨¢s elevada: dos a?os y medio de c¨¢rcel, una pena que le abocaba a ir a prisi¨®n si el alto tribunal la hubiera confirmado.
Pero el exdirectivo impugn¨® el fallo ante el alto tribunal y los magistrados han admitido parte de sus argumentos. El Supremo entiende que debe ser condenado por un ¨²nico delito continuado de apropiaci¨®n indebida y no por dos delitos (uno como cooperador necesario y otro como c¨®mplice) por los que le conden¨® la Audiencia. El tribunal tambi¨¦n le aplica la atenuante muy cualificado de reparaci¨®n del da?o tras comprobar que Barcoj consign¨® en la Audiencia el dinero que gast¨® con su </CF>black: 575.079 euros, la cantidad m¨¢s alta de todos los usuarios de las tarjetas opacas.
Con estos nuevos criterios, el Supremo ha rebajado la pena del exdirectivo de dos a?os y seis meses a un a?o menos un d¨ªa de prisi¨®n. Una reducci¨®n que puede librarle de entrar en prisi¨®n. De ser la tercera condena m¨¢s alta, Barcoj es de los que salen mejor parados de la revisi¨®n del Supremo.
Rodr¨ªguez-Ponga y Rafael Spottorno, los de m¨¢s alcurnia
Estanislao Rodr¨ªguez-Ponga, ex secretario de Estado de Hacienda con el PP, es uno de los personajes m¨¢s notables de las black, sobre todo por su cargo y la naturaleza del delito, que se ocult¨® al erario p¨²blico. Ha sido condenado a tres a?os y dos meses por gastar 255.373 euros. El Supremo es especialmente duro en la respuesta a sus recursos. Rodr¨ªguez-Ponga dice que "cuando recibi¨® la tarjeta no tuvo tiempo de investigar su justificaci¨®n" y que "siempre se sujet¨® al contrato".
El alto tribunal dice que "desde que comenz¨® a utilizar la tarjeta no pudo ignorar que las cantidades de las que dispon¨ªa no aparec¨ªan por parte alguna", en referencia a la declaraci¨®n de Hacienda. "Nunca se hizo ninguna anotaci¨®n de lo dispuesto, no ten¨ªa que justificar el gasto y nunca se le exigieron explicaciones. Tal opacidad no pod¨ªa responder a una forma de retribuci¨®n organizada dentro de la ley".
Una situaci¨®n similar sucede con Rafael Spottorno, ¨²ltimo jefe de la Casa del Rey con Juan Carlos I. Spottorno carg¨® 223.900 euros cuando presid¨ªa la Fundaci¨®n Caja Madrid. Dijo que lo hizo porque era parte de su sueldo. Ha sido condenado a dos a?os. El Supremo dice que lo gastado "no pod¨ªa considerarse masa salarial" lo que lo convierte en il¨ªcito.
Sindicalistas, D¨ªaz Ferr¨¢n y L¨®pez Madrid, con penas de c¨¢rcel
El consejo de administraci¨®n de Caja Madrid no solo acomodaba pol¨ªticos; ten¨ªa tambi¨¦n asientos reservados para sindicatos y patronal, cuyos consejeros participaron del gasto sin control de las tarjetas de cr¨¦dito opacas tanto como el resto. De Comisiones Obreras destaca el caso de Francisco Baquero, con una de las mayores condenas: tres a?os y dos meses de c¨¢rcel. Gast¨® 266.400 euros. Rodolfo Benito, tambi¨¦n de CC OO, gast¨® 140.522 euros con la tarjeta black. Ha sido condenado a tres a?os de c¨¢rcel.
Las penas de otros tres miembros de CC OO, Juan Jos¨¦ Azcona, Gabriel Moreno y Pedro Bed¨ªa, son iguales o inferiores a dos a?os y no se prev¨¦ que entren en prisi¨®n. No as¨ª Gerardo D¨ªaz Ferr¨¢n, consejero nombrado por la patronal CEOE, condenado a dos a?os de c¨¢rcel pero que tiene antecedentes penales (ya cumpli¨® cinco a?os y seis meses por el caso Marsans).
Hab¨ªa dos consejeros nombrados por la patronal CEIM, Javier L¨®pez Madrid ¡ªactualmente imputado en el caso P¨²nica¡ª y Arturo Fern¨¢ndez. Han sido condenados a seis meses menos un d¨ªa. De los nombrados por UGT, Gonzalo Mart¨ªn Pascual, Rafael Torres y Jos¨¦ Ricardo Mart¨ªnez, solo el primero entrar¨ªa en prisi¨®n por su condena de tres a?os.
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