La huelga que se volvi¨® contra los propios taxistas
Muchos usuarios se subieron por primera vez a un coche de Uber o Cabify durante la huelga del taxi y est¨¢n dispuestos a repetir la experiencia
"?ltimamente ha sido m¨¢s complicado poder acompa?arte¡±. La plataforma MyTaxi mand¨® este mensaje a sus usuarios el pasado martes, ofreci¨¦ndoles un descuento de cinco euros en sus futuras carreras y pidi¨¦ndoles perd¨®n por dejarles sin servicio en Madrid y Barcelona durante d¨ªas. El sector sabe que los recientes paros convocados para exigir a la Administraci¨®n que regulara la actividad de los veh¨ªculos de transporte concertado (VTC) le ha pasado factura, tanto en t¨¦rminos econ¨®micos como de imagen. ¡°Mucha gente ha probado Uber y Cabify por la huelga y ha visto que funciona¡±, cuenta Pilar Melara, profesora de Marketing en ICADE. ¡°Al final el consumidor se va a ir con quien mejor le trate¡±, zanja.
Uber y Cabify, plataformas con las cuales operan los VTC en Espa?a, han hecho de la tecnolog¨ªa y de un servicio premium a precio asequible su gran baza. ¡°Convertimos al usuario en el centro de la experiencia de viaje¡±, parafrasea Eduardo Mart¨ªn, presidente de la patronal Unauto. Durante la huelga del taxi, Uber y Cabify marcaron un r¨¦cord de descargas, asegura Mart¨ªn: ¡°Tuvimos m¨¢s del doble de trabajo que lo normal¡±.
Una encuesta realizada en las ¨¢reas metropolitanas de Barcelona, Madrid, Valencia y Sevilla por la consultora de investigaci¨®n de mercado The Cocktail revela que solo un 35% de los entrevistados usa los VTC, servicios todav¨ªa j¨®venes en Espa?a. Pero concluye que hasta un 27% de ellos los prob¨® por primera vez por la huelga y que un tercio de aquellos que nunca se subieron a uno de estos veh¨ªculos tiene intenci¨®n de hacerlo.
La encuesta, basada en 600 entrevistas y elaborada en exclusiva para EL PA?S, refleja que el servicio de los VTC est¨¢ bien valorado. Aunque los usuarios se?alan que hay margen de mejora, por ejemplo en las tarifas, la valoraci¨®n es m¨¢s positiva que la del taxi, que seg¨²n los encuestados debe progresar en cuanto a precios (que est¨¢n regulados), conductores y desarrollo tecnol¨®gico. El 50% de los encuestados se posicion¨® a favor de los VTC en el conflicto, frente al 17% que apoy¨® el taxi y un 33% que se mantuvo neutral.
¡°Tenemos tareas pendientes¡±, reconoce Miguel ?ngel Leal, presidente de la Federaci¨®n Espa?ola del Taxi Fedetaxi. El sector, encuadrado como un servicio p¨²blico que durante d¨¦cadas ejerci¨® en la pr¨¢ctica en r¨¦gimen de monopolio, arrastra una mala imagen que le cuesta limpiar pese a los esfuerzos de los ¨²ltimos a?os. Los episodios violentos de algunos miembros del gremio durante la huelga, aunque condenados por el sector, no ayudan en esta cruzada.
¡°Ante una crisis, la sociedad es como un tribunal de la opini¨®n p¨²blica que decide qui¨¦nes son las v¨ªctimas, los h¨¦roes y los villanos¡±, analiza Carlos V¨ªctor Costa, director del m¨¢ster de Direcci¨®n en Comunicaci¨®n y Publicidad de ESIC. ¡°En este caso, claramente las v¨ªctimas son los usuarios, los villanos los taxistas y los VTC los h¨¦roes¡±.
Desregulaci¨®n
En Espa?a, hay unas 66.000 licencias de taxi y 13.431 de VTC, seg¨²n el Ministerio de Fomento. Aunque el servicio sea casi id¨¦ntico, no lo es su regulaci¨®n: el taxi debe respetar reglas tarifarias o de descanso m¨¢s estrictas; Uber y Cabify pueden fijar precios seg¨²n la demanda aunque tendr¨ªan que respetar la ratio de un VTC cada 30 taxis, algo que no ocurre.
Los expertos sostienen que el meollo de la cuesti¨®n es decidir qu¨¦ transporte quiere el ciudadano
¡°La competencia ha hecho que nos pusi¨¦ramos las pilas con el cliente; no queremos que se vaya, sino que cumpla la ley¡±, dice Leal. Cuenta que el sector trabaja en una nueva plataforma que dar¨¢ al usuario ¡°lo que necesita¡±, como pedir un coche compartido o puntuar a los conductores. ¡°Pero si hay que volver a reclamar nuestros derechos, lo haremos¡±, a?ade.
La huelga del taxi ha tenido efectos desiguales. En Barcelona, la Administraci¨®n estableci¨® un tiempo m¨ªnimo de 15 minutos para contratar los servicios de Uber y Cabify, que han acabado y¨¦ndose de la ciudad. En Madrid, los taxistas desconvocaron una huelga que les caus¨® p¨¦rdidas de entre 100 y 150 euros diarios, seg¨²n Leal, sin que el Gobierno regional reconociera sus reivindicaciones. Mientras, otras comunidades se han lanzado a regular Uber y Cabify.
¡°Claro que estamos enamorados de los VTC¡±, dice David Murillo, docente del departamento de Ciencias Sociales de Esade, ¡°pero una cosa es el corto y otro el largo plazo¡±. Alerta de que una total desregulaci¨®n puede acarrear efectos secundarios como subidas de precio o p¨¦rdida de servicios. ¡°En Londres, determinadas l¨ªneas de autobuses dejaron de ser rentables con la liberalizaci¨®n de Uber¡±, ejemplifica.
Pero el meollo de la cuesti¨®n, coinciden los expertos consultados, es decidir qu¨¦ transporte queremos. Seg¨²n Murillo, ni beneficia una desregulaci¨®n ¡°s¨¢lvese quien pueda¡±, ni un taxi chapado a la antigua: ¡°Pero este debate todav¨ªa falta¡±.
Y por encima de todo, el servicio
El ciudadano aborda cualquier conflicto social desde el impacto en sus pautas de consumo. Como se observa en los datos que hemos recogido, en el caso del conflicto entre los veh¨ªculos de transporte concertado (VTC) y los taxis la opini¨®n p¨²blica act¨²a desde su experiencia de consumo por encima de cualquier otra consideraci¨®n. As¨ª, la derrota del sector del taxi se origina en la diferencial experiencia de uso que presentan los VTC (m¨¢s del 50% de los encuestados no identifica ¨¢reas de mejora) frente a una percepci¨®n alrededor del taxi, construida a lo largo de los a?os, cargada de connotaciones negativas y cristalizada en el interfaz m¨¢s expl¨ªcito con el servicio: la imagen del taxista.
En otras categor¨ªas, la entrada de nuevos jugadores revolucion¨® la oferta preexistente. Netflix forz¨® la mejora del pago por televisi¨®n, Amazon cambi¨® la agilidad de los retailers, y AirBnb o Booking dieron pie a que las hoteleras actualizasen su propuesta. Igualmente, la entrada de Cabify y Uber ya hab¨ªa puesto en marcha, al margen del conflicto reciente, iniciativas de mejora. Profundizando en esos avances, como la universalizaci¨®n del acceso v¨ªa app, mejorando la experiencia durante el trayecto (particularmente en t¨¦rminos de interacci¨®n con el conductor) y la transparencia en la relaci¨®n (sin sorpresas en las tarifas), el taxi encontrar¨¢ su papel dentro de las alternativas de movilidad.
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