?Qu¨¦ debe saber un profesor para dar una clase biling¨¹e? Con tener un buen nivel de ingl¨¦s no basta
La formaci¨®n del profesorado tiene que incluir una parte ling¨¹¨ªstica, pero tambi¨¦n otra metodol¨®gica. Los docentes se quejan de las dificultades que tienen para actualizarse
Comienza a ser habitual que cuando se habla de educaci¨®n biling¨¹e, los expertos empiecen definiendo lo que no es para despu¨¦s explicar lo que s¨ª es. La ense?anza biling¨¹e, ese modelo que se extiende a gran velocidad por colegios e institutos de toda Espa?a, no persigue educar alumnos capaces de hablar indistintamente en espa?ol e ingl¨¦s ¡ªel idioma m¨¢s demandado¡ª como si fueran nativos, sino dotarles de herramientas suficientes para manejarse en una segunda lengua a un nivel alto. Por eso, ense?ar en un colegio biling¨¹e no consiste en traducir una explicaci¨®n y unos ejercicios, sino que se trata de dar dos clases en una: la de la asignatura que se imparte y la del segundo idioma que se quiere ense?ar. Y por eso, tambi¨¦n, un profesor formado para dar una clase biling¨¹e no es el que (solo) tiene un nivel alto de ingl¨¦s, sino aquel que adem¨¢s ha aprendido una serie de metodolog¨ªas para conseguir que esa doble clase que imparte se convierta en un doble aprendizaje.
La formaci¨®n del profesorado biling¨¹e es ¡°la base de todo el sistema¡±, explica Xavier Gisbert, presidente de la Asociaci¨®n Ense?anza Biling¨¹e y encargado de poner en marcha el modelo en la Comunidad de Madrid. ¡°Sin profesores formados y motivados, no hay nada que hacer¡±. Los docentes tienen que ser expertos en su asignatura, expertos en la segunda lengua y expertos en c¨®mo ense?ar ambas. El problema es que se ha puesto el foco en las dos primeras patas, pero no tanto sobre la tercera. ¡°Nos hemos hecho la pregunta metodol¨®gica tarde¡±, asegura Raquel Fern¨¢ndez, doctora en Lenguas Modernas e investigadora. ¡°El proyecto biling¨¹e se lanz¨® con una formaci¨®n muy b¨¢sica, en algunos casos insuficiente, que se centraba en temas sobre todo ling¨¹¨ªsticos y culturales. Desde entonces, hemos tenido que hacer una reflexi¨®n metodol¨®gica brutal¡±.
?Pero qu¨¦ es lo que se les exige a los profesores para dar clase en un centro de ense?anza biling¨¹e? Son las comunidades aut¨®nomas quienes definen los requisitos. Y a pesar de la disparidad de normativas, hay un punto de partida com¨²n: el nivel de ingl¨¦s. La formaci¨®n ling¨¹¨ªstica es la primera puerta de entrada (y la m¨¢s obvia) que deben atravesar los docentes. Para dar clase en ingl¨¦s, primero hay que saber ingl¨¦s.
A la hora de definir qu¨¦ nivel m¨ªnimo se necesita comienzan, sin embargo, las discrepancias. El est¨¢ndar habitual es que se exija un B2. El Marco Com¨²n Europeo, que es la escala de referencia para el aprendizaje y ense?anza de idiomas en toda Europa, lo define como un nivel ¡°avanzado¡± en el que, por ejemplo, hay que ser capaz de entender y hablar de temas diversos, tanto concretos como abstractos, justificar opiniones y mantener una conversaci¨®n con un nativo. Regiones como Madrid y Navarra piden ya un C1, el escal¨®n inmediatamente superior, que acredita un ¡°dominio operativo eficaz¡± y exige un grado de sofisticaci¨®n mayor.
?Cu¨¢l de los dos niveles es m¨¢s adecuado? No hay consenso entre los expertos. Algunos se?alan que un B2 es un buen escenario de partida, siempre que el objetivo sea llegar a un C1 de forma progresiva, mientras que otros aseguran que es insuficiente. ¡°Las comunidades aut¨®nomas no se atreven a pedir un C1, pero con un B2 no es posible ense?ar una lengua en condiciones¡±, opina Gisbert. ¡°Est¨¢n entrando en el sistema miles de profesores con un nivel insuficiente¡±. Raquel Fern¨¢ndez, que tambi¨¦n es profesora en el Centro Universitario Cardenal Cisneros, en el que ha puesto en marcha un programa de especializaci¨®n en ense?anza biling¨¹e, es menos tajante: ¡°Hay profesores con un B2 que se lo creen y lo hacen bien, mientras que los hay con un C1 que tienen miedo. La capacidad hay que desplegarla en el aula. Y hay gente a la que le cuesta¡±.
Pero si la formaci¨®n ling¨¹¨ªstica es la primera puerta de entrada, los expertos insisten en que es necesario atravesar un segundo filtro, el de la formaci¨®n metodol¨®gica. Y es que para dar clase en ingl¨¦s, no basta con saber ingl¨¦s. ¡°No es lo mismo dar Ciencias en espa?ol que darlas en ingl¨¦s. No se trata de hace una lista de vocabulario o traducir literalmente los t¨¦rminos y ya est¨¢. Eso es algo que el gran p¨²blico desconoce¡±, explica Elena Serrano, profesora y directora del m¨¢ster en Educaci¨®n Biling¨¹e de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).
Lo desconoce el gran p¨²blico, pero parece que tambi¨¦n las administraciones: la gran mayor¨ªa de las comunidades aut¨®nomas no exige ning¨²n tipo de formaci¨®n metodol¨®gica espec¨ªfica (aunque algunas s¨ª lo recomiendan). Y eso repercute en los profesores. Una encuesta realizada a m¨¢s de cien docentes de centros biling¨¹es de toda Espa?a por la investigadora Inmaculada Senra, de la UNED, revel¨® que la mitad no estaban formados en metodolog¨ªas espec¨ªficas para ense?ar un segundo idioma a trav¨¦s de otras asignaturas; muchos de ellos cre¨ªan, adem¨¢s, que la ense?anza biling¨¹e consist¨ªa en dar su clase en ingl¨¦s. ¡°No es suficiente con hablar en el idioma, se trata de transmitir en el idioma¡±, precisa David Bradshaw, responsable de evaluaci¨®n de Cambridge Assessment English para Espa?a y Portugal. ¡°Y ah¨ª posiblemente estemos todav¨ªa en pa?ales por lo mucho que nos hemos enfocado en el nivel ling¨¹¨ªstico¡±.
El delicado mecanismo por el cual un profesor ense?a y un alumno aprende, complejo si ese intercambio se realiza en la lengua materna, se complica todav¨ªa m¨¢s en un idioma extranjero. Los esquemas tradicionales ¡ªclases magistrales, estudiantes que reciben de forma pasiva las explicaciones...¡ª no sirven. Hace falta dar una vuelta al m¨¦todo y utilizar t¨¢cticas que obliguen al alumno a asumir un papel protagonista: aprendizaje colaborativo, desarrollo de competencias, trabajos por proyectos... ¡°La metodolog¨ªa tiene que cambiar¡±, afirma Raquel Fern¨¢ndez. ¡°No podemos movernos en un modelo transmisivo y memor¨ªstico en el que yo doy mis apuntes, los suelto aqu¨ª y los ni?os no se enteran de nada¡±.
No hay una f¨®rmula m¨¢gica para conseguirlo. Pero s¨ª gu¨ªas y mapas. El m¨¢s utilizado es el sistema AICLE (Aprendizaje Integrado de Contenidos y Lenguas Extranjeras), tambi¨¦n conocido como CLIL por sus siglas en ingl¨¦s. Impulsado por la Uni¨®n Europea, propone aprender ingl¨¦s no de forma aislada en una asignatura, sino a trav¨¦s de otras ¨¢reas de conocimiento que se impartan en ese idioma. ¡°Es el enfoque europeo de la ense?anza biling¨¹e, al igual que la inmersi¨®n es el de Canad¨¢, por ejemplo¡±, explica Mar¨ªa Luisa P¨¦rez Ca?ado, coordinadora del m¨¢ster en Ense?anza Biling¨¹e de la Universidad de Ja¨¦n. ¡°Es importante formar a los profesores en esto porque la preparaci¨®n did¨¢ctica es una de las variables que ejerce mayor influencia en la calidad de la ense?anza biling¨¹e¡±.
Lo que se persigue es dar a los docentes una especie de caja de herramientas llena de estrategias y metodolog¨ªas para integrar lengua y contenido en una misma clase. Ese contenido de la asignatura que se imparte es el que manda. ¡°No se trata de ense?ar Ciencias para explicar el presente perfecto¡±, aclara Raquel Fern¨¢ndez. Pero mientras, de forma relacionada con el contenido e incluso coordinada con otras asignaturas, se van trabajando las cuatro destrezas comunicativas b¨¢sicas ¡ªleer, escribir, escuchar y hablar¡ª a la hora de aprender otra lengua.
Sin tiempo para formarse
Aqu¨ª, el concepto clave es lo que los expertos definen como andamiaje. Los profesores tienen que aprender a introducir a los estudiantes poco a poco en el idioma. ¡°Hay que hacer un escalonamiento para que los alumnos reciban el contenido. En una segunda lengua tienen la dificultad de que se enfrentan al vocabulario, que es m¨¢s t¨¦cnico, y al concepto o el conocimiento, que es lo que verdaderamente tienen que adquirir¡±, explica Mabel Garc¨ªa, professional development manager de Oxford University Press en Espa?a. Raquel Fern¨¢ndez lo compara con los ruedines que se utilizan para aprender a andar en bicicleta. ¡°Puede ser utilizar un v¨ªdeo, repasar vocabulario de manera c¨ªclica para que no se les olvide, trabajar de forma cooperativa¡ Pero si no lo haces, el alumno se va a encontrar con problemas constantemente porque no podr¨¢ acceder a ese conocimiento¡±.
La oferta en formaci¨®n para profesorado biling¨¹e, tanto para los docentes ya en activo como para los futuros profesores que ahora estudian en la universidad, ha explotado en los ¨²ltimos a?os bajo diversas f¨®rmulas: grados, m¨¢steres, cursos, webinars, congresos¡ No hay un problema de opciones, pero s¨ª de tiempo. ¡°La mayor¨ªa de nuestros cursos los organizamos en fin de semana porque si no, los profesores no pueden ir¡±, ejemplifica Isabel Mah¨ªa, local publishing director de Oxford University Press. ¡°El peso de la formaci¨®n est¨¢ recayendo en los docentes. Cuando uno decide hacerse biling¨¹e, le requieren una acreditaci¨®n ling¨¹¨ªstica y ya est¨¢. A partir de ah¨ª, es su viaje. Pero se necesita m¨¢s inversi¨®n, el programa est¨¢ creciendo muy deprisa y no hay recursos suficientes¡±.
Los docentes se quejan de que si quieren aprender, deben hacerlo en su tiempo libre. ¡°Est¨¢n interesad¨ªsimos en formarse e invierten mucho tiempo personal en hacerlo¡±, asegura Elena Serrano, de la UNIR. ¡°La formaci¨®n ha avanzado mucho, pero habr¨ªa que repensar la forma en la que est¨¢ integrada cuando ya eres profesor. Deber¨ªa reconocerse y que parte de su jornada se pueda dedicar a formarse e investigar¡±.
Dar m¨¢s espacio a la formaci¨®n, cargar las tintas sobre la metodolog¨ªa¡ y tambi¨¦n poner un poco de orden. Es dif¨ªcil pintar el mapa de la formaci¨®n del profesorado biling¨¹e cuando hay casi tantos modelos como autonom¨ªas. ¡°Hay que sentar unas bases y establecer ¨¢mbitos de formaci¨®n, inicial y permanente¡±, explica Aurora Centellas, directora del Instituto de Idiomas de la Universidad a Distancia de Madrid (Udima), que acaba de lanzar un curso online en el que colabora Oxford. ¡°Muchas veces el profesor quiere formarse, pero no tiene una competencia ling¨¹¨ªstica muy buena. Ese nivel de partida es una de las cosas que m¨¢s echa para atr¨¢s. Hay que delimitar ¨¢mbitos de formaci¨®n para ayudar al profesor; de lo contrario, le estamos dejando fuera¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.