Inquilinos de toda Europa buscan un mill¨®n de firmas por la vivienda p¨²blica

La subida de los alquileres en las ciudades espa?olas es un problema a escala europea. Precios que suben m¨¢s que los salarios, desahucios, vivienda social insuficiente... En este contexto, plataformas ciudadanas de 19 pa¨ªses han llevado a la Comisi¨®n Europea una Iniciativa Ciudadana llamada Housing for all(Vivienda para todos) que pide un marco jur¨ªdico que permita aumentar la vivienda p¨²blica. Y convocan ma?ana en varias ciudades europeas, entre ellas varias espa?olas, protestas para ¡°pinchar la burbuja del alquiler¡±.

En Espa?a son una veintena las organizaciones impulsoras de la Iniciativa Ciudadana Europea. Una idea que las organizaciones explicaron ayer en Barcelona y que surgi¨® de la ciudad austr¨ªaca de Viena, que parad¨®jicamente tiene un parque de vivienda p¨²blica que se considera ejemplar. ¡°La alarma la lanzaron los promotores sociales de vivienda asequible. Ven que la legislaci¨®n se endurece y que la UE est¨¢ limitando las ayudas de vivienda solo a las rentas muy bajas¡±, explic¨® la directora del Observatorio DESC, Irene Escorihuela.

Las plataformas ¡ªentre las que en Espa?a figuran desde la PAH o el Sindicato de Inquilinos hasta la Mesa de Entidades del Tercer Sector, la Federaci¨®n de Asociaciones de Vecinos de Barcelona o impulsores de vivienda cooperativa¡ª han comenzado a recoger firmas para la Iniciativa Ciudadana, que ya ha sido aceptada por la Comisi¨®n Europea.

Tienen un a?o por delante para recabar, en toda la Uni¨®n, un mill¨®n de apoyos a un texto que plantean cinco demandas: que no haya l¨ªmite en gasto p¨²blico para vivienda; que las ayudas no sean solo para las familias con rentas bajas; facilitar financiaci¨®n p¨²blica para hacer pisos sociales; regular la duraci¨®n de los contratos; y que la vivienda figure en las estad¨ªsticas europeas con metodolog¨ªas homog¨¦neas.

Para todo ello es necesario modificar el texto del tratado fundacional de Maastricht, que reconoce la vivienda como un derecho, destac¨® el portavoz de la iniciativa en Espa?a, Santi Mas de Xax¨¤s. Adem¨¢s de en Espa?a y Austria, hay entidades promotoras en pa¨ªses como Reino Unido, Alemania, Finlandia, Francia, Portugal, Malta, Italia, Hungr¨ªa, Rep¨²blica Checa o Chipre.

Las organizaciones de Barcelona enmarcaron el lanzamiento de la Iniciativa en la precampa?a de las elecciones europeas de mayo y las movilizaciones previstas para el fin de semana. ¡°Es la ocasi¨®n de trasladar demandas concretas al espacio normativo de la UE, de transformar la ret¨®rica del derecho a la vivienda en el marco jur¨ªdico a trav¨¦s de organizaciones de todo el continente¡±, afirm¨® Javier S¨¢nchez, del Sindicato de Inquilinos.

Los datos en Espa?a dan cuenta de la magnitud de la crisis de la vivienda. Los alquileres no han parado de subir desde 2013 mientras los salarios se mantienen. En cinco a?os, las rentas han subido un 51% en Palma de Mallorca, un 45% en Barcelona y un 28% en Valencia y Madrid, seg¨²n datos de portales inmobiliarios. De media, los espa?oles destinan el 34% de su salario al alquiler, aunque el porcentaje se dispara en comunidades como Catalu?a, donde asciende al 51% de los ingresos (en la Comunidad de Madrid y el Pa¨ªs Vasco es del 44%). Tambi¨¦n Catalu?a lidera los desahucios por alquiler: el a?o pasado hubo 8.877, una cuarta parte del total de 37.285 en Espa?a.

No es casualidad que los movimientos por el derecho a la vivienda sean fuertes en Catalu?a y especialmente en Barcelona. La ciudad suele liderar iniciativas como la manifestaci¨®n de este s¨¢bado. Tambi¨¦n hay protestas convocadas en Madrid, Zaragoza, Palma de Mallorca o Coru?a. Y en Europa est¨¢ prevista una manifestaci¨®n en Berl¨ªn, donde est¨¢ sobre la mesa la idea de nacionalizar vivienda de grandes propietarios. Otras ciudades donde se han convocado protestas son Lisboa o Par¨ªs.

¡°La burbuja del alquiler afecta a todo el continente. Tiene que ver con la mercantilizaci¨®n del mercado: se agudiza la transformaci¨®n de la vivienda en un producto financiero, lo que provoca que cada vez sea menos asequible y estable¡±, lamenta el portavoz del Sindicato de Inquilinos de Barcelona, Jaime Palomera.