El reto de suceder a un mago
Cuando Lagarde llegue a su primer consejo, seguramente hallar¨¢ dos decisiones clave: los nuevos est¨ªmulos y el nuevo objetivo de inflaci¨®n
Antes de sentarse a su primer consejo de gobierno en el BCE (2011), Mario Draghi ya hab¨ªa fraguado su primera decisi¨®n: bajar los tipos de inter¨¦s, para combatir el rebote de la recesi¨®n.
Lleg¨® y bes¨® el santo. Propuso la rebaja, en fr¨ªo. Un halc¨®n se opuso. Con trampa: condicion¨® su s¨ª a que no se hiciera otra rebaja en la siguiente reuni¨®n, algo muy r¨ªgido pues la coyuntura era vertiginosa.
El finland¨¦s y draghista Erkki Liikanen pidi¨® pausa, apel¨® a su DNI n¨®rdico, y convenci¨® al disidente. Si no, el disenso se habr¨ªa le¨ªdo en Alemania con un deje despectivo a la falta de rigor italiana: the end.
Draghi se dej¨® ayudar. Pero desde antes de empezar sab¨ªa qu¨¦ deb¨ªa hacer. Sab¨ªa el oficio. Por eso en la crisis de la deuda sure?a, salv¨® el euro con la frase ¡°har¨¦ todo lo que sea necesario¡± (26/7/2012).
Por eso refund¨® la casa hasta dejarla ¡°dif¨ªcilmente reconocible¡±, como sostiene Olivier Blanchard, el economista jefe del FMI con Dominique Strauss-Kahn (DSK) y Christine Lagarde: ¡°el BCE se transform¨®, desde suministrar liquidez, a la compra masiva de un amplio lote de activos, a los intereses negativos, mientras manten¨ªa y reforzaba su credibilidad¡±.
Cuando Lagarde llegue a su primer consejo, en noviembre, seguramente hallar¨¢ dos decisiones clave activadas o maduradas: los nuevos est¨ªmulos (reducci¨®n de tipos y compras de activos) y el nuevo objetivo de inflaci¨®n, el 2% a secas, sin el deflacionista ¡°por debajo, pero cercano al 2%¡±.
No deber¨¢, pues, ser de inicio tan creativa, su dificultad objetiva al no ser t¨¦cnica en pol¨ªtica monetaria. Doblada del aroma superpol¨ªtico de su elecci¨®n en paquete, lo que sombrea la independencia. Y triplada del affaire Bernard Tapie, que le har¨¢ sudar en su examen ante el Parlamento.
Y podr¨¢ dedicarse a aprender a galope, de lo que ha acreditado ser capaz. Y a explotar sus dotes: de paloma activa (aportando financiaci¨®n a los rescates); de contrafigura de los halcones (adieu, Jens Weidmann, un alivio); de comunicadora (m¨¢s fluida que casi todos los dem¨¢s candidatos).
Lagarde es liberal por estudios americanos, conservadora a la francesa ¡ªcosa distinta a reaccionaria¡ª y semikeynesiana por aprendizaje en el FMI forjado por DSK.
As¨ª, ha propugnado pol¨ªticas presupuestarias expansivas (donde se pueda). Lean en su (?mejor?) discurso: ¡°Si la inversi¨®n p¨²blica se dise?a adecuadamente y se ejecuta con eficiencia, un deber en un contexto de fuertes restricciones presupuestarias, el alza del PIB puede contrarrestar el incremento de la deuda p¨²blica, para que no crezca m¨¢s que la econom¨ªa¡± (Investment for the future, Aix en Provence, 6/4/2014).
Es una base para modular la confluencia y coordinaci¨®n de las pol¨ªticas fiscal y monetaria, el gran desaf¨ªo del momento.
Pues el rescate de una entidad por un banco central lo acaba financiando el Tesoro. Y porque sin un espacio fiscal y bancario com¨²n renquea la transmisi¨®n de las decisiones monetarias, ya que generan efectos dispares seg¨²n la dispersi¨®n de la eurozona (tipos reales de los bancos al cliente muy distintos). Menuda asignatura.
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