A m¨¢s turbaci¨®n, m¨¢s inversi¨®n
Habr¨¢ que convencer a Donald Trump de que sus guerras que deprimen el comercio mundial son est¨²pidas
¡°En tiempos de turbaci¨®n, no hacer mudanza¡±, sosten¨ªa Ignacio de Loyola. En econom¨ªa hay que hacer exactamente lo contrario. En tiempos de turbaci¨®n que amenazan con convertirse en recesi¨®n, m¨¢s inversi¨®n.
Alemania puede hacerlo. Tiene margen. Su nivel de deuda p¨²blica es envidiable, no supera el 61% del PIB. Annegret Kramp-Karren (AKK) ¡ªla sucesora in pectore de Angela Merkel¡ª sostiene, como Loyola, que no hay que achatarrar la pol¨ªtica de d¨¦ficit presupuestario cero, incorporada a la Ley Fundamental (Constituci¨®n).
Pero deber¨¢ al menos modularse seg¨²n la evoluci¨®n del ciclo, esto es, periodificarse, si se quiere evitar la recesi¨®n.
Eso est¨¢ en ciernes, pero muy t¨ªmida y sectorialmente. El ministro de Finanzas, Olaf Scholz, est¨¢ estudiando la opci¨®n de emitir bonos verdes. Con la finalidad de financiar una mastod¨®ntica inversi¨®n en energ¨ªas renovables (en la estela del corredor de energ¨ªa e¨®lica desde el B¨¢ltico hasta D¨¹sseldorf) y la adaptaci¨®n de la econom¨ªa al cambio clim¨¢tico.
Bastar¨ªa aplicar ese principio a otros sectores, como la industria manufacturera, la que m¨¢s flaquea, tras la ineficaz banca, peor cuanto m¨¢s grande es la entidad; mientras servicios y construcci¨®n aguantan. Y tambi¨¦n a las infraestructuras, como los canales de transporte fluvial (all¨¢ decisivos), que son antediluvianos.
Para modernizarlas, y de paso aumentar la competitividad mientras se conjura la llegada de la recesi¨®n. ?Es que acaso alguien proh¨ªbe a los alemanes beneficiarse a tope de la fase de tipos de inter¨¦s cero impulsada por Mario Draghi (pese a los dicterios que le dedicaron) y que se auguran bajo cero desde oto?o?
?Cu¨¢ndo dispondr¨¢ Alemania de mejor oportunidad para usar su capacidad de endeudamiento, dado su bajo nivel de deuda, comparativamente magn¨ªfico?
Pero claro, esta receta servir¨ªa principalmente para aumentar la demanda interna, mucho menos para mejorar el sector exterior, la gran catapulta del crecimiento alem¨¢n, y que sostiene un exagerado super¨¢vit comercial, del 8%. De modo que para mantener el nivel de sus exportaciones, habr¨¢ que convencer a Donald Trump de que sus guerras que deprimen el comercio mundial son est¨²pidas.
Quiz¨¢ no sea imposible, pues al retrasar los nuevos aranceles al resto de productos chinos que aun no hab¨ªa sobregrabado, lo justific¨® porque ¡°pudieran tener un impacto [negativo] en los consumidores estadounidenses¡±. Por vez primera reconoce da?os colaterales a su pol¨ªtica comercial. Ver¨ªa m¨¢s si repara en que la china Huawei acelera su sistema operativo Harmony, para reemplazar al Android..
O que en un a?o de nuevos aranceles (hasta final de este junio), las ventas de EE UU a China cayeron un 21%; mientras que en sentido inverso crecieron un 1%.
As¨ª que adem¨¢s de Alemania y la UE, como campeonas de todas las econom¨ªas abiertas al exterior, la otra gran v¨ªctima de sus aranceles es EE UU. ?No es est¨²pido dispararse al propio pie?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.