La cuenta de resultados de Draghi
La pol¨ªtica monetaria del hoy ya expresidente del BCE ha rebajado el coste de la deuda y ha impulsado una pol¨ªtica fiscal que invierte m¨¢s a coste inferior sin el inconveniente de las medidas de austeridad: recortar el gasto social
Mario Draghi se despide hoy sin conocer todos los efectos de su ¨²ltimo paquete de est¨ªmulos. Hasta noviembre ¡ªen Espa?a¡ª no sabremos si ha servido para suavizar o invertir la creciente contracci¨®n del cr¨¦dito. Y pues, si los est¨ªmulos han sido desde este punto de vista ¡ªclave¡ª suficientes para una correcta transmisi¨®n al cliente de la pol¨ªtica monetaria global. O habr¨ªa que ampliarlos.
Pero ya son sustanciales en otros ¨¢mbitos: la prima de riesgo, el coste adicional de endeudarse en Espa?a o Grecia respecto al de Alemania. Desde el paquete del 12 de septiembre, la espa?ola ha bajado de 78 puntos a 64 (para un pico anual de 131), y la griega, de 208 a 167 (para un c¨¦nit anual de 425). Quien sostenga que la pol¨ªtica monetaria es in¨²til para una financiaci¨®n similar de las distintas deudas p¨²blicas y la convergencia financiera en el mercado ¨²nico, que desmienta esos datos.
Aunque quedan semanas para ver todo el poso. M¨¢s m¨¦rito de la c¨²pula del BCE que adopt¨® el paquete, sabiendo que no lo disfrutar¨ªa. Todo indica que Draghi no solo quiso marcar impronta de su legado, sino hacer de pararrayos de su sucesora, Christine Lagarde; atraer hacia ¨¦l las iras de los halcones y despejarle as¨ª el camino.
?En qu¨¦ nos benefici¨® la gesti¨®n de Draghi? Claro que salv¨® al euro con su frase de julio de 2012: "Har¨¦ todo lo necesario para salvar el euro...". Si hubiese enmudecido, no existir¨ªa la moneda ¨²nica, ni los halcones que la atacan. Claro que refund¨® el BCE, atendiendo no solo a la inflaci¨®n, sino a intereses que tambi¨¦n figuran en su mandato, como el crecimiento y el empleo. Adem¨¢s, en tiempo de solapamiento de lo monetario y lo presupuestario en todo el globo, sus medidas han tenido impacto ben¨¦fico equivalente al fiscal.
La expansi¨®n monetaria ¡ªque al cabo es dispensar liquidez, y barata, con distintas f¨®rmulas¡ª ha rebajado el coste de la deuda: los bonos espa?oles circulantes en 2011 costaban al Estado una media del 4%; ahora es del 2,3%; la emisi¨®n nueva costaba un 3,90%; ahora, el 0,64%. Por los bajos tipos, Espa?a y Alemania "han recibido mayores ganancias por intereses de lo que han desembolsado en pagos de intereses", certificaba el banquero central ya en 2016. Y gracias a ello, Grecia ya cobra ¡ªy no paga¡ª por vender sus bonos (de corto plazo, a tres meses): un 0,02%. El milagro.
No solo el Estado gana. Las familias y empresas pagar¨¢n este a?o en Espa?a 17.000 millones en intereses, frente a los 106.000 millones de 2008, seg¨²n Funcas.
As¨ª, la pol¨ªtica monetaria expansiva abre espacio para la acci¨®n de una pol¨ªtica fiscal que invierta m¨¢s a coste inferior; que aumente liger¨ªsimamente la deuda (o la reduzca), pagando menos por su factura; que impulse el consumo privado, como si fuera una rebaja fiscal ¡ªm¨¢s dinero en mano para todos¡ª, pero sin el inconveniente de su correlato en las pol¨ªticas presupuestarias de austeridad, recortar el gasto social.
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