La inesperada nostalgia de la oficina
El teletrabajo ya hace mella en empleados que se sienten solos y desubicados, y las empresas empiezan a preocuparse
Es casi inconfesable, pero ya hay gente que desear¨ªa volver a la oficina, hartos del teletrabajo e incluso tristes de estar solos en casa. Otros est¨¢n encantados, pero hay quien lo lleva mal y los expertos tienen una explicaci¨®n, que es algo as¨ª como cuando a uno le deja su pareja: se rompe un v¨ªnculo afectivo. ¡°Estoy organizando unas sesiones de coaching de equipos online y la empresa me acaba de llamar para pedirme si puede ser presencial, porque resulta que todos sus empleados lo han pedido; quieren verse, estar juntos, compartir algo¡±, explica Manel Fern¨¢ndez Jaria, especialista en Bienestar en el Trabajo de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). ¡°Es absolutamente normal, ha habido una adaptaci¨®n de emergencia a una situaci¨®n muy complicada, pero ahora ya hace falta una planificaci¨®n psicoemocional para mantener el v¨ªnculo con la empresa. Las empresas ya lo est¨¢n notando y tienen que empezar a trabajar en ello, que la gente sienta el calor de la organizaci¨®n y los equipos¡±, opina este especialista en levantar la moral en las empresas y mejorar su motivaci¨®n. En esta situaci¨®n, Fernandez Jaria apunta que pueden servir los encuentros presenciales peri¨®dicos para no perder el contacto entre las personas, y tambi¨¦n la soluci¨®n que parece que tiene m¨¢s futuro: combinar el teletrabajo y la oficina, en f¨®rmulas de cuatro d¨ªas y uno, o tres y dos, durante la semana. ¡°La creatividad, las ideas, solo surgen del contacto directo¡±.
Un estudio de Morning Consult publicado en el New York Times este mes indica que el 58% de las estadounidenses que teletrabajan se sienten desconectadas de sus compa?eros, y el 44% se sienten m¨¢s solos y aislados desempe?ando la jornada en sus casas. Se echa de menos toda la parte de vida social que conlleva el trabajo, las conversaciones, los amigos, las pausas, los caf¨¦s y el ambiente humano. Despojado de compa?¨ªa, todo se reduce a productividad. ¡°Si todo se resume a encargos por correo, o reuniones virtuales se debilita el v¨ªnculo afectivo, se va diluyendo el compromiso. Eso est¨¢ muy estudiado en psicolog¨ªa social: una baja tasa de compromiso conlleva una alta tasa de rotaci¨®n, muchos se van, y se suelen ir los mejores. Hay que incentivar ese v¨ªnculo¡±, explica Francisco D¨ªaz Bretones, profesor de Psicolog¨ªa Social en la facultad de Relaciones Laborales de la Universidad de Granada y coordinador del Grupo de investigaci¨®n WISE (Wellbeing for Individuals, Society and Enterprises).
El asunto es a¨²n m¨¢s complejo si se considera que los que vuelven a una oficina lo hacen a lugares que no son los que eran, y esa tambi¨¦n puede ser otra experiencia decepcionante. Por ejemplo, pasear en este momento por la zona financiera de Azca, en el centro de Madrid, da una sensaci¨®n desoladora entre rascacielos medio vac¨ªos. ¡°Es un poco deprimente. Trabajo aqu¨ª, en Torre Europa, donde hay unas 30 ¨® 40 empresas, pero esto est¨¢ muerto, todo vac¨ªo¡±, cuenta Daniel Valdr¨¦s, 28 a?os, de Kraft-Heinz. Fuma en la terraza de uno de los muchos bares de la zona que se han quedado sin clientes. ¡°A esta hora normalmente esto estaba lleno de gente, mira ahora¡±. En su empresa son 80 empleados y van cada d¨ªa cerca de 10, uno o dos d¨ªas cada uno a la semana. Tienen que avisar una semana antes de que van, para organizar bien los turnos, porque hay l¨ªmite de aforo, por si hay un positivo y as¨ª poder localizar a sus colegas de turno.
¡°Yo he agradecido volver, por tener un poco de contacto, interactuar, ver a los compa?eros. La rutina es buena, te da un poco de ritmo, es importante¡±, comenta Sergio, de 40 a?os, que trabaja en Deloitte en el rascacielos de al lado, Torre Picasso. Los empleados de esta firma cuentan que han ido regresando menos de la mitad, hay un servicio m¨¦dico que lo controla todo, en las salas de reuniones no puede haber m¨¢s de dos personas y en cada lugar hay un c¨®digo QR que debe registrarse al entrar, para que en todo momento se sepa d¨®nde est¨¢ cada uno y cu¨¢ntas personas hay en cada espacio.
Nadie sabe qu¨¦ va a pasar, pero la idea que se va imponiendo es que quiz¨¢ nada volver¨¢ a ser como era. ¡°Esto ha cambiado para siempre, no es que vayamos a volver a lo de antes, porque las empresas han descubierto que el teletrabajo es muy rentable. Se ir¨¢ a f¨®rmulas mixtas, semipresenciales, porque las empresas tambi¨¦n est¨¢n viendo que surgen problemas, las bajas probablemente se van a disparar. Por trastornos psicosom¨¢ticos, ansiedad, problemas musculares¡¡±, advierte D¨ªaz Bretones. Comenta que ya hay mutuas de empresas que empiezan a ofrecerles asistencia psicol¨®gica para empleados, porque necesitan hablar y contarle a un profesional sus bajones de ¨¢nimo.
La necesidad de salir de casa y separarla del trabajo est¨¢ llevando nuevos clientes a los locales de coworking. ¡°Est¨¢n viniendo muchos que se fueron y tambi¨¦n otros nuevos, y estamos ofreci¨¦ndoles alternativas, para que puedan venir dos o tres d¨ªas, si de lunes a viernes no se lo pueden permitir. Al principio nos fuimos todos a trabajar online, y ahora estamos volviendo lentamente¡±, razona Sonia Felipe, directora de Marketing de Impact Hub, una red de espacios de coworking implantada en todo el mundo. Sus sedes nunca han cerrado en estos meses, aunque durante el confinamiento la afluencia se desplom¨®, pero aseguran que desde finales de agosto muchos clientes empezaron a volver. ¡°Se les ca¨ªa la casa encima, por una necesidad de conectar, trabajar solo en remoto es muy duro. Las peque?as empresas, start-up, buscan espacios para rotar equipos, para verse de vez en cuando, hacer reuniones¡±, explica. H¨¦roe particular de esta cadena es un cliente de su centro del barrio de Prosperidad: sigui¨® yendo a trabajar all¨ª toda la cuarentena, ¨¦l solo, porque en casa ten¨ªa tres ni?os y era la ¨²nica manera. Un estudio de Impact Hub entre sus usuarios indica que casi el 80% va a adoptar a partir de ahora modelos h¨ªbridos, combinando oficina y teletrabajo.
En todo caso, para las empresas est¨¢ siendo dif¨ªcil afrontar este nuevo escenario, ya que pierden la percepci¨®n del estado de ¨¢nimo colectivo de su plantilla. Fernandez Jaria suele hacer una radiograf¨ªa emocional con aplicaciones de autodiagn¨®stico. Cada empleado marca en su tel¨¦fono, de forma an¨®nima, c¨®mo se encuentra cada d¨ªa entre distintas opciones de colores, desde el aburrimiento y el enfado a la felicidad. ¡°Si te sale que el 70% de tus trabajadores est¨¢n en un tono bajo o deprimidos, pues tienes un problema, ?no?¡±.
?Hacia una nueva deslocalizaci¨®n laboral?
Pero la distancia entre la empresa y el trabajador puede ir mucho m¨¢s lejos. En junio, cuando comenz¨® a gestarse la nueva ley para regular el teletrabajo, el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, mostr¨® su malestar ante posibles normativas demasiado r¨ªgidas y advirti¨®: ¡°Si se me ponen condiciones imposibles es que yo ma?ana puedo contratar en Portugal¡±. Despu¨¦s, Gobierno, patronal y sindicatos llegaron a un acuerdo para regular el teletrabajo, pero esa amenaza indica hasta d¨®nde se puede llegar. ¡°El siguiente paso del teletrabajo puede ser la total deslocalizaci¨®n de la mano de obra, no ya de las empresas¡±, previene Francisco D¨ªaz Bretones. Hace a?os que es frecuente llamar a un servicio de atenci¨®n telef¨®nica y que respondan desde otro continente, pero la irrupci¨®n del trabajo en remoto ha revelado que pr¨¢cticamente cualquier cosa puede hacerse a distancia. ¡°?Y para qu¨¦ contratar en Espa?a si puedo hacerlo en otro pa¨ªs pagando la mitad del sueldo?¡±.
Se puede ir m¨¢s all¨¢, como est¨¢ haciendo Estonia, el pa¨ªs m¨¢s digitalizado del mundo y pionero en este campo. Para captar trabajadores, empresas y talentos otorga desde 2014 la llamada residencia virtual o digital a ciudadanos de fuera de la UE. Hay m¨¢s registros de nuevos estonios digitales que de nacimientos de estonios reales. Profesionales de sectores tecnol¨®gicos, financieros y de consultor¨ªa, y tambi¨¦n empresas, operan desde el pa¨ªs b¨¢ltico. Se benefician de entrar en el marco legal europeo y de una baja fiscalidad, y Estonia, de su impacto econ¨®mico. No da derecho a la nacionalidad, ni autom¨¢ticamente a la residencia fiscal, ni permiso de entrada a la UE, pero es que no les hace falta.
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