Bruselas apremia a Espa?a a reformar las pensiones y el mercado laboral
La Comisi¨®n Europea pide tambi¨¦n resolver la fragmentaci¨®n de la regulaci¨®n auton¨®mica
La econom¨ªa espa?ola tiene un problema potencial con la sostenibilidad de las pensiones. El empleo es su tal¨®n de Aquiles desde hace d¨¦cadas, con las tasas de paro y temporalidad m¨¢s altas del Atl¨¢ntico Norte. Y la pandemia ha hecho visibles las costuras del Estado de las autonom¨ªas. Bruselas quiere aprovechar la inyecci¨®n de ayudas europeas para atar las reformas estructurales que Espa?a lleva a?os sin terminar de resolver: quiere reformas en esos tres ¨¢mbitos, pensiones, laboral y unidad de mercado. Y las quiere ya: reclama un plan cre¨ªble y coherente al Gobierno, seg¨²n las fuentes consultadas, a cambio del est¨ªmulo europeo.
Reforma es una palabra maldita, porque en los ¨²ltimos a?os ha sido un simple eufemismo para evitar decir recortes y porque fue la troika (Comisi¨®n, BCE y FMI) quien oblig¨® a imponer esa austeridad. Bruselas ha cambiado esa aproximaci¨®n: ya no quiere imponer, sino invitar a los pa¨ªses que m¨¢s las necesitan a aprobar medidas estructurales a cambio de un aluvi¨®n de fondos ¡ª750.000 millones en total; la mitad, a fondo perdido¡ª que permitan tragar esa p¨ªldora con menos dolor. La Comisi¨®n quiere aprovechar la inyecci¨®n masiva de ayudas para atar las reformas que Espa?a lleva a?os haciendo, a su juicio, solo a medias. Bruselas quiere que el Gobierno se comprometa en tres grandes pilares: garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones, nuevas reglas para reducir la tasa de temporalidad laboral y una ley de unidad de mercado que evite la fragmentaci¨®n de la regulaci¨®n auton¨®mica. El Ejecutivo comunitario querr¨ªa, adem¨¢s, vincular parte de los fondos a la ejecuci¨®n de las reformas ¡ªcondicionalidad por la puerta de atr¨¢s¡ª, aunque Bruselas y el FMI sostienen que eso puede suponer un incentivo si se usan las ayudas para compensar los costes a la corta que provoca cualquier reforma de calado. Pagar por reformar es el nuevo mantra.
Las fuentes consultadas en varios ministerios apuntan que ese es tambi¨¦n el camino elegido en La Moncloa. Espa?a est¨¢ negociando en Bruselas un paquete de medidas, que pretende presentar ya en enero, en el mismo momento en que se anuncien los proyectos a los que se destinar¨¢n los fondos europeos.
Habr¨¢ retoques de la ley de unidad de mercado ¡ªimpulsada por el PP¡ª que permitan resolver la fragmentaci¨®n de la regulaci¨®n auton¨®mica, en l¨ªnea con lo que pide Bruselas pero sin incomodar a los partidos nacionalistas, que han ganado peso en el equilibrio inestable de apoyos al Ejecutivo. El ministro Jos¨¦ Luis Escriv¨¢ tiene lista una reforma de pensiones ¡ªque ha recibido el espaldarazo del Pacto de Toledo¡ª, aunque la Comisi¨®n no termina de fiarse de los n¨²meros. Y la vicepresidenta Nadia Calvi?o y la ministra de Trabajo, Yolanda D¨ªaz, pelean por imponer una reforma laboral que dejar¨ªa en lo esencial las cosas m¨¢s o menos como est¨¢n, si triunfan las tesis de Calvi?o, y que derogar¨ªa parcialmente la reforma del PP si prevalecen las ideas de D¨ªaz y otros ministros, incluso del PSOE. El Ejecutivo trabaja ya en la letra peque?a en esos tres ¨¢mbitos, maneja papeles ¡ªque apenas han visto la luz¡ª y se esmera en reuniones internas, con los agentes sociales y Bruselas. Pero a la espera de los Presupuestos, apenas ha dado pistas de esos detalles en aspectos esenciales, que podr¨ªan provocar encontronazos dentro del Gobierno, con la oposici¨®n y con los agentes sociales en funci¨®n del resultado final.
Bruselas quiere aprobar en abril los planes de recuperaci¨®n nacionales para lanzar una gran emisi¨®n de bonos comunitarios antes del verano. Y para entonces quiere amarrar las reformas que se incluir¨¢n en el documento que reemplazar¨¢ las recomendaciones del Semestre Europeo, uno de esos constructos bruselenses que gu¨ªan la pol¨ªtica econ¨®mica del club europeo. Ya no ser¨¢n consejos, sino medidas a las que Espa?a debe comprometerse antes de la primera gran emisi¨®n de deuda. Ahora es el momento del intercambio de papeles, de las discrepancias en las tablas de Excel de unos y otros, de los tachones en rojo y el toma y daca entre Madrid y Bruselas, que subraya la implicaci¨®n del Ejecutivo espa?ol. Las negociaciones se repiten con cada uno de los 27 socios de la UE y ser¨¢n tambi¨¦n complicadas con Irlanda, a la que se pide una reforma de su sistema impositivo para que deje de ser un pseudopara¨ªso fiscal dentro del euro.
Fuentes comunitarias apuntan que Espa?a es uno de los pa¨ªses a los que deben prestar mayor atenci¨®n. Las previsiones de la UE apuntan a un desplome econ¨®mico: una ca¨ªda del 12,4% en 2020, con la deuda al alza. En plena segunda ola de contagios, los ajustes fiscales parecen aparcados al menos hasta que Berl¨ªn decida poner fin a su programa de est¨ªmulos. Bruselas teme el momento en el que se retiren las medidas de protecci¨®n de empleos y empresas. Una alta fuente comunitaria considera que, m¨¢s all¨¢ de la crisis derivada por la pandemia, el pa¨ªs afronta un cambio estructural que impone reformas, tal y como han venido reclamando tambi¨¦n el BCE y el FMI.
La vicepresidenta Calvi?o lidera las conversaciones en el lado de la mesa espa?ol. En el otro est¨¢n el vicepresidente Valdis Dombrovskis y el comisario Paolo Gentiloni. Ambos han optado por la prudencia en sus declaraciones, pero los t¨¦cnicos tienen la lupa puesta en medidas como la reciente subida de pensiones. La vicepresidenta Calvi?o admiti¨® que Bruselas est¨¢ ¡°analizando¡± los efectos de las medidas adoptadas en un ¡°ambiente tremendamente positivo¡±. Fuentes comunitarias sostienen que su posici¨®n es n¨ªtida: no gust¨® que el Gobierno del PP vinculara las pensiones al IPC y quieren medidas que garanticen que se podr¨¢ cubrir ese gasto sin que la deuda siga creciendo.
Piden concreci¨®n
Bruselas espera tambi¨¦n medidas sobre el mercado laboral. La Comisi¨®n rechaza la derogaci¨®n total o parcial de la reforma del Gobierno del PP, y espera medidas sobre todo en dos ¨¢mbitos: los servicios de empleo y la reducci¨®n de la temporalidad, que sigue siendo una de las m¨¢s elevadas de Europa. Otras fuentes consultadas tambi¨¦n ans¨ªan una suerte de plan de reciclaje para los trabajadores que perder¨¢n su empleo el a?o que viene con la retirada de los ERTE, muchos de ellos en el sector servicios. Calvi?o ha trasladado a Bruselas que ese paquete lo abordar¨¢ con los agentes sociales. ¡°Espa?a tiene un problema de sostenibilidad de las pensiones y del mercado laboral. No estamos en 2012: ni pedimos ajustes fiscales que puedan tener un efecto negativo a corto plazo ni imponemos una soluci¨®n, pero Espa?a debe concretar medidas¡±, afirman fuentes europeas.
Suspicacias europeas sobre el mercado de trabajo
La laboral es la m¨¢s controvertida de las reformas que se avecinan: Calvi?o se decanta por que en la negociaci¨®n colectiva prevalezcan los convenios de empresa sobre los sectoriales y por dejar intacto el l¨ªmite de la ultraactividad que se introdujo con la ¨²ltima reforma laboral (la ampliaci¨®n autom¨¢tica durante un m¨¢ximo de un a?o de los convenios cuando expiran sin acuerdo entre la empresa y los trabajadores). Podemos, en cambio, apuesta por los convenios sectoriales y por abolir el l¨ªmite de la ultraactividad, tal como figura en el acuerdo de coalici¨®n con el PSOE. En esa batalla, el PSOE est¨¢ m¨¢s cerca de Yolanda D¨ªaz que de Calvi?o, pero Bruselas est¨¢ m¨¢s cerca de la vicepresidenta: ¡°Ser¨¢ importante que cualquier nueva medida solo se adopte tras una detenida evaluaci¨®n de sus efectos potenciales y que se preserven los logros de las reformas anteriores¡±, advierte la Comisi¨®n en una evaluaci¨®n reciente.
¡°Los efectos antic¨ªclicos del fondo de recuperaci¨®n se van diluyendo y hay que ver esa operaci¨®n como una oportunidad de transformaci¨®n de la econom¨ªa en el medio plazo. Sin que los ERTE nos nublen la vista, hay que pensar por qu¨¦ el impacto de una crisis sobre el empleo siempre es mayor en Espa?a. Sin que el man¨¢ europeo nos nuble la vista, hay que pensar por qu¨¦ el d¨¦ficit estructural es tan alto y plantear medidas que permitan una protecci¨®n social consistente sin que su peso se cargue sobre las generaciones futuras¡±, concluye Carlos Mart¨ªnez Mongay, ex director general adjunto de la Comisi¨®n.
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