¡°Chile necesita un sector p¨²blico capaz de generar una nueva pol¨ªtica de desarrollo¡±
El profesor em¨¦rito de la Universidad de Cambridge critica el modelo de crecimiento seguido desde los a?os ochenta y apela a la intervenci¨®n del Estado para diversificar la econom¨ªa
El panorama luce todo menos despejado para la econom¨ªa chilena. Las protestas han hecho mella en el sector servicios, arrastrando el PIB a su menor crecimiento en una d¨¦cada. Y, sobre todo, han puesto frente el espejo a una de las econom¨ªas m¨¢s din¨¢micas de la regi¨®n: el supuesto milagro est¨¢ m¨¢s en cuesti¨®n que nunca. Con la desaceleraci¨®n como tel¨®n de fondo y meses despu¨¦s de la publicaci¨®n de un estudio demoledor sobre su pa¨ªs, que vio la luz pocos d¨ªas antes del inicio de las protestas, el economista Jos¨¦ Gabriel Palma (Santiago de Chile, 1947) atiende a EL PA?S por videoconferencia desde su despacho en la Universidad de Cambridge, donde es profesor em¨¦rito -una funci¨®n que compatibiliza con su tarea como docente en la Universidad de Santiago-. Huye de una lectura cortoplacista de los datos y prefiere trazar un horizonte de largo plazo. Y ah¨ª, su diagn¨®stico es meridiano: "Chile cerr¨® un ciclo y necesita un Estado capaz de generar una nueva pol¨ªtica de desarrollo". Nada a contracorriente.
Pregunta. El crecimiento de la econom¨ªa chilena cay¨® a la mitad en 2019. ?Hasta qu¨¦ punto han pesado las protestas?
Respuesta. La econom¨ªa chilena es, en realidad, dos: una exportadora, que no se ha visto afectada y que sigue creciendo, y otra de servicios y construcci¨®n, de baja productividad y que s¨ª ha sufrido por la imposibilidad de que muchos empleados llegasen a sus trabajos.
P. ?Qu¨¦ espera para 2020?
R. Un crecimiento m¨ªnimo que vendr¨¢, sobre todo, del sector exportador. Est¨¢ claro que se viene un a?o complicado, de desaceleraci¨®n fuerte sobre una econom¨ªa que ya ven¨ªa muy desacelerada. La derecha cre¨ªa que todo depend¨ªa de las expectativas, pero gan¨® [Sebasti¨¢n] Pi?era y no pas¨® nada. Adem¨¢s, no se puede descartar otra reacci¨®n de descontento si pasa poco o nada respecto del proceso constituyente en marcha.
P. ?Y la inversi¨®n?
R. Ah¨ª s¨ª tendr¨¢n efecto las protestas. Por ejemplo, la llegada de capitales extranjeros se va a desacelerar, aunque en Chile la inversi¨®n exterior en ¨¢mbitos verdaderamente productivos son m¨ªnimas.
P. ?Hasta qu¨¦ punto debe preocupar la depreciaci¨®n del peso?
R. Desde 2001 se ha seguido una pol¨ªtica muy ortodoxa, de tipo de cambio libre. Pero, a diferencia de otros pa¨ªses, Chile tiene pocas reservas para evitar que el peso siga depreci¨¢ndose: Brasil, por ejemplo, tiene tres o cuatro veces m¨¢s reservas en t¨¦rminos comparables. El banco central se cas¨® con su propio fundamentalismo y no se prepar¨® para una situaci¨®n en la que tuviese que actuar. Y ahora tiene que ser muy cuidadoso.
P. No le gusta que el tipo de cambio fluct¨²e libremente.
R. En una econom¨ªa como la chilena y en un contexto internacional como el actual es absurdo, autodestructivo por la incertidumbre que genera. Ah¨ª est¨¢ la experiencia de muchos pa¨ªses asi¨¢ticos en los que un cambio estable y competitivo ha sido fundamental para diversificar la econom¨ªa. Y hay algo de lo que no se habla y que creo que es lo que m¨¢s preocupa al banco central: el sector privado chileno tiene la deuda m¨¢s alta, en porcentaje del PIB, de todo el mundo emergente. M¨¢s que China, Rusia, Turqu¨ªa... Y es deuda en d¨®lares.
P. ?Hay riesgo de quiebras?
R. A corto plazo no: a¨²n tienen margen de maniobra para soportar este tipo de cambio e incluso uno algo m¨¢s alto, aunque con impacto sobre los m¨¢rgenes y la inversi¨®n. Algunos pagar¨¢n deuda existente con m¨¢s deuda, transformando el problema de corto plazo en uno de mediano o largo.
P. Algunos analistas se sorprenden de que las protestas se produzcan, precisamente, en uno de los pa¨ªses m¨¢s ricos de Am¨¦rica Latina.
R. En lo ¨²nico en lo que todo el mundo est¨¢ de acuerdo en Chile es en que lo que pas¨® fue una sorpresa. Pero hab¨ªa se?ales importantes que se ignoraron, como que en la ¨²ltima elecci¨®n presidencial m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n no votase, ni siquiera en segunda vuelta. Se pens¨® que era apat¨ªa cuando era un voto de protesta. Tambi¨¦n crec¨ªa el rechazo al abuso generalizado. Los chilenos tienen mucha paciencia y aguantan mucho m¨¢s all¨¢ de lo que deber¨ªan, pero cuando se les agota salen con todo. La rapidez y la virulencia del estallido tienen que ver con eso, con que se aguant¨® durante demasiado tiempo: las protestas estallaron pr¨¢cticamente por nada -una subida del Metro de centavos de d¨®lar-, pero hab¨ªa un descontento social latente por la arbitrariedad sistem¨¢tica. Como dec¨ªa uno de los esl¨®ganes de los primeros d¨ªas: "No son 30 pesos, son 30 a?os".
P. ?Qu¨¦ ha pasado en estos 30 a?os?
R. No ha sido una cuesti¨®n de falta de crecimiento, sino de un nivel de abuso que ha llegado a ser insoportable. Para la mayor¨ªa, las pensiones privadas son de hambre y el sistema no tiene soluci¨®n; la salud p¨²blica es de verg¨¹enza para un pa¨ªs como Chile, igual que la educaci¨®n p¨²blica para los grupos de bajos ingresos. Y se regalaron las infraestructuras y los recursos naturales a privados. Cuando dejas un mercado desregulado y un Estado que va por detr¨¢s solucionando problemas de forma pasiva, los sectores corporativos grandes distorsionan los mercados a su favor: se reduce la competencia, no se diversifica la econom¨ªa y empiezan los abusos por precio y mala calidad de los productos y servicios que prestan. A todo eso se suman los salarios: la mitad de los trabajadores chilenos no gana lo suficiente como para sacar de la pobreza a una familia de cuatro personas. Chile est¨¢ en un nivel de ingreso en el que no deber¨ªa permitir esas situaciones. Y es un pa¨ªs que se cree que est¨¢ a las puertas del desarrollo¡
P. El modelo chileno ha sido, durante a?os, ejemplo a seguir para muchos.
R. Ese modelo ya est¨¢ agotado: ya dio lo que pod¨ªa dar. El sector servicios solo crece por el aumento del empleo de bajos salarios y el sector exportador, que es puramente extractivo, ha topado techo solo le interesa crecer en pa¨ªses vecinos. Ese modelo no va a dar, en adelante, m¨¢s all¨¢ de un 2% o 2,5% de crecimiento. S¨ª o s¨ª hay que industrializar el sector exportador, sobre todo el cobre y la madera. De Chile salen al a?o m¨¢s de 1.000 barcos con cobre concentrado, un material que tiene solo un 30% de contenido de cobre. El resto es escoria, as¨ª que el principal producto que Chile exporta es, por volumen, basura. Imag¨ªnate la poluci¨®n in¨²til que genera su transporte. Es un absurdo; no tiene sentido.
P. ?Qu¨¦ deber¨ªa hacer?
R. Pol¨ªtica industrial y pol¨ªtica comercial: lo que ha hecho Asia toda la vida. En el caso del cobre, por ejemplo, lo que yo propongo es cobrar un royalty [tasa] diferenciado como instrumento de pol¨ªtica industrial, para obligar a que al menos se funda en Chile.
P. Se recaudar¨ªa m¨¢s.
R. Si los recursos naturales pagasen royalties que les corresponde, la presi¨®n fiscal bajar¨ªa y podr¨ªamos tener un sistema de salud, una infraestructura, una educaci¨®n y una seguridad social de pa¨ªs civilizado. Hoy, el cobre supuestamente paga un royalty que es una mentira, y son recursos que se necesitan. Esa es una de las verg¨¹enzas m¨¢s grandes y revela una absoluta falta de visi¨®n a largo plazo. La Constituci¨®n dice que los chilenos somos due?os de todos los recursos naturales del pa¨ªs y tenemos derecho a todas las rentas de ellos. No tener royalties de verdad es algo directamente inconstitucional.
P. La diversificaci¨®n sigue siendo un gran caballo de batalla de la econom¨ªa chilena. Se ha intentado muchas veces, pero¡
R. Chile es una de las econom¨ªas relativamente menos diversificadas del mundo y sin intervenci¨®n p¨²blica directa ese cambio no se va a producir. Vamos camino de medio siglo de neoliberalismo y no hay ninguna indicaci¨®n, cero, de que haya inter¨¦s en el sector exportador en diversificarse. El Estado chileno es subsidiario, se centra en solucionarle los problemas que va dejando el sector privado y en sofocar el descontento y no mira hacia adelante. Chile no necesita m¨¢s Estado en el sentido de la cantidad: necesita un Estado que sea capaz de generar una nueva pol¨ªtica de desarrollo. Ya se cerr¨® un ciclo y el Estado debe llevarlo hacia uno nuevo, liderando al sector privado y yendo, en definitiva, al fondo del problema.
P. ?Por qu¨¦ se ha renunciado a la pol¨ªtica industrial?
R. Por ideolog¨ªa y porque el sector privado tiene un lobby muy fuerte sobre el Gobierno. La concentraci¨®n de la riqueza lleva a una concentraci¨®n del poder.
P. Ha habido, tambi¨¦n, Gobiernos progresistas: los de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet. Pero la pol¨ªtica econ¨®mica ha permanecido.
R. La centroizquierda chilena separ¨® en su mente la pol¨ªtica econ¨®mica de la social. Hizo una pol¨ªtica progresista en el lado de los valores: divorcio, aborto, derechos del colectivo gay¡ Pero en lo econ¨®mico no hizo nada original. Hasta el punto de que muchos de los abusos, como las peores concesiones de infraestructuras, fueron suyos.
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