Estados Unidos da alas a la revoluci¨®n fiscal
El giro de Washington, que ha propuesto un impuesto m¨ªnimo de sociedades del 21% en todo el mundo, allana las negociaciones para cambiar las reglas internacionales
Tras menos de seis meses al frente del pa¨ªs m¨¢s poderoso del mundo, Joe Biden ha puesto las bases para que se libre una revoluci¨®n global. El nuevo presidente de EE UU ha pedido un impuesto m¨ªnimo de sociedades del 21% en todo el mundo, y ha propuesto que las mayores multinacionales tributen ah¨ª donde generan beneficios. Este giro radical con respecto a su antecesor, Donald Trump, no solo desbloquea las negociaciones de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos (OCDE), encargada de redise?ar las reglas fiscales internacionales. De alcanzarse un consenso, transformar¨¢ las din¨¢micas tributarias y pondr¨¢ coto a un mal que cada a?o resta miles de millones a las arcas p¨²blicas: la elusi¨®n de impuestos por parte de las grandes corporaciones.
Los pa¨ªses dejan de ingresar 206.000 millones de euros cada a?o por el desv¨ªo de beneficios de las multinacionales a territorios de baja o nula tributaci¨®n, seg¨²n Tax Justice Network (TJN). Este organismo calcula que si en la OCDE se acordara un tipo m¨ªnimo del 20%, tan solo Espa?a ingresar¨ªa 4.300 millones m¨¢s al a?o, casi un cuarto de lo que recauda por el impuesto de sociedades. ¡°Las multinacionales ser¨ªan gravadas a la tasa m¨ªnima aunque trasladen sus ganancias a una jurisdicci¨®n de tipo cero¡±, explica el director ejecutivo de TJN, Alex Cobham.
El problema de la elusi¨®n viene de lejos. Es 1933. The New York Times revela que el banquero J. P. Morgan no pag¨® nada en impuestos sobre la renta en 1931 y 1932. La noticia le vale las cr¨ªticas del mismo presidente, Franklin Delano Roosevelt ¡ªcon el que ahora tanto se compara a Biden¡ª. El magnate, indignado, alega que no es lo mismo evadir impuestos que eludirlos. Solo lo primero es ilegal; lo segundo es el resultado de aprovechar las lagunas normativas con una argucia. La culpa, en definitiva, es de los pol¨ªticos, incapaces de subsanar los vac¨ªos de sus sistemas fiscales.
Esta an¨¦cdota aparece en el libro de los economistas Emmanuel Saez y Gabriel Zucman, El triunfo de la injusticia (Taurus, 2021), y ofrece una imagen que se ha quedado casi inalterada a lo largo del ¨²ltimo siglo. La gran diferencia es que hoy la elusi¨®n de impuestos se ha disparado gracias a la cada vez m¨¢s sofisticada industria de la ingenier¨ªa fiscal, que ha crecido al calor de la globalizaci¨®n y de la digitalizaci¨®n. Multinacionales, para¨ªsos fiscales y territorios de baja tributaci¨®n ¡ªalgunos de ellos, dentro de la misma UE¡ª son los ganadores de este modelo, que ha erosionado las bases imponibles y generado una carrera a la baja en el tipo del impuesto de sociedades.
Carrera a la baja
Ante la competencia de jurisdicciones de baja tributaci¨®n, los dem¨¢s pa¨ªses redujeron impuestos para atraer negocios: el tipo medio de sociedades en la OCDE cay¨® del 32,2% al 23,2% entre 2000 y 2020 ¡ªel 25% en Espa?a¡ª. En realidad, mucho de lo que se desv¨ªa son ingresos vac¨ªos: un 40% de la inversi¨®n extranjera directa mundial es fantasma, seg¨²n el FMI. Es decir, no tiene ninguna actividad productiva detr¨¢s.
La propuesta de Washington, adelantada por la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, forma parte de un ambicioso plan ¡ªque tambi¨¦n prev¨¦ elevar el impuesto de sociedades nacional y fijar un tipo m¨ªnimo efectivo del 15% sobre beneficios despu¨¦s de impuestos¡ª para que la econom¨ªa de EE UU recobre el vuelo tras la pandemia. El furor ha sido generalizado ante un problema compartido. De la UE al Gobierno espa?ol o alem¨¢n, hasta el FMI, han aplaudido la iniciativa. El director del Departamento de Finanzas P¨²blicas del Fondo, Vitor Gaspar, explica que una imposici¨®n fiscal justa para las multinacionales no solo es importante para las arcas p¨²blicas: ¡°Tambi¨¦n por la percepci¨®n m¨¢s amplia de la equidad de los impuestos en las sociedades¡±.
Zucman da un paso m¨¢s. Si la propuesta de EE UU se implementa, supondr¨¢ ¡°un colapso¡± del modelo sobre el que los para¨ªsos fiscales se sustentan. ¡°No tendr¨ªa sentido que ofrecieran tasas impositivas bajas¡±, explica: ¡°Un impuesto m¨ªnimo global alto puede cambiar el rostro de la globalizaci¨®n, haciendo que sus principales ganadores, las multinacionales, paguen m¨¢s en impuestos, en lugar de pagar cada vez menos como ha ocurrido durante las ¨²ltimas cuatro d¨¦cadas¡±.
Acuerdo en verano
Pascal Saint-Amans est¨¢ al frente del Centro de Pol¨ªtica y Administraci¨®n Fiscal de la OCDE, que lleva a?os intentando poner de acuerdo a casi 140 pa¨ªses sobre un impuesto m¨ªnimo de sociedades y un sistema para que las multinacionales, sobre todo digitales, paguen donde generan beneficios. La salida de Trump de las negociaciones congel¨® el a?o pasado el proceso, pero Saint-Amans espera que el giro de EE UU propicie ahora la ¡°paz fiscal¡± gracias a un ¡°acuerdo integral¡±. Conf¨ªa en una soluci¨®n pol¨ªtica en julio y en tener los detalles t¨¦cnicos para octubre. ¡°Es el plazo l¨ªmite. Es ahora o nunca¡±, afirma.
Los pr¨®ximos meses ser¨¢n intensos. La OCDE baraj¨® un tipo m¨ªnimo del 12,5%, el mismo de pa¨ªses como Irlanda, refugio de multinacionales y una de las puertas traseras para desviar beneficios a para¨ªsos fiscales, que ya se ha mostrado esc¨¦ptico con el plan de Biden. Saint-Amans matiza que a¨²n no hay consenso sobre el tipo m¨ªnimo adecuado, y que la negociaci¨®n tiene ahora otra din¨¢mica: ¡°D¨®nde deber¨ªamos aterrizar no lo s¨¦, y es parte de la discusi¨®n¡±.
La propuesta de EE UU tambi¨¦n supone un avance para que las multinacionales tributen donde producen beneficios, aunque no tengan ah¨ª presencia f¨ªsica. La UE pretend¨ªa enfocar este esquema a las tecnol¨®gicas ¡ªcon la famosa tasa Google¡ª; Trump, antes de dejar las negociaciones, pidi¨® aplicarlo a todas las multinacionales orientadas al consumidor. Biden ha estrechado el cerco: unos 100 grupos, responsables de cerca de la mitad de los beneficios corporativos mundiales. Pa¨ªses como Francia o Espa?a, que ya aprobaron unilateralmente una tasa digital, deber¨ªan retirarla si hay consenso sobre este nuevo paradigma, dice Saint-Amans, quien a?ade que la misma UE quiere un pacto global: ¡°Creo que reconoce y respeta el proceso de la OCDE¡±.
La economista Jayati Ghosh, miembro de la Comisi¨®n Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional (ICRICT) ¡ªque pide un tipo m¨ªnimo del 25%¡ª, coincide en que la propuesta de EE UU supone un cambio dr¨¢stico que frenar¨ªa la carrera fiscal a la baja. ¡°El proceso de la OCDE ha estado en marcha durante a?os con pocos progresos reales. No porque no se conocieran las soluciones, sino porque en ¨²ltima instancia la voluntad pol¨ªtica no fue lo suficientemente fuerte entre los pa¨ªses desarrollados¡±, se?ala. Pero EE UU no es un actor cualquiera. Si la presi¨®n de Biden es fuerte, Ghosh cree que las reglas del juego cambiar¨¢n: ¡°Gobiernos y ciudadanos de todo el mundo tienen mucho que ganar, y no se debe permitir que el poder de algunas grandes corporaciones lo impida¡±.
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