La inflaci¨®n acelera en noviembre al 5,6% impulsada por la alimentaci¨®n y los combustibles
Los problemas de suministro y la subida de los carburantes mantienen la presi¨®n sobre los precios en medio del debate sobre la p¨¦rdida de poder adquisitivo de los hogares
La posibilidad de que los precios den una tregua en la recta final del a?o se desvanece. La inflaci¨®n subi¨® en noviembre un 5,6% respecto al a?o pasado, dos d¨¦cimas por encima de la registrada en octubre, y su nivel m¨¢s alto desde septiembre de 1992, hace casi tres d¨¦cadas. Los datos preliminares, publicados este lunes por el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), marcan nuevos m¨¢ximos anuales para la inflaci¨®n en Espa?a, que ha crecido sin interrupciones desde marzo. El organismo achaca el avance a las subidas de los precios de la alimentaci¨®n y, en menor medida, de los carburantes y lubricantes para veh¨ªculos. Como noticia m¨¢s positiva, detecta una ca¨ªda de los precios de la electricidad.
Las cifras elevan la inquietud por la p¨¦rdida de poder adquisitivo de los salarios, y coloca nuevos obst¨¢culos a la recuperaci¨®n al desviar parte del ahorro embalsado que deb¨ªa ir a consumo hacia partidas como el sobrecoste en la cesta de la compra, llenar el dep¨®sito del coche, y la factura el¨¦ctrica ¡ªtodav¨ªa en umbrales hist¨®ricamente elevados¡ª. La inflaci¨®n subyacente, que no tiene en cuenta los precios de la energ¨ªa y de los alimentos frescos ¨Dlos elementos m¨¢s vol¨¢tiles¨D, tambi¨¦n sube, y pasa del 1,4% al 1,7%.
Con el dato de este ¨²ltimo mes ya puede calcularse, adem¨¢s, la inflaci¨®n media de diciembre de 2020 a noviembre de 2021, que sirve de referencia para la subida de las pensiones. Como resultado, aumentar¨¢n un 2,5% a partir de enero.
La inflaci¨®n lleva meses convertida en epicentro del debate econ¨®mico. Los bancos centrales repiten el mantra de que es transitoria, una f¨®rmula intencionadamente ambigua que nadie sabe traducir en meses. Pa¨ªses muy endeudados, como Espa?a, temen que se acelere la retirada de est¨ªmulos monetarios para evitar el sobrecalentamiento y se encarezca as¨ª su financiaci¨®n en los mercados. Los inversores hacen c¨¢balas sobre el impacto en Bolsas, divisas y materias primas de las futuras subidas de tipos de inter¨¦s. Los trabajadores reclaman, en casos como el del sector del metal en C¨¢diz, adaptar sus salarios a la nueva realidad del coste de la vida. Y los consumidores ya han detectado el golpe al acudir a los supermercados, con importantes alzas en productos tan utilizados como el aceite de oliva.
La amenaza de la reci¨¦n descubierta variante ¨®micron del coronavirus puede propiciar un cambio de prioridades. Si el riesgo sanitario vuelve a un primer plano acompa?ado de confinamientos, restricciones a la movilidad y limitaciones horarias a los negocios, la preocupaci¨®n virar¨¢ desde la alta inflaci¨®n hacia la debilidad de la recuperaci¨®n econ¨®mica en marcha, y la ca¨ªda de los precios llegar¨ªa, previsiblemente, no por la deseada vuelta a la normalidad, sino por un fuerte retroceso del consumo y de las cotizaciones de gas y petr¨®leo, muy ligadas al crecimiento econ¨®mico.
Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales (AFI), se?ala la elevada incertidumbre actual. ¡°Si la variante sudafricana cobra personalidad, yo no tendr¨ªa como preocupaci¨®n la inflaci¨®n, sino la cuant¨ªa y la calidad de la recuperaci¨®n. Es un momento complicado, porque aunque veamos indicadores sanitarios aceptables aqu¨ª, en Europa empezamos a ver pa¨ªses en situaci¨®n complicada. Si la variante complica la vida a Europa y vuelven restricciones serias en movilidad, la Semana Santa y el verano se ir¨¢n al traste. Y eso son malas noticias: una parte muy significativa de la recuperaci¨®n espa?ola depende de volver a los 83 millones de visitantes extranjeros de 2019¡±.
Mientras ese temido escenario permanece en el campo de las hip¨®tesis, la inflaci¨®n y sus causas siguen vivas. Los problemas de las cadenas de suministro en el comercio global se mantienen en forma de cuellos de botella en los puertos por la falta de camioneros y una carencia de chips que est¨¢ obligando a las f¨¢bricas de autom¨®viles a efectuar parones por retrasos en su llegada de hasta 25 semanas y mantiene en vilo a casi 40.000 empleados de las factor¨ªas de Volkswagen, Stellantis, Renault, Ford y Mercedes en Espa?a.
La Organizaci¨®n Mundial del Comercio asegura que el atasco global todav¨ªa puede prolongarse durante meses. Los precios de los contenedores que viajan en los barcos mercantes han bajado algo, pero siguen en niveles altos, y los pedidos de nuevos barcos todav¨ªa tardar¨¢n en estar listos. Lo mismo sucede con el petr¨®leo y el gas, penalizados en los ¨²ltimos d¨ªas por el temor a la nueva cepa, pero que aun as¨ª acumulan importantes subidas en lo que va de a?o, y siguen haciendo estragos tanto al llenar el dep¨®sito como al pagar la factura el¨¦ctrica: la llegada del fr¨ªo ha empujado el precio de la luz a su semana m¨¢s cara de la historia.
El fen¨®meno inflacionista es global. Los precios repuntaron en EE UU un 6,2% en octubre, su mayor incremento en m¨¢s de tres d¨¦cadas. En Alemania escalaron al 6% en noviembre, y merodean zona de m¨¢ximos desde la ca¨ªda del Muro, lo cual ha avivado los fantasmas de la hiperinflaci¨®n que azot¨® al pa¨ªs en los a?os veinte del siglo pasado, y est¨¢ dando alas al relato del golpe al ahorrador, una figura casi sagrada en el pa¨ªs centroeuropeo.
Nieves Benito, responsable de Fundamental Research de Santander AM, percibe la zozobra de los inversores. ¡°Los mercados est¨¢n muy centrados en la inflaci¨®n como uno de los principales riesgos en la econom¨ªa, y con la gran incertidumbre de si es temporal o permanente. Un 75% de los mercados desarrollados est¨¢n viendo datos de inflaci¨®n por encima del 2%, y por encima del 4% en mercados emergentes¡±, explica. La ¨²nica gran excepci¨®n es Asia: los precios crecen un 1,5% en China, uno de los primeros pa¨ªses en salir del laberinto de restricciones pand¨¦micas. Y son a¨²n m¨¢s bajos en Jap¨®n, paradigma de la deflaci¨®n, donde se mueven en torno al 0%.
El dato espa?ol, como otros, est¨¢ muy influido por la comparaci¨®n con el a?o precedente. En noviembre de 2020 la inflaci¨®n fue inusualmente baja ¡ªestaba en territorio negativo, concretamente en el -0,8%¡ª, lo cual favorece que la diferencia sea mayor, un efecto que se mantendr¨¢ hasta la primavera. Pero ya ni siquiera el BCE achaca el problema ¨²nicamente a un espejismo estad¨ªstico: Isabel Schnabel, miembro del consejo de gobierno del banco, asegur¨® la semana pasada que ve riesgos crecientes, y anticip¨® una pr¨®xima revisi¨®n al alza de las previsiones de inflaci¨®n hechas por la entidad. Eso no implica que el banco rectifique su visi¨®n de que es un caso temporal: en una entrevista este lunes con la televisi¨®n alemana ZDF, Schnabel insisti¨® en que espera que los precios reculen gradualmente hasta el objetivo del 2% en 2022, y si tuvieran indicios de que no ser¨¢ as¨ª ¡ªalgo que todav¨ªa no ha ocurrido¡ª, no dudar¨ªan en actuar. Al no ser as¨ª, considera que una retirada prematura de est¨ªmulos solo provocar¨ªa m¨¢s desempleo y no alentar¨ªa bajadas del IPC.
?I understand why many people are concerned about the current very high inflation rates, says @Isabel_Schnabel to @morgenmagazin. We expect inflation to gradually decline towards our 2% inflation target over the coming year.
— European Central Bank (@ecb) November 29, 2021
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Los factores estructurales que reman en contra de esa tendencia de subida de precios siguen muy presentes en Espa?a: el desempleo es alto, los salarios no remontan y contin¨²a el envejecimiento de la poblaci¨®n, pero eso, por ahora, no est¨¢ siendo suficiente.
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