De la dependienta al instalador de paneles: as¨ª son los rostros de las nuevas contrataciones
Seis trabajadores reci¨¦n contratados cuentan sus experiencias en un mercado laboral que acumula nueve meses consecutivos de reducci¨®n del paro
Mari Carmen D¨ªaz, dependienta en una tienda de ropa en Madrid. Lidia Anglada, vendedora en un supermercado de Barcelona. Alejandro Hierro, teleoperador en Bilbao. Francisco Lloret, instalador de placas fotovoltaicas en Canarias. Todos ellos son trabajadores reci¨¦n contratados en un mercado laboral que sigue viento en popa en medio de una recuperaci¨®n en general fuerte de la econom¨ªa, pero no exenta de incertidumbre. La reanimaci¨®n del empleo tras el golpe de la pandemia marca ahora cifras r¨¦cord: el paro se ha reducido en noviembre por noveno mes consecutivo, hasta situarse en 3,18 millones de desempleados, la cifra m¨¢s baja en este periodo desde 2008. Una mejora que ha beneficiado a miles de trabajadores. ¡°Durante el puente no he tenido ni un solo d¨ªa por la demanda que hay de instalaciones solares¡±, cuenta Lloret, que empez¨® en su puesto este mismo mes tras un periodo de pr¨¢cticas.
Adem¨¢s del auge que est¨¢ viviendo ahora el mercado fotovoltaico, son los servicios los que han copado la mayor¨ªa de las nuevas contrataciones en los ¨²ltimos meses de 2021. Con vistas a la campa?a navide?a, las empresas han reforzado su personal en previsi¨®n de un periodo de consumo masivo. ¡°Es un ¨¢rea del mercado que acumula una gran cantidad de gente porque engloba las nuevas tecnolog¨ªas y todo lo relacionado con el consumo y los viajes, que se est¨¢ incentivando mucho¡±, se?ala Antonio L¨®pez, director de soluciones para grandes clientes de la compa?¨ªa de recursos humanos Adecco. En concreto repartidores, puestos como vendedores y, en general, todos los profesionales que tienen un trato directo con el cliente son los perfiles que m¨¢s se necesitan.
Randstad, otra empresa del sector, percibe una dinamizaci¨®n en el sector log¨ªstico y en los comercios. En ese sentido destaca el incremento notable de los productos de electr¨®nica, un negocio que ya empez¨® su fuerte tendencia al alza durante el pasado Black Friday y que se extender¨¢ hasta las rebajas de enero. ¡°Dado el protagonismo del comercio electr¨®nico en esta campa?a, los candidatos tendr¨¢n que contar a menudo con competencias digitales y conocimientos de determinadas plataformas tecnol¨®gicas propias del sector¡±, apunta Valent¨ªn Bote, director de Randstad Research.
Alejandro Costanzo, responsable del gabinete t¨¦cnico de la patronal de trabajo temporal Asempleo, sostiene que la generaci¨®n Z (los nacidos a finales de la d¨¦cada de 1990 e inicio de la de 2000) ser¨¢ en los pr¨®ximos meses un componente a¨²n m¨¢s importante de la plantilla de las empresas, que ¡°deber¨¢n ser capaces de gestionar un equipo multigeneracional, haciendo hincapi¨¦ en los puntos comunes entre generaciones y minimizando las diferencias¡±.
Pese a que la creaci¨®n de empleo se registra en todas las comunidades, Andaluc¨ªa, Catalu?a, Madrid, Comunidad Valenciana y Canarias destacan entre las que m¨¢s contratos est¨¢n firmando.
Seis trabajadores reci¨¦n contratados cuentan a EL PA?S su experiencia en sus nuevas ocupaciones con un objetivo que todos ellos comparten: que estos nuevos empleos sean la puerta que conduzca a la ansiada estabilidad laboral.
Mari Carmen D¨ªaz G¨®mez, dependienta en una tienda de ropa
Mari Carmen D¨ªaz G¨®mez, de 20 a?os, es una de los cuatro vendedores que la tienda Scalpers Woman de calle de Fuencarral en Madrid ha contratado para la campa?a navide?a. Su contrato empez¨® hace dos semanas y dura seis meses. No es su primera experiencia en una tienda de ropa; entre enero y septiembre trabaj¨® en una zapater¨ªa de Murcia, su lugar de nacimiento. Despu¨¦s, se mud¨® a Madrid para empezar un grado en Dise?o y Gesti¨®n de Moda en la Universidad Rey Juan Carlos.
¡°Cuando vine aqu¨ª, estuve dos meses de descanso y luego empec¨¦ a buscar empleo. Una amiga m¨ªa que trabajaba en esta misma marca me dijo que estaban buscando a gente, as¨ª que envi¨¦ el curr¨ªculum y a los dos d¨ªas me llamaron¡±, detalla. Hasta pudo elegir porque tambi¨¦n le ofrecieron trabajo en una tienda de calzado, pero al final opt¨® por esta, al ser m¨¢s conocida.
Confiesa que le encantar¨ªa que le prorrogaran el contrato, pese a que todav¨ªa no sabe nada al respecto. Cree que los jefes de momento est¨¢n contentos con ella, pero admite que en seis meses pueden pasar muchas cosas, en funci¨®n tambi¨¦n de la evoluci¨®n de la pandemia. D¨ªaz cree que la variante ¨®micron de la covid-19 puede llevar a una nueva ola de contagios con nuevas medidas que obligar¨¢n las tiendas a bajar el aforo y a reducir su plantilla. ¡°Cuando trabajaba en la zapater¨ªa, al principio hab¨ªa muchas restricciones. A medida que las quitaban, se notaba much¨ªsimo en la afluencia de clientes. Aqu¨ª puede pasar lo mismo, pero al rev¨¦s¡±, a?ade.
Trabaja 20 horas a la semana y cuenta que estar tanto tiempo de cara al p¨²blico es agotador. Espera que esta ocupaci¨®n sea un punto de partida para abrirse camino en el mundo del dise?o. ¡°Es un empleo que me gusta, porque estoy trabajando con ropa. Pero no quiero dedicarme de por vida a ser vendedora, es algo temporal. Eso s¨ª, es una manera de entrar en el sector¡±, concluye.
Alejandro Hierro Gonz¨¢lez, teleoperador
Alejandro Hierro Gonz¨¢lez, de 23 a?os, acaba de terminar su mes de prueba como teleoperador administrativo en la empresa bilba¨ªna Reclama por M¨ª, que se encarga de hacer reclamaciones cuando considera que se ha producido un abuso. ¡°Los clientes que tienen alg¨²n problema con los pagos a un banco rellenan un formulario en la p¨¢gina web y yo me pongo en contacto con ellos para ofrecerles una propuesta de colaboraci¨®n¡±, apunta.
Hierro tuvo que interrumpir la carrera en Comunicaci¨®n Audiovisual porque no se lo pod¨ªa permitir y hace m¨¢s de un a?o comenz¨® a trabajar. En su primer empleo estuvo seis meses como operador t¨¦cnico en Orange, es decir, se dedicaba a solucionar los problemas de conexi¨®n a internet de los clientes. Como no le renovaron el contrato, se mud¨® un tiempo a Alemania, donde trabaj¨® como mozo de almac¨¦n en una empresa textil. ¡°Estuve all¨ª desde mayo hasta octubre, pero al ser un trabajo muy f¨ªsico me frustraba. Eran 10 horas al d¨ªa cargando cajas¡±, indica. Cuando todav¨ªa segu¨ªa en Alemania, decidido a acabar con esta etapa, comenz¨® a echar curr¨ªculos en las plataformas con ofertas de trabajo y un mes despu¨¦s fue contratado por la compa?¨ªa vasca.
Si bien le encantar¨ªa dedicarse a la producci¨®n musical, una de sus grandes pasiones, est¨¢ muy contento con su trabajo actual: ¡°La primera semana ya me di cuenta de que me encantaba, porque es m¨¢s de organizaci¨®n y de contacto con los clientes, y eso siempre me ha gustado mucho. Adem¨¢s, el ambiente es impresionante, somos todos chavales de mi edad y el trabajo se hace m¨¢s ameno¡±. Mantiene los dedos cruzados para que en mayo le renueven. Ya sabe que muchos de sus colegas, cuyos contratos finalizan en enero, lo ser¨¢n, por lo que espera contar con la misma suerte.
Lidia Anglada V¨¢zquez, vendedora en Consum
Lidia Anglada sonr¨ªe. El mes pasado firm¨® un contrato indefinido con la cooperativa valenciana Consum en Barcelona, de la que ha pasado a ser socia. A sus 45 a?os se estrena en el sector pero no en el mundo laboral. Estudi¨® un FP2 de Administrativo Comercial. Estuvo 12 a?os en el sector ferroviario, trabajando para Patentes Talgo. All¨ª desempe?¨® su actividad durante dos a?os en planificaci¨®n y control y los otros diez a?os como t¨¦cnica de log¨ªstica. ¡°Finalic¨¦ con ellos por temas productivos¡±, cuenta.
Decidi¨® entonces salir del mercado laboral. ¡°Estuve un a?o al cuidado de mis hijas¡±, explica. En ese tiempo aprovech¨® para sacarse el carn¨¦ de conducir. Aun as¨ª, y dadas sus perspectivas de reincorporarse al mercado laboral, no abandon¨® la formaci¨®n y se dedic¨® tambi¨¦n a reciclarse.
Estuvo dos meses buscando trabajo y encontr¨® su actual empleo a trav¨¦s una amiga. ¡°Ten¨ªa una compa?era que trabajaba en Consum y me dio muy buenas referencias de esta empresa¡±, recuerda. A trav¨¦s de ese contacto logr¨® que le hicieran una entrevista. Hasta ahora no hab¨ªa tenido experiencia en el sector, pero se siente feliz. Y se ve trabajando en la cooperativa tambi¨¦n en el futuro. Y en eso conf¨ªa. ¡°Espero que s¨ª, y adem¨¢s estoy en una empresa en donde puedo seguir form¨¢ndome para desarrollarme, promocionar y crecer profesionalmente¡±, subraya.
La atenci¨®n al p¨²blico, el trato con los clientes, el poder ofrecerles productos son los aspectos que m¨¢s valora de su trabajo. ¡°Me siento realizada¡±, asegura. Es consciente de la incertidumbre y de la crisis que ha tra¨ªdo para muchos la pandemia. Observa la situaci¨®n con respeto y cautela. Teme que el riesgo de que los contagios se disparen m¨¢s traiga m¨¢s restricciones y amenace la econom¨ªa y el empleo. ¡°La pandemia ha hecho mucho da?o¡±, lamenta.
Francisco Lloret, instalador de placas fotovoltaicas
Francisco Lloret, de 48 a?os, ha atravesado uno de los momentos m¨¢s dif¨ªciles de su carrera. Su trayectoria laboral se ha desarrollado en la industria tur¨ªstica, sobre todo en agencias de viajes. Tras un tiempo en paro, hace algo m¨¢s de dos a?os comenz¨® a trabajar en una empresa de paisajismo, jardiner¨ªa y mantenimiento de jardines. La pandemia hundi¨® el turismo canario y, con ¨¦l, buena parte de la cuenta de resultados de la empresa. Lloret estuvo meses en ERTE. En verano de 2020 se reincorpor¨® a su puesto de trabajo, si bien lo hizo a medio gas, y con otros cometidos. ¡°He acabado trabajando como un jardinero m¨¢s: plantando, regando, podando¡ Lo que sea¡±. Sus esfuerzos fueron en vano, y en febrero, finalmente, perdi¨® su empleo. EL PA?S cont¨® entonces su dif¨ªcil situaci¨®n. Diez meses despu¨¦s, su vida ha cambiado¡ para mejor.
¡°El panorama no era muy halag¨¹e?o, y las perspectivas del turismo no eran buenas. Y si esta industria terminaba por recuperarse, me ol¨ª que iba a ser una matanza de horas y carga de trabajo. As¨ª que decid¨ª reconvertirme¡±. Lloret estudi¨® sus posibilidades y atraves¨® momentos de ¡°agobio y desesperaci¨®n¡±, recuerda. Y, finalmente, se decant¨® por la industria de la energ¨ªa dom¨¦stica.
Curs¨® un m¨®dulo de Instalaci¨®n y Mantenimiento de Energ¨ªa Solar T¨¦rmica organizado por el Gobierno de Canarias. ¡°La formaci¨®n ya estaba obsoleta, porque la demanda es fotovoltaica¡±, admite. Pero un golpe de suerte lo llev¨® a hacer pr¨¢cticas en la empresa Solar Instalaciones Canarias (SIC), donde su trabajo se ci?¨® a los paneles solares. Cuando finaliz¨® el periodo de prueba, la empresa decidi¨® contratarle.
Ahora afirma no dar abasto. ¡°Durante el puente no he tenido ni un solo d¨ªa por la demanda que hay de instalaciones¡±, admite. Pero no se queja. ¡°Lo prefiero. La vida me ha cambiado totalmente. Estoy muy feliz¡±.
Miguel ?lvarez L¨®pez, repartidor de comida
Miguel ?lvarez L¨®pez, de 39 a?os, forma parte desde hace dos meses de la flota de riders asalariados de Uber Eats en Barcelona. Esta plataforma de reparto de comida no contrata directamente a sus repartidores, sino que recurre a empresas terceras de log¨ªstica que asumen los costes de la Seguridad Social y marcan en el convenio del empleado unos distritos de entrega y unas horas concretas de servicio. ?lvarez fue contratado por Method Logistic el 1 de octubre, pero ya asegura haber vivido muchas desventuras. El domingo pasado, pocos minutos antes del fin de su turno, le entr¨® un pedido en Badalona, a 10 kil¨®metros del centro de la capital catalana, el ¨¢rea de distribuci¨®n a ¨¦l asignada. ¡°Formul¨¦ una queja, al considerar que era un pedido que no pod¨ªa aceptar. Esta semana la empresa me ha comunicado que hab¨ªa rescindido mi contrato. No obstante, afortunadamente tengo ya dos propuestas por parte de otras compa?¨ªas de transporte subcontratadas por Uber Eats, as¨ª que la pr¨®xima semana estar¨¦ trabajando de nuevo¡±, comenta.
Seg¨²n este repartidor, la ley rider ¡ªque entr¨® en vigor el pasado agosto con el objetivo de fijar la condici¨®n de asalariados de los repartidores¡ª no est¨¢ protegiendo los derechos de estos trabajadores. ¡°A los aut¨®nomos de Glovo les pagan un sueldo extra por pedido entregado en funci¨®n del kilometraje, se conectan cu¨¢ndo quieran y pueden decidir en total libertad si aceptar un encargo. En cambio, el trabajador asalariado tiene que estar conectado todo el rato durante sus horas y no puede pararse¡±, cuenta ?lvarez, que en cinco horas de trabajo lleg¨® a hacer 40 entregas en un recorrido de 80 kil¨®metros.
Admite que fue facil¨ªsimo encontrar este empleo, porque este tipo de empresas van como locas para contratar a repartidores. ?lvarez se fij¨® en este trabajo porque conoc¨ªa la ciudad como la palma de su mano, ten¨ªa moto y necesitaba complementar su sueldo. Compagina su servicio de rider con otro trabajo a jornada parcial como informador en un centro cultural. Adem¨¢s, est¨¢ repasando idiomas para presentarse a una convocatoria de gu¨ªa tur¨ªstico.
?lvarez ha desarrollado su formaci¨®n y gran parte de su trayectoria laboral en el sector cultural. Estudi¨® un grado en Turismo y estuvo empleado durante diez a?os en el Museo de la Historia de Barcelona. Pero fue despido durante la pandemia. ¡°La mayor¨ªa de los centros culturales hace subcontrataciones, por lo que los sueldos son bastante bajos. A pesar de estas complicaciones, tienes la oportunidad de interactuar much¨ªsimo con la gente en distintos idiomas y de descubrir cada vez historias nuevas¡±, zanja.
Janett Sandoval, cocinera
La pandemia lleg¨® como un vendaval al restaurante malague?o donde Janett Sandoval ejerc¨ªa de cocinera hasta hace unos meses. La plantilla mengu¨® al m¨ªnimo y el trabajo se multiplic¨®, como la incertidumbre. ¡°Al final, me quem¨¦¡±, asegura la mexicana, de 30 a?os, que lleg¨® a M¨¢laga hace siete por amor. Saturada y con ganas de cambiar, le surgi¨® la oportunidad de hacerlo gracias a un contrato de tres meses y 36 horas semanales que le propusieron en el restaurante Casa Lola, en la c¨¦ntrica plaza Uncibay de la capital malague?a. ¡°Daba un poco de miedo salir de algo estable para venir ac¨¢, pero en la vida hay que dar pasos cuando son necesarios. Conf¨ªo, adem¨¢s, en renovar. Y, si no, pues ya saldremos adelante¡±, subraya Sandoval.
El ¨¦xito del establecimiento, con clientela constante durante pr¨¢cticamente todo el d¨ªa, genera un alto volumen de trabajo. ¡°Siempre hay gente¡±, insiste Sandoval, que se estren¨® en estos fogones el pasado 18 de octubre. ¡°Hay mucha variedad de tapas, sale de todo¡±, dice, especialmente la hamburguesita de presa ib¨¦rica y las patatas bravas.
La mexicana asegura estar muy contenta en M¨¢laga, aunque subraya que la incertidumbre por el aumento de las cifras de contagio ¡ªque en la provincia andaluza crecen desde hace semanas¡ª o el desarrollo de la nueva variante son aspectos que le preocupan. ¡°Si sube mucho, puede que pongan m¨¢s restricciones. Entonces suele haber menos gente en los restaurantes y eso conllevar¨ªa, quiz¨¢, menos trabajadores. Pero espero que eso no ocurra y todo vaya a mejor en las pr¨®ximas semanas¡±, dice optimista.
Sandoval estudi¨® Gastronom¨ªa en su pa¨ªs natal, donde, adem¨¢s de cocina, aprendi¨® a gestionar negocios como hoteles o restaurantes. ¡°Ese puede ser un buen plan de futuro, tener algo propio. De momento aqu¨ª estoy bien¡±, sentencia.
Con informaci¨®n de Mario de Jaime Moleres (Bilbao), Nacho S¨¢nchez (M¨¢laga), Mar¨ªa Fabra (Castell¨®n), Guillermo Vega (Las Palmas de Gran Canaria).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.