El precio del petr¨®leo marca m¨¢ximos de m¨¢s de siete a?os, al filo de los 90 d¨®lares por barril
El tir¨®n de Asia y un lastre menor de lo previsto de la variante ¨®micron sobre la demanda impulsan su cotizaci¨®n un 12% desde el 1 de enero
La demanda asi¨¢tica mantiene su fortaleza y ¨®micron est¨¢ destruyendo mucha menos demanda de lo que cab¨ªa esperar cuando se conocieron los primeros detalles sobre la variante. La combinaci¨®n de ambos factores llevan este martes a la principal referencia europea del mercado petrolero, el Brent, a su nivel m¨¢s alto desde finales de 2014: a un paso de los 90 d¨®lares por barril. Es un 12% m¨¢s que a principios de a?o.
La transici¨®n energ¨¦tica sigue su curso, con una descarbonizaci¨®n acelerada que reemplazar¨¢ el crudo y el carb¨®n por energ¨ªas limpias, pero al mercado petrolero a¨²n le queda un tiempo de precios altos. El banco de inversi¨®n Goldman Sachs ha sido el ¨²ltimo en pronosticar que el Brent rondar¨¢ los 100 d¨®lares en el tercer trimestre de este a?o, valores impensables hace solo unos meses. Buenas noticias para las empresas y los pa¨ªses productores, malas para los consumidores en Occidente, China e India, entre otros. Y un potente aldabonazo sobre la inflaci¨®n, que, de no cambiar radicalmente el rumbo en los mercados energ¨¦ticos, se mantendr¨¢ alta durante buena parte de este ejercicio.
Los bajos niveles de reservas, los menores desde lo m¨¢s crudo de la pandemia, a?aden tambi¨¦n presi¨®n sobre el precio del Brent: mientras el consumo no baje ¡ªy nada parece indicar que vaya a hacerlo a corto plazo: ¨®micron no ha pasado factura sobre la aviaci¨®n ni sobre el transporte por carretera, dos grandes nichos de consumo¡ª, el nivel de crudo almacenado en los dep¨®sitos seguir¨¢ cayendo. A esa din¨¢mica ha contribuido, adem¨¢s, el movimiento coordinado de varias grandes potencias, con Estados Unidos y China a la cabeza, de liberar barriles para tratar de meter presi¨®n sobre el cartel de la Organizaci¨®n de Pa¨ªses Exportadores de Petr¨®leo (OPEP). Por ahora, con escaso ¨¦xito.
No ayudan, tampoco, las interrupciones de la producci¨®n registradas en varios pa¨ªses exportadores, de Libia a Canad¨¢; de Nigeria a Angola o Ecuador. Ni el reciente estallido de Kazajist¨¢n o el ataque contra instalaciones petroleras en Emiratos ?rabes Unidos reivindicado por los rebeldes hut¨ªes de Yemen. Y, por si fuera poco, el alto precio del gas natural termina de complicar las cosas: en varios sectores, como el energ¨¦tico, di¨¦sel y gas son sustitutos casi perfectos y la fluctuaci¨®n de uno de ellos acaba afectando al otro.
Con el crudo al filo de los 90 d¨®lares, todas las miradas se posan sobre la OPEP, a la que varios presidentes ¡ªentre ellos el estadounidense, Joe Biden¡ª llevan meses pidiendo que abra el mercado petrolero. Sin embargo, en las ¨²ltimas semanas el cartel ha dado pocas se?ales de querer cambiar de rumbo: en su ¨²ltima reuni¨®n, hace solo dos semanas, la versi¨®n ampliada del grupo ¡ªliderada por Arabia Saud¨ª y Rusia, segundo y tercer m¨¢ximos productores del mundo, solo a la zaga de EE UU¡ª mantuvo invariable su hoja de ruta, que pasa por ir a?adiendo barriles al mercado con cuentagotas, a un ritmo mucho menor del que se ser¨ªa necesario para estabilizar los precios.
El butano, en m¨¢ximos hist¨®ricos
El repunte generalizado en los precios del petróleo y el gas tiene incidencia directa en variables mucho más cercanas al día a día de los ciudadanos. La bombona de butano de 12,5 kilos se encarece este martes un 4,91% en España, un alza que lo eleva hasta máximos históricos cerca de los 18 euros y que responde tanto a la escalada de la materia prima (el crudo) como a la del transporte y a la depreciación del euro frente al dólar. Desde septiembre de 2020, el precio de la bombona acumula un incremento del 47%, según las cifras recopiladas por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU): ha pasado de costar 12,09 euros a los actuales 17,75 euros, ya por encima del máximo histórico de 17,50 euros de hace seis años. Para tratar de contener el zarpazo sobre los usuarios más vulnerables, el Gobierno mejoró en octubre el bono social térmico con 100 millones a cargo del erario.
El butano es, junto con el propano, la principal alternativa al gas natural canalizado para su consumo energético en envases a presión, especialmente en poblaciones o núcleos urbanos sin conexión a la red de gas natural. Actualmente, se consumen 68 millones de envases de GLP de distintas capacidades, de los cuales 53 millones se encuentran sujetos al precio máximo regulado, informa Efe. Se trata, sin embargo, de un combustible en retroceso: desde 2009 a 2018 el consumo total de GLP envasado ha descendido un 20%.
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