El mercado de alquiler se vuelve ¡°loco¡± con la inflaci¨®n: ¡°Me quieren subir ¡®solo¡¯ un 40%¡±
Los inquilinos que no est¨¢n protegidos por el l¨ªmite del 2% a las actualizaciones de renta se quejan de tener que afrontar subidas excesivas
Muchos inquilinos espa?oles se sienten desprotegidos ante la inflaci¨®n. A la subida del coste de vida que afecta a todo el mundo, en su caso se suma un incremento de la vivienda que no pueden asumir. El Gobierno trat¨® de evitarlo con un tope al 2% en las actualizaciones de renta que estar¨¢ vigente hasta finales de a?o. Pero toda norma tiene excepciones y Mar¨ªa Antonia, Esteve o Ainhoa son ejemplos de esas fisuras. Tambi¨¦n Ram¨®n Bult¨®, de 54 a?os: ¡°Es incre¨ªble que algo as¨ª sea legal y est¨¦ cubierto por la Ley de Arrendamientos Urbanos¡±, dice sobre la situaci¨®n que est¨¢n atravesando ¨¦l y algunos de sus vecinos en un barrio de las afueras de Getafe (Madrid). Sus alquileres, en origen con protecci¨®n oficial y, por lo tanto, con una limitaci¨®n de precio, perdieron esa condici¨®n el 3 de octubre. Eso significa que tienen que firmar nuevos contratos y las rentas pueden aumentar libremente.
El casero de Bult¨® y sus vecinos es Fidere, una empresa del fondo Blackstone que compr¨® los pisos en 2014. ¡°Mi caso es de los menos graves porque me quieren subir solo un 40%¡±, dice entre la preocupaci¨®n y el sarcasmo. Como ¨¦l, m¨¢s de una treintena de vecinos se han sumado en los ¨²ltimos meses (recibieron las notificaciones en julio) al Sindicato de Inquilinas de Madrid. Los carteles que cuelgan de los edificios de la urbanizaci¨®n dejan claro que se han declarado ¡°bloques en lucha¡±, como denominan en las organizaciones de arrendatarios a las protestas colectivas frente a un propietario. Un portavoz de Fidere destaca que las condiciones que ofrece ¡°cumplen escrupulosamente la legalidad¡±.
Casos como este quedan fuera del alivio que supone que, desde marzo, se limitara al 2% las subidas en las revisiones anuales, que normalmente se hacen tomando como referencia el IPC, pero que lleva meses disparado (un 8,9% en septiembre). Tampoco se ver¨¢n beneficiados los arrendatarios cuyos contratos de cinco a?os finalicen ahora: despu¨¦s de ese periodo (siete a?os si el arrendador es una empresa), el casero puede extinguir el contrato y exigir la firma de otro con la renta que estime m¨¢s conveniente, sin topes. Y ponerse a buscar piso es cada vez m¨¢s complicado en un mercado del alquiler con precios que no paran de subir y una oferta limitada.
Nuevos contratos y m¨¢s caros
La decisi¨®n de firmar un contrato nuevo al t¨¦rmino del periodo m¨¢ximo permitido por la ley, con un nuevo precio m¨¢s caro, est¨¢ sucediendo con m¨¢s asiduidad de la normal. ¡°Vemos mucha destrucci¨®n de contratos al t¨¦rmino de la pr¨®rroga forzosa [los cinco a?os obligatorios] que en condiciones normales se alargar¨ªan; pero el propietario lo rompe para poder subir el precio¡±, sostiene Antonio Carroza, presidente de la compa?¨ªa Alquiler Seguro. Un estudio de su compa?¨ªa ha detectado un repunte reciente de la morosidad y la relaciona con la inflaci¨®n. ¡°Estamos casi convencidos de que est¨¢ provocado por las tensiones de precios¡±, apunta el directivo, quien deja claro que es partidario ¡°de la autorregulaci¨®n¡± del mercado y no le gusta el l¨ªmite del 2%.
Su punto de vista no es una extra?eza en el sector inmobiliario, que en su d¨ªa se quej¨® del perjuicio para los caseros y alert¨® de una posible ca¨ªda de la oferta y, como consecuencia, una subida de precios. La profec¨ªa se ha cumplido solo a medias. La medici¨®n de la oferta es complicada: portales como Idealista s¨ª detectan menos anuncios, pero ya pasaba antes de la nueva norma y parece deberse a las alteraciones de la pandemia. Lo que s¨ª ha sucedido, aunque tampoco est¨¢ claro que sea por el l¨ªmite del 2%, es que los alquileres se han puesto por las nubes. Un total de 35 capitales han alcanzado este verano su m¨¢ximo hist¨®rico, seg¨²n Idealista, muchas con subidas de precios anuales que superan el 10%. Y Fotocasa observa el mismo fen¨®meno en 10 comunidades aut¨®nomas.
Un mercado as¨ª, tan ¡°loco¡±, desanima a inquilinos como Esteve Gonz¨¢lez, de 31 a?os. En febrero de 2021 comenz¨® a vivir en un piso en el centro de Barcelona. Lo comparte con dos compa?eros ¡ª¡°gente joven con trabajos precarios¡±, se autodefine¡ª y en febrero recibieron una notificaci¨®n comunic¨¢ndoles una subida de 80 euros sobre un alquiler de 1.200, casi un 7% m¨¢s. De haberse aplicado el l¨ªmite del 2%, que entrar¨ªa en vigor al mes siguiente, el incremento ser¨ªan 24 euros. ¡°Es un robo¡±, afirma, ¡°antes ya me supon¨ªa destinar un 40% de mi sueldo a la casa¡±. ¡°Ahora todo es m¨¢s caro: la luz, el agua o la comida no las paga la propiedad, lo pagamos nosotros; y encima ahora tenemos que dar 80 euros m¨¢s¡±, lamenta.
El Ministerio de Transportes, que regula las pol¨ªticas estatales en materia de vivienda y se ha comprometido con los afectados a mediar en casos como el de los vecinos de Getafe, defiende que la norma de marzo dif¨ªcilmente pod¨ªa evitar ciertas situaciones. Aplicarla retroactivamente, se?ala una portavoz, ¡°conllevar¨ªa una gran inseguridad jur¨ªdica¡±. En cuanto a limitar el precio cuando se pasa de un contrato a otro, la misma fuente recuerda que ¡°est¨¢ contemplado en el proyecto de Ley de Vivienda¡± para las ¨¢reas tensionadas (aquellas donde la Administraci¨®n detecta un fuerte encarecimiento de las casas). Por eso, remite a esa negociaci¨®n, un foco de tensiones entre el PSOE y sus socios parlamentarios, para acordar ¡°medidas estructurales¡± frente a lo que se aprob¨® en marzo: una ¡°medida extraordinaria¡± que caduca el 31 de diciembre. Aunque si se acerca esa fecha y no cambian las circunstancias, ¡°se ir¨¢n valorando las posibles acciones a tomar¡±.
¡°No me voy a mover de aqu¨ª¡±
De vuelta al barrio de las afueras de Getafe, en un banco delante de los edificios, espera Raquel Mart¨ªn, de 46 a?os. A ella no le piden un aumento de la renta, pero pertenece al sindicato de inquilinos y ejerce como portavoz de los vecinos: ¡°Est¨¢n vulnerando el art¨ªculo 47 de la Constituci¨®n [el que habla del derecho a una vivienda digna]¡±, asegura. A su lado se sienta Mar¨ªa Antonia, de 75 a?os, que pide omitir su apellido. Cuenta que paga 424 euros por un piso de una habitaci¨®n y le piden 840 euros, casi un 100% m¨¢s. ¡°No me voy a mover de aqu¨ª, me parece que no es un porcentaje normal¡±, se queja.
Un portavoz de Fidere alega que los afectados ¡°son conocedores de que el programa de protecci¨®n que han disfrutado durante 10 a?os ten¨ªa una limitaci¨®n temporal¡±. De las 84 viviendas en esa situaci¨®n, 30 ¡°han realizado la renovaci¨®n de su contrato de alquiler a rentas alineadas con los precios de mercado¡±, indica la misma fuente, que destaca que las condiciones ¡°cumplen escrupulosamente la legalidad¡±. ¡°Fidere es sensible a la situaci¨®n econ¨®mica de algunos de sus inquilinos y ha establecido un protocolo para trabajar con familias en una situaci¨®n socialmente vulnerable¡±, agrega.
Los vecinos que se han rebelado contra las subidas no cuestionan que su casero act¨²e dentro de la ley. Pero s¨ª creen que no se tienen en cuenta sus circunstancias. Ainhoa Rivas, de 35 a?os, lleg¨® a pagar la diferencia de fianza que le ped¨ªan para adaptarla al nuevo precio. Pero luego se dio cuenta de que lo que le propon¨ªan no era pasar de una renta de 520 euros a otra de 670. A eso hay que a?adir el IBI y gastos de comunidad (que los propietarios pueden repercutir en el inquilino y que en el caso de las viviendas protegidas estaba ya incluido en ese precio limitado), con lo que la mensualidad sub¨ªa a 830 euros. ¡°Mi sueldo no llega a 1.200 euros la mayor¨ªa de los meses¡±, cuenta, ¡°el ¨²ltimo recibo de la luz me ha venido de 70 euros y el di¨¦sel est¨¢ a casi 2 euros¡±. Frente a esa asfixia econ¨®mica que relata, no hall¨® la respuesta que esperaba del propietario: ¡°Me dijeron que no soy vulnerable porque con mi sueldo la renta representa un 45%¡±.
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