Los efectos del rescate de Credit Suisse: el encarecimiento de los bonos convertibles amenaza con restringir m¨¢s el cr¨¦dito
Estas emisiones, valoradas en m¨¢s de 250.000 millones de euros, sirven a la banca para protegerse ante posibles turbulencias en su capital
El rescate de Credit Suisse ha sacudido el tablero bancario europeo. En el coraz¨®n del Viejo Continente, aunque fuera de la jurisdicci¨®n del BCE, se formaliz¨® la semana pasada la venta de un s¨ªmbolo suizo al banco UBS. Una operaci¨®n en la que se ha trastocado el orden de prelaci¨®n habitual: los accionistas recuperaron parte de su inversi¨®n, mientras que los titulares de los cocos (acr¨®nimo de bono contingente convertible) lo han perdido todo. En la pr¨¢ctica, ha supuesto para la banca un encarecimiento de estos bonos que refuerzan el colch¨®n de capital en momentos de crisis, ya que sus titulares exigen ahora una mayor rentabilidad. Es decir, las entidades pagar¨¢n m¨¢s cara su financiaci¨®n y, por tanto, llega la amenaza de una restricci¨®n todav¨ªa mayor de la concesi¨®n de cr¨¦dito a clientes.
Los tenedores de bonos convertibles de Credit Suisse, conocidos como AT1, perdieron 17.000 millones de d¨®lares (unos 16.000 millones de euros), que se amortizaron en su totalidad. A los accionistas, sin embargo, fueron a parar los 3.000 millones del canje. Una cantidad, eso s¨ª, muy lejana de los 7.500 millones en los que estaba valorada la entidad antes de la operaci¨®n. ¡°Suiza ha cruzado una l¨ªnea roja cuya consecuencia inmediata ha sido poner nerviosos a los tenedores de deuda¡±, explica Joaqu¨ªn Maudos, director adjunto del IVIE y catedr¨¢tico de la Universidad de Valencia. De hecho, los mercados incrementaron con fuerza la rentabilidad exigida, casi duplic¨¢ndola en algunos casos. ¡°La financiaci¨®n bancaria es ahora m¨¢s cara y las entidades prestar¨¢n menos¡±, afirma Gordon Shannon, gestor de fondos de TwentyFour Asset Management, a Bloomberg.
Para evitar un desastre mayor y cortar la sangr¨ªa, el BCE sali¨® el lunes para tratar de parar este c¨ªrculo vicioso: emiti¨® un comunicado advirtiendo de que, en caso de crisis, en Europa asumir¨¢n las p¨¦rdidas primero los accionistas y acreedores y, solo despu¨¦s, los tenedores de esos bonos. ¡°La EBA [Autoridad Bancaria Europea], el BCE como supervisor y la JUR [Junta ?nica de Resoluci¨®n] han sido espec¨ªficos en cuanto al orden de prioridad que se aplica en Europa¡±, enfatizaron estas instituciones en una nota conjunta. Es decir, garantiza que su inversi¨®n tendr¨¢ preferencia.
El anuncio calm¨® a los mercados, tanto en Bolsa como en las exigencias de la negociaci¨®n por los cocos, que dejaron de caer. Aunque el nerviosismo ya hab¨ªa calado en un mercado valorado en m¨¢s de 250.000 millones de euros (en Espa?a, la banca cotizada cuenta con m¨¢s de 20.000 millones). ¡°Si no se es capaz de restaurar por completo la confianza en que se respeten las reglas de juego en el orden de asunci¨®n de p¨¦rdidas, se encarecer¨¢ el coste de la financiaci¨®n que soportan los bancos. Y esto, como es l¨®gico, lo trasmitir¨¢n a sus clientes¡±, zanja Maudos.
Los bonos contingentes convertibles son una emisi¨®n h¨ªbrida: tienen caracter¨ªsticas de deuda (pagan un inter¨¦s al inversor) y de capital (se pueden utilizar para absorber p¨¦rdidas). De hecho, si se cumplen una serie de requisitos, las emisiones conocidas como AT1 pueden computar como capital adicional. Adem¨¢s, no tienen un vencimiento determinado, sino que son perpetuos, aunque las entidades se reservan el derecho de poder rescatar el bono una vez se cumpla un periodo determinado desde su lanzamiento (normalmente cinco a?os).
¡°Se crearon en la crisis anterior para reforzar el capital de la banca porque es pr¨¢cticamente equiparable al de m¨¢xima calidad y se pueden convertir cuando baja de un nivel determinado¡±, desgrana ?ngel Berges, vicepresidente de Analistas Financieros Internacionales (AFI). Los reguladores exigen estos colchones de rescate interno para que se puedan liberar y asumir p¨¦rdidas en momentos de quiebra. Eso s¨ª, antes se deben ejecutar escalones previos: el capital de m¨¢xima calidad, el CET1 fully loaded, m¨¢s las reservas generadas por los beneficios de ejercicios previos. Despu¨¦s se tirar¨ªa de los cocos y luego los bonos subordinados. La idea, al fin y al cabo, es que los contribuyentes no sean los primeros en pagar los platos rotos.
El precedente del Popular
Para los bancos tambi¨¦n resulta atractivo, ya que les permite convertirlos en acciones o se puede incluso reducir su valor si la entidad est¨¢ en apuros. Existe un caso paradigm¨¢tico que se usa en los organismos europeos como ejemplo: la resoluci¨®n del Banco Popular, que termin¨® siendo absorbido por el Santander por un euro en 2017. Entonces, todos vieron c¨®mo se esfumaba su dinero: los accionistas y los tenedores de deuda (tanto el bono contingente convertible como la subordinada). En aquella ocasi¨®n los inversores no recuperaron nada y se prim¨® la protecci¨®n de los contribuyentes y la estabilidad financiera.
¡°Ha aflorado un riesgo mayor del esperado con los cocos. Esto encarece la financiaci¨®n: los inversores pedir¨¢n m¨¢s rentabilidad por este riesgo a los bancos y, por lo tanto, conceder¨¢n cr¨¦ditos m¨¢s caros¡±, incide Leopoldo Torralba, economista de Arcano Economic Research. En este contexto, los grupos financieros tendr¨¢n que elegir en futuros vencimientos si emiten nueva deuda AT1 con un mayor coste o buscan otras v¨ªas para captar capital, algo dif¨ªcil en un contexto de incertidumbre como el actual.
Seg¨²n JPMorgan, la necesidad de refinanciar bonos convertibles puede ser un problema a corto plazo. Una idea en la que abunda Standard & Poors: ¡°Los inversores de AT1 corren el riesgo de sufrir grandes p¨¦rdidas como parte de cualquier rescate, ya sea como parte de una resoluci¨®n formal o una soluci¨®n de mercado para ayudar a un banco en dificultades¡±. Viento en contra para un sector financiero que todav¨ªa teme una vuelta del p¨¢nico burs¨¢til.
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