El empleo vive su mejor momento desde 2008: ?en qu¨¦ se diferencia aquel mercado laboral del actual?
La tasa de desempleo es la menor en 15 a?os, cuando explot¨® la crisis inmobiliaria. Espa?a ha mejorado en temporalidad, pero los salarios se han contra¨ªdo. Antes la construcci¨®n ten¨ªa m¨¢s peso
Hay una muletilla que nunca falta en las cr¨®nicas sobre empleo de los ¨²ltimos meses. Los datos positivos que se desmenuzan suelen ser los mejores ¡°desde 2008¡å. Aquel a?o, hace tres lustros, el desempleo ya crec¨ªa moderadamente, empujado por el incipiente pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Y el porcentaje de parados respecto al total de la poblaci¨®n activa es la clave de b¨®veda en las estad¨ªsticas laborales. ?En qu¨¦ se diferencia el mercado laboral de entonces del actual?
La comparaci¨®n es conveniente ante los sucesivos r¨¦cords positivos de los ¨²ltimos meses. Cabe preguntarse c¨®mo hemos llegado hasta aqu¨ª, con tres reformas laborales por medio, y en qu¨¦ ha cambiado Espa?a respecto a entonces. A continuaci¨®n se intenta dar respuesta a esa pregunta, tomando como fuente principal la Encuesta de Poblaci¨®n Activa del segundo trimestre de 2008 y de 2023.
Algo m¨¢s de paro que cuando se torci¨® la econom¨ªa
El ejercicio 2008 no fue bueno para la econom¨ªa espa?ola. Aunque el PIB creci¨® un 1,2% interanual, la crisis ya ense?aba los dientes con una contracci¨®n en la ¨²ltima fase del a?o. Esto se dej¨® sentir en la tasa de desempleo: en el segundo trimestre de 2007 alcanz¨® el m¨ªnimo del siglo, con un 7,93%, y a partir de entonces escal¨® progresivamente. El 10,4% registrado en el segundo trimestre de 2008, dos puntos y medio m¨¢s que aquel m¨ªnimo de 2007, todav¨ªa era una cifra mejor que el 11,6% actual. Que, adem¨¢s, es casi el doble que la media europea. Este guarismo es el mejor desde el ¨²ltimo cuarto de 2008, cuando el desempleo aceler¨® hasta el 13,8%. El panorama global termin¨® de entrar en una espiral destructiva a partir del 15 de septiembre de aquel a?o, con la quiebra de Lehman Brothers.
Es decir, Espa?a registra ahora las mejores cifras de desempleo desde 2008, pero entonces la econom¨ªa ya se hab¨ªa empezado a torcer por el pinchazo de la burbuja del ladrillo. Cabe destacar que, seg¨²n la mayor¨ªa de analistas, entonces la econom¨ªa estaba dopada: el c¨¦nit de la actividad de construcci¨®n ten¨ªa los pies de barro. Esto se advierte con claridad con un vistazo a la tasa de desempleo previa al hinchaz¨®n de la burbuja: de 2002 a 2004 rond¨® el 11%, en t¨¦rminos parecidos a los actuales.
M¨¢s trabajadores con m¨¢s poblaci¨®n
Ahora hay m¨¢s trabajadores en Espa?a que en 2008, unos 400.000 m¨¢s. Hemos pasado de 20,65 millones a 21,06, una cifra nunca vista. Es un aceler¨®n importante, pero hay que tener en cuenta que desde entonces tambi¨¦n ha aumentado la poblaci¨®n. En julio de 2008 hab¨ªa 45,98 millones de residentes, frente a los 48,35 actuales. As¨ª, los ocupados han aumentado un 2%, mientras que la poblaci¨®n lo ha hecho un 5,2%.
Pero hay un matiz importante que a?adir a estas cifras: la poblaci¨®n ha envejecido sustancialmente desde entonces. Hay muchos m¨¢s jubilados. Ese es el motivo por el que el n¨²mero de activos (personas que trabajan o que buscan empleo) aumenta un 3,3%, menos que el de residentes, lo que reduce la tasa de actividad del 60% al 59%. Otra cifra que ayuda a entender mejor este panorama: en 2008 hab¨ªa 7,16 millones de inactivos mayores de 64 a?os, mientras que ahora hay 9,1, dos millones m¨¢s.
En resumen, hay m¨¢s trabajadores que nunca, pero la porci¨®n de poblaci¨®n participante en el mercado laboral es ligeramente inferior por la demograf¨ªa.
Caen la construcci¨®n y la industria, aceleran los servicios
El peso de cada sector econ¨®mico ha cambiado much¨ªsimo en la econom¨ªa espa?ola en los ¨²ltimos 15 a?os. La construcci¨®n se ha desplomado a la mitad: de absorber el 12,4% de la ocupaci¨®n en el segundo trimestre de 2008 al 6,5% en 2023. La industria tambi¨¦n ha sufrido un retroceso, aunque no tan severo: del 15,9% al 12,9%. La menor ca¨ªda es la de la agricultura, que pasa del 4% al 3,6%. Estos trabajadores se han incorporado al sector servicios, que ha crecido del 67,7% al 77% en tres lustros.
Los datos de la EPA permiten afinar un poco m¨¢s, consultando las ramas de actividad. Esto es especialmente relevante para desagregar c¨®mo crece el sector servicios, que va m¨¢s all¨¢ de comercio y hosteler¨ªa. El primero retrocede del 15,7% al 14,6% y el segundo crece del 7,2% al 8,7%. Pero este alza de la hosteler¨ªa no es suficiente para convertirse en la segunda actividad m¨¢s importante del sector servicios, posici¨®n que s¨ª ten¨ªa en 2008. Ahora la superan las actividades sanitarias y de servicios sociales, que pasan del 6,1% al 9,1%. Hay que tener en cuenta que, por medio, hemos vivido un envejecimiento acusado de la poblaci¨®n y una pandemia.
Tambi¨¦n es importante el crecimiento de los ocupados en educaci¨®n (del 5,7% al 7,3%) y en actividades profesionales, cient¨ªficas y t¨¦cnicas (del 4,4% al 5,9%). El aceler¨®n de estas profesiones, tanto las vinculadas al sector p¨²blico como las de alto valor a?adido, sustancian parte del aceler¨®n del empleo en los ¨²ltimos a?os. Los expertos se?alan la importancia de los fondos europeos en este fen¨®meno.
La temporalidad se hunde, la parcialidad no
Ninguna variable del mercado laboral ha cambiado tanto con la reforma que el Gobierno aprob¨® a finales de 2021 como la temporalidad. Este mal end¨¦mico del mercado laboral espa?ol se est¨¢ corrigiendo, acercando la proporci¨®n espa?ola de contratos temporales (17,3% en el segundo trimestre de 2023) a la media europea (11,1% en 2022). Justo antes de la aprobaci¨®n de la reforma laboral la temporalidad era del 25,4%, cuatro puntos menos que en el segundo trimestre de 2008 (29,3%). Entonces, en plena destrucci¨®n de empleo por la incipiente crisis inmobiliaria, la temporalidad cay¨® de forma pronunciada (lleg¨® a ser del 34,5% en 2006). Esta contracci¨®n se debi¨® a que los primeros trabajadores despedidos eran los m¨¢s precarios, es decir, los temporales.
Otra variable a tener en cuenta es la parcialidad, la proporci¨®n de trabajadores que no est¨¢n empleados a jornada completa. Se da una leve subida de la parcialidad en Espa?a, que pasa del 11,8% del segundo trimestre de 2008 al 13,5% en 2023. Es una estad¨ªstica enga?osa: aunque un ¨ªndice alto se puede interpretar negativamente (las empresas no son capaces de ofrecer jornadas completas; y mucha parcialidad oculta jornadas completas con parte del salario en b, o incluso sin ¨¦l), la realidad es que los pa¨ªses con m¨¢s jornadas parciales en Europa presumen de fortaleza econ¨®mica. Suiza, Holanda, Austria, Alemania y B¨¦lgica notifican tasas de parcialidad de entre el 38,7% y el 23%. En el otro lado de la balanza est¨¢n Croacia, Hungr¨ªa, Rumania, Bulgaria y Montenegro, con tasas de entre el 4,7% y el 1,5%.
Los expertos se?alan que las altas tasas de parcialidad en los pa¨ªses m¨¢s desarrollados de Europa se deben a una mejor pol¨ªtica de conciliaci¨®n. Es decir, en estas econom¨ªas los trabajadores tienen m¨¢s capacidad de reducir sus jornadas para cuidar. Otro factor a tener en cuenta es que los salarios son mayores, as¨ª que es m¨¢s factible vivir con retribuciones de jornadas parciales.
Hay una variable inequ¨ªvoca que s¨ª apunta a una tendencia a mejor en Espa?a respecto a la parcialidad: en los ¨²ltimos meses cae la proporci¨®n de trabajadores con este tipo de jornadas por obligaci¨®n. El 47,6% trabaja a jornada parcial porque no encuentra empleo a jornada completa, la cifra m¨¢s baja desde 2010 y muy por debajo del peor momento de la Gran Recesi¨®n, cuando rondaba el 60%. Pero sigue siendo una tasa alta, que en el segundo trimestre de 2008 se situaba en el 33,6%
Salarios a la baja
El salario espa?ol ha perdido desde 2008 un 7% de poder adquisitivo. As¨ª se desprende de un reciente estudio de la compa?¨ªa de recursos humanos Adecco ¡ªelaborado con datos de la Encuesta de Costes Laborales del INE y de Eurostat¡ª. Esta contracci¨®n fue especialmente profunda en 2022, cuando la inflaci¨®n se desboc¨® por la invasi¨®n rusa de Ucrania, con el consecuente aumento de los costes energ¨¦ticos. El salario medio en Espa?a perdi¨® un 4% de poder de compra solo en 2022, a pesar del aumento en las retribuciones.
Espa?a sale a¨²n peor parada en la comparaci¨®n internacional. El ¨²ltimo informe de la OCDE sobre fiscalidad salarial (Taxing wages) concluye que la subida de precios produjo un retroceso del 5,3% en los sueldos reales de los trabajadores espa?oles en 2022. Solo ocho pa¨ªses de los 38 miembros del club sufrieron un mordisco mayor: Estonia (-10%), Turqu¨ªa (-8,8%), Pa¨ªses Bajos (-8,3%), Grecia (-7,4%), Rep¨²blica Checa (-7%), M¨¦xico (-6,8%), Lituania (-6,3%) y Letonia (-6,2%).
El ¨²nico consuelo es que algo est¨¢ cambiando en los ¨²ltimos meses: la inflaci¨®n ha moderado su subida respecto al a?o pasado y los salarios est¨¢n levantando el vuelo. As¨ª lo refleja la ¨²ltima Encuesta Trimestral de Coste Laboral. En el primer trimestre de 2023, el coste salarial medio escal¨® hasta los 2.127 euros brutos al mes, un 6% m¨¢s que el a?o anterior. Y los precios, en el mismo periodo, crecieron un 5,1%.
Aunque sus ¨²ltimos datos son de 2021, el an¨¢lisis retributivo m¨¢s robusto de Espa?a es la Encuesta anual de estructura salarial. Su cifras apuntan que el salario anual bruto medio fue entonces de 25.897 euros, con una diferencia importante entre hombres (28.389) y mujeres (23.176). En 2008, el salario medio era de 21.883 euros.
M¨¢s mujeres y m¨¢s inmigrantes
Los hombres nacidos en Espa?a representaban el 49,5% de la fuerza laboral en el segundo trimestre de 2008. En el mismo periodo de 2023 son el 44,3%. Este pronunciado declive se debe al auge de mujeres y empleados con doble nacionalidad: ambas variables se encuentran en r¨¦cords hist¨®ricos. Y cuando estas variables se mezclan, la subida es exponencial.
En los ¨²ltimos 15 a?os, las trabajadoras han pasado de representar el 42,4% del mercado laboral al 46,5%. El mayor incremento es el de mujeres con doble nacionalidad, que en 2008 eran 119.400 y ahora son 524.100. Es decir, han pasado de agrupar el 0,58% del empleo al 2,5%. La cifra de mujeres extranjeras apenas aumenta, pero s¨ª la de empleadas de nacionalidad espa?ola: pasan de concentrar el 35,6% de los puestos de trabajo al 37,8%.
A la vez, encoge el peso de los hombres en el mercado laboral, que hace tres lustros representaban el 57,6% y ahora el 53,5%. El baj¨®n principal es el de espa?oles, ya que el de extranjeros apenas es perceptible (del 7,6% al 7,2%) y los empleados con doble nacionalidad crecen de forma importante: del 0,5% al 2%.
La asignatura pendiente es cerrar las brechas que siguen sufriendo tanto mujeres como inmigrantes. Cobran menos, padecen mayor temporalidad y tambi¨¦n m¨¢s parcialidad no voluntaria.
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