Los impuestos a la riqueza impulsan a repartir mayores dividendos
Un estudio europeo apunta a que las empresas son m¨¢s generosas si sus socios necesitan abonar alg¨²n gravamen sobre el patrimonio
Beneficios y dividendos suelen ir de la mano: cuando una compa?¨ªa va bien y gana dinero acaba repartiendo parte de las ganancias entre sus accionistas. ?Y puede que el pago de impuestos influya en la cantidad de este pastel? En algunos casos, s¨ª, seg¨²n un estudio reci¨¦n publicado que analiza el comportamiento de m¨¢s de 4.300 empresas cotizadas de 26 pa¨ªses europeos. El documento concluye que, cuando hay un generoso incremento en el precio de las acciones, los pagos de dividendos son mayores si los socios tienen que abonar alg¨²n gravamen sobre el patrimonio. Un fen¨®meno que suele darse con mucha m¨¢s intensidad en las empresas donde la propiedad est¨¢ muy concentrada y los socios poseen las acciones de manera directa, de acuerdo con el trabajo Individual Wealth Taxes and Corporate Payouts (Impuestos sobre el patrimonio individual y pagos corporativos, en castellano). Esta din¨¢mica, a su vez, va aparejada a un menor nivel inversiones tras el reparto de beneficios.
¡°Nuestra evidencia es coherente con la hip¨®tesis de que un n¨²mero importante de accionistas principales que enfrentan necesidades de liquidez debido a impuestos sobre el patrimonio inducen a sus empresas a aliviar estas necesidades distribuyendo una cantidad anormal de dividendos¡±, se?ala el estudio, elaborado por Gaizka Ormazabal (IESE), Ra¨´l Barroso (IESEG School of Management) y Donald N¡¯Gatta (MDE Business School). Por ejemplo, en las compa?¨ªas cuyos directivos se enfrentan a un aumento del gravamen sobre la riqueza, los dividendos son aproximadamente un 3,5% superiores.
El trabajo acad¨¦mico analiza el impacto de los impuestos sobre el patrimonio en los dividendos y la inversi¨®n en Europa en un arco temporal de casi dos d¨¦cadas, de 2000 a 2017. Las 4.381 empresas que forman parte de la muestra, objeto de 39.503 observaciones totales a lo largo del periodo, pertenecen a distintas ramas, desde la agricultura a la biotecnolog¨ªa y la industria qu¨ªmica, excluidas las sociedades financieras y las que ofrecen servicios p¨²blicos, ya que sus pol¨ªticas de dividendo son muy distintas a las dem¨¢s por su alto nivel de regulaci¨®n.
¡°Si el precio de la acci¨®n sube mucho, autom¨¢ticamente el patrimonio del accionista crece y puede enfrentarse a un problema de liquidez para pagar el impuesto¡± sobre la riqueza, explica por videollamada Gaizka Ormazabal, profesor del IESE y coautor del estudio. ¡°La causalidad es siempre dif¨ªcil de demostrar con las estad¨ªsticas. Para ver si nuestra tesis es cre¨ªble, enfocamos el an¨¢lisis en cada empresa y vimos la evoluci¨®n en el tiempo de su comportamiento para asegurarnos de que no hab¨ªa factores terceros que pod¨ªan mover los dividendos o las acciones. El fen¨®meno se observa de forma particular en las empresas familiares ¡ªen el sentido de que la propiedad est¨¢ concentrada en las manos de un solo individuo o de pocas personas de la misma familia¡ª, en ingl¨¦s llamadas closely held, y en empresas en las que las personas f¨ªsicas tienen una propiedad directa de las acciones¡±.
¡°Las empresas familiares son particularmente sensibles a los impuestos sobre el patrimonio, ya que la riqueza de sus accionistas mayoritarios est¨¢ estrechamente ligada al valor de mercado de la empresa¡±, concluye el documento. ¡°Esos pagos¡±, a?ade, ¡°reducen el efectivo disponible para inversiones rentables¡±, lo que a largo plazo puede comprometer la salud de la compa?¨ªa.
M¨¢s incidencia en el norte
El impuesto sobre el patrimonio ha sido derogado en muchos pa¨ªses en los ¨²ltimos a?os, aunque la discusi¨®n en torno a su conveniencia est¨¢ m¨¢s que viva. La pandemia ha servido de mecha para volver a encenderla y la crisis energ¨¦tica le ha echado encima m¨¢s gasolina. Espa?a es, hoy en d¨ªa, el ¨²nico Estado de la UE que mantiene un tributo a la riqueza en su totalidad ¡ªdos, en realidad: el auton¨®mico sobre el patrimonio y el estatal a las grandes fortunas¡ª. Otros pa¨ªses, como Francia, lo tuvieron en el pasado y lo han suprimido. En el espacio europeo, tambi¨¦n Noruega y Suiza cuentan con un tributo a los m¨¢s ricos.
El trabajo de los tres economistas no baja al detalle de cada pa¨ªs, salvo para cuantificar el n¨²mero de compa?¨ªas que forman parte del estudio y su tipo ¡ªen el caso de Espa?a son 128 sociedades, de las cuales 68 tienen una propiedad muy concentrada y 19 est¨¢n catalogadas como empresas familiares¡ª, pero Ormazabal afirma que, a la luz de los datos manejados, se pueden trazar diferencias geogr¨¢ficas. El hecho de que suban los dividendos cuando los accionistas se enfrentan a una considerable alza fiscal es m¨¢s frecuente en los pa¨ªses del norte, como Noruega. ¡°Es posible que sean m¨¢s estrictos en materia impositiva. En Francia y en Espa?a el efecto es menos pronunciado¡±, se?ala, una circunstancia que puede estar vinculada con la existencia de herramientas exentas del pago del impuesto sobre el patrimonio.
El docente, sin embargo, puntualiza que esta din¨¢mica puede estar subestimada en t¨¦rminos generales, porque solo tiene en cuenta un canal, por importante que sea, a trav¨¦s del cual el impuesto de patrimonio afecta a las decisiones empresariales: los dividendos. ¡°Es solo un tipo de activo financiero. Los contribuyentes pueden tener bienes inmuebles, fondos... Si hay un subid¨®n del mercado inmobiliario puede incrementar el patrimonio y ser necesaria m¨¢s liquidez para pagar el impuesto¡±.
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