Las reservas europeas de gas en m¨¢ximos anticipan precios estables el resto del a?o
Los dep¨®sitos rozan el 60% de su capacidad con la mayor¨ªa de calefacciones ya apagadas. Este colch¨®n reduce las necesidades de importaci¨®n en los pr¨®ximos meses
Fue anteayer, pero aquellos d¨ªas en los que la zozobra energ¨¦tica centraba los debates y las preocupaciones europeas parecen ya lejanos, casi remotos. La r¨¢pida respuesta de la industria y los hogares europeos ¡ªque han recortado dr¨¢sticamente su demanda¡ª, las temperaturas ¡ªcon dos inviernos notablemente m¨¢s c¨¢lidos de lo habitual¡ª y los esfuerzos sin precedentes de los Veintisiete por reforzar su red de regasificadoras y por traer combustible desde todos los rincones del mundo han sido fundamentales para salvar el mayor desaf¨ªo energ¨¦tico que ha afrontado nunca la UE.
El term¨®metro m¨¢s fiable de c¨®mo van las cosas es el tono de las reservas subterr¨¢neas de gas. Y las noticias no podr¨ªan ser mejores: los dep¨®sitos europeos cerraron marzo, cuando las calefacciones pasan a mejor vida en pr¨¢cticamente todo el continente, a m¨¢s del 59% de su capacidad total. Una cifra sin parang¨®n: hace un a?o, de cuando databa el r¨¦cord anterior, las reservas subterr¨¢neas de gas no llegaban al 56% de su capacidad. M¨¢s gas almacenado es sin¨®nimo de menores necesidades de acopio de cara al pr¨®ximo invierno.
¡°Es algo que ya ve¨ªamos venir desde febrero, pero en marzo el consumo ha sido a¨²n m¨¢s bajo en la mayor¨ªa de pa¨ªses. La climatolog¨ªa ha ayudado mucho, con temperaturas altas y con buenas condiciones para las renovables¡±, apunta Ana Maria Jaller-Makarewicz, del Instituto de Econom¨ªa Energ¨¦tica y An¨¢lisis Financiero (IEEFA, por sus siglas en ingl¨¦s). Este ¨²ltimo factor ha sido particularmente importante: las lluvias y el viento, sobre todo en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, han llevado la generaci¨®n e¨®lica e hidr¨¢ulica hasta cotas hist¨®ricamente altas, menguando las necesidades de gas para generar electricidad.
Regasificadoras
Estos niveles de llenado, esboza Jaller-Makarewicz, ¡°allanan el camino para la tranquilidad de precios en los pr¨®ximos meses. Siempre puede darse un imprevisto que cambie el panorama, pero la realidad es que se han reducido mucho los riesgos¡±. La analista del IEEFA va, de hecho, un paso m¨¢s all¨¢ y ve ¡°probable¡± que parte de las regasificadoras puestas en marcha a toda prisa en los pa¨ªses del centro y el norte de la Uni¨®n queden varadas a medida que el consumo de gas emprende el camino a la baja. ¡°Han permitido hacer una transici¨®n muy r¨¢pida, mucho m¨¢s de lo esperado, al gas natural licuado [GNL, el que viaja por barco y que puede traerse pr¨¢cticamente desde cualquier rinc¨®n del mundo]. Pero hay que ver qu¨¦ va a pasar con esas terminales construidas a toda prisa, en las que se han invertido muchos millones de euros¡±.
Incluso ahora, con la crisis energ¨¦tica reducida poco menos que a mal recuerdo, hay varios proyectos en marcha: este pr¨®ximo verano entrar¨¢n en operaci¨®n dos nuevas instalaciones flotantes de procesado de gas, una en el puerto alem¨¢n de Stade-B¨¹tzfleth (Baja Sajonia) y otra en la ciudad griega de Alejandr¨®polis.
Por encima de los objetivos
Las previsiones de la consultora brit¨¢nica ICIS, especializada en materias primas, tambi¨¦n apuntan a una segunda mitad de a?o relativamente tranquila en precios. Su jefe de an¨¢lisis de gas natural, Tom Marzec-Manser, proyecta una media de poco m¨¢s de 28 euros por megavatio hora (MWh) en el mercado holand¨¦s TTF, el que sirve de referencia para el conjunto del Viejo Continente. Muy cerca de los 26 euros actuales y, tambi¨¦n, a un paso de la m¨ªnima anual de 23 euros, que se alcanz¨® en febrero. Para el pr¨®ximo invierno, cuando el encendido de las calefacciones vuelva a tensar las costuras del mercado, su pron¨®stico ronda los 33 euros. Menos que el invierno pasado.
Frente al objetivo de Bruselas de que los Estados miembro lleguen a principios de noviembre con sus dep¨®sitos al 90%, Marzec-Manser cree que la media de los Veintisiete y el Reino Unido alcanzar¨¢n el 95% mucho antes: a principios de septiembre. Al margen de las llegadas por tubo desde Noruega ¡ªuno de los grandes comodines con los que Europa ha superado la crisis¡ª, que se mantendr¨¢n como primera fuente de gas durante la temporada de verano pese al mantenimiento programado en el tramo final del est¨ªo, el analista de ICIS da por descontado que los gasoductos que llegan desde Rusia se mantendr¨¢n en niveles bajos. Y que el GNL seguir¨¢ arrojando cifras ¡°significativas¡±, sobre todo el procedente de Estados Unidos.
Gas licuado y Noruega al margen, el otro elemento clave en el rompecabezas europeo ha sido la demanda. Tras el dr¨¢stico descenso de los dos ¨²ltimos a?os, sobre todo en el caso de la industria, las previsiones de las principales casas de an¨¢lisis apuntan a un consumo manufacturero en los pr¨®ximos meses una quinta parte inferior a la media de los cinco a?os anteriores al estallido de la guerra (2017-2021). ¡°El consumo para generaci¨®n de electricidad tambi¨¦n ser¨¢ moderado, por la mejora de la producci¨®n renovable y nuclear¡±, atisba Marzec-Manser.
El fin del flujo de gas ruso por Ucrania a?ade incertidumbre
El horizonte energético europeo está despejado, mucho más de lo que cabía esperar hace solo unos meses. Pero no completamente exento de volatilidad. Uno de esos focos está en Ucrania, cuya invasión por parte de Vladímir Putin abrió la caja de los truenos hace poco más de dos años. Paradójicamente, ese país sigue siendo clave en las llegadas de gas ruso a la Unión Europea: tras la voladura del Nord Stream y el cierre total del Yamal (el que atraviesa Bielorrusia antes de llegar a Polonia), el Turkstream y el Ukraine Transit quedan como los únicos gasoductos activos entre el gigante euroasiático y los Veintisiete. Por poco tiempo: tanto Bruselas como Kiev ya han anunciado que este tubo dejará de estar activo a finales de año. A diferencia del petróleo, las importaciones europeas de gas ruso no están prohibidas. Las rutas terrestres, sin embargo, son cada vez más limitadas, casi testimoniales.
Ucrania es, además, un enorme repositorio de gas natural. Aunque hoy exhaustos, a poco más del 11%, este país cuanta con los mayores depósitos de este combustible de Europa: sus casi 319 teravatios hora (TWh) de capacidad son un 30% superiores a las de Alemania —el mayor consumidor del bloque, con una vastísima industria gasintensiva— y, atención, casi nueve veces mayores que las españolas. Con los ductos que la conectan con Rusia cada vez más cerca de su cierre, el rellenado de estos se complica mucho. Un activo valiosísimo cada vez menos útil.
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