Teresa Ribera: ¡°Vamos a reformar las ayudas de Estado, pero los problemas no se resuelven con cuatro campeones nacionales¡±
La designada vicepresidenta europea de Competencia y Transici¨®n Limpia, Justa y Competitiva, que ser¨¢ pieza clave en la nueva Comisi¨®n Von der Leyen, defiende la agenda verde en un momento en el que muchos piden que se aparque
En Bruselas todo el mundo siente sobre el hombro la mano de la Historia. Europa est¨¢ siempre en la encrucijada, en un momento decisivo, con los Veintisiete un d¨ªa divididos y al siguiente a un paso de la nueva era, que suele ser la vieja desventura. Teresa Ribera (Madrid, 55 a?os) llega a la capital europea como flamante vicepresidenta de Competencia y Transici¨®n Verde, tras una larga carrera en la que ha sido pr¨¢cticamente de todo: profesora, alta funcionaria, activista clim¨¢tica, ministra y vicepresidenta del Gobierno. Pendiente a¨²n del examen de la Euroc¨¢mara, a la nueva comisaria, y a toda la UE, le toca jugar una mala mano con mucha habilidad: la econom¨ªa de la eurozona est¨¢ estancada, la industria languidece, la demograf¨ªa flaquea, Berl¨ªn y Par¨ªs est¨¢n en horas bajas, hay un par de guerras en el vecindario y una lucha encarnizada por la hegemon¨ªa entre EEUU y China. En su primera entrevista en Bruselas, deja un par de ideas fuerza. Una: va a reformar las sacrosantas reglas de competencia pese a quienes advierten que eso es abrir la caja de Pandora. Y dos: sigue defendiendo la transici¨®n verde, aunque de momento con la boca peque?a, consciente de que Von der Leyen tiene ahora otras prioridades. La combinaci¨®n de esas dos ideas la convierte en la pieza clave de Bruselas si Europa quiere activar las pol¨ªticas que acaba de recetar Mario Draghi, tecn¨®crata en jefe en esta ciudad infestada de tecn¨®cratas.
Pregunta. Toda su trayectoria est¨¢ relacionada con energ¨ªa y cambio clim¨¢tico. Ahora asume tambi¨¦n competencia, esencial en Bruselas. Como vicepresidenta y como ariete de la familia socialdem¨®crata. ?Re¨²ne tanto poder como anticipan sus carteras y ese liderazgo entre los socialistas?
Respuesta. Mi posici¨®n est¨¢ relacionada con el peso actual de Espa?a en el proyecto europeo. Y suma dos carteras en torno al mercado interior. El enfoque de competencia, relacionado con las fusiones y las reglas de ayudas de Estado, es uno de los grandes vectores de la modernizaci¨®n industrial de Europa. Y la agenda verde va a ser fundamental para la econom¨ªa y el bienestar de las personas. Von der Leyen ha querido unir esos dos enfoques en un espacio com¨²n; de alguna manera, en Espa?a hemos intentado hacer algo parecido estos ¨²ltimos a?os, modernizar el tejido industrial y encontrar en la agenda verde buenos argumentos para hacerlo.
P. ?Va a tener tanto poder, en una Comisi¨®n escorada hacia el lado conservador, como anticipan las carteras que le han dado?
R. La Comisi¨®n es un ¨®rgano colegiado; se trata de un poder compartido. Por un lado hay labores de coordinaci¨®n sobre la agenda verde; por otro, una cartera tradicional y potente como es competencia. Unidas, esas ¨¢reas son muy poderosas: ahora debemos generar din¨¢micas de trabajo en equipo para darles vuelo. En mi trayectoria siempre he perseguido los consensos entre Norte y Sur, entre pa¨ªses desarrollados y en v¨ªas de desarrollo. Ah¨ª me siento c¨®moda. Ese es el camino.
P. Aparece usted como una suerte de contrapeso progresista ante una personalidad como Von der Leyen. A los contrapesos anteriores no les fue bien: Frans Timmermans acab¨® fuera, Thierry Breton fue pr¨¢cticamente arrollado y Von der Leyen ha tenido con Josep Borrell continuos enfrentamientos.
R. La primera aproximaci¨®n a Von der Leyen ha sido excelente. Nadie est¨¢ en condiciones de resolver todo a la vez y por s¨ª solo: venimos de familias pol¨ªticas muy diferentes y creo que esto forma parte de la tradici¨®n del proyecto europeo. Europa es una idea que se forja tras la II Guerra Mundial entre socialdem¨®cratas y dem¨®crata cristianos, a la que luego se suman otras familias como los liberales. En Bruselas se tienen que conjugar todas ellas. M¨¢s a¨²n con la fragmentaci¨®n actual. Con estos niveles de fragmentaci¨®n hay dos posibilidades: construir puentes y evolucionar hacia espacios comunes, o dejar que todo salte por los aires y la fragmentaci¨®n vaya a m¨¢s. Es un momento especialmente sensible. Con frecuencia se habla del sue?o americano: hay un sue?o europeo de progreso, de empleo, de innovaci¨®n; de educaci¨®n y sanidad, de Estado del bienestar. Draghi, y antes Letta, han trazado planes para preservarlo. Ese es el trabajo que tenemos por delante.
P. Ese sue?o no casa bien con la marea ultra: Turingia, la amenaza de Le Pen, Italia, ahora Austria.
R. El ascenso de la ultraderecha est¨¢ expresando frustraci¨®n por las cosas que no han funcionado. Tenemos que encauzar esa frustraci¨®n, encontrar la manera de resolver problemas, de ser eficientes en la resoluci¨®n de problemas. La pol¨ªtica consiste en resolver, en obtener resultados. Y adem¨¢s hay que encontrar una nueva ret¨®rica, porque la narrativa ultra genera irritaci¨®n, que es exactamente lo contrario de lo que se necesita. Pero m¨¢s all¨¢ de la ret¨®rica, insisto en la necesidad de resolver problemas en una Comisi¨®n en la que siguen dominando las tradicionales familias: centroderecha, centroizquierda y liberales.
P. Hay una vicepresidencia y tres comisarios socialdem¨®cratas. Cuatro sobre 27.
R. Esa va a ser una de mis responsabilidades de los pr¨®ximos a?os: liderar la familia socialdem¨®crata, la familia verde, la familia de izquierdas, que tiene menos representaci¨®n que otras veces en la Comisi¨®n pero que va a defender sus propuestas.
P. Margrethe Vestager, su antecesora, se va con un serio aviso: cuidado con reformar las reglas de competencia, las ayudas de Estado, la normativa de fusiones. Pero el mandato de Von der Leyen es ese. Y el plan de Draghi va tambi¨¦n en esa direcci¨®n. ?Va a reformar Competencia?
R. Vestager ha dado a Bruselas y a Competencia 10 a?os muy intensos, muy positivos, impresionantes. Ha tratado de modernizar toda la pol¨ªtica de competencia, no sin dificultades: los Gobiernos reivindicaban excepciones en situaciones cr¨ªticas como la pandemia y la crisis energ¨¦tica. Otras grandes potencias han ido desarrollando lo que aqu¨ª, por unos motivos u otros, no hemos acertado a hacer; es hora de cambiar, de evolucionar. Creo que hay que escuchar las advertencias de Vestager pero al mismo tiempo hay que tener presente el diagn¨®stico, acertado, de Draghi. El mandato de Von der Leyen es claro: hay que reformar las reglas de competencia, conseguir que todo funcione mejor.
P. Pero tambi¨¦n est¨¢ claro que uno de cada dos euros aprobados en Bruselas para ayudas de Estado van a Alemania: ?Est¨¢ de acuerdo en que las empresas de los pa¨ªses con m¨¢s capacidad juegan con ventaja?
R. As¨ª es. A partir de ahora, la idea es poder dedicar recursos p¨²blicos a incentivar industrias competitivas. Y conseguir que el campo de juego sea similar para todos los actores. Hay que rehacer las reglas con esos principios claros.
P. Usted, como ministra, se quejaba amargamente de las ventajas de las empresas alemanas por el volumen de sus ayudas de Estado.
R. Lo que he dicho una y otra vez, y lo mantengo, es que es fundamental ser muy transparente sobre qu¨¦ se est¨¢ haciendo cada pa¨ªs y por qu¨¦. Hay un aspecto de los informes de Draghi y Letta que me gusta especialmente: en las ayudas de Estado ha primado tradicionalmente el inter¨¦s nacional, y hay que evolucionar hacia proyectos de inter¨¦s europeo.
P. Los famosos campeones europeos. Pero mientras llegan los campeones europeos, la m¨²sica que suena una y otra vez es que hay que suavizar las reglas. ?Lo va a hacer usted?
R. Se pueden suavizar en muchas direcciones, pero siempre en el sentido de reforzar las capacidades europeas. Con esa vocaci¨®n transformadora.
P. Entonces est¨¢ decidida a hacerlo.
R. S¨ª vamos a reformarlas. Para ganar agilidad y para concentrar los esfuerzos en dar a la industria una dimensi¨®n europea estrat¨¦gica. Hay que actualizar la caja de herramientas. Pero la competitividad de Europa no se resuelve con tres o cuatro campeones nacionales. Necesitamos dimensi¨®n para competir en los mercados internacionales, pero tambi¨¦n necesitamos que funcione el mercado interior, con un ecosistema empresarial en el que las cosas est¨¦n razonablemente equilibradas. Hay que sacar lecciones de haber aplicado un r¨¦gimen excepcional de ayudas de Estado frente a la crisis energ¨¦tica, o de un r¨¦gimen acelerado que no necesita tanta vigilancia para inversiones en descarbonizaci¨®n o en clima. Y hay que intentar acortar plazos en las operaciones de concentraci¨®n.
P. Cuando Competencia bloque¨® la fusi¨®n entre Siemens y Alstom, Par¨ªs y Berl¨ªn se revolvieron contra esa decisi¨®n. Hoy Unicredito intenta comprar Commerzbank y hay voces en Alemania que critican con inusitada dureza esa operaci¨®n. ?Teme esa presi¨®n de las capitales?
R. No puedo entrar en casos tan espec¨ªficos todav¨ªa. Pero el informe Draghi deja un diagn¨®stico estupendo con cosas que se pueden mejorar desde ya. El diagn¨®stico, insisto, est¨¢ claro. Las recetas en particular est¨¢n por ver. Pero es evidente que Europa debe conjugar dos ideas: por un lado, tiene que reforzar su autonom¨ªa estrat¨¦gica; por otro, es una econom¨ªa extraordinariamente abierta que debe relacionarse con todos los pa¨ªses del mundo.
P. En la agenda verde, la Comisi¨®n Von der Leyen pone el acento en la transici¨®n ¡°justa¡±. Pero a la corta van a subir los precios de los coches, de los alimentos, de la electricidad, de la energ¨ªa. ?De d¨®nde sale ese dinero con la eurozona estancada y con el nein de Berl¨ªn a la deuda com¨²n que pide Draghi para invertir 800.000 millones al a?o?
R. Cuadrar ese c¨ªrculo ha sido una obsesi¨®n durante toda mi trayectoria. ?Hab¨ªa que emprender el camino de la descarbonizaci¨®n a pesar de sus posibles efectos secundarios? ?No hay que hacer lo mismo en el plano digital? Yo digo que s¨ª. Y que hay que forjar consensos para fijar con claridad hacia d¨®nde queremos ir y asumir los riesgos asociados.
P. Von der Leyen lleg¨® hace cinco a?os a Bruselas con la agenda verde como prioridad, pero ya no es su primer objetivo. Usted lleg¨® a la pol¨ªtica desde el activismo y ha sido siempre muy cr¨ªtica con los retardistas. ?Con Von der Leyen va a tener que frenar?
R. No lo creo, honestamente. Von der Leyen me da una vicepresidencia: eso es una se?al de que la prioridad sigue ah¨ª. La transici¨®n verde es uno de los grandes motores de la transformaci¨®n econ¨®mica e industrial que se avecinan. La legislatura pasada fue muy complicada: hab¨ªa que fijar el marco regulatorio. Ese trabajo est¨¢ hecho, ahora toca desarrollarlo. Estamos en medio de una transformaci¨®n profunda: un agricultor sabe perfectamente que su gran preocupaci¨®n es la sequ¨ªa, la p¨¦rdida de calidad de suelo, los incendios; todo eso no es incompatible con la agenda verde, al contrario. Ahora toca recuperar la confianza en las instituciones, y para ello hay que acertar: Europa tiene que dar soluciones, ser eficiente, esto va de obtener resultados. Esa es la mejor receta, la mejor vacuna para evitar la polarizaci¨®n y las guerras culturales que pretende imponer la extrema derecha.
P. De momento ha troceado esa cartera entre cuatro comisarios y una vicepresidenta. ?Eso no se hace para diluirla?
R. Al rev¨¦s. Von der Leyen me ha dado el mandato de coordinar. Las direcciones generales est¨¢n en poder de los comisarios, y est¨¢ bien que sea as¨ª.
P. En el Gobierno usted acumulaba todo ese poder. En un solo ministerio.
R. Pero hay distintos modelos en los Gobiernos europeos, y en la Comisi¨®n Europa ya ha funcionado as¨ª otras veces.
P. Usted fue siempre muy cr¨ªtica con la energ¨ªa nuclear, pero la Comisi¨®n Von der Leyen le dio nada menos que una etiqueta verde. ?Va a proponer cambios?
R. Los tratados dejan claro que cada pa¨ªs est¨¢ en su derecho de hacer lo que quiera. Eso hay que respetarlo. Es verdad que sali¨® adelante un marco regulatorio, pero fue contra mi criterio. Lo interesante es a qu¨¦ se destinan los recursos p¨²blicos en materia de fuentes de energ¨ªa, cuando hay fuentes a menor coste que consiguen mejores precios para los consumidores. Cuando hay inversiones p¨²blicas de por medio hay que extremar las precauciones.
P. ?Pero propondr¨¢ cambios en el marco regulatorio en contra de los intereses de la nuclear?
R. A la pregunta de si hay que impulsar la energ¨ªa nuclear, respondo que cada pa¨ªs haga lo que quiera. Otra cosa son los incentivos p¨²blicos. Esa es una cuesti¨®n muy diferente.
P. Tras su salida del Gobierno, el sector coincide en que ha hecho un buen trabajo con las energ¨ªas renovables, pero se ha dejado en el tintero casi toda la agenda de movilidad. El coche el¨¦ctrico no arranca. Ni en Espa?a ni en la UE. ?Hay que retrasar el calendario?
R. No. La industria europea del autom¨®vil viene de unas d¨¦cadas tremendamente exitosas: hay que darle un tiempo y exigirle una estrategia para garantizar su futuro. El motor de combusti¨®n evolucion¨® tanto y tan r¨¢pido que se nos olvid¨® que estaban pasando otras cosas en el mundo, desde los motores h¨ªbridos en Jap¨®n a los avances de China con los el¨¦ctricos. Necesitamos un plan, un calendario, una estrategia, ser coherentes y acertar con la inversi¨®n.
P. S¨¢nchez estuvo en China hace unos d¨ªas y pidi¨® reconsiderar los aranceles a los coches chinos. Macron ha pedido exactamente lo contrario. Los Estados Unidos de Biden piden mano dura. ?Est¨¢ m¨¢s cerca de S¨¢nchez o de Macron?
R. Necesitamos una industria pujante e innovadora. A la vez hay que evitar entrar en guerras comerciales. Con China y con quien sea. El mensaje de Pedro S¨¢nchez es compatible con las pol¨ªticas que est¨¢ impulsando Bruselas.
P. Cita a menudo el informe Draghi. Parafraseando a Draghi, ?esta ser¨¢ la Comisi¨®n de la gran transformaci¨®n o de la lenta agon¨ªa?
R. Mire, yo soy tremendamente optimista. Llego a Bruselas con muchas ganas de trabajar para consolidar el proyecto europeo.
P. Pero la econom¨ªa est¨¢ estancada, rozando la recesi¨®n. Con gobiernos tambaleantes en Alemania y Francia. Con EE UU en plena campa?a, y en medio de una guerra encarnizada entre Washington y Pek¨ªn por la hegemon¨ªa global en la que Europa parece desdibujada. Con una guerra en el vecindario, adem¨¢s, y otra muy cerca.
R. Habr¨¢ que ir partido a partido. Y sobre todo habr¨¢ que salir a ganar el partido. Europa sigue siendo el mejor sitio del mundo para vivir. Evidentemente hay cosas que hay que mejorar, y una de ellas es la recuperaci¨®n de la confianza en las instituciones. Especialmente con la situaci¨®n tan complicada que tienen algunos pa¨ªses, y con la subida de los populismos. Eso se combate con los valores europeos. Pero sobre todo con resultados. Europa tiene que ofrecer resultados.
P. Se va a sentar con varios comisarios ultras. El Parlamento Europeo tambi¨¦n ha virado a la derecha. El PP ha dicho que no va a apoyarla, y Pedro S¨¢nchez tuvo un rifirrafe dur¨ªsimo con Manfred Weber, l¨ªder del PPE. ?Teme una audiencia complicada para que la Euroc¨¢mara la ratifique?
R. He tenido reuniones muy cordiales con Weber. Y llevo toda mi vida tendiendo puentes, construyendo consensos, buscando espacios en com¨²n y a la vez defendiendo mis principios. Creo que en la Comisi¨®n hay cabida para distintas sensibilidades pol¨ªticas, y conf¨ªo en que los grupos que han apoyado a Von der Leyen tengan coherencia pol¨ªtica como para respaldar mi candidatura.
P. Von der Leyen ha sido muy tibia con Israel. Usted viene de un Gobierno que ha tenido una actitud m¨¢s beligerante, como la de Borrell. ?Va a defender la posici¨®n espa?ola en Bruselas?
R. Defender¨¦ lo que he defendido siempre: que estamos hablando de uso proporcional de la fuerza, de protecci¨®n de la poblaci¨®n civil, de defensa de los derechos humanos. Europa no puede tener un doble rasero en conflictos como ese. Hay que encontrar la manera de negociar un alto el fuego en condiciones.
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