¡°Es triste vender tus vacas, tus compa?eras¡±: los peque?os ganaderos pierden la batalla de la leche
La baja rentabilidad lleva al cierre a las explotaciones familiares mientras crecen las grandes granjas en zonas sin tradici¨®n
El final de las cuotas l¨¢cteas en 2015 se consideraba que pod¨ªa suponer un vuelco en el sector, con un fuerte incremento de las producciones y, sobre todo, la posibilidad de una deslocalizaci¨®n de las explotaciones, perdiendo peso las zonas tradicionalmente productoras para ganar protagonismo las explotaciones b¨¢sicamente intensivas o menos ligadas a los pastos y m¨¢s cerca de los centros de consumo.
No fue as¨ª. Hubo cambios, con un ligero aumento del volumen de las explotaciones y de sus producciones, que se incrementaron un 7%, hasta los 7,4 millones de toneladas entre 2016 y 2020. Pero lo que no se produjo con el fin de las cuotas lo han conseguido los bajos precios soportados en los ¨²ltimos a?os en origen, hasta provocar una reconversi¨®n del sector basada fundamentalmente en tres aspectos: primero, la aceleraci¨®n de los cierres anuales de explotaciones hasta 700 u 800 debido a la edad de sus titulares, la baja rentabilidad y la escasa incorporaci¨®n de los j¨®venes. Segundo, un redimensionamiento de las granjas, con cierres masivos en el colectivo de ganaderos con menos de 10 vacas, un fuerte crecimiento de explotaciones con un centenar de animales hasta los 700, y expansi¨®n a medio centenar de granjas sobre un total de casi 12.000 con m¨¢s de 2.000 animales, de las que 14 se hallan en Catalu?a. Tercero, su progresiva deslocalizaci¨®n hacia zonas no tradicionalmente ganaderas de leche, con explotaciones intensivas y cercanas a los mayores puntos de la demanda fuera de la cornisa cant¨¢brica y de Galicia.
Entre 2016 y 2020 la media de vacas por granja pas¨® de 51 a 64, pero llegaron a superar las 300 vacas de media en comunidades aut¨®nomas como Arag¨®n, Murcia o Valencia, o las 290 de La Rioja, con incrementos superiores al 50% y con un fuerte aumento de la producci¨®n. Frente a la evoluci¨®n en zonas no tradicionalmente ganaderas en vacuno de leche, en Cantabria, Asturias o el Pa¨ªs Vasco, los aumentos apenas si llegaron al 20%, hasta los 42 animales en Asturias, 54 en Cantabria, 67 en el Pa¨ªs Vasco y 45 en Galicia.
A partir de esa evoluci¨®n de los animales y la mejora gen¨¦tica, desde 2016 el incremento de la producci¨®n en Galicia fue del 11% frente al comportamiento de otras zonas tradicionalmente ganaderas, donde las producciones se han estabilizado o bajado ligeramente como en Cantabria. Pero, por el contrario, subieron en el resto con porcentajes que llegan al 31% en La Rioja, 19% en Arag¨®n, 18% en Valencia, 11% en Andaluc¨ªa, 7% en Castilla y Le¨®n, 5% en Castilla-La Mancha. Con los datos del ¨²ltimo a?o, una nota destacable es que Galicia, frente a la estabilizaci¨®n global de la oferta, creci¨® un 3,19% m¨¢s, hasta los tres millones de toneladas.
Los cierres de explotaciones por falta de relevo generacional, pero en definitiva por falta de rentabilidad, afectaron masivamente a casi 3.000 granjas familiares peque?as con menos de 10 animales, aunque tambi¨¦n a otras de mayor tama?o, como la de Ra¨²l Placencia, de 38 a?os, en la localidad burgalesa de Valbonilla. ¡°Ten¨ªamos 150 vacas y cerr¨¦ la explotaci¨®n familiar de leche para trabajar solo con la producci¨®n de carne. No ve¨ªa alegr¨ªa econ¨®mica en la cuenta, ten¨ªa que hacer muchas inversiones y adem¨¢s la falta de mano de obra era un problema¡±.
Lo mismo hizo Rufino de la Iglesia, cerr¨® y puso a la venta las 200 vacas de su explotaci¨®n en Colmenar del Arroyo, en Madrid, por la baja rentabilidad y por la decisi¨®n de sus hijas de no seguir en la actividad. ¡°Es triste cerrar, desprenderte de tus vacas que han sido tus compa?eras, ver c¨®mo tu trabajo para hacer un patrimonio no ha valido para nada y lo que he generado han sido p¨¦rdidas. En esto de la leche no funciona la econom¨ªa de escala para rebajar costes. Aqu¨ª, a m¨¢s vacas, m¨¢s pierdes, y la gente joven no quiere estar permanentemente atada a este tipo de explotaciones¡±.
Adoraci¨®n Mart¨ªn, en Nava de Ar¨¦valo (?vila), con el marido jubilado y ella en puertas y dos hijas no implicadas en la explotaci¨®n, ha decidido desprenderse de forma progresiva de los animales y anda vaciando a?o tras a?o la cuadra. ¡°He quitado 75 vacas y me quedan otras 54 en orde?o. Cuando cierre me dedicar¨¦ solo a la agricultura, porque la ganader¨ªa es una actividad esclava que no te deja un d¨ªa libre. No est¨¢ pagada¡±.
La resistencia
Pero en este proceso de ajuste no todos optan por el cierre. Mar¨ªa Manteiga, de 26 a?os, con estudios de Ingenier¨ªa Agr¨ªcola, en Lal¨ªn (Pontevedra), apost¨® con su madre por seguir la actividad aumentando la granja de 40 a un centenar de vacas e introduciendo dos robots en ella. ¡°Yo sigo porque me gusta la profesi¨®n. Nac¨ª en la explotaci¨®n familiar y contin¨²o porque tengo vocaci¨®n ganadera¡±, asegura. La familia de Ram¨®n Morl¨¢n, en B¨¦tera, Valencia, tambi¨¦n decidi¨® permanecer en la actividad, pero su apuesta fue para una gran explotaci¨®n de casi 2.000 vacas y m¨¢s de 20 millones de litros de leche, permitida por la normativa actual. La empresa es proveedora de Danone y entiende que uno de sus puntos fuertes es la ubicaci¨®n de la oferta de materia prima cerca de centros de gran consumo.
Frente a este tipo de granjas, el Ministerio de Agricultura tiene en fase de debate un anteproyecto de real decreto para la ordenaci¨®n de las explotaciones de vacuno, al igual que se hizo en a?os anteriores con el porcino o la avicultura. El objetivo es lograr una regulaci¨®n para contar con un sector competitivo por la dimensi¨®n de sus explotaciones, pero a la vez respetuoso con el medio ambiente y el territorio. La nueva disposici¨®n prev¨¦ cuatro tipos de explotaciones, seg¨²n el tama?o, y diferentes exigencias en cada caso. Hay un primer estrato hasta 20 animales, un segundo desde 21 a 180, un tercero de 181 a 250 y un cuarto con el techo m¨¢ximo de 850 cabezas de ganado mayor.
Gaspar Anabitarte, ganadero c¨¢ntabro con una explotaci¨®n familiar viable, es uno de los que han apostado en la crisis por la v¨ªa de la calidad diferenciada en vez de por el volumen y, en esa l¨ªnea, orient¨® la granja para la producci¨®n de leche ecol¨®gica que le permite obtener unos mejores precios y lograr la suficiente rentabilidad a pesar del incremento de los costes. En este momento, su preocupaci¨®n como dirigente de COAG es la progresiva deslocalizaci¨®n de la producci¨®n de la leche desde las zonas tradicionales basadas en pastos y estabulaci¨®n, para pasar a otras solamente a base de estabulaci¨®n intensiva en otros territorios cerca de los centros de consumo.
Desde Uni¨®ns Agrarias en Galicia, Rom¨¢n Santalla, ganadero responsable de UPA, con m¨¢s de un centenar de vacas, aboga por la explotaci¨®n familiar viable como salida a la producci¨®n y para el mantenimiento del territorio. ¡°Somos una parte fundamental para la sostenibilidad del territorio y los primeros interesados en su conservaci¨®n porque vivimos en ¨¦l. Pero, como si ya no hubieran sido pocos los problemas provocados por los precios bajos sufridos durante a?os, hay disposiciones previstas en materia de ordenaci¨®n del sector, como la ubicaci¨®n de granjas, distancias o manejo de esti¨¦rcol, con exigencias de inversiones que har¨¢n a¨²n m¨¢s dif¨ªcil la actividad ante la imposibilidad de hacerles frente¡±, explica.
La subida de los precios iniciada en los ¨²ltimos meses por el desajuste mundial entre oferta y demanda puede suponer un nuevo horizonte en el sector frenando cierres y abandonos. Pero hoy, a pesar del proceso de reconversi¨®n hacia explotaciones m¨¢s eficientes, con los precios en contra de los ¨²ltimos a?os, la producci¨®n sigue estando dos millones de toneladas por debajo de la demanda en leche y productos derivados. La clave sigue siendo el precio.
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