El tir¨®n econ¨®mico versus su percepci¨®n
La desinflaci¨®n y el acuerdo salarial alumbran el horizonte, la subida de tipos lo empa?a
La trayectoria de la econom¨ªa sigue siendo positiva, a tenor de los principales indicadores macroecon¨®micos de actividad y de creaci¨®n de empleo, y todo apunta a que el PIB superar¨¢ durante este trimestre su nivel prepandemia. En el cuadro, sin embargo, persiste una zona gris, que no es menor: la debilidad de la demanda de los hogares, como lo avalan las rondas sucesivas de previsiones del BCE. El banco central acaba de recortar su pron¨®stico de crecimiento del consumo en la eurozona hasta un paup¨¦rrimo 0,2%, frente al 0,7% anunciado en diciembre. Y a la inversa, revisa al alza la previsi¨®n de PIB hasta el 0,9%, en doble que en diciembre.
La visi¨®n de la econom¨ªa espa?ola es incluso m¨¢s contrastada, con un pesimismo creciente en relaci¨®n al gasto de las familias (la OCDE lo ha recortado hasta el 0,5%, casi tres veces menos que en la ronda de oto?o) sin desmentir el optimismo acerca de la evoluci¨®n de la actividad (el PIB se ha revisado hasta el 2,1%, pr¨¢cticamente el doble que en el oto?o y uno de los mejores resultados en Europa). Esta dicotom¨ªa se refleja tambi¨¦n en las encuestas cualitativas de confianza, y contribuye a dilucidar la contradicci¨®n entre la realidad de una econom¨ªa que va mejor de lo que se vaticinaba y la percepci¨®n social.
La explicaci¨®n de esta desconexi¨®n hay que encontrarla en c¨®mo la desescalada de los precios energ¨¦ticos y de otros suministros se ha trasladado al tejido productivo. Seg¨²n el BCE, los costes de producci¨®n se han abaratado al comp¨¢s del vuelco de los mercados internacionales de las principales materias primas. Pero los precios internos han reaccionado con retraso, ensanchando los m¨¢rgenes empresariales y a la vez manteniendo la presi¨®n sobre el IPC. Por otra parte, las remuneraciones han mantenido una senda de moderaci¨®n: los salarios pactados en el conjunto de la eurozona subieron un 4,3% en el primer trimestre, casi cuatro puntos menos que el IPC, agravando la p¨¦rdida de poder adquisitivo acumulada desde el inicio del brote inflacionario. La tendencia ha sido similar en Espa?a, si bien la erosi¨®n de capacidad de compra ha sido algo menos acusada que la media europea (-2% en el primer trimestre descontando la inflaci¨®n).
Afortunadamente, la resiliencia del mercado laboral ha atenuado el impacto del shock de precios en el bolsillo de los hogares, gracias a la aportaci¨®n a los presupuestos familiares de nuevas fuentes de ingresos. Todo lo contrario de lo que sucedi¨® en la crisis financiera, cuando la sangr¨ªa de puestos de trabajo gener¨® un desplome de la renta disponible y una ca¨ªda sin precedentes del consumo (un escalofriante -9,6% entre 2010 y 2013), de modo que el nivel de vida de las familias se sit¨²a todav¨ªa en retroceso con respecto a las cotas precrisis financiera.
Con todo, el BCE anticipa una mejora del consumo en los pr¨®ximos a?os, en base a dos premisas. Una, que las remuneraciones recuperen poder adquisitivo, algo que parece posible a medida que la desinflaci¨®n se afianza y que los acuerdos salariales integran medidas de compensaci¨®n. La otra premisa es que el empleo siga aguantando, y esto depender¨¢ de la resistencia de la econom¨ªa a la subida de los tipos de inter¨¦s. Y ah¨ª es donde radica la principal inc¨®gnita: el banco central se muestra optimista, pero tambi¨¦n reconoce que el encarecimiento del dinero est¨¢ afectando a los sectores m¨¢s endeudados, a la vez que enfr¨ªa la financiaci¨®n de la inversi¨®n ¡ªuno de los motores m¨¢s potentes del crecimiento actualmente¡ª. Lagarde da a entender que el ciclo de ajuste de tipos de inter¨¦s no ha concluido, de modo que podr¨ªan producirse al menos dos vueltas de tuerca adicionales. Con el riesgo elevado de invalidar sus propias previsiones de expansi¨®n sostenida. Y de frustrar las expectativas de mejora del nivel de vida.
Pr¨¦stamos
El crédito bancario para la compra de vivienda por parte de familias desciende a un ritmo acelerado. En el periodo de diciembre a abril, último dato disponible, el volumen de nuevos préstamos se redujo un 16% en comparación con un año antes. Excluyendo las renegociaciones de préstamos existentes, la caída es aún más aguda, rozando el 21%. No se apreciaba una tendencia similar desde 2013. Por otra parte, el crédito a empresas también se contrae, pero a menor ritmo (-9% en concepto de nuevos préstamos concedidos en el mismo periodo, sin renegociaciones).
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