Contrapesos ante la ca¨ªda europea
La econom¨ªa espa?ola se enfrenta a un entorno continental debilitado y con lagunas estrat¨¦gicas
El sector exterior espa?ol, uno de los principales pilares del crecimiento de estos ¨²ltimos a?os, se enfrenta a un desaf¨ªo importante: la econom¨ªa europea, es decir, el principal mercado de nuestras exportaciones est¨¢ dando se?ales inquietantes. Se esperaba que la t¨ªmida mejora constatada en el inicio del a?o se ir¨ªa afianzando, para as¨ª dejar definitivamente atr¨¢s el golpe de las m¨²ltiples crisis que han golpeado el continente. En sus previsiones de junio, el Banco Central Europeo (BCE) pronosticaba un avance del PIB de la eurozona del 0,9% para este a?o, tres d¨¦cimas m¨¢s que en marzo, y en el entorno del 1,5% en los pr¨®ximos dos ejercicios, siendo este un ritmo de crecimiento similar al registrado antes de la pandemia. Una especie de vuelta a la normalidad.
La realidad se asemeja m¨¢s bien a una desaceleraci¨®n envuelta en muchas inc¨®gnitas. La industria europea no levanta cabeza (el indicador de los gestores de compras, PMI, permanece en terreno contractivo), mientras que la actividad se modera en los servicios (es decir, el PMI se acerca al umbral que marca el estancamiento). Tampoco despega el cr¨¦dito con vencimientos a largo plazo, siendo esta la financiaci¨®n m¨¢s estrechamente asociada a la inversi¨®n productiva, variable crucial para afrontar las diferentes transiciones. Solo repuntan los pr¨¦stamos de corta duraci¨®n, lo que podr¨ªa reflejar problemas de tesorer¨ªa, y en todo caso est¨¢ en consonancia con un entorno marcado por la incertidumbre.
Si la eurozona sorprende a la baja, ocurre lo contrario del otro lado del Atl¨¢ntico, con un avance del PIB de EE UU del 2,8% en el segundo trimestre (en t¨¦rminos anualizados). Se agudiza, por tanto, el riesgo de descuelgue de Europa. No se trata de una recesi¨®n, pero s¨ª de una senda de crecimiento relativamente d¨¦bil que obedece a factores estructurales, como el proceso de ajuste de la industria centroeuropea, pero tambi¨¦n a la pol¨ªtica econ¨®mica: la Uni¨®n Europea no ha encontrado todav¨ªa la respuesta a las pol¨ªticas industriales y comerciales de las otras grandes potencias. De momento, la iniciativa m¨¢s operativa consiste en la reactivaci¨®n de las reglas fiscales, redundando en un esfuerzo simult¨¢neo de contenci¨®n de los d¨¦ficits, incluso en las econom¨ªas renqueantes.
Todo confluye, en suma, en una p¨¦rdida de dinamismo de las exportaciones de las empresas espa?olas. Si bien esta circunstancia ya se produjo tras el inicio de la guerra en Ucrania, sin afectar el crecimiento, en esta ocasi¨®n el impacto podr¨ªa ser m¨¢s perceptible. Uno, porque la expansi¨®n del turismo ¡ªvariable que en la crisis energ¨¦tica actu¨® como factor compensador ante la desaceleraci¨®n del comercio de bienes¡ªest¨¢ tocando techo. Dos, porque la pol¨ªtica fiscal no dispone de margen de acci¨®n coyuntural.
En esta tesitura, el BCE deber¨ªa mover ficha procediendo a un nuevo recorte de tipos de inter¨¦s en septiembre. La desinflaci¨®n est¨¢ siendo desigual y sujeta a altibajos, pero la debilidad de la demanda podr¨ªa ayudar a frenar los precios de los servicios. Los acuerdos salariales muestran algunos s¨ªntomas de moderaci¨®n tanto en el conjunto de la eurozona como en Espa?a. Sin embargo, no hay que esperar una r¨¢pida relajaci¨®n monetaria, de modo que el est¨ªmulo que aportar¨¢ el banco central ser¨¢ limitado y gradual.
En principio, el bache europeo se reflejar¨¢ en el dato del PIB del segundo trimestre, con un avance inferior al registrado en el primer tramo del a?o. La menor tracci¨®n exterior deber¨ªa materializarse con m¨¢s claridad en 2025, con un crecimiento ligeramente por debajo del 2%, y tambi¨¦n una menor aportaci¨®n del comercio internacional que en a?os anteriores. Eso s¨ª, el crecimiento de la econom¨ªa espa?ola se mantendr¨¢ en posiciones de cabeza frente a las otras grandes econom¨ªas de la UE. Pero no cabe la autocomplacencia porque nuestros desequilibrios econ¨®micos y sociales solo se corrigen con una acci¨®n persistente. Y porque el riesgo de declive europeo, aunque no afecte a todos por igual, es cada d¨ªa m¨¢s tangible.
Empleo
El número de ocupados en España se incrementó un 0,3% en el segundo trimestre, con datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) desestacionalizados por Funcas. Son dos décimas menos que en el trimestre anterior, avalando la tendencia a una suave desaceleración del PIB. La tasa de ocupación —proporción de personas de 16 a 64 años que tienen un empleo— se aúpa hasta el 67,4%, acercándose a la media de la eurozona y superando a Grecia, Italia y Rumania. Este último resultado se debe a que son proporcionalmente menos las personas que se integran en el mercado laboral en estos tres países.
Raymond Torres es director de Coyuntura de Funcas. En X: @RaymondTorres_
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