La era de los robots asusta a los empleados: ?me quitar¨¢ una m¨¢quina el trabajo?
La inteligencia artificial ha cambiado el paradigma laboral. Las humanoides ganan peso frente a la mano de obra humana, y algunos expertos pronostican un ¡®sorpasso¡¯ tan inmediato como inevitable
¡°Sois criaturas inferiores, pero siento realmente cierto afecto por vosotros. [¡] No existir¨¦is probablemente por mucho tiempo, pero mientras exist¨¢is, tenemos que procuraros comida, ropas y abrigo, a condici¨®n de que os manteng¨¢is apartados de la sala de controles y de m¨¢quinas¡±.
Yo, robot, de Isaac Asimov. 1950
El mercado de trabajo se prepara para una revoluci¨®n tecnol¨®gica. Y, en consecuencia, los trabajadores se muestran temerosos. La irrupci¨®n de la inteligencia artificial (IA) definir¨¢ una nueva era de productividad, a cambio de ceder parte del control a una conciencia digital incansable. ?Pone esto en jaque el paradigma actual del ecosistema laboral?
Algunos expertos en el desarrollo de nuevas tecnolog¨ªas consideran que no hay motivo para temer a la evoluci¨®n de las m¨¢quinas. No es m¨¢s que un nuevo salto t¨¦cnico, dicen, aunque este ofrezca muchas m¨¢s capacidades que los anteriores, y sea capaz de definir por s¨ª mismo una nueva forma de hacer las cosas. Otros est¨¢n seguros de que todo cambiar¨¢.
Los laboralistas, sin embargo, creen necesario delimitar el campo de actuaci¨®n de los nuevos algoritmos para evitar perjuicios sobre la fuerza obrera. Temen que en un ecosistema dominado por programas inform¨¢ticos, variables humanas como la salud pierdan importancia. Los empresarios, entretanto, lo ven con otros ojos porque observan nuevas formas de trabajar m¨¢s favorables y menos costosas a la larga. Aunque les requiera una inversi¨®n inicial considerable. Y muchos trabajadores sospechan que podr¨ªan ser reemplazados si no son capaces de adaptarse a tiempo.
La realidad presente dibuja ya una nueva forma de trabajar que avanza por los distintos sectores ¡ªhasta el momento conviven en armon¨ªa hombre y m¨¢quina¡ª, aunque la proyecci¨®n en el largo plazo pronostica cambios dr¨¢sticos en la concepci¨®n de miles de tareas. La rueda del progreso avanza sigilosa, pero implacable.
El recelo actual a la IA que sienten muchas personas nace del miedo a perder el control que ha atormentado al ser humano desde que tom¨® conciencia de su supremac¨ªa natural hace millones de a?os. Especialmente cuando, en esta ocasi¨®n, no es la amenaza de otra especie animal con caracter¨ªsticas mejoradas la que da forma a este temor ancestral, sino las interminables capacidades de una de sus mejores creaciones: la tecnolog¨ªa. C¨®mplice en su escalada hacia la cima de la pir¨¢mide evolutiva, el progreso instrumental amenaza ahora con convertirse en un arma de doble filo para sus propios intereses. ?Pero no ha sido siempre as¨ª?
¡°Las herramientas actuales son potentes y muy ¨²tiles, y lo que van a hacer es ocuparse, principalmente, de esos trabajos esclavos que convierten a muchos trabajadores en aut¨®matas. En contra de la creencia generalizada, la IA viene a dignificar el trabajo¡±, se?ala Alfonso Garc¨ªa, catedr¨¢tico y director del Departamento de Ingenier¨ªa de Sistemas y Autom¨¢tica de la Universidad de M¨¢laga.
En opini¨®n de este acad¨¦mico especializado en rob¨®tica, el potencial de las herramientas basadas en inteligencia artificial no ha aparecido de la nada. Lleva a sus espaldas d¨¦cadas de experimentaci¨®n. ¡°Las bases te¨®ricas de la IA se establecieron a mediados del siglo pasado, pero han evolucionado de manera brutal en los ¨²ltimos a?os, entre otras cuestiones, por la potencia de los equipos inform¨¢ticos que les ha permitido meterse en algoritmos m¨¢s complejos para cuyo desarrollo antes no hab¨ªa soporte¡±, a?ade.
Un salto cualitativo
Este progreso continuado ha culminado en el despliegue de la IA generativa, capaz de crear contenido original como im¨¢genes, texto, m¨²sica o v¨ªdeos, en lugar de analizar datos o realizar predicciones, funciones m¨¢s b¨¢sicas. Esta nueva forma de hacer las cosas apareci¨® el a?o pasado, y ya ha provocado un gran impacto en el entorno laboral, algo que genera gran desaz¨®n en una porci¨®n importante de la masa trabajadora.
As¨ª lo demuestran varias encuestas: seg¨²n Boston Consulting Group, el 42% de los trabajadores espa?oles cree que su trabajo podr¨ªa desaparecer en la pr¨®xima d¨¦cada debido al avance de la IA. Una preocupaci¨®n que va en aumento, puesto que en 2023 solo el 36% compart¨ªa esta visi¨®n pesimista. Curiosamente, son los que utilizan estas herramientas generativas los m¨¢s conscientes de sus capacidades, y, por tanto, los que m¨¢s alarmados se muestran por ser sustituidos. ?Tienen motivos para creerlo?
¡°La duda no est¨¢ en si la inteligencia artificial puede sustituir o no al ser humano, sino en cu¨¢ndo va a hacerlo. Porque va a pasar¡±, apunta Agapito Ledezma, subdirector del M¨¢ster en Inteligencia Artificial Aplicada de la Universidad Carlos III de Madrid. ¡°Y esto solo es el comienzo. Cuando la IA se mezcle con la computaci¨®n cu¨¢ntica, apaga y v¨¢monos¡±, advierte.
La expansi¨®n de los algoritmos proyecta un aumento de las capacidades que toda empresa desea abrazar: m¨¢s fabricaci¨®n, menor tiempo de ejecuci¨®n, mayor eficiencia. Un potencial que puede resultar especialmente beneficioso para las compa?¨ªas m¨¢s peque?as: seg¨²n Eurostat, un 8% de las pymes utilizan ya estas herramientas. Ampliando el foco a todo el tejido empresarial, de acuerdo con un estudio de HubSpot, empresa desarrolladora y comercializadora de software con base en Cambridge (Massachusetts), m¨¢s del 66% de las empresas de Espa?a ya emplean IA en sus negocios; habiendo alcanzado la consideraci¨®n de ¡°fundamental¡± en el trabajo diario para m¨¢s de la mitad de ellas.
Los ¨²ltimos estudios elaborados por la Asociaci¨®n Espa?ola de Directivos (AED) concluyen que una parte importante de altos ejecutivos esperan un mayor crecimiento y expansi¨®n en el uso de la IA en su empresa. ¡°Hoy el foco est¨¢ centrado en la mejora de la productividad y un mejor aprovechamiento de los datos, pero pr¨®ximamente veremos transformaciones m¨¢s profundas que no afectar¨¢n tanto al modelo organizativo de las empresas como a los productos y servicios que estas son capaces de ofrecer y desarrollar¡±, relata Xavier Gangonells, director general de la AED. ¡°Estamos viendo ya casos de uso donde la productividad est¨¢ mejorando entre un 30% y un 40%. Las peque?as y medianas empresas en Espa?a est¨¢n frente a una enorme oportunidad, y juegan con ventaja, ya que, al ser m¨¢s ¨¢giles, pueden introducir esta tecnolog¨ªa m¨¢s r¨¢pidamente¡±, detalla.
Sin embargo, la entrega de determinadas competencias gestoras a seres digitales ¡ªcomo la que se escenifica en el pasaje del libro de Isaac Asimov, Yo, robot, una de las obras m¨¢s influyentes de la ciencia ficci¨®n¡ª, para manejar la fuerza laboral humana, genera tambi¨¦n escalofr¨ªos ¨¦ticos. ¡°Creo que deber¨ªamos ser muy cuidadosos con la inteligencia artificial. Si tuviera que adivinar cu¨¢l es nuestra mayor amenaza existencial, probablemente ser¨ªa esa. Estamos invocando al demonio¡±, ha se?alado al respecto el magnate tecnol¨®gico Elon Musk, due?o de Tesla y la red social X.
De vuelta al entorno laboral, junto con la suplantaci¨®n de la m¨¢quina por el hombre, asoman amenazas adicionales. ¡°El peligro mayor que tiene el despliegue de estas herramientas est¨¢ en que te quiten tu salario¡±, matiza Adri¨¢n Todol¨ª, profesor de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en la Universidad de Valencia, y que lleva a?os estudiando la relaci¨®n entre los seres humanos y los algoritmos. En su libro Algoritmos productivos y extractivos: c¨®mo regular la digitalizaci¨®n para mejorar el empleo e incentivar la innovaci¨®n (Aranzadi), Todol¨ª advierte de que una supeditaci¨®n a la tecnolog¨ªa en materias de organizaci¨®n de jornada laboral podr¨ªa desembocar en la p¨¦rdida de peso de los trabajadores en favor de los empleadores dentro de la negociaci¨®n colectiva. Adem¨¢s de que un riesgo para su salud tanto mental como f¨ªsica, por estar siendo monitorizados por herramientas ¡°sin sentimientos¡±.
De esta forma, la reconfiguraci¨®n de los derechos laborales se antoja como el ¨²nico cortafuegos ante una nueva forma de trabajar, que ya est¨¢ aqu¨ª. ¡°Si no se ponen controles, es posible que acabemos siendo subordinados de la inteligencia artificial, ya que acabar¨¢n suplantando a los actuales mandos intermedios, que son quienes se encargan de este tipo de tareas¡±, alerta.
Uso responsable
En la Uni¨®n Europea, el principal marco regulatorio para la inteligencia artificial es el AI Act, que entr¨® en vigor hace dos meses. Esta ley tiene como objetivo promover el desarrollo y uso responsables de la IA en toda la regi¨®n, y adopta un enfoque basado en el riesgo, clasificando los sistemas en cuatro categor¨ªas: riesgo m¨ªnimo, riesgo espec¨ªfico, alto riesgo y riesgo inaceptable. En Espa?a, la Agencia Espa?ola para la Supervisi¨®n de la Inteligencia Artificial (AESIA) es la responsable de supervisar y garantizar que los sistemas de IA cumplan con los est¨¢ndares ¨¦ticos y legales establecidos.
Los efectos negativos de la automatizaci¨®n sobre las condiciones laborales han sido analizados recurrentemente por distintos autores. Entre los m¨¢s destacados en esta materia se encuentran los economistas Daron Acemoglu y Pascual Restrepo, quienes han estudiado con mayor nivel de detalle la influencia de la robotizaci¨®n en el mercado laboral estadounidense. En su trabajo Robots y empleos: evidencias de los mercados laborales en EE UU, concluyen que ya entre 1993 y 2007, con cada nuevo robot que se incorpor¨® al mercado laboral, se perdieron seis empleos; al tiempo que los salarios de los trabajadores se redujeron un 1%.
En este estudio, los autores pronostican un impacto mayor en los pr¨®ximos a?os si la expansi¨®n rob¨®tica se mantiene. ¡°Aunque los robots pueden aumentar la productividad y generar ganancias en otras partes de la econom¨ªa, sus efectos directos sobre los trabajadores desplazados son significativos y preocupantes¡±, concluyen.
¡°La desafecci¨®n que siente gran parte de la gente por la inteligencia artificial viene de la creencia de que con los nuevos algoritmos se van a destruir millones de puestos de trabajo, cuando lo cierto es que alrededor de estas nuevas herramientas va a hacer falta mucha gente¡±, contraviene Silvia Leal, experta en nuevas tendencias de tecnolog¨ªa y asesora internacional de la OCDE y la UE. En su opini¨®n, Espa?a es, adem¨¢s, un pa¨ªs en el que el despliegue de la IA puede tener un papel transformador favorable, puesto que afectar¨ªa directamente sobre la productividad, una de sus mayores taras. ¡°Hasta ahora se estaba dando cierta automatizaci¨®n de tareas, pero de forma algo r¨²stica. Con las nuevas herramientas que est¨¢n llegando, muchas empresas van a mejorar sus capacidades. Y cuanto m¨¢s productivas sean, mejor les ir¨¢ y m¨¢s contrataciones realizar¨¢n¡±, a?ade.
Aunque para Leal la influencia de las pel¨ªculas de ciencia ficci¨®n ha contaminado la visi¨®n de muchos trabajadores, lo cierto es que existen actualmente herramientas que replican cualidades ya expuestas en las salas de cine. En la pel¨ªcula Terminator (1984), una inteligencia artificial de nombre Skynet posee la capacidad de controlar el arsenal militar de EE UU con independencia de los humanos. Hoy existen drones impulsados por IA que est¨¢n siendo utilizados por diversas fuerzas armadas para misiones de reconocimiento, vigilancia y ataque. Tambi¨¦n hay sistemas antimisiles basados en esta nueva tecnolog¨ªa dise?ados para detectar, rastrear e interceptar amenazas como aviones enemigos.
Aunque toda equiparaci¨®n cin¨¦fila rezuma cierta p¨¢tina ochentera, la realidad va tomando nota de lo proyectado en muchas de estas pel¨ªculas. Pese a sus alertas, Elon Musk ha invertido miles de millones en crear el Optimus, un robot humanoide que espera lanzar a la venta en menos de cinco a?os por un precio de 30.000 d¨®lares, y que podr¨¢ ¡°ocuparse de tus hijos¡±, seg¨²n anunci¨® el pol¨¦mico empresario. No es un replicante, como los que aparecen en Blade Runner (1982), pero el objetivo es tratar de dise?ar un ser con apariencia humana que reemplace algunas de las tareas de sus due?os. ¡°La ficci¨®n siempre ha ido por delante, y estas proyecciones futuras que hacemos no son nada peliculeras¡±, conviene Ledezma. ¡°Lo que tenemos que averiguar ahora es si el surgimiento de una poderosa IA es lo mejor o lo peor que le ha pasado a la humanidad¡±, reflexiona.
Un mercado enorme
Entretanto, lo que resulta innegable es la eclosi¨®n econ¨®mica de la ¨²ltima joya del progreso tecnol¨®gico. Seg¨²n datos del portal estad¨ªstico alem¨¢n Statista, en 2023, el tama?o del mercado mundial de la IA se aproximaba a los 208.000 millones de d¨®lares. Un volumen que, para 2030, se espera que crezca hasta alcanzar los casi dos billones de d¨®lares. Valoraciones gigantescas que se dan como consecuencia de una expansi¨®n de las herramientas por todo el globo. Seg¨²n un estudio de la consultora PwC, el 73% de las empresas en Estados Unidos ya utilizan la IA en alg¨²n aspecto de su negocio. En Espa?a, el porcentaje se sit¨²a cercano al 40%, pero en progresi¨®n ascendente.
Sin embargo, muchos de los programas m¨¢s revolucionarios, como ChatGPT, permiten su uso de forma gratuita (aunque con algunas limitaciones), y la mayor¨ªa de los que han sido lanzados al mercado son de software libre, lo que permite que las tripas de estas herramientas puedan ser estudiadas, modificadas y redistribuidas libremente por los usuarios. ¡°El negocio no est¨¢ solo en que las uses, sino en que, primero, obtengan tus datos, y segundo, requieras de un determinado hardware para poder aprovechar todo su potencial¡±, explica Ledezma.
Otro de los miedos que desprende este conocimiento absoluto del pensamiento humano del que son capaces estas herramientas reside en la forma en la que han sido entrenadas para lograrlo. ¡°Todas las piezas de las que est¨¢ compuesto un coche han de ser previamente homologadas, y ajustarse a determinados est¨¢ndares de calidad. Pues con algunas de estas herramientas esto no sucede, lo que hace que no debamos fiarnos al 100% de los resultados que nos ofrecen¡±, incide el catedr¨¢tico Alfonso Garc¨ªa.
Si asumimos como inevitable la llegada de algoritmos que reclamen para s¨ª mismos determinadas tareas, ?est¨¢n los trabajadores preparados para su reconfiguraci¨®n? ¡°Cada vez vamos a necesitar que los empleados entiendan la l¨®gica de los negocios, est¨¦n en la parte m¨¢s humana del trabajo y sepan trabajar de la mano con la tecnolog¨ªa¡±, conviene Patricia Zamacola, directora de Tecnolog¨ªa de LHH Recruitment Solutions (Grupo Adecco). ¡°Tenemos que estar formados y adaptarnos r¨¢pidamente a las necesidades del mercado para que este no nos saque de la ecuaci¨®n¡±, a?ade.
Para Juan Francisco Jimeno, asesor del Banco de Espa?a, las pol¨ªticas activas orientadas a ayudar a encontrar un empleo ¡°ser¨¢n necesarias para facilitar el desarrollo de las cualificaciones de los trabajadores en el nuevo contexto tecnol¨®gico¡±, al tiempo que ¡°el marco institucional del mercado de trabajo debe favorecer la reasignaci¨®n y la movilidad de los trabajadores entre sectores y ocupaciones, sin entorpecer la adopci¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas en los procesos productivos¡±.
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