Los se?ores del ladrillo ganan la partida: as¨ª han esquivado las socimis el cambio fiscal
La propuesta de Sumar para acabar con el r¨¦gimen fiscal de las sociedades inmobiliarias no prospera. Estas empresas, algunas de las cuales amenazaron con irse de Espa?a, aseguran que su impacto en la vivienda es residual


El ladrillo es uno de los materiales m¨¢s antiguos y m¨¢s ¨²tiles. Se utiliza desde hace milenios para levantar muros, viviendas y mercados. Tambi¨¦n sirve para amasar fortunas. Inmensas fortunas. Es un bitcoin de barro: se elev¨® en Babel, se desplom¨® en Jeric¨® y en Espa?a explot¨® en 2008. A punto estuvo de llevarse por delante a la banca. Asentado el polvo, volvi¨® la inversi¨®n. Espa?a adopt¨® en 2009 (Ley 11/2009) un instrumento societario inventado en EE UU en los a?os sesenta: los REIT (Real Estate Investment Trust), bautizados en Espa?a como socimis (sociedades an¨®nimas cotizadas de inversi¨®n en el mercado inmobiliario).
El objetivo de esta figura societaria era y es atraer inversi¨®n mediante la concesi¨®n de ventajas fiscales. La exposici¨®n de motivos de la norma detallaba su fin: ¡°Impulsar el mercado del alquiler en Espa?a y dinamizar el mercado inmobiliario¡±. El Gobierno de Mariano Rajoy reform¨® la ley en 2012 para abrir a¨²n m¨¢s la mano. Doce a?os despu¨¦s de la reforma, Espa?a es el pa¨ªs con m¨¢s socimis de Europa ¡ª123 en septiembre¡ª y el negocio inmobiliario se ha dinamizado. Pero el impulso al alquiler ¡ªel residencial¡ª ha fallado. Las ventajas fiscales y la funci¨®n de las socimis, tres de las cuales cotizan en la Bolsa espa?ola dentro del mercado continuo ¡ªMerlin Properties, Colonial, ambas en el Ibex, y Lar¡ª, est¨¢n en discusi¨®n. Una vez m¨¢s.
Por el momento, las socimis han esquivado el golpe. Sumar ¡ªsocio en el Gobierno de Pedro S¨¢nchez¡ª ha propuesto eliminar las ventajas fiscales de este tipo de sociedades, pero la iniciativa no ha prosperado. Carlos Mart¨ªn Urriza, portavoz de Econom¨ªa y Hacienda del grupo parlamentario Sumar, justifica la propuesta: ¡°Estas sociedades no han servido para rebajar los precios ni en el mercado de la vivienda, ni donde tienen el negocio ahora, oficinas, centros comerciales¡ Son un mecanismo para hacer un gran negocio, iniciado con el traspaso del ladrillo que tuvieron que soltar los bancos. Operan en un mercado que no es eficiente y que no funciona si no consigue unas plusval¨ªas alt¨ªsimas¡±. La pregunta entonces es obvia. ¡°?Por qu¨¦ mantener sus ventajas fiscales?¡±, plantea Jorge Moruno, diputado de M¨¢s Madrid en la asamblea auton¨®mica. Moruno ha sido y es muy cr¨ªtico con el papel de las sociedades de inversi¨®n en los barrios de la capital. Seg¨²n los c¨¢lculos de la formaci¨®n que lidera Yolanda D¨ªaz, el fin de las ventajas fiscales de las socimis habr¨ªa supuesto una recaudaci¨®n adicional de 300 millones de euros anuales.
La flecha de Sumar iba dirigida al coraz¨®n del mecanismo socimis: la tributaci¨®n. Estas empresas tributan al 0% por el impuesto sobre sociedades cuando mantienen la actividad de arrendamiento durante tres a?os y tienen una bonificaci¨®n del 95% en los impuestos de compras y ventas. Sus accionistas pagan por los dividendos recibidos en el IRPF como rendimientos de capital inmobiliario (entre el 19% y el 25%). A cambio de las ventajas, las socimis deben tener un capital m¨ªnimo de cinco millones, al menos 50 accionistas y un 80% de sus activos en inmuebles urbanos para alquiler. Las acciones de las socimis son negociables. En la ley de 2009 se establec¨ªa la obligaci¨®n de que cotizaran ¡°en un mercado regulado¡±. En 2012 se aflojaron las riendas. La reforma impulsada por la Ley 16/2012 admiti¨® la posibilidad de que las socimis negociaran sus acciones ¡°en un sistema multilateral de negociaci¨®n¡±, como el Mercado Alternativo Burs¨¢til, el MAB. El MAB [actual BME Growth] es un sistema ¡°autorregulado¡±, con menos niveles de transparencia y supervisi¨®n que el mercado continuo. Tiene su propia normativa de informaci¨®n y liquidez, m¨¢s flexible que para el resto de empresas cotizadas.
Un c¨®modo ecosistema
El ecosistema es c¨®modo para las socimis, que recelan de los cambios. Algunas de las grandes ¡ªcomo Colonial, con una fuerte posici¨®n en Par¨ªs¡ª amagaron con abandonar Espa?a en el caso de que se suprimiera el r¨¦gimen fiscal vigente. Consultada al respecto, Colonial ¡ªcon Criteria Caixa como accionista destacado¡ª no ha hecho comentarios. Son amagos porque el pa¨ªs a¨²n ofrece oportunidades ¨²nicas para sociedades que, sobre todo, se centran en activos del sector terciario ¡ªoficinas, centros comerciales, almacenes y centros de datos¡ª. Es su campo. El valor de los activos residenciales de las socimis se sit¨²a solo en el 20% del total, seg¨²n los datos que maneja el sector. Las viviendas en alquiler, unas 25.000, apenas suponen el 0,7% del parque total. Peccata minuta en el problema global de la vivienda, se?alan las empresas.
En Merlin Properties, la m¨¢s grande de las socimis cotizadas (capitalizaci¨®n de 5.700 millones), lo explican as¨ª: ¡°No hay m¨¢s que mirar a las socimis que cotizan en el continuo ¡ªla propia Merlin, Colonial y Lar¡ª para darse cuenta de que su negocio no est¨¢ en el mercado residencial, por lo que su influencia en la situaci¨®n de la vivienda en nuestro pa¨ªs es ninguna. Todo lo que suponga no tocar un r¨¦gimen que claramente funciona en todos los pa¨ªses donde est¨¢ implementado y que, adem¨¢s, ha supuesto un impulso para atraer inversi¨®n a nuestro pa¨ªs en el sector inmobiliario, siempre ser¨¢ buena noticia¡±.
La Asociaci¨®n de Propietarios de Centros Comerciales (Apresco), con una presencia determinante de socimis, sostiene que por mucho que se toque a estas entidades el mercado de la vivienda no va a mejorar. ¡°Porque estamos hablando de una cosa ¨ªnfima, que no tiene peso en el mercado de la vivienda¡±. Por el contrario, asegura la asociaci¨®n, en el sector de centros y parques comerciales, las sociedades han tenido gran importancia porque lo han dinamizado. ¡°Desde 2012-2013 hasta hoy ha habido inversiones por m¨¢s de 20.000 millones de euros en 61 nuevos centros y parques comerciales¡±, detalla.
Las socimis respiran. El amago de reforma provoc¨® arritmias en el mercado, con ca¨ªdas en Bolsa en un d¨ªa de hasta el 7%. El espasmo afect¨® a las grandes compa?¨ªas y tambi¨¦n a otras m¨¢s peque?as, como el caso de ?rima Real Estate, que cotizan en el MAB. Lo peor ha quedado atr¨¢s, aunque, seg¨²n apuntan en el sector, el susto ha paralizado operaciones que estaban en marcha justo en el momento en que el sector reiniciaba actividad tras encajar la subida de tipos y costes de financiaci¨®n.
Desde la asociaci¨®n que representa a las socimis cotizadas en Europa (European Public Real Estate Association) explican que, ¡°hist¨®ricamente, el sector inmobiliario europeo ha estado dominado por cuatro sectores inmobiliarios tradicionales: oficinas, residencial, comercio minorista e industrial¡±. Pero el horizonte se ha ensanchado a otras alternativas. ¡°Hay otros espacios inmobiliarios, como la atenci¨®n sanitaria, el almacenamiento, las viviendas para personas mayores y estudiantes y los centros de datos, que est¨¢n ganando atractivo¡±. Hay partido.
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