Los narcos brasile?os van a por el oro de la Amazonia: tiroteos, excavadoras, avionetas y dinero (mucho dinero)
Las bandas criminales, atra¨ªdas por su alto precio, est¨¢n extrayendo el metal precioso de cualquier manera, sin importar el coste humano y ambiental
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El sol apenas hab¨ªa aparecido en el horizonte cuando Benildo Rodrigues despeg¨® esa ma?ana. Su avi¨®n Cessna de una sola h¨¦lice estaba cargado con m¨¢s de 46 kilos de oro extra¨ªdo de las profundidades del Amazonas. El bot¨ªn, valorado en m¨¢s de cuatro millones de d¨®lares al precio actual, hab¨ªa sido extra¨ªdo de la selva tropical ilegalmente.
La polic¨ªa ya estaba vigilando el avi¨®n cuando Rodrigues sali¨® de Itaituba, el lugar que los lugare?os llaman Nugget City y que se ha convertido en la capital del comercio ilegal de oro de Brasil. La ciudad se encuentra justo en el borde de la selva y es la puerta de entrada para cientos de operaciones mineras ilegales. Desde all¨ª, los comerciantes y contrabandistas distribuyen el metal precioso en los mercados regionales e internacionales.
El Cessna aterriz¨® en Manaos, la capital del vecino Estado de Amazonas. Rodrigues fue recogido en el aeropuerto por el propietario del avi¨®n, que conduc¨ªa un Volkswagen Golf blanco. Su plan era transportar el oro hasta Estados Unidos, seg¨²n explican fuentes policiales. En cuesti¨®n de minutos, dos veh¨ªculos se detuvieron frente a Rodrigues y abrieron fuego. Fue una emboscada protagonizada por una de las bandas de narcotraficantes m¨¢s poderosas de Brasil.
El enfrentamiento, que tuvo lugar hace un a?o, deja al descubierto el ascenso de los narcotraficantes como buscadores de oro. Los mineros ilegales, conocidos como garimpeiros, han existido durante casi un siglo, deforestando la tierra y ensuciando las aguas. Pero ahora, a medida que el precio del metal precioso bate r¨¦cords, el tradicional furtivismo est¨¢ evolucionando hacia una actividad cada vez m¨¢s letal a medida que esta industria con d¨¦cadas de antig¨¹edad cae bajo la influencia del narco. ¡°Las organizaciones criminales que se dedican al tr¨¢fico de drogas han descubierto un nuevo mercado¡±, explica Andr¨¦ Luiz Porreca Ferreira Cunha, fiscal federal asignado a las investigaciones de miner¨ªa ilegal en toda la Amazonia, incluido el caso Rodrigues. ¡°Est¨¢n creando Estados paralelos en medio de la Amazonia. Es aterrador¡±.
Actividad contaminante
Alrededor del 20% de la producci¨®n mundial de lingotes de oro proviene de la miner¨ªa informal a peque?a escala. A los productores a veces se los llama ¡°mineros artesanales¡±, pero se trata de una industria que suele ser ilegal, no est¨¢ sujeta a impuestos y, a menudo, viola las regulaciones ambientales y de otro tipo. En Brasil, los mineros son un factor importante en la destrucci¨®n de la Amazonia. Y a nivel mundial, el sector es la mayor fuente de contaminaci¨®n global por mercurio del planeta, superando incluso a las centrales el¨¦ctricas de carb¨®n, seg¨²n un estudio de las Naciones Unidas.
El oro, a menudo considerado la moneda m¨¢s antigua del mundo, ha atra¨ªdo durante milenios a personajes del hampa, pero este flechazo se ha visto potenciando por un repunte hist¨®rico de la onza en los mercados financieros. Su incre¨ªble revalorizaci¨®n ¡ªen los ¨²ltimos 12 meses el precio se ha disparado un 43% y ya cotiza a 2.900 d¨®lares¡ª ofrece a los mineros ilegales un mayor incentivo para extraerlo de cualquier forma posible.
En Brasil, la miner¨ªa ilegal escal¨® de nivel durante el gobierno del presidente anterior, Jair Bolsonaro, el l¨ªder de extrema derecha y partidario de los garimpeiros que recort¨® los fondos para combatir los delitos ambientales y foment¨® la destrucci¨®n de la selva tropical en aras del crecimiento econ¨®mico. Cuando su rival, Luiz In¨¢cio Lula da Silva, tom¨® las riendas de Brasil en 2023, lanz¨® una campa?a policial contra los mineros ilegales, con potentes redadas que a veces han terminado con varios muertos.
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¡°La falta de supervisi¨®n durante la Administraci¨®n anterior brind¨® una gran oportunidad para que los narcotraficantes y sus facciones se trasladaran a la Amazonia y ocuparan este espacio¡±, argumenta Marta Machado, secretaria nacional de asuntos antidrogas de Brasil.
Si bien las redadas han provocado el cierre de algunas operaciones ilegales, han obligado a otras a sumergirse m¨¢s en el mercado negro. Y ah¨ª quienes mandan son los narcotraficantes. Y estos no se dejan intimidar por la mano dura del actual Gobierno.
Rodrigo Chagas, profesor de ciencias sociales de la Universidad Federal de Roraima, lleva a?os entrevistando a garimpeiros como parte de su investigaci¨®n sobre la delincuencia en la Amazonia. En 2019, no hab¨ªa o¨ªdo hablar mucho de la presencia de pandilleros en los campamentos mineros ilegales, pero a finales de 2022 ¡°estos estaban llenos de narcotraficantes¡±, subraya. La miner¨ªa que llevan a cabo las bandas de narcotraficantes se realiza principalmente en tierras ind¨ªgenas en zonas remotas de la Amazonia, seg¨²n Chagas.
La primera evidencia indiscutible de este desarrollo se produjo en 2021 en el asentamiento ind¨ªgena de Palimiu, en el r¨ªo Uraricoera. La ciudad fue atacada por garimpeiros asociados al Primer Comando Capital, el grupo de narcotr¨¢fico m¨¢s eficiente y organizado de Brasil, conocido como PCC. Al d¨ªa siguiente, los mismos delincuentes abrieron fuego contra los agentes de la polic¨ªa federal que llegaron para asegurar la aldea. ¡°A partir de ese momento se hizo evidente que una facci¨®n del PCC estaba haciendo operaciones ilegales¡±, indica Chagas. ¡°La impresi¨®n es que esto ha estallado por completo¡±.
Al respaldar la extracci¨®n de oro, las bandas no solo se benefician de los ingresos de la miner¨ªa, sino que tambi¨¦n utilizan los lingotes como una moneda imposible de rastrear por la polic¨ªa. En concreto, les sirve para lavar los ingresos que obtienen con la coca¨ªna a trav¨¦s del mercado de metales preciosos.
El norte de M¨¦xico, donde regiones enteras est¨¢n controladas por c¨¢rteles, sirve como advertencia sobre lo que podr¨ªa pasar en partes de la Amazonia brasile?a si el tr¨¢fico de drogas y la actividad criminal asociada no se controlan. La evidencia m¨¢s clara de las interconexiones entre las bandas brasile?as y el oro se ve en los tiroteos frecuentes de los que dan cuenta las autoridades, como aquel en el que Rodrigues fue atrapado en las carreteras de Manaos.
Rodrigues y su acompa?ante sufrieron heridas de bala y huyeron de su veh¨ªculo para buscar refugio en una localidad cercana. La polic¨ªa federal, que estaba siguiendo la operaci¨®n como parte de la campa?a contra la miner¨ªa ilegal, lleg¨® al lugar del tiroteo en pocos minutos y confisc¨® el oro.
Los atacantes tuvieron tiempo de darse a la fuga en un coche. Dejaron atr¨¢s una camioneta con una pistola Glock, municiones, ropa de camuflaje y clavos para pinchar neum¨¢ticos. Est¨¢n vinculados al grupo criminal internacional llamado Comando Rojo, que se cre¨® en R¨ªo de Janeiro, seg¨²n Adriano Sombra, un jefe de la polic¨ªa federal del Estado de Amazonas, que ha arrestado a varios sospechosos relacionados con este caso.
Las autoridades que detuvieron a Rodrigues y a su c¨®mplice todav¨ªa est¨¢n tratando de averiguar para qu¨¦ banda criminal trabajan. Pero aseguran que el tama?o del tesoro, la mayor incautaci¨®n de oro en la historia del estado de Amazonas, deja claro que debe haber estado involucrada una organizaci¨®n sofisticada con abundante financiaci¨®n.
¡°La gran cantidad de oro incautada revela que los transportistas estaban involucrados en una operaci¨®n criminal mucho mayor, con una clara estructura y divisi¨®n del trabajo, probablemente liderada por un grupo del crimen organizado¡±, escribi¨® el juez federal Marcelo Pires Soares en un auto relacionado con el caso.
En marzo, Rodrigues y su socio fueron condenados a tres a?os de prisi¨®n y multas adicionales ¡ªlas penas m¨¢ximas por transportar oro ilegalmente son relativamente laxas en Brasil¡ª. Antes de eso, Rodrigues pas¨® casi cuatro meses en centros de salud penitenciarios. Una bala le caus¨® da?os ¨®seos en uno de sus brazos y tuvo que someterse a una cirug¨ªa para evitar perder la extremidad, seg¨²n su abogado, Leandro Rebelo de Paula.
La ciudad de Itaituba despeg¨® en la d¨¦cada de 1950 con el descubrimiento de cauces fluviales ricos en oro, y todav¨ªa conserva su cultura de la pesca ilegal. La mayor¨ªa de los habitantes descienden de colonos a los que los gobiernos militares instaron en el siglo XX a explotar minas y talar bosques. El himno municipal es una oda a los buscadores de oro, y una estatua de un garimpeiro que bate pepitas de metal es el monumento m¨¢s destacado del paseo mar¨ªtimo frente al r¨ªo. Es similar a c¨®mo California todav¨ªa celebra la fiebre del oro de 1849 llam¨¢ndose a s¨ª misma Golden State, o el equipo de baloncesto Denver¡¯s Nuggets, que recibe su nombre de las monta?as ricas en minerales cercanas.
Seg¨²n el centro de estudios Instituto Escolhas, entre 2015 y 2020, casi la mitad de todo el oro producido en Brasil ¡ª229 toneladas por un valor de m¨¢s de 20.000 millones de d¨®lares a precios actuales¡ª era ilegal o de origen sospechoso. Itaituba y dos municipios vecinos produjeron o blanquearon el 86% del oro ilegal de Brasil entre 2019 y 2020, seg¨²n un informe de los fiscales federales.
La mayor¨ªa de las llamadas minas artesanales de hoy en d¨ªa est¨¢n muy lejos de la imagen de un buscador de oro que sale con un pico a la monta?a o alguien sentado junto a un arroyo con un tamiz. Se trata de operaciones masivas y se necesitan bolsillos llenos de dinero para financiarlas. Cuando cinco garimpeiros que pertenec¨ªan a una banda de narcotraficantes regional fueron abatidos por la polic¨ªa durante una redada en septiembre pasado, las autoridades procedieron a inutilizar algunos de los activos: los funcionarios destruyeron 30 excavadoras y 22 camionetas en el sitio ubicado en tierras ind¨ªgenas en el estado de Mato Grosso.
Pistas de aterrizaje
Los garimpeiros excavan las cabeceras de los arroyos de la selva para filtrar el polvo y las pepitas de oro del suelo. Poco a poco, se expanden r¨ªo abajo, excavando las orillas y construyendo piscinas en terrazas para recolectar agua. La selva est¨¢ atravesada por kil¨®metros y kil¨®metros de pistas de aterrizaje para transportar maquinaria y sacar oro, y los r¨ªos est¨¢n salpicados de enormes barcazas mineras.
Los traficantes de drogas tienen un pasado de colaboraci¨®n en temas de log¨ªstica con los garimpeiros que se remonta al menos a la d¨¦cada de 1990. El continuo crecimiento del tr¨¢fico de coca¨ªna por el Amanzonas ha generado m¨¢s rutas de tr¨¢nsito en esta particular joint-venture.
La producci¨®n de coca¨ªna sigue en auge en los pa¨ªses vecinos de Colombia, Per¨² y Bolivia. En 2022, aument¨® un 20% hasta las 2.757 toneladas, seg¨²n los datos m¨¢s recientes de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. La demanda del poderoso estimulante est¨¢ creciendo en todo el mundo, sobre todo en Europa, mientras que en Estados Unidos parece estar contray¨¦ndose, seg¨²n la agencia. Este cambio en el mercado hace que las rutas de tr¨¢fico a trav¨¦s de la Amazonia brasile?a sean m¨¢s importantes. La mayor parte del contrabando de coca¨ªna que sale de la selva tropical hacia la costa atl¨¢ntica de Brasil va luego a ?frica y despu¨¦s a Europa.
¡°La misma log¨ªstica que se utiliza para el narcotr¨¢fico se utiliza para la miner¨ªa ilegal¡±, explica Francisco Xavier Medeiros de Castro, coronel de la polic¨ªa militar del estado de Roraima. Los pilotos de la regi¨®n ¡°no quieren saber si trabajan para narcotraficantes o garimpeiros. Hacen sus vuelos y reciben su pago¡±, a?ade.
A veces, las bandas empiezan vendiendo drogas a los garimpeiros y terminan dedic¨¢ndose a la miner¨ªa por su cuenta, dice Joao Paulo Berte, jefe de polic¨ªa del estado de Mato Grosso que realiza operaciones contra los mineros ilegales en el territorio ind¨ªgena Sarare. ¡°La gente del Comando Rojo pasa tiempo en las minas porque necesita dinero¡±, a?ade Berte. ¡°?se es el peligro: que las actividades se mezclen¡±.
Durante el gobierno de Lula, m¨¢s de un a?o de redadas contra la miner¨ªa ilegal han obligado a muchos de los peque?os operadores a cerrar sus puertas. Pero quienes han trabajado en la selva durante generaciones no tienen alternativas viables para trabajar. ¡°?Cu¨¢l es la alternativa econ¨®mica para 30.000 a 40.000 garimpeiros?¡±, se pregunta Chagas, de la Universidad Federal de Roraima. ¡°El temor es que este v¨ªnculo entre narcos y garimpeiros crezca y se convierta en algo m¨¢s violento, que se salga completamente de control¡±.
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