Tres de cada cuatro universidades espa?olas no superan la criba de calidad que prepara el ministerio
Los centros privados fallan estrepitosamente en investigaci¨®n y los p¨²blicos en la temporalidad de la plantilla. Los campus tendr¨¢n cinco a?os para adaptarse a los requisitos exigidos
El Gobierno quiere que deje de haber universidades con apenas un millar de matriculados en grado, que no cuenten con cursos de doctorado o cuya actividad cient¨ªfica sea cercana al cero. Por eso el ministerio del ramo ha preparado un decreto de creaci¨®n, reconocimiento y autorizaci¨®n de las universidades para que todas (p¨²blicas y privadas) demuestren que cumplen con calidad las tres misiones que tienen encomendadas ¨Ddocencia, investigaci¨®n y transferencia de conocimiento¨D y si no, dejen de impartir carreras en un plazo de cinco a?os. El texto no es excesivamente exigente (a juicio de la comunidad universitaria), pero solo lo cumplen en su totalidad 18 de las 81 instituciones (el 22%) analizadas en el riguroso informe ?A qu¨¦ puede llamarse universidad?, del Observatorio del Sistema Universitario, que se ha presentado este jueves. Esta atalaya de an¨¢lisis la conforman profesores de los campus p¨²blicos de Barcelona que est¨¢n preocupados por el devenir de la educaci¨®n superior y que de forma peri¨®dica analizan datos oficiales en torno a un debate .
Las cifras, a priori, resultan muy impactantes, pero fuentes del Ministerio de Universidades tranquilizan: ¡°Este decreto es una herramienta que apuesta por la calidad y que genera consenso entre una amplia mayor¨ªa de los actores universitarios: los rectores, los sindicatos... Y en ¨¦l se plantea un periodo de cinco a?os, un plazo suficientemente flexible y amplio para que las universidades se adapten a la nueva norma¡±. Estas fuentes est¨¢n convencidas de que a la larga ¡°este enfoque de calidad revertir¨¢ en el conjunto del sistema universitario¡±. Cualquier partido pol¨ªtico fuera de c¨¢mara o cualquier campus privado de entidad reconoce que hay que poner freno a las conocidas en el gremio como universidades chiringuito. Tras analizar el documento del observatorio, el ministerio puntualiza que gran parte de los requisitos provienen de la Ley Org¨¢nica de Universidades (LOU, 2001) y se incumplen desde entonces, no se establecen con este decreto.
La primera conclusi¨®n del estudio, basado en los datos del Sistema Integrado de Informaci¨®n Universitaria y el Observatorio IUNE sobre actividad cient¨ªfica en Espa?a, es que solo una (Navarra) de las 33 universidades privadas ¨Dlos cinco campus aprobados desde 2019 no se han incluido¨D cumple todos los criterios de investigaci¨®n. Las privadas tradicionalmente se centran en la docencia ¨Dque es la que paga el funcionamiento con el abono de las matr¨ªculas¨D y descuidan la investigaci¨®n y la transferencia, que requieren una fuerte financiaci¨®n. Y, por contra, las p¨²blicas fallan en las condiciones laborales de su plantilla, precarizada con la anterior crisis econ¨®mica.
Oferta de t¨ªtulos y alumnado
Hasta ahora la ley obligaba a los campus a ofertar 10 t¨ªtulos sin especificar de qu¨¦ tipo y el decreto detalla que deber¨¢n tener al menos diez grados (carreras), seis m¨¢steres y dos programas de doctorado (al principio iban a ser tres). Solo tres de las 81 universidades no cumplen el nuevo requisito en grado y son todas privadas y canarias (Atl¨¢ntico Medio, Europea de Canarias y Fernando Pessoa). La media de las universidades p¨²blicas es muy superior, se sit¨²a en los 46 grados.
En el caso de los m¨¢steres, de nuevo hay tres centros que andan cortos de t¨ªtulos (Atl¨¢ntico Medio, Pessoa y San Jorge, en Zaragoza). Y la diferencia es abismal en doctorados. Las p¨²blicas pasan el corte sin problema, mientras ocho privadas ni siguiera tienen los programas, aunque muchas de ellas est¨¢n en ello a toda prisa.
El decreto fuerza tambi¨¦n a que en los campus se impartan estudios de tres ¨¢reas de conocimiento ¨DIngenier¨ªa, Ciencia, Ciencias Sociales y Jur¨ªdicas, Humanidades o Ciencias de la Salud¨D con la excepci¨®n de las polit¨¦cnicas. De nuevo, en la lista negra est¨¢n Pessoa y Atl¨¢ntico Medio y en esta ocasi¨®n acompa?ados de la Universidad de Mondrag¨®n (vasca y privada), muy centrada en el emprendimiento. Con las tres ramas el ministerio intenta que los campus tengan un tama?o razonable con la masa cr¨ªtica necesaria para que fluyan las ideas y el conocimiento. Pero las privadas, disconformes, recuerdan que Stanford tiene una enorme especializaci¨®n t¨¦cnica y pese a ello es considerada una de las mejores universidades de mundo.
Rub¨¦n Calder¨®n, rector de la Universidad Europea del Atl¨¢ntico ¨Dcon 4.000 alumnos de grado y m¨¢ster y otros 10.000 de t¨ªtulos propios¨D desde que se cre¨® hace siete a?os con mucha pol¨¦mica, cree que el decreto ¡°va a marcar tendencias¡± pero no se va a aplicar tal cual. ¡°El ministerio puede decir c¨®mo debe ser un grado o el m¨¢ximo de alumnos que puede tener, pero no inmiscuirse en el porcentaje de alumnos totales de la universidad. Porque eso atenta contra la libre concurrencia¡±.
El ministerio fuerza a que las instituciones tengan al menos un 50% de alumnos de grado para terminar con las universidades online que lo que quieren es especializarse en ofertar t¨ªtulos propios (que hasta la fecha no pasan auditor¨ªas auton¨®micas ni ministeriales) bajo el reclamo de un certificado expedido por una universidad. La Internacional de Valencia tiene solo un 23% de alumnos en la carrera y la del Atl¨¢ntico Medio un 14%. El Foro Emilia Pardo Baz¨¢n, que engloba a las privadas, recuerda que Harvard tiene m¨¢s alumnos de posgrado que de grado y nadie la baja del olimpo.
Este mi¨¦rcoles la reconocida escuela de marketing ESIC, creada hace m¨¢s de medio siglo y ligada como centro adscrito a la Universidad Juan Carlos I, present¨® su proyecto como universidad independiente sin aparente nerviosismo por el decreto. ¡°Es una oportunidad para que hagamos un ¨¢mbito universitario en Espa?a de mejor calidad¡±, asegur¨® Teresa Freire, su directora ejecutiva. ¡°En centros m¨¢s especializados, como el nuestro, nos va a suponer el tener que hacer un cambio a algo mejor. Vamos a buscar l¨ªneas que se unan a nuestro saber hacer, que es la innovaci¨®n en el mundo de la empresa: una l¨ªnea m¨¢s humanista y otra m¨¢s tecnol¨®gica. Pero al final son peque?as ramificaciones, no intentaremos salirnos de lo que es nuestro ¨¢mbito de conocimiento¡±.
¡°En Nebrija estamos muy tranquilos ya que en la ¨²ltima d¨¦cada hemos hecho una apuesta inequ¨ªvoca por la labor investigadora que se ha traducido en cinco doctorados y una red de grupos y c¨¢tedras de investigaci¨®n que solo pensamos en aumentar¡±, explican desde la universidad privada madrile?a, que va muy justa en estudiantes matriculados en la carrera. ¡°Se acaba de aprobar la nueva Facultad de Ciencias de la Vida y la Naturaleza, que va a ofrecer nuevas titulaciones de grado¡±, puntualizan.
Actividad investigadora
El decreto exige que las universidades destinen al menos el 5% de su presupuesto propio a investigaci¨®n. Seguir el rastro de este dato no es f¨¢cil porque los campus privados no ense?an sus cuentas y los p¨²blicos no entran en ese detalle. El texto obliga tambi¨¦n a que cada universidad presente cinco propuestas de proyectos de investigaci¨®n a convocatorias nacionales e internacionales al a?o y a obtener al menos cinco en ese lustro. El 42% de las universidades privadas (14 de 33) no alcanza esa cifra y las diferencias entre campus son siderales. La media de proyectos de investigaci¨®n concedidos en cinco a?os (2014-2018) es de 246 en los centros p¨²blicos y 12 en la privada.
Las universidades privadas no reciben financiaci¨®n directa del Estado para investigar, pero s¨ª pueden optar a fondos p¨²blicos present¨¢ndose a proyectos de dentro o fuera de Espa?a. El mejor ejemplo es la Universidad de Navarra, un referente en investigaci¨®n sanitaria, que compite sin complejos por proyectos europeos de calado. ¡°Algunas universidades no tienen pinta de salir adelante. Porque tienen casi cero publicaciones cient¨ªficas, cursos de doctorado¡. Producir, redactar y revisar un art¨ªculo puede llevar dos a?os. Hay universidades, adem¨¢s, en manos de fondos de inversi¨®n y est¨¢ por ver que est¨¦n interesadas en este modelo [que potencia la investigaci¨®n]¡±, sostiene Vera Sacrist¨¢n, directora del Observatorio del Sistema Universitario.
El convenio laboral de la privada permite que los profesores impartan hasta 15 horas de clase semanales ¨Dcasi el doble que en la p¨²blica¨D, as¨ª que muchos apenas tienen tiempo para hacer ciencia, pero si no publican no lograr¨¢n m¨¦ritos para progresar profesionalmente. Pese a las cortapisas, la producci¨®n de los profesores de las privadas no para de crecer. ¡°En nuestra estructura hemos dise?ado un vicerrector de Investigaci¨®n e Innovaci¨®n que da visibilidad a los esfuerzos que llevamos haciendo tiempo¡±, cuenta Ram¨®n Arilla, rector de ESIC, universidad aprobada por el Gobierno de la Comunidad de Madrid en 2019, el mismo d¨ªa que otras dos (Villanueva y Cunef). ¡°Hemos multiplicado por 10 nuestro presupuesto en 10 a?os y por 15 nuestra producci¨®n cient¨ªfica en revistas de alto impacto. Somos host, anfitriones, de congresos a nivel internacional¡±, se enorgullece.
Diez de las 48 universidades p¨²blicas tendr¨¢n que escribir m¨¢s para cumplir el par¨¢metro de producci¨®n cient¨ªfica (el equivalente a tres profesores a tiempo completo tienen que publicar seis art¨ªculos en tres a?os) y casi la totalidad de las privadas (29 de las 33). Adem¨¢s, solo en tres universidades privadas (Loyola Andaluc¨ªa, Navarra y UNIR) el 60% de los profesores ha sido premiado con un complemento salarial por su labor investigadora. En nueve universidades privadas m¨¢s de la mitad de la plantilla no ha le¨ªdo la tesis y contar¨¢n ahora con cinco a?os para arreglar esa deficiencia formativa.
Profesorado
En el cap¨ªtulo laboral hay infracciones de la ley que perviven desde hace d¨¦cadas en las universidades p¨²blicas porque el ministerio y los gobiernos auton¨®micos optaron por mirar para otro lado. Por ejemplo, el 47% del PDI (Personal Docente Investigador) tiene contratos temporales cuando es ilegal desde 2007 que el porcentaje supere el 40%. Solo 16 universidades p¨²blicas est¨¢n por debajo de esa cifra. Todas las instituciones catalanas ¨Dque se cuelan siempre en cualquier ranking de calidad¨D tienen unos n¨²meros sonrojantes. Incluso la Universidad de Barcelona, la ¨²nica espa?ola entre los 200 mejores campus del mundo seg¨²n el ranking de Shangh¨¢i, cuenta con un 60% de PDI temporal. Con la anterior crisis econ¨®mica la Universidad dej¨® de relevar a los profesores titulares y catedr¨¢ticos que se jubilaban y se llen¨® de j¨®venes tremendamente formados ¨Dcon mejores curr¨ªculos que sus mayores, en muchas ocasiones¨D con contratos precarios.
La Universidad privada tiene un problema en su faceta investigadora tan grave que opaca su precariedad en la docencia. Seg¨²n ?A qu¨¦ puede llamarse universidad? apenas el 39% de su PDI trabaja a tiempo completo.
Calder¨®n, rector de la Universidad Europea del Atl¨¢ntico y economista de la educaci¨®n, recuerda que ellos sobreviven con los algo m¨¢s de 5.000 euros que paga el alumno por el curso cuando, seg¨²n sus c¨¢lculos, la inversi¨®n por estudiante en la p¨²blica oscila entre los 10.000 y los 20.000 euros (las cifras oficiales son menores, pero en pocos campus funciona la contabilidad anal¨ªtica). Por eso es un esfuerzo para su entidad hacer ciencia b¨¢sica, pero afirma que se presentan a concursos nacionales e internacionales y que 26 de sus profesores tratan ahora de lograr un sexenio tras firmarse un convenio con la agencia de evaluaci¨®n Aneca. Adem¨¢s, est¨¢n pendientes de que les validen un instituto de tecnolog¨ªa industrial.
Desde 1998 no se ha creado ninguna universidad p¨²blica en Espa?a ¨Dla Polit¨¦cnica de Cartagena fue la ¨²ltima¨D mientras las privadas han pasado desde entonces de 20 a 39. ¡°El sistema espa?ol es conocido por ser, en general, bueno para todos. Angela Merkel pidi¨® ingenieros espa?oles y a Reino Unido llegaron muchos enfermeros. El decreto lo que intenta mantener eso¡±, conf¨ªa Sacrist¨¢n que reclama al ministerio un plan seguimiento de que se cumplen los requisitos. El decreto, piensa, no lo deja claro.
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