Sin salida para el refugiado Ayham: ¡°No puedo acceder a los certificados para homologar la carrera en Espa?a¡±
El opositor sirio huy¨® con el diploma, pero necesita avalar la duraci¨®n de los estudios, las asignaturas y la carga horaria para validar su grado
El sirio Ayham el Sati, de 35 a?os y solicitante de asilo en Madrid tras ser perseguido por el Gobierno de su pa¨ªs, necesita homologar su grado en Filolog¨ªa ?rabe, pero las trabas administrativas se suceden. ¡°Es solo una frase muy larga, pero en mi cabeza es m¨¢s de una p¨¢gina de peticiones¡±, cuenta con una media sonrisa a este diario. Explica que el Ministerio de Universidades, tras adjuntar el t¨ªtulo traducido en el procedimiento por internet y pagar las tasas (166 euros que le ha costado ahorrar), le reclama ahora unos papeles que en su cabeza se convierten en un jerogl¨ªfico. Necesita una ¡°certificaci¨®n acad¨¦mica en la que consten, entre otros extremos, la duraci¨®n oficial en a?os acad¨¦micos del plan de estudios seguido, las asignaturas cursadas y la carga horaria de cada una de ellas expresada en horas o en cr¨¦ditos ECTS [europeos] correctamente legalizada¡±.
Confuso ante estos requerimientos que no esperaba, El Sati, cofundador en Madrid junto a otros tres refugiados sirios de la revista digital Baynana, sigue yendo a clase. La Universidad Rey Juan Carlos (URJC) le ha dejado cursar el m¨¢ster en investigaci¨®n period¨ªstica, pero antes de julio tendr¨¢ que tener la carrera de Filolog¨ªa ?rabe homologada si quiere tener el t¨ªtulo de posgrado. No es un capricho del centro universitario, sino una obligaci¨®n burocr¨¢tica. Con la demora que hay en el ministerio en la tramitaci¨®n de las homologaciones y equivalencias, era casi un milagro que este emp¨¢tico y locuaz reportero consiguiera llegar a tiempo teniendo todos los certificados, pero las nuevas peticiones del ministerio anulan toda posibilidad.
El m¨¢ster, de la Fundaci¨®n Maldita.es y la URJC, incluye tambi¨¦n contenidos de nuevas narrativas, fact-checking (verificaci¨®n de hechos), transparencia y datos y al opositor al r¨¦gimen sirio se le hizo un mundo el principio de curso. Especialmente por los datos. Aunque su espa?ol es sorprendentemente muy correcto ¨D¡±Es lo que tengo que hacer¡±, se justifica¨D, asegura que el pasado octubre no se vio capaz de sacar el posgrado adelante y pens¨® en dejarlo.
Al llegar a Espa?a, en mayo de 2019, El Sati conoc¨ªa el alfabeto latino por sus escasos conocimientos de ingl¨¦s y aprendi¨® a trompicones el castellano, pues con el confinamiento su mujer, sus dos ni?as y ¨¦l olvidaron parte de lo aprendido. Ahora se alegra de que sus compa?eros del posgrado ¨Dson ocho¨D y los profesores le ayudaran a seguir estudiando mientras trabaja en Baynana, que existe gracias al apoyo de la Fundaci¨®n Por Causa y los donantes; escribe tambi¨¦n como aut¨®nomo para medios ¨¢rabes. El mayor escollo acad¨¦mico del periodista, que tiene permiso de residencia para cinco a?os, es ahora lograr la equivalencia.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados se?ala que la situaci¨®n de Ayham es ¡°frecuente¡±
¡°?Por qu¨¦ no se pueden hacer los tr¨¢mites en persona?¡±, se desespera. En su primera visita al ministerio le dijeron que ten¨ªa que pedir cita y en la segunda le remitieron a los tr¨¢mites a distancia, un muro infranqueable. Un profesor del m¨¢ster le anim¨® a leer un reportaje de este diario sobre la nueva v¨ªa de homologaciones que ha puesto en marcha el ministerio ¨Dque supuestamente va a agilizar los tr¨¢mites y desatascar las tramitaciones¨D y El Sati, angustiado, pero siempre mirando al futuro esperanzado, mand¨® un correo electr¨®nico a la redacci¨®n en busca de auxilio. El Ministerio de Universidades ha confirmado a EL PA?S que sin estos certificados adicionales Ayham no podr¨¢ tener la equivalencia. La Administraci¨®n siria previsiblemente no va a facilitarle el acceso a los documentos a un opositor y ¨¦l teme meter en problemas a alguien de su entorno si solicita en su nombre los certificados.
Una portavoz de Acnur Espa?a (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) se?ala que es ¡°frecuente¡± que refugiados con t¨ªtulo universitario no puedan acceder a documentaci¨®n por los impedimentos que pone su pa¨ªs al solicitante o porque la universidad ya no exista.
El Sati, que naci¨® en Daraa ¨Dla ciudad donde comenzaron las revueltas contra el r¨¦gimen de Bachar el Asad en 2011¨D, pretende aplicar las t¨¦cnicas de investigaci¨®n period¨ªstica que est¨¢ aprendiendo en el m¨¢ster a temas relacionados con la inmigraci¨®n en Espa?a, un terreno que considera virgen. En realidad, se convirti¨® en reportero por necesidad, para contrarrestar en las redes ¨Dy luego tambi¨¦n en art¨ªculos¨D los bulos gubernamentales sobre lo que estaba ocurriendo. Tuvo que abandonar Daraa a la fuerza cuando la urbe fue ocupada y desde entonces sufri¨® todo tipo de situaciones violentas y traum¨¢ticas en las que prefiere no ahondar.
Finalmente, en 2018 su mujer y ¨¦l con las ni?as en brazos cruzaron a Turqu¨ªa, donde les esperaba el Comit¨¦ para la Protecci¨®n de los Periodistas (CPJ son sus siglas en ingl¨¦s), que les facilit¨® instalarse en Espa?a. Desde entonces no ven a su familia y bandean como pueden los obst¨¢culos a los que se enfrentan la mayor¨ªa de los inmigrantes, como el del alquiler de un piso.
El callej¨®n sin salida de Ayham en Espa?a no existe en otros pa¨ªses. El Consejo de Europa ¡ªcuyo objetivo es la defensa y promoci¨®n de los derechos humanos¡ª propuso en 2019, poco antes de que el protagonista de este reportaje huyese a Espa?a, impulsar un documento, el Pasaporte Europeo de Cualificaciones para Refugiados, que reconoce tras una evaluaci¨®n, basada en parte en una entrevista ante un tribunal, la cualificaci¨®n del solicitante para que puedan estudiar o trabajar en lo suyo. Este papel ¡°es la herramienta principal para integrar a los refugiados en las sociedades europeas¡±, dice el Consejo; pero este no tiene competencias para expedir un documento oficial, por lo que cada uno de los 47 Estados miembros de este organismo debe reconocer esta acreditaci¨®n en su burocracia interna.
El Convenio de Reconocimiento de Lisboa de 2007 obliga a los Estados a validar las cualificaciones de los refugiados
El proyecto piloto se instaur¨® en Grecia e Italia en 2017 y despu¨¦s se han sumado otros siete pa¨ªses, entre ellos Alemania y Francia. Un portavoz del Ministerio de Universidades afirma que ¡°se ha subvencionado a la CRUE [conferencia de rectores] para que estudie la posible incorporaci¨®n de Espa?a a la iniciativa¡±. Una portavoz de esta organizaci¨®n explica que el Plan de Acci¨®n Universidad-Refugio, aprobado el pasado noviembre, est¨¢ en fase ¡°muy embrionaria¡±. Para elaborar las pruebas de cualificaci¨®n, la CRUE se reunir¨¢ con algunas entidades, como Acnur.
Los tres compa?eros de El Sati en la revista Baynana son m¨¢s j¨®venes que ¨¦l y no tuvieron tiempo de terminar la carrera en Siria. La disidencia les forz¨® a irse y ahora no tienen una carrera que intentar homologar. El periodista, sin embargo, tiene un amigo refugiado en Alemania que podr¨¢ trabajar en una escuela del pa¨ªs como profesor de ¨¢rabe porque la Administraci¨®n ha reconocido su t¨ªtulo, aunque no est¨¦ homologado.
Espa?a lleva mucho retraso, pero no es el ¨²nico en Europa. El Convenio de Reconocimiento de Lisboa, firmado en 2007 ¡ªy al que Espa?a se adhiri¨® en 2009¡ª, obliga a los Estados a validar las cualificaciones de los refugiados sin documentos. Durante una d¨¦cada nadie hizo nada, ahora solo se ha puesto la primera piedra.
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