Bibliotecas escolares convertidas en el coraz¨®n del colegio: ¡°Aqu¨ª los ni?os pueden hablar e interactuar¡±
Miles de docentes utilizan f¨®rmulas para fomentar la lectura en una ¨¦poca de retroceso de la comprensi¨®n lectora. La?biblioteca es, sin embargo,?un servicio educativo en recesi¨®n en Espa?a
Cada jueves, a la hora del patio, se re¨²ne el club de lectura del instituto p¨²blico Clot del Moro, en Sagunt, Valencia. ¡°Est¨¢ muy bien para animar a los alumnos que no leen mucho a que se enganchen. Leemos un cap¨ªtulo cada semana y lo comentamos¡±, dice Marta, de 15 a?os, en la biblioteca escolar del centro. Y a los que, como ella, ya les gustaba leer, les sirve para conocer ¡°obras y autores nuevos, g¨¦neros que en muchos casos ya consumen en el cine y en los videojuegos y que les ense?amos que tambi¨¦n est¨¢n en los libros¡±, comentan Ismael Murria y Alicia Salinas, docentes de Lengua castellana y literatura y responsables del club. Marta, que estudia tercero de la ESO, ha conocido este a?o las novelas de Stephen King, el rey del terror, y Maus, la novela gr¨¢fica de Art Spielgelman, ganadora del Pulitzer, que le ha parecido una forma distinta y eficaz de mostrar a los adolescentes qu¨¦ fue el Holocausto.
El club de lectura es solo una de las muchas f¨®rmulas que miles de profesores utilizan para fomentar la lectura de su alumnado. Y una de las m¨²ltiples caras de las bibliotecas escolares, un instrumento que se encuentra en recesi¨®n pese a su potencial educativo. Seg¨²n la estad¨ªstica oficial, entre el curso 2015-2016 y el 2019-2020 (con datos anteriores a la pandemia) el porcentaje de centros que conservaban sus bibliotecas abiertas cay¨® cinco puntos, hasta el 81,8%. Y seg¨²n las expertas entrevistadas para este art¨ªculo, el porcentaje de escuelas e institutos con bibliotecas escolares que funcionen realmente bien es muy inferior, debido a la falta de recursos. Los resultados de la evaluaci¨®n internacional de comprensi¨®n lectora del alumnado de primaria PIRLS, publicados en mayo, han lanzado una advertencia sobre la cuesti¨®n, al mostrar un retroceso general de la habilidad lectora, atribuible en gran medida a la covid, que ha alcanzado siete puntos en Espa?a, 10 en Madrid y 17 en Catalu?a. Este ¨²ltimo territorio es tambi¨¦n el que m¨¢s bibliotecas escolares en funcionamiento ha perdido en los ¨²ltimos a?os, hasta reducirse a un 56,8% de los centros.
Hay buenas bibliotecas escolares por toda Espa?a, pero las mejores redes se encuentran en el norte, en comunidades como Asturias y Galicia, que est¨¢n a la vez entre las que mejor nivel de comprensi¨®n lectora presentan. PIRLS ha situado a los ni?os asturianos por encima de los finlandeses. Y en PISA, otra prueba internacional, que se realiza al finalizar la ESO, tanto Asturias como Galicia superan el promedio de la Uni¨®n Europea y de la OCDE, cuando Espa?a est¨¢ por debajo.
La biblioteca del colegio p¨²blico Veneranda Manzano de Oviedo es ¡°el motor del que salen todas las actividades del centro¡±, afirma su directora, Noelia Granda. Una de esas funciones es fomentar la lectura a trav¨¦s, por ejemplo, de la declamaci¨®n. ¡°Los ni?os eligen un libro de literatura infantil y juvenil, se preparan un fragmento y lo leen ante los dem¨¢s, que dan su opini¨®n y realizan cr¨ªticas constructivas. Trabajamos la comprensi¨®n lectora, la expresi¨®n oral, la entonaci¨®n, el control postural, y al mismo tiempo otras cuestiones, como la autoestima o las emociones. Y los que escuchan tambi¨¦n trabajan, porque est¨¢n aprendiendo a escuchar. Y cuando luego el profesor les habla en clase, est¨¢n atentos, aqu¨ª tenemos muy pocos problemas de convivencia, porque saben lo que es hablar y que no te hagan caso¡±.
En el colegio de Oviedo la biblioteca cumple una misi¨®n clave de apoyo al aprendizaje en todos los cursos. ¡°Es nuestro centro de recursos, tanto digitales como en formato papel. Nutre a las aulas de todo lo que necesitan para llevar a cabo los proyectos¡±, sean sobre la contaminaci¨®n ac¨²stica, la salud o el camino de Santiago, dice la directora. Y es la herramienta para conseguir la llamada ¡°alfabetizaci¨®n en medios e informaci¨®n¡± del alumnado. Un concepto que explica Rosa Piqu¨ªn, fundadora de la biblioteca del Veneranda Manzano, profesora de primaria y de universidad jubilada, y una de las principales estudiosas de las bibliotecas escolares en Espa?a: ¡°Se trata de los que los ni?os se capaciten para ser cr¨ªticos con la informaci¨®n en el soporte que sea. Que presten atenci¨®n a la fiabilidad y a la autor¨ªa, conozcan bien las fuentes y sepan citarlas correctamente, lo mismo manejando Youtube, una enciclopedia, o, por supuesto, la prensa¡±. Piqu¨ªn lamenta que no se cumpla la ley educativa, que establece que todos los centros deben tener biblioteca escolar, e insta al Ministerio de Educaci¨®n a impulsar un plan nacional para ello.
Al pensar en una biblioteca, uno suele visualizar una sala con libros y mesas en la que impera el silencio. Pero muchas bibliotecas escolares asturianas, gallegas y, de forma menos sistem¨¢tica, de otros lugares de Espa?a, son muy distintas. ¡°Nuestra biblioteca es un entorno de aprendizaje donde se puede hablar y se puede interactuar¡±, explican Beverly Ramos y Paula Otero, del colegio p¨²blico de Cervo, en Lugo. ¡°Es para buscar informaci¨®n y leer, pero tambi¨¦n para investigar, hacer construcciones, o jugar a juegos de mesa. Tenemos muchos libros [unos 8.000, en un centro de 125 alumnos], pero tambi¨¦n una zona con tablets, una de costura, otra de rob¨®tica, la radio del centro, una impresora 3D¡ Es un espacio multidisciplinar y agradable donde los ni?os pueden moverse, o estar sentados en un taburete, en una silla, en una pelota de fitball¡¡±.
Tambi¨¦n en Corvo la biblioteca escolar constituye ¡°el coraz¨®n del colegio¡±, que adem¨¢s de fomentar la lectura proporciona a las clases los recursos necesarios para realizar sus proyectos, apoya el aprendizaje de contenidos y la adquisici¨®n de competencias, especialmente las comunicativas y sociales. Para mantenerla hay un equipo fijo de ocho maestras, pero participa todo el profesorado del centro y alumnos voluntarios de los cursos superiores, encargados, bajo supervisi¨®n, durante los recreos, de los pr¨¦stamos y devoluciones de t¨ªtulos, de catalogar las adquisiciones, colocar los libros o explicar a otros ni?os las reglas de los juegos de mesa. Est¨¢ abierta toda la jornada lectiva y dos horas m¨¢s, por las tardes, para que la usen los ni?os y sus familias. Organiza, entre otras actividades, clubes de lectura dirigidos al alumnado y, de 19.30 a 20.30, en formato online, tambi¨¦n a los padres.
Forjar una buena red de bibliotecas escolares requiere, cree Cristina Novoa, que fue responsable de la que existe en Galicia, recursos econ¨®micos y coordinaci¨®n por parte de las autoridades educativas. ¡°Hacen falta programas dise?ados y puestos en pr¨¢ctica por equipos de personas que conozcan el funcionamiento de las bibliotecas escolares y que se coordinen con otros servicios, como el de formaci¨®n del profesorado o el de bibliotecas de Cultura¡±.
Existen iniciativas en la materia importantes en otras comunidades, como Extremadura y Andaluc¨ªa. Y, en el otro extremo, las bibliotecas escolares han sufrido en los ¨²ltimos a?os fuertes retrocesos en Baleares (donde la falta de espacio, debido al aumento de alumnado, ha obligado a reconvertir muchas de ellas en aulas, hasta limitar el porcentaje de centros que las mantienen abierta al 54,8%) y Catalu?a. J¨²lia Baena, bibliotecaria escolar y profesora universitaria, menciona varios factores para explicar lo que ha sucedido en el caso catal¨¢n, entre ellos el hecho de que en muchos centros se ha sustituido la biblioteca de centro por las de clase. ¡°Porque es mucho m¨¢s barato mantener cuatro libros en un aula, sin catalogar, que mantener una biblioteca central. Es una cuesti¨®n de inversi¨®n de dinero y de tiempo, y los profesores no han tenido ni dinero, ni tiempo¡±, dice Baena, que conf¨ªa, sin embargo, en que el nuevo plan de bibliotecas escolares que est¨¢ preparando la Generalitat mejore las cosas.
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