¡°Veo a muchos alumnos solos¡±: el apoyo educativo a los hijos cae por el trabajo y el tipo de crianza

A Patricia Felip, de 43 a?os, le hubiera gustado echarle una mano en los estudios a su hija, que ahora tiene 15 y le est¨¢ costando acabar la ESO en Castell¨®n. ¡°Pero trabajo en hosteler¨ªa y tengo muy mal horario. La veo por las ma?anas y por las noches, cuando la veo. Mi marido, lo mismo. Y est¨¢ claro que a ella no le ha beneficiado. No es lo mismo estar pendientes que tener que dejarlos a su antojo¡±, afirma. Nidia, 44 a?os, empleada en el sector qu¨ªmico en Valencia, tampoco pudo coincidir mucho con su hija mayor, a la que crio sola y ahora tiene 18 a?os y va a cursar un ciclo de FP. ¡°Tuvo bastantes problemas, sobre todo en el instituto. Y al final ha llegado a terminar por m¨¦rito propio, pero lo ha hecho sin mi apoyo¡±. Y Albert Lobo, que presidi¨® durante a?os la federaci¨®n de familias de alumnos de Mallorca, afirma que en su isla las dificultades para acompa?ar educativamente a los hijos no son raras. ¡°Mucha gente tiene horarios que no est¨¢n adaptados a la vida familiar, sino a la tur¨ªstica, y con suerte llegan a casa a las dos de la ma?ana¡±.

A las condiciones laborales, con frecuencia dif¨ªciles de compaginar con la vida familiar, se une una visi¨®n sobre la crianza, compartida por muchos progenitores, que considera que no es bueno inmiscuirse en la educaci¨®n de los hijos, sobre todo a partir de cierta edad. ¡°Si nos sentamos con ellos a estudiar, les hacemos dependientes¡±, afirma Mar¨ªa Capell¨¢n, presidenta de CEAPA (Confederaci¨®n Espa?ola de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado). Los expertos advierten de que, a diferencia de otros sistemas educativos m¨¢s potentes, en Espa?a los resultados acad¨¦micos son muy sensibles al apoyo parental.

Andreas Schleicher, creador del Informe PISA, la evaluaci¨®n internacional m¨¢s importante del mundo, que examina cada tres a?os en matem¨¢ticas, lengua y ciencias a estudiantes de 15 a?os en 81 pa¨ªses, advirti¨® hace unos d¨ªas en una entrevista con EL PA?S que el fuerte retroceso que se ha registrado en la prueba no responde solo a la pandemia, sino que est¨¢n influyendo otros factores, entre los que destac¨® ¡°la bajada del apoyo de los padres¡±.

El acompa?amiento educativo de los progenitores, que se concreta de formas diversas, desde ayudar a repasar un examen a simplemente preguntar de forma habitual a los hijos qu¨¦ tal ha ido el d¨ªa en clase, tiene un importante impacto educativo. Algunas investigaciones estiman que la diferencia entre tenerlo y no tenerlo puede llegar a traducirse en una diferencia de rendimiento acad¨¦mico equivalente a un curso. Y su efecto, adem¨¢s, es positivo incluso descontando el nivel socioecon¨®mico de las familias.

El Informe PISA refleja que en Espa?a el porcentaje de progenitores que tuvieron la iniciativa de hablar con el profesorado sobre c¨®mo les iba a sus hijos cay¨® ocho puntos entre 2018 y 2022, hasta el 46%. En el conjunto de la OCDE (el club de pa¨ªses ricos que organiza PISA) dicho descenso fue de 10 puntos, y Espa?a se sit¨²a en ese apartado por encima de la media. El pa¨ªs est¨¢, en cambio, por debajo del promedio tanto de la OCDE como de la UE en el porcentaje de estudiantes a quienes sus familias les preguntan al menos una o dos veces por semana c¨®mo le ha ido en clase. Le sucede al 76%, frente a casi el 90% de los irlandeses. Los datos de PISA tambi¨¦n muestran descensos, de magnitudes menores, en la participaci¨®n de padres y madres espa?oles en los ¨®rganos de gobierno escolar y otras actividades de los centros.

A las se?ales de PISA se suma el aviso del director de la Agencia Canaria de Evaluaci¨®n Educativa, Jos¨¦ Saturnino Mart¨ªnez, que ha calculado que la ventaja acad¨¦mica que proporciona a los estudiantes el hecho de que sus padres tengan estudios universitarios se ha reducido a menos de la mitad en 10 a?os. Mart¨ªnez cree que ello est¨¢ relacionado con el descenso del apoyo educativo familiar, y que el impacto se nota sobre todo en los hijos de universitarios porque ten¨ªan m¨¢s ventaja que perder.

¡°Cada vez tienen m¨¢s dificultades para tirar adelante¡±

La media docena de directores de instituto consultados para este reportaje no est¨¢n seguros de si la implicaci¨®n familiar se ha reducido (unos creen que s¨ª, otros dudan). Pero casi todos piensan que resulta insuficiente. As¨ª lo afirma V¨ªctor Bagan, director del instituto p¨²blico de Almassora, Castell¨®n: ¡°Muchos padres, al llegar sus hijos a la adolescencia, consideran que como los chavales ya van solos al instituto, no hace falta acompa?arlos en nada m¨¢s, que ya se apa?an solos, cuando justamente es la edad m¨¢s problem¨¢tica¡±. Eduard Cirera, director de otro instituto p¨²blico en Cornell¨¤ de Llobregat, Barcelona, a?ade: ¡°Yo creo que las familias s¨ª se interesan por la educaci¨®n de sus hijos. Pero, al menos en mi instituto, tengo la sensaci¨®n de que cada vez tienen m¨¢s dificultades para tirar para adelante, trabajan muchas horas, y veo a muchos alumnos solos¡±.

El soci¨®logo Jos¨¦ Saturnino Mart¨ªnez echa en falta una mayor amplitud de miras en los an¨¢lisis de la OCDE sobre los resultados de PISA. ¡°Al reducir la escala del an¨¢lisis a la escuela y a procesos en torno a ella, al sacar las conclusiones, la OCDE dice: los padres tienen que implicarse m¨¢s. Pero para que una madre o un padre, al llegar a casa, tengan ganas de ver c¨®mo les va a sus hijos, tienen que tener ciertas condiciones de tiempo y de trabajo¡±. No se ha prestado suficiente atenci¨®n, prosigue Mart¨ªnez, al hecho de que la ca¨ªda de los resultados educativos en PISA comienza en Espa?a en 2015, es decir, despu¨¦s de los grandes recortes realizados por el Gobierno del PP (que en 2012 anunci¨® una reducci¨®n de 10.000 millones de euros de gasto en sanidad y educaci¨®n), y del endurecimiento del mercado laboral producido tras la Gran Recesi¨®n, y en un periodo en el que los precios han subido m¨¢s que los salarios.

La presidenta de CEAPA, Mar¨ªa Capell¨¢n, no cree que se haya reducido la implicaci¨®n: ¡°Somos la generaci¨®n m¨¢s implicada. A m¨ª, mis padres nunca me preguntaron si hab¨ªa hecho los deberes¡±. Al mismo tiempo, como otros padres y madres consultados para este art¨ªculo, plantea una objeci¨®n de partida a dicho planteamiento, relacionada con la idea de crianza. ¡°Yo creo que hay que darles libertad y autonom¨ªa, porque si no, los hacemos dependientes de nosotros. Y, adem¨¢s: ?es que los padres tenemos que saber todo lo que nuestros hijos tienen que estudiar para ayudarles? ?Y si resulta que no tengo estudios? ?O que no tengo dinero para pagarles una academia? Quien tiene que ayudarles es el profesorado. Las familias tenemos que estar pendientes de si hacen los deberes, pero no hacerlos con ellos¡±.

Capell¨¢n pone el dedo en una de las llagas de la ense?anza espa?ola. Evaluaciones internacionales como PISA reflejan que en Espa?a el acompa?amiento familiar es m¨¢s determinante que en la media de pa¨ªses desarrollados a la hora de explicar los resultados educativos de los estudiantes, se?ala el soci¨®logo Miquel ?ngel Alegre, director de proyectos de la Fundaci¨® Bofill. ¡°En muchos pa¨ªses, la escuela es tan potente que el apoyo familiar no marca tanto la diferencia. En cambio, en pa¨ªses con sistema educativos m¨¢s d¨¦biles, como el nuestro, las oportunidades de los ni?os son m¨¢s dependientes de lo que reciben en casa¡±.

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