C¨®mo restaurar las tierras yermas del planeta
Una alianza global trabaja para recuperar 150 millones de hect¨¢reas de tierras deforestadas reinstaurando la cobertura arb¨®rea. Solo en ?frica, una cuarta parte del suelo est¨¢ degradado
En el planeta, hay m¨¢s de 2.000 millones de hect¨¢reas de tierras deforestadas y degradadas que podr¨ªan restaurarse, un ¨¢rea equivalente a dos veces la superficie de China. Devolver la salud a los paisajes boscosos podr¨ªa inyectar hasta 85.000 millones de d¨®lares a la econom¨ªa global, los expertos consideran que es tan importante como impedir la deforestaci¨®n, tanto desde un punto de vista clim¨¢tico como de biodiversidad y de desarrollo sostenible. Un aut¨¦ntico cambio de paradigma. Desde 2015, el esfuerzo global conocido como Reto de Bonn trabaja para insuflar nueva vida a 150 millones de hect¨¢reas da?adas para 2020 y a 350 millones para 2030. Coincidiendo con el reciente Foro Global de Paisajes (GLF) en esta misma ciudad, sus impulsores han presentado el primer protocolo mundial para seguir el progreso de la iniciativa y para ayudar a los pa¨ªses a cumplir sus compromisos.
En los ¨²ltimos 10 o 20 a?os, la prioridad ha sido gestionar las tierras agr¨ªcolas productivas y evitar la deforestaci¨®n, se?ala el experto de la Uni¨®n Internacional de Conservaci¨®n de la Naturaleza (UICN), Stewart Maginnis. Sin embargo, ¡°la degradaci¨®n de tierras y su coste para las econom¨ªas locales y nacionales ha quedado en un ¨¢ngulo muerto¡±. El continente m¨¢s afectado ¡ªy por lo tanto, con mayor potencial de mejora¡ª es ?frica. Hoy en d¨ªa, tiene 700 millones de hect¨¢reas degradadas, el equivalente a la superficie de Australia, y cada a?o suma otros tres millones. Para visualizar el impacto: solo la erosi¨®n de suelos y la p¨¦rdida de nutrientes en tierras arables le cuesta al continente un 3% de su PIB anual, el World Resources Institute.
Con la desaparici¨®n de la cobertura arb¨®rea y de especies le?osas tambi¨¦n se esfuman sus servicios ambientales: fertilidad, provisi¨®n de alimentos y agua, reducci¨®n del riesgo de desastres naturales como inundaciones y freno a la desertificaci¨®n, entre otras funciones ecosist¨¦micas claves para el bienestar humano y, por extensi¨®n, la seguridad. Por ello, en el marco del Reto de Bonn y de la Uni¨®n Africana, los Gobiernos del continente se han lanzado a restaurar 100 millones de hect¨¢reas para 2030. Apoyan la Iniciativa Africana de Restauraci¨®n (AFR100) el Gobierno alem¨¢n, el Banco Mundial y socios t¨¦cnicos como los programas de la ONU para el Desarrollo (PNUD) y Medio Ambiente (PNUMA).
En el planeta, hay m¨¢s de 2.000 millones de hect¨¢reas de tierras deforestadas y degradadas que podr¨ªan restaurarse, un ¨¢rea equivalente a dos veces la superficie de China
Al otro lado del Atl¨¢ntico, otra regi¨®n especialmente fr¨¢gil es Centro Am¨¦rica, y como caso paradigm¨¢tico, El Salvador. Seg¨²n su ministra de Medio Ambiente, Lina Pohl, el pa¨ªs est¨¢ considerado ¡°uno de los m¨¢s vulnerables del mundo al cambio clim¨¢tico¡± y m¨¢s de un 95% de su poblaci¨®n est¨¢ expuesta a desastres naturales. Por si fuera poco, una elevada densidad demogr¨¢fica, uno de los mayores niveles de degradaci¨®n ambiental de la regi¨®n y en torno al 90% de su agua dulce est¨¢ contaminada.
El marco de la Iniciativa 20X20, que pretende restaurar un ¨¢rea equivalente a la de Uruguay en Am¨¦rica Latina y el Caribe, El Salvador ha lanzado un Plan Nacional de Restauraci¨®n 2018-2022 para revitalizar, ni m¨¢s ni menos, que la mitad de sus paisajes. Para Pohl, no hay elecci¨®n: ¡°Si no lo hacemos, nuestro pa¨ªs no sobrevivir¨¢; [este plan] no es ambicioso, porque simplemente tenemos que hacerlo¡±.
Aprender con un bar¨®metro
Aunque destacan las iniciativas regionales en ?frica y Am¨¦rica Latina, la restauraci¨®n es cosa de todos los continentes y de todos los pa¨ªses, incluyendo Espa?a. A escala global, 47 Gobiernos, asociaciones privadas y otras organizaciones ya se han comprometido a restaurar 160,2 millones de hect¨¢reas. Sin embargo, hasta la fecha no hab¨ªa ning¨²n procedimiento estandarizado para medir el progreso y poner en com¨²n los ¨¦xitos y retos de los diversos pa¨ªses.
De esta necesidad de los Estados y los donantes ha nacido el Bar¨®metro del Reto de Bonn: un mecanismo que ya est¨¢ en marcha en seis pa¨ªses piloto (Ruanda, El Salvador, EE UU, Brasil, M¨¦xico y Corea del Sur) y que se ultimar¨¢ este a?o, tras finalizar el proceso consultivo con Gobiernos y expertos. Cuando est¨¦ a pleno rendimiento, IUCN conf¨ªa en que visibilizar¨¢ el papel de la restauraci¨®n en la estrategia global contra el cambio clim¨¢tico. Seg¨²n Maginnis, que dirige el Grupo de Soluciones Basadas en la Naturaleza de UICN, ¡°no se trata de fiscalizar a los pa¨ªses, sino de tener referencias sobre del progreso de la restauraci¨®n a escala nacional¡±.
Otros objetivos del bar¨®metro citado son promover el aprendizaje conjunto y la movilizaci¨®n de recursos, en l¨ªnea con el esp¨ªritu del Foro Global de Paisajes, una plataforma de intercambio sobre usos sostenibles del suelo liderada por el Centro para la Investigaci¨®n Forestal Internacional (CIFOR) junto con PNUMA y Banco Mundial.
El Salvador ha lanzado un Plan Nacional de Restauraci¨®n 2018-2022 para revitalizar la mitad de sus paisajes
M¨¢s que plantar ¨¢rboles
Los expertos en Bonn remarcan que no se trata solo de plantar ¨¢rboles, sino transformar la relaci¨®n entre las personas y la naturaleza. ¡°La restauraci¨®n del paisaje forestal es un proceso a largo plazo para recuperar los bienes, servicios y procesos ecol¨®gicos a escala de paisaje¡±, explica la UICN, cofundadora de la Alianza Global para la Restauraci¨®n de Bosques y Paisajes. Una estrategia que a¨²na objetivos econ¨®micos, medioambientales y de desarrollo social, y que nada tiene que ver con plantar algunos ¨¢rboles al azar y de forma aislada.
Seg¨²n el contexto local, la restauraci¨®n se puede llevar a cabo de diversos modos. En primer lugar, se pueden recuperar los bosques naturales de anta?o, sea mediante plantaciones o regeneraci¨®n natural. En algunos casos, incluso se pueden plantar bosques productivos para la explotaci¨®n de productos como la madera.
En segundo lugar, se pueden establecer ¨¢rboles en entornos agr¨ªcolas, integr¨¢ndolos en cultivos (agroforester¨ªa) o sistemas de producci¨®n ganadera (silvicultura). Precisamente porque existe esta posibilidad, no se habla tanto de restaurar bosques, como de paisajes boscosos.
De El Caribe a las mil colinas
?frica Oriental y Am¨¦rica ofrecen ejemplos de pa¨ªses se est¨¢n tomando la restauraci¨®n en serio. Jamaica, al igual que El Salvador, es uno de los pa¨ªses m¨¢s vulnerables al cambio clim¨¢tico. Solo entre 2001 y 2012, se enfrent¨® a cinco huracanes de primera magnitud y el 82% de su poblaci¨®n vive en la costa, se?ala Anthony McKenzie, director de gesti¨®n ambiental en la Agencia Nacional de Planificaci¨®n y Medio Ambiente.
Como respuesta, Jamaica se ha propuesto revitalizar los bosques en la zona costera e intermareal. ¡°Los manglares son unos fen¨®menos de la reducci¨®n de riesgos¡±, explica McKenzie. ¡°Aten¨²an las olas; protegen frente a las inundaciones y contribuyen a la formaci¨®n de suelo, lo que supone una clara ventaja frente a las infraestructuras ¡®duras¡±. Y los beneficios no se acaban aqu¨ª: ¡°las infraestructuras naturales tambi¨¦n facilitan la adaptaci¨®n al cambio clim¨¢tico, y son un abordaje accesible y efectivo que embellece las zonas costeras¡±.
En cuanto a EE UU, ya ha restaurado 12,3 millones de hect¨¢reas de los 15 millones comprometidos en el marco del reto de Bonn. Seg¨²n Leslie Weldon, la directora adjunta del Sistema Forestal Nacional, la estrategia protege a las comunidades de los incendios y apuntala la provisi¨®n de agua limpia, la biodiversidad y la creaci¨®n de empleo. Dado que los paisajes son mosaicos con varios grupos de inter¨¦s y usos del suelo, lo que Weldon aconseja es que se empiece el proceso reuniendo a las diversas partes. ¡°De este modo, cada grupo puede expresar lo que es importante para ¨¦l; nuestro papel es exponer la restauraci¨®n ecol¨®gica [de bosques naturales]¡±.
Un ¨²ltimo ejemplo lo aporta uno de los primeros pa¨ªses en adoptar el Reto de Bonn. En Ruanda, los bosques aportan un 98% del combustible para cocinar y contribuyen en un 5% al PIB nacional, detalla Felix Rurangwa, representante de la Autoridad de Agua y Bosques del pa¨ªs de las mil colinas. ¡°Nos comprometimos a restaurar dos millones de hect¨¢reas [un 29,8% de la superficie], y ya estamos a un 50% de este objetivo¡±, anuncia. Asimismo, se han creado unos 186.000 empleos verdes en los ¨²ltimos tres a?os. ¡°Hemos liberado el potencial de la restauraci¨®n para mejorar el sustento de las personas, y ya estamos promoviendo la estrategia en otros pa¨ªses¡± de ?frica oriental.
Los expertos utilizan el t¨¦rmino cobertura antropog¨¦nica para referirse a la huella de la presencia humana en la superficie terrestre. En la puerta de casa, la proliferaci¨®n de plazas de cemento es un ejemplo del reto que supondr¨¢ reverdecer el globo, pero son muchos quienes ya est¨¢n comprometidos con un futuro sostenible. Velar por la salud de los paisajes, dice la presidenta de Mauricio Ameena Gurib-Fakim, ¡°ya no es opcional, es existencial¡±.
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