El desaf¨ªo de superar la secundaria en Argentina
Hay 500.000 adolescentes en el pa¨ªs que han dejado los estudios. Son chavales provenientes de familias con pocos recursos que deben abandonar las clases antes de tiempo
Terminar la secundaria en Argentina no es garant¨ªa de acceso a un trabajo formal, ni posibilita la compra de una casa, ni tampoco asegura la movilidad social. Sin embargo, no hay dudas de que obtener el t¨ªtulo secundario es un gran hito en la vida de un adolescente, que lo empodera, le brinda herramientas para planificar su futuro con libertad y abre un abanico de posibilidades.
Aunque es obligatoria desde la Ley de Educaci¨®n Nacional de 2006, hoy cerca de 500.000 adolescentes est¨¢n fuera de la escuela en todo el pa¨ªs y, de media, el 45% de los alumnos de un curso no la acaba. Seg¨²n el Observatorio de Argentinos por la Educaci¨®n, la tasa de abandono intranual, es decir, los chicos que salen de la escuela en un ciclo lectivo sin solicitar el traslado a otro establecimiento educativo, es de 2,9%. En las escuelas p¨²blicas el porcentaje es mayor. Adem¨¢s, tres de cada diez estudiantes acaban la secundaria m¨¢s tarde de lo que deber¨ªa porque ha repetido curso una o varias veces.
Seg¨²n Unicef, estas circunstancias se dan especialmente entre los adolescentes de los sectores m¨¢s desfavorecidos de la poblaci¨®n. Entre las principales causas del abandono de los alumnos de entre 15 y 17 a?os se observan: ingreso al mercado laboral (14%); dificultades econ¨®micas (8,8%); embarazo o de cuidado de alg¨²n hermano o hijo menor (11,3%). Un grupo significativo de j¨®venes (29,6%) afirm¨® haber abandonado la escuela por no considerarla necesaria o por no gustarle. El profesor del ¨¢rea de Educaci¨®n de la Universidad Torcuato Di Tella Mariano Narodowski se?ala que esta problem¨¢tica perjudica principalmente a varones pobres que van a escuelas p¨²blicas.
Entre las consecuencias m¨¢s evidentes que se desencadenan por el abandono escolar, Oscar Ghillione, coordinador de Proyectos en Jefatura de Gabinete de ministros, destaca la falta del desarrollo completo del potencial de las personas y, por ende, de sus comunidades. ¡°En concreto, esa falta de desarrollo trae como consecuencia una falta de justicia absoluta que se evidencia en el crecimiento de la pobreza y la desigualdad¡±, desarrolla.
Casi un 27% de j¨®venes afirm¨® haber abandonado la escuela por no considerarla necesaria o por no gustarle
¡°Un joven sin estudios secundarios est¨¢ destinado a trabajos precarios, en negro y de remuneraci¨®n muy baja o a ingresar a la econom¨ªa del delito", sostiene Narodowski. "Esto trae aparejado serios problemas para la consolidaci¨®n democr¨¢tica, la cohesi¨®n social y para el desarrollo econ¨®mico sustentable del pa¨ªs¡±.
Ghillione se?ala que se deber¨ªa ampliar la cobertura de acceso a la educaci¨®n desde el principio de la edad escolar. Argentina comenz¨® un plan en 2016 para extender la ense?anza desde los tres a?os. ¡°Lo siguiente a realizar es una completa redefinici¨®n de secundaria en todas sus dimensiones. Es necesario integrar el aprendizaje al desarrollo de competencias a trav¨¦s de proyectos relacionados con la vida fuera de la escuela. Es fundamental desarrollar las habilidades blandas, digitales y de pensamiento cr¨ªtico en los j¨®venes al tiempo de valorar m¨¢s los procesos de aprendizaje por sobre los resultados f¨¢cticos y basados puramente en la respuesta de memoria". El experto a?ade que el programa Secundaria 2030, que cuenta con el apoyo de todas las jurisdicciones educativas del pa¨ªs, puede ser la soluci¨®n. Se implementar¨¢ de forma gradual durante los pr¨®ximos a?os. Ghillione apunta que otro de los campos de acci¨®n es la reforma de la docencia, para mejorar las condiciones de acceso del profesorado y el progreso en su carrera.
Sobre el terreno
Con este panorama, un pu?ado de organizaciones intenta contrarrestar la problem¨¢tica. La Fundaci¨®n Germinare cuenta con el programa Agentes de Cambio y beca a los ni?os de 10 a?os de entornos vulnerables que muestran inter¨¦s por continuar con sus estudios.
¡°Trabajamos tanto la parte acad¨¦mica como la psicol¨®gica y damos talleres para las familias. Todo el proceso tiene un acompa?amiento exhaustivo, donde se tratan temas vinculados a los prejuicios, diferencias, integraci¨®n y autoestima. En las nuevas instituciones a las que van a asistir, el com¨²n de los chicos tiene una realidad socioecon¨®mica muy diferente de la de ellos. Trabajamos todo un a?o para que el tema social no sea un obst¨¢culo¡±, cuenta Constanza Oxenford, directora de la Fundaci¨®n Germinare.
Conseguir la integraci¨®n es, muchas veces, el logro. Fernando Schvintt, de 22 a?os, vivi¨® de este modo su llegada a la nueva escuela: ¡°Me mostr¨¦ muy transparente desde el primer momento. Soy consciente de la diferencia sociocultural, pero nunca intent¨¦ fingir ser alguien distinto. Por otro lado, tampoco quer¨ªa perder el rastro de mis amigos del barrio¡±.
Me mostr¨¦ muy transparente desde el primer momento. Soy consciente de la diferencia sociocultural, pero nunca intent¨¦ fingir ser alguien distinto
As¨ª funcion¨® con Rebeca Ruiz, que actualmente estudia Relaciones Internacionales. ¡°Me acerqu¨¦ a la fundaci¨®n con mis padres. Mi mam¨¢ era la m¨¢s entusiasmada con la posibilidad de acceder a una escuela mejor a trav¨¦s de una beca. Mi pap¨¢ desconfiaba de que nos dieran algo sin pedir nada a cambio. Le parec¨ªa extra?o. Una vez que ingres¨¦ al programa, ellos siempre me apoyaron¡±. Agentes de Cambio dura siete a?os. Luego, los j¨®venes se integran a Red de Alumni, orientada a facilitar el acceso a la universidad.
¡°Sostenerse en la escuela es casi heroico frente a toda la situaci¨®n de vulnerabilidad y un sistema educativo que no mira integralmente a los chicos¡±, opina Magdalena Saieg, directora de programas de Cimientos, una organizaci¨®n que dise?a e implementa programas educativos para promover la igualdad de oportunidades.
A trav¨¦s del programa Futuros Egresados, Cimientos acompa?a a chicos de entre 12 y 18 a?os y sus familias para que puedan terminar la escuela secundaria. Cada uno de los j¨®venes recibe una beca mensual de aproximadamente 50 d¨®lares y participa en una tutor¨ªa personalizada. En 2017, se becaron a 2.300 j¨®venes y este a?o se espera poder contar con 2.500 becas.
¡°Muchas veces los padres sienten que no los pueden apoyar. Nosotros les proponemos cosas tan simples como acordarse las fechas de ex¨¢menes con calendarios visibles en las casas. Es importante que los padres sepan que tienen que estudiar y no les pidan que cuiden a sus hermanitos y falten al colegio¡±, cuenta Saieg. Uno de los criterios de selecci¨®n para otorgar la beca de Cimientos tiene que ver con identificar a alguien de la familia que est¨¦ disponible para reunirse con regularidad para conversar sobre el proceso educativo.
Uno de los alumnos que disfrut¨® esta beca fue Jos¨¦ L¨®pez, de 24 a?os. Compart¨ªa habitaci¨®n con sus seis hermanos, as¨ª que estudiar en casa era muy dif¨ªcil y en raras ocasiones hab¨ªa dinero para comprar el material escolar. ¡°Cuando recib¨ª la beca, pude dejar de ir caminando a la escuela y pagar el pasaje en transporte p¨²blico¡±, cuenta. Se licenci¨® en Econ¨®micas y ahora est¨¢ cursando la carrera de Administraci¨®n. Su sue?o es hacer un m¨¢ster en Alemania.
¡°La proporci¨®n de mujeres que terminan la secundaria es mayor en relaci¨®n con los varones. Sin embargo, son ellos quienes consiguen m¨¢s empleo¡±, se?ala Saieg, quien reconoce que todav¨ªa no han logrado que el 100% de sus estudiantes acabe secundaria.
Redes de apoyo
M¨¢s de 3.000 estudiantes son acompa?ados por la Fundaci¨®n Uniendo Caminos a trav¨¦s de sus siete centros educativos. La organizaci¨®n cuenta con espacios de apoyo escolar y tiene el objetivo de crear y sostener una red de contenci¨®n que integre la escuela, la familia y al joven, para que logren mantener la escolaridad.
¡°Reunir a j¨®venes que quieren estudiar es una fortaleza que tenemos que sostener. Nosotros proponemos distintos talleres art¨ªsticos o culturales que puedan despertar en los chicos un inter¨¦s inicial por la fundaci¨®n. All¨ª se encuentran con alumnos de secundaria que est¨¢n teniendo un estilo de vida que ellos han perdido¡±, cuenta Maria Maciel, codirectora ejecutiva de Uniendo Caminos.
Los espacios de la fundaci¨®n est¨¢n dentro de los barrios y los j¨®venes pueden asistir tres veces por semana para preparar las materias, en busca de un futuro mejor.
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