13 fotos13 errores comunes que la gente sana comete al hacer la compra, seg¨²n los nutricionistasPasar del aceite de girasol o llenar la cesta de algas. Los enga?os m¨¢s comunes que nos hacemosAlberto G. Palomo11 jul 2018 - 11:49CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceEl aceite oliva virgen extra tiene unas propiedades excepcionales, pero hacer de menos al aceite de girasol es un error. Por ejemplo, el aceite de girasol tiene mayor contenido en vitamina E, que est¨¢ relacionada con nuestras funciones cognitivas. Seg¨²n explicaba a BuenaVida Alma M? Palau Ferr¨¦, presidenta del Colegio Oficial de Dietistas y Nutricionistas de la Comunitat Valenciana y del Consejo General de Dietistas-Nutricionistas de Espa?a, ambos son beneficiosos para la salud, pero al tener composici¨®n diferente es interesante alternarlos en nuestra dieta. "Por ejemplo, podemos usar el de girasol para cocinar y el de oliva para ali?ar".La Fundaci¨®n Espa?ola de la Nutrici¨®n las considera un alimento equilibrado de bajo contenido cal¨®rico, que podr¨ªa incluirse dentro del grupo de las verduras y hortalizas, puesto que aportan una amplia gama de nutrientes esenciales. Ahora bien: la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) consider¨® ya en 2015 el uso de algas marinas para la alimentaci¨®n uno de los riesgos ¡ªen una lista de 18¡ª a los que se enfrenta Europa. "Solo un gramo de algas como kombu, wakame o nori excede en cinco o m¨¢s veces el l¨ªmite diario recomendado de consumo de yodo", se?ala Ram¨®n de Cangas, dietista, nutricionista y bi¨®logo del Comit¨¦ Asesor del Consejo General Dietistas-Nutricionistas (CGDN). Esta sobredosis de yodo en el organismo de manera continuada se relaciona con problemas de tiroides. Y como se?ala Jos¨¦ Miguel Mulet, bioqu¨ªmico, investigador y profesor de Biotecnolog¨ªa en la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia, "Los japoneses poseen una flora intestinal capacitada para digerir las algas y eliminar el exceso de yodo, por tanto, las mismas algas en un japon¨¦s no provocan el mismo efecto que en un europeo".Que las frutas y verduras ecol¨®gicas sean m¨¢s caras no necesariamente implica que sean mejores para la salud. Como cont¨® J.M. Mulet en BuenaVida, "la calidad nutricional es similar tanto en los productos convencionales como en los ecol¨®gicos. Otra cuesti¨®n es la seguridad alimentaria, donde queda claro que las mayores alertas se han producido en alimentos ecol¨®gicos, empezando por la crisis del E.coli en 2011 que ocasion¨® 47 v¨ªctimas". Adem¨¢s, seg¨²n explic¨® Emilio Montesinos, microbi¨®logo y catedr¨¢tico de Patolog¨ªa Vegetal y director del Instituto de Tecnolog¨ªa Agroalimentaria-CIDSAV de la Universidad de Girona, "los productos ecol¨®gicos no se conservan tan bien como los convencionales, ocasionando podredumbres f¨²ngicas. Algunos de esos hongos producen micotoxinas, hoy uno de los problemas toxicol¨®gicos alimentarios m¨¢s preocupantes".?En qu¨¦ se diferencian la canela de Ceyl¨¢n y la Cassia, aparte de la sustanciosa diferencia de precio (50 gramos de Cassia puede rondar los 0,50 euros, mientras que la de Ceyl¨¢n, solo de venta en lugares especializados, no bajar¨¢ de 2,50 euros)? Un estudio publicado en Journal of Agricultural an Food Chemistry demostr¨® que la canela Cassia en polvo contiene 63 veces m¨¢s cantidad de cumarina que la de Ceyl¨¢n (en rama, la diferencia es de 18 veces). La Uni¨®n Europea (UE) fij¨® un l¨ªmite diario admisible de 0,1 mg de cumarina por kilo de peso de la persona y d¨ªa debido a sus efectos hepatot¨®xicos (que da?an el h¨ªgado), es decir, 6 mg/d¨ªa de cumarina para un adulto de 60 kg. No obstante, advert¨ªa a BuenaVida Jara P¨¦rez Jim¨¦nez, investigadora en el Instituto de Ciencia y Tecnolog¨ªa de los Alimentos y Nutrici¨®n (ICTAN-CSIC), "se debe enfatizar que esto no supone un problema si de manera puntual se consume un postre o producto de panader¨ªa con Cassia". Eso s¨ª, si la consume a diario, le conviene fijarse en la etiqueta.Explicaba el dietista-nutricionista Ram¨®n de Cangas que ¨¦l prefiere tomar el yogur natural sin az¨²car cuando le pregunt¨¢bamos sobre aquellos consejos saludables de los que ¨¦l como nutricionista pasaba. De hecho, afirma que "hay m¨¢s evidencia [cient¨ªfica] sobre el yogur entero en cuanto a prevenci¨®n cardiovascular y metab¨®lica e incluso sobre su eficacia en la prevenci¨®n de la obesidad que sobre el desnatado. Se ha visto que la grasa de los l¨¢cteos, aun siendo saturada, no parece perjudicial para la salud porque no todos los ¨¢cidos grasos saturados son iguales y porque la matriz en la que se encuentran tambi¨¦n importa. La matriz de los l¨¢cteos es interesante y no parece que los l¨¢cteos enteros sean un problema".Ya redactada una lista con algunos procesados que pasar¨ªan el filtro de un nutricionista, veamos los tipos de conservas y sus propiedades. "Las de vidrio pasan por un proceso t¨¦rmico, es decir, solo se les aplica un golpe de calor para evitar el crecimiento de microorganismos pat¨®genos. Son totalmente recomendables", arranca ?ngela Quintas, qu¨ªmica experta en Nutrici¨®n cl¨ªnica. "Aunque, en cualquier caso, las conservas suelen ser bastante ricas en sodio, por lo que se recomienda enjuagar el producto en un colador debajo del grifo y dejarlo escurrir unos minutos", indica. "Por esta raz¨®n, no debemos abusar de ellas sino recurrir a productos frescos. Es cierto que son un buen recurso para tomar de forma puntual cuando vayamos mal de tiempo y queramos hacer una comida saludable, ya que adem¨¢s nos permiten disponer de alimentos estacionales todo el a?o". Diferente es el caso de los precocinados, que ya han sufrido un proceso de transformaci¨®n mayor, "con la adicci¨®n de ingredientes que no nos benefician en absoluto (grasas hidrogenadas, conservantes, estabilizantes, az¨²cares a?adidos, harinas refinadas, grandes cantidades de sal, etc¨¦tera)". E insiste: "Si queremos comprar alg¨²n precocinado debemos leer muy bien la lista de ingredientes para eludir grasas de mala calidad, az¨²cares a?adidos y grandes cantidades de sal, entre otros componentes".No se deje enga?ar por ese picadillo c¨®modamente dispuesto en bandejas de pl¨¢stico: ¡°En un supermercado, no va a encontrar carne picada sino algo que se parece pero que llaman burguer meat y no es solo carne, sino que contiene una serie de aditivos", explica Juan Revenga, bi¨®logo, nutricionista y autor de varios libros sobre alimentaci¨®n. Y aunque puntualiza que los aditivos no tienen por qu¨¦ ser malos, es mucho mejor pedir al carnicero que ¨¦l mismo pique la carne que nosotros elijamos, para no tener dudas sobre qu¨¦ compramos exactamente. Revenga advierte: ¡°Lo que hay que hacer es cocinarla inmediatamente, ya que es un alimento sumamente perecedero¡±. Antes de 48 horas como m¨¢ximo, puntualiza."El primero que midi¨® el contenido de hierro de las espinacas", explica J.M. Mulet en su libro ?Qu¨¦ es comer sano?, "fue el qu¨ªmico alem¨¢n Erich von Wolf en 1870 y se equivoc¨® poniendo la coma: lo que eran 0,35 miligramos por cada 100 gramos acabaron siendo 3,5 miligramos por cada 100 gramos, es decir, 10 veces. Adem¨¢s, para asimilar el hierro necesita vitamina C, as¨ª que no solo tenemos que tener en cuenta el contenido de hierro, sino con qu¨¦ lo comemos". "La realidad es que las espinacas son una muy mala fuente de hierro [incluso la lechuga tiene m¨¢s: 0,4 miligramos por cada 100 gramos]. Los alimentos m¨¢s ricos en hierro son la carne de h¨ªgado, las almejas o la levadura de cerveza". As¨ª que Popeye nos enga?¨®.Tienen todo el aspecto de sano: 500 mililitros de pulpa de fruta con hielo o leche, parece un desayuno casi perfecto. Un estudio publicado por el Consejo del C¨¢ncer de Victoria y la Fundaci¨®n del Coraz¨®n de Victoria (en Australia) ha desvelado que estas bebidas contienen m¨¢s calor¨ªas que una hamburguesa y m¨¢s az¨²car que un refresco carbonatado. ?Por qu¨¦? Un solo trago contiene una enorme cantidad de fructosa a lo que se suma el az¨²car contenido en otros ingredientes habituales en los smoothie, como la leche o el yogur. Cuando se trata de zumos verdes la situaci¨®n no mejora. No solo no depuran, estos zumos verdes han sido identificados por la EFSA (la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) entre las causas de que en Alemania se haya duplicado el n¨²mero de diagnosticados de c¨¢lculos renales en los ¨²ltimos siete a?os y de ah¨ª que los haya incluido entre los 13 riesgos emergentes para la salud. Adem¨¢s, recordaba Juan Revenga para BuenaVida, la OMS establece una relaci¨®n probable entre el consumo de zumos de fruta y la obesidad. "Como ocurre con muchas dietas milagro", explica Quintas, "lo ¨²nico que proporcionan en combinaci¨®n con ayunos prolongados son unos picos altos de glucosa en sangre ¡ªactivando la generaci¨®n de grasa o lipog¨¦nesis¡ª, un consumo excesivo de algunos antinutrientes, y una ingesta reducida de prote¨ªnas ¡ªal sustituir un zumo por una comida o una cena¡ª, lo que nos lleva a perder masa muscular y agua pero no grasa".Como se?alaba a BuenaVida Cristina Molina-Rosell, directora del Instituto de Agroqu¨ªmica y Tecnolog¨ªa de los Alimentos (IATA), "todos son ricos en hidratos de carbono, principalmente almid¨®n, y en menor medidas en prote¨ªnas y l¨ªpidos. El aporte en nutrientes de los distintos tipos de arroz seg¨²n el tama?o de su grano es semejante", pero mientras que el blanco es de absorci¨®n m¨¢s r¨¢pida y con menos beneficios, el integral demora su digesti¨®n, lo que genera una mayor sensaci¨®n de saciedad y evita que se ingieran m¨¢s calor¨ªas.Cada vez hay m¨¢s variantes en la secci¨®n de embutidos. Las salchichas ya no son solo "frankfurt" o "vienesas" sino que hay combinaciones como "pavo-pollo" o "queso-pork". Por no hablar de las lonchas de pavo, jam¨®n york o chorizo que vienen "braseadas", "jugosas" o desaladas. Al margen de esta proliferaci¨®n, lo importante es ver si de verdad lo que ponen se cumple. Es decir, si el pavo es pavo o si el jam¨®n es jam¨®n. ?C¨®mo puede no ser as¨ª? Muchas marcas usan este reclamo como componente principal, pero en realidad lleva aditivos como almidones, gelatinas o grasas de baja calidad. "Se suelen usar los ingredientes m¨¢s baratos para reducir la materia c¨¢rnica y ahorrar costes", apuntaba Aitor S¨¢nchez, autor del blog Mi dieta cojea, en un art¨ªculo de BuenaVida sobre este tipo de enga?os. "Por norma general, la proporci¨®n de carne es del 50% y el resto, agua, sal, az¨²car, f¨¦cula (usualmente de patata) y prote¨ªna vegetal, m¨¢s barata". Leer bien la letra peque?a ahorra decisiones premeditadas y no tan saludables como uno cree.Antes, las personas con alguna intolerancia se acercaban al pasillo destinado a productos especiales. Galletas sin az¨²car, pan sin gluten, leche sin lactosa... Ahora, cada lata, cada paquiete o cada bandeja va decorado con la palabra "sin": sin lactosa, sin nitritos, sin hormonas... Unas especificaciones que, a veces, no significan nada. Porque, ?desde cu¨¢ndo el zumo de naranja natural ha llevado gluten? El cient¨ªfico Jos¨¦ Miguel Mulet reconoc¨ªa a BuenaVida una "indudable" obsesi¨®n por estas denominaciones. "No es solo cuesti¨®n de al¨¦rgenos, sino que se a?ade sin pesticidas, sin transg¨¦nicos, sin conservantes, sin colorantes¡", expresaba, y a?ad¨ªa que esta costumbre era m¨¢s da?ina, en ocasiones, para el bolsillo que para la salud: "Muchas veces es una t¨¦cnica de distracci¨®n y ruido", afirmaba en el mismo texto el nutricionista Aitor S¨¢nchez. Es el caso de la mantequilla o la nata, que se hacen a partir de la materia grasa de la leche, f¨¢cilmente separable del resto, por lo tanto pr¨¢cticamente no contienen lactosa (entorno a 0,1 gramos por cada 100 de producto, por debajo del l¨ªmite que tolera la mayor¨ªa de las personas con intolerancia). Caso aparte es el de los nitritos que suenan mal, pero tienen una funci¨®n necesaria: "Son muy efectivos matando bacterias y hongos", explica J.M. Mulet en su ¨²ltimo libro ?Qu¨¦ es comer sano? (Editorial Destino), de ah¨ª que pr¨¢cticamente todos los embutidos los lleven.Pasamos por la puerta de la tienda justo en ese momento en que empieza a picar el est¨®mago. ?Qu¨¦ vemos? Cosas ricas: boller¨ªa, platos preparados, bebidas azucaradas... Un escaparate que pega un gancho al paladar y clama por ser elegido. Las consecuencias: tirar de alimentos poco saludables y cargar m¨¢s cantidad que la necesaria. "Debemos ir a hacer la compra sin hambre, para evitar caer en las tentaciones. Conviene elaborar una lista cerrada despu¨¦s de pensar qu¨¦ platos cocinaremos esa semana, para ver qu¨¦ nos falta", indica la experta en Nutrici¨®n cl¨ªnica ?ngela Quintas. "Y para que sea m¨¢s sostenible, podemos llevar nuestras propias bolsas o incluso utilizar envases de pl¨¢stico desechables en tiendas a granel que vendan productos como especias, encurtidos o frutos secos", a?ade. Ahorro, beneficio ecol¨®gico y cuidado f¨ªsico.