Tecnolog¨ªa contra el miedo a salir de prisi¨®n
Las colapsadas prisiones latinoamericanas apenas cuentan con programas de reinserci¨®n. Un seminario aborda soluciones basadas en la innovaci¨®n
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![Pablo Linde](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F3c180985-fb5d-4840-a128-e7a2e9143f9d.png?auth=b02dfd919cb22722d1563f64ad4d31642278152b959e93da5a6a1585c31784a9&width=100&height=100&smart=true)
Claudia C. ten¨ªa ¡°miedo a la libertad¡±. Despu¨¦s de nueve a?os en un penal colombiano, la angustia crec¨ªa conforme se acercaba la fecha de salida. ¡°No sab¨ªa a qu¨¦ iba a dedicarme, d¨®nde iba a dormir, qu¨¦ iba a comer¡±, relata. ¡°Una sabe de otras que salen, no se pueden ganar la vida y acaban recayendo¡±.
Si las prisiones son lugares destinados a sacar de las calles a los criminales para que no delincan y rehabilitarlos, en Am¨¦rica Latina han fracasado. Aunque la poblaci¨®n carcelaria no ha parado de crecer en los ¨²ltimos a?os, los homicidios no han ca¨ªdo. Al contrario: existe una correlaci¨®n entre n¨²mero de presos y asesinatos. Fallan muchas piezas del engranaje del sistema penitenciario de la regi¨®n. La ausencia de buenos programas de rehabilitaci¨®n es, seg¨²n los expertos, una de ellas.
Los penales de Latinoam¨¦rica sufren las tasas de sobrepoblaci¨®n m¨¢s altas del mundo. El hacinamiento, los motines y la falta de recursos para atender debidamente a los presos son una constante. En lugar de rehabilitarse, los delincuentes se ¡°profesionalizan¡±, en palabras de Nathalie Alvarado, especialista en Seguridad Ciudadana del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Y a esto se suma el estigma social. ¡°Cuando ven en tu hoja de vida [curr¨ªculo] que has estado en la c¨¢rcel, te descartan para cualquier trabajo¡±, asegura Claudia C. Ella descubri¨® una alternativa: Chiper. Es una nueva aplicaci¨®n que surgi¨® para distribuir los excedentes de productos almacenados de empresas, sobre todo comestibles. El objetivo, seg¨²n explica Oscar Sarria, uno de sus creadores, era crear un modelo colaborativo: ¡°La idea es que personas de los estratos bajos [en Colombia las ciudades est¨¢n divididas por estratos en funci¨®n de las rentas para que las inferiores paguen menos impuestos; hay del uno, el m¨¢s bajo, al seis] comprasen productos baratos y los vendieran en sus barrios, en oficinas, como una forma de recibir ingresos extra o de ganarse la vida aut¨®nomamente¡±.
Cuando ven en tu hoja de vida [curr¨ªculo] que has estado en la c¨¢rcel, te descartan para cualquier trabajo
Cuando los empresarios conocieron a la Fundaci¨®n Hanna Cort¨¦s, que trabaja precisamente en la rehabilitaci¨®n de expresidiarias, pensaron que podr¨ªan colaborar juntos. No piden curr¨ªculos y en los dos meses que lleva en marcha, ya hay una quincena trabajando. ¡°Tengo que decir que ellas son las mejores empresarias, las m¨¢s juiciosas, las que mejor pagan, y las m¨¢s atentas a la hora de recibir el producto¡±, asegura Sarria.
Es una de las soluciones que esta semana se han debatido en la sede del BID en Washington como parte de un seminario que buscaba precisamente encontrar alternativas tecnol¨®gicas que permitieran mejorar la reinserci¨®n de los presos, algo que para el banco es ¡°el desaf¨ªo m¨¢s urgente y com¨²nmente ignorado¡± de Latinoam¨¦rica. Seg¨²n Alvarado, especialista en seguridad ciudadana, es un problema ¡°poco visible y sin atractivo para los pol¨ªticos¡±. ¡°Nunca lo ves en el centro del debate p¨²blico¡±, subraya. Adem¨¢s, es un lastre econ¨®mico. La instituci¨®n calcul¨® que a la regi¨®n le sale por 14.000 millones de d¨®lares al a?o.
¡°La soluci¨®n m¨¢s f¨¢cil que la gente piensa es construir m¨¢s c¨¢rceles. Pero antes debemos pensar por qu¨¦ est¨¢n como est¨¢n, en qu¨¦ se pueden mejorar. Vivimos la cuarta revoluci¨®n industrial, la era de digitalizaci¨®n y tecnolog¨ªa. Esto puede contribuir a mejorar la vida de las prisiones y no ha llegado a ellas. Muchas no saben cu¨¢ntos presos tienen, qui¨¦nes son ni de d¨®nde vienen, cu¨¢nto tiempo han estado all¨ª, si tienen procesos pendientes¡¡±, enumera Alvarado. En su opini¨®n, las tecnolog¨ªas tambi¨¦n pueden servir como nexo con la vida de fuera, algo que hace m¨¢s sencilla la reinserci¨®n.
En el seminario organizado por el BID, empresas tecnol¨®gicas, expertos y gobiernos se han sentado para examinar soluciones y estudiar cu¨¢les pueden ser implementadas en proyectos piloto. Estas son algunas de las candidatas:
- Realidad virtual para simular experiencias en el mundo exterior que puedan facilitar la reinserci¨®n, por ejemplo, mostrando c¨®mo funcionan sistemas de transporte.
- Escuelas inteligentes, ambientes de aprendizaje m¨®viles que dan acceso a los internos a nuevas tecnolog¨ªas y educaci¨®n en materias como la programaci¨®n, prepar¨¢ndolos para reincorporarse en un mundo digital.
- La terapia digital, como forma de llevar la psicolog¨ªa a las prisiones y que puedan continuar con ella tras su salida. ¡°Muchos de los servicios que los internos reciben se cortan una vez que salen de la c¨¢rcel y su continuidad es fundamental, principalmente en los primeros meses de libertad. La terapia digital ya existe, pero no se ha aprovechado en el contexto de privados de libertad¡±, aseguran en el BID.
- Aplicaciones como Chiper, plataformas tecnol¨®gicas de la econom¨ªa compartida, que son inclusivas y permiten encontrar un trabajo, generar ingresos, e incluso crear emprendimientos tras la salida de prisi¨®n.
- Brazaletes de seguridad para monitorizar el movimiento y las actividades e interacciones de personas en las c¨¢rceles. Son ¨²tiles para prevenir y anticiparse a las ri?as, dar seguimiento a las actividades de los internos, y crear un ambiente m¨¢s normalizado y con menos mano dura, y m¨¢s inteligencia. La idea es crear prisiones m¨¢s inteligentes, pero no m¨¢s punitivas.
- Aplicaciones de bajo costo que facilitan v¨ªnculos con familias y el mundo externo. Los expertos del seminario apuntan a que el enorme tr¨¢fico de celulares en las c¨¢rceles responde, principalmente, a la necesidad que tienen los presos de conectarse con sus familiares. ¡°Estas aplicaciones, que ser¨ªan controladas, reducir¨ªan la presencia de mercados il¨ªcitos y facilitar¨ªan la posterior reinserci¨®n de las personas¡±, seg¨²n las conclusiones del seminario. Aunque hoy en d¨ªa ya se usan videoconferencias, queda terreno para expandirlas, mejorar su calidad y reducir su coste.
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