Homero y la teor¨ªa de la generaci¨®n espont¨¢nea
La lectura de la 'Il¨ªada' le vino a dar a Francesco Redi la clave para tumbar el principio por el cual los seres vivos pueden nacer de manera espont¨¢nea de la materia inerte
Seg¨²n nos cuenta Alberto Savinio, quiso la leyenda que Homero fuese ciego por una crueldad pr¨¢ctica de la musa. Al sumirlo en las tinieblas, hizo que el rapsoda se reconcentrase en su alma cantora, de la misma manera que en algunas partes de las Islas Canarias la crueldad de cierta gente lleva a arrancar los ojos a los canarios para que as¨ª canten mejor.
Dejando a un lado la entrada de Savinio dedicada a Homero en su Nueva Enciclopedia, hay que decir que se ha escrito mucho sobre el rapsoda griego y m¨¢s a¨²n sobre las peripecias de Ulises en La Odisea, as¨ª como sobre los muertos de la Il¨ªada, el poema ¨¦pico en el que se cuentan algunos d¨ªas del ¨²ltimo a?o de la legendaria guerra de Troya.
Por contra, se ha escrito muy poco, o casi nada, acerca de la importancia que tuvo la?Il¨ªada en la biog¨¦nesis o proceso que viene a demostrar que los seres vivientes provienen de otros seres vivientes. Vamos a contar aqu¨ª la relaci¨®n entre ambas y, con ello, vamos a remontarnos hasta la Italia de mediados del siglo XVII, donde el m¨¦dico Francesco Redi dio con la clave para tumbar el principio de generaci¨®n espont¨¢nea, teor¨ªa vigente hasta entonces y, por la cual, los seres vivos pueden nacer espont¨¢neamente de la materia inerte.
En su obra Experimentos acerca de la generaci¨®n de los insectos, escrita en forma de ep¨ªstola a Carlo Roberto Dati, noble florentino y disc¨ªpulo de Galileo, el m¨¦dico Francesco Redi cuenta c¨®mo el canto XIX de la?Il¨ªada despert¨® su inter¨¦s. Hay que apuntar que Redi ten¨ªa un gran conocimiento de los cl¨¢sicos, ya que, adem¨¢s de m¨¦dico, era ling¨¹ista y catedr¨¢tico de lengua toscana en la Academia Florentina. En el citado canto de la Il¨ªada, Francesco Redi se encontr¨® con la conversaci¨®n que tuvo Aquiles con su madre Tetis ante el cad¨¢ver de Patroclo, hijo de Menecio, ca¨ªdo en la batalla.
Ante el cuerpo inerte del guerrero, Aquiles teme que ¡°las moscas penetren por las heridas que el bronce caus¨® al esforzado hijo de Menecio, engendren gusanos, desfiguren el cuerpo y corrompan todo el cad¨¢ver¡±. A continuaci¨®n, Tetis le dice a su hijo que no tema, que no se preocupe pues ella misma procurar¨¢ ¡°apartar los importunos enjambres de moscas, que se ceban en la carne de los varones muertos en la guerra¡±.
La citada lectura le vino a dar a Redi la clave para tumbar la doctrina vigente hasta entonces, la misma que se?alaba que los seres vivos pueden nacer de manera espont¨¢nea de la materia inerte y que fue doctrina desarrollada por Arist¨®teles en su Historia de los animales, donde el Estagirita acepta la generaci¨®n espont¨¢nea que atribuye a animales imperfectos. Dicha doctrina ser¨ªa aceptada en siglos siguientes, ya que, seg¨²n san Agust¨ªn, coincid¨ªa con el relato sagrado contenido en la Biblia. Ante tal autoridad no hab¨ªa argumentos que valiesen.
Por ello, para desmontar el relato b¨ªblico, era necesaria la valent¨ªa que aproximase la incertidumbre a la vivencia, poniendo en pr¨¢ctica la observaci¨®n siguiendo el m¨¦todo cient¨ªfico. Para demostrar que las larvas nacen de los huevos que los insectos ponen en la carne y no de la putrefacci¨®n de esta, Redi se puso a experimentar, metiendo carne en una serie de frascos, cerrando unos y dejando otros al descubierto, siendo estos ¨²ltimos donde observ¨® que hab¨ªa moscas y que, poco tiempo despu¨¦s, la carne estaba agusanada.
Influidos por el medievalismo cient¨ªfico, los seguidores del principio de la generaci¨®n espont¨¢nea alegaron que los gusanos no exist¨ªan en los botes cerrados debido a la falta de aire. Entonces Redi volvi¨® a su experimento y los cubri¨® con una gasa, en vez de hacerlo con corcho, de tal manera que se permit¨ªa al aire entrar en los botes, aunque no a las moscas, descubriendo con esto que las moscas dejaban sus huevos en la misma gasa, confirmando as¨ª la hip¨®tesis de la biog¨¦nesis.
Influido por el relato hom¨¦rico de la Il¨ªada, el m¨¦dico Francesco Redi dar¨¢ el primer paso para desmontar el principio, hasta entonces vigente, de la generaci¨®n espont¨¢nea. Luego vendr¨ªan Vallisneri, Spallanzani y Pasteur, para contribuir a su fin.
El hacha de piedra es una secci¨®n donde Montero Glez, con voluntad de prosa, ejerce su asedio particular a la realidad cient¨ªfica para manifestar que ciencia y arte son formas complementarias de conocimiento.
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