Protege tu columna vertebral
Cuando el ser humano se puso de pie, comenz¨® a dolerle la espalda. Un problema que dura milenios. La quiropr¨¢ctica asegura que puede eliminarlo manipulando la espina dorsal. No es una buena soluci¨®n
PROBABLEMENTE DOS D?AS despu¨¦s de que los antepasados de la actual especie humana anduvieran a dos patas, ya les dol¨ªa la espalda. La columna vertebral es un complejo de vital importancia, no solo para mantenernos erguidos. Si el cerebro es la CPU (la unidad central de procesamiento) de nuestro sistema nervioso, la columna vertebral es la autopista de la informaci¨®n por donde van los nervios que distribuyen las ¨®rdenes y recogen las se?ales de todo el organismo por debajo de la barbilla. Por eso cualquier problema que tengamos con la espalda, adem¨¢s de molesto por no permitirnos funcionar con normalidad, suele ser doloroso y puede afectar a diferentes partes del cuerpo si se produce el pinzamiento de alg¨²n nervio. Y dado que el hombre lleva milenios lidiando con ese dolor, desde que tenemos memoria ha habido gente que ha tratado de darle soluci¨®n, de forma m¨¢s o menos v¨¢lida.
Dentro del curanderismo o de las medicinas tradicionales siempre ha habido una especialidad que se basaba en arreglar huesos. En Galicia exist¨ªan los compo?edores d¡¯osos; en la cultura mapuche de Chile, los g¨¹tamchefes; en Francia, los rebouteux, incluso algunos con nombre propio. En el siglo XVIII, en Londres, una curandera llamada Sarah Mapp, conocida como Sally la Loca, era famosa por su ma?a para arreglar huesos. Con estos antecedentes populares, es l¨®gico que alguien quisiera legitimar el oficio. En 1895, en Estados Unidos, Daniel David Palmer, personaje con una oscura biograf¨ªa que inclu¨ªa varias etapas en la c¨¢rcel por hacerse pasar por m¨¦dico sin serlo, tuvo un momento de inspiraci¨®n. Seg¨²n relat¨® ¨¦l mismo, manipulando la columna cur¨® a un vecino suyo llamado Harvey Lillard, que se hab¨ªa quedado sordo 17 a?os atr¨¢s por un tir¨®n muscular. Luego, siguiendo esa misma t¨¦cnica, cur¨® un problema cardiaco de otro paciente. Con estas premisas, abri¨® la primera escuela de quiropr¨¢ctica en Davenport (Iowa). Seg¨²n ¨¦l, toda la energ¨ªa humana flu¨ªa por la columna y la causa de las enfermedades (¨®seas o no) se deb¨ªa a problemas en ella. ?l pod¨ªa detectar unas lesiones desconocidas por la ciencia hasta ese momento, llamadas subluxaciones, y arreglar desde un dolor de espalda hasta un c¨¢ncer manipulando v¨¦rtebras.
El m¨¦todo inventado por Palmer fue un ¨¦xito, pero no as¨ª su final. Con las ganancias se compr¨® el primer autom¨®vil de su pueblo, con el que fue atropellado por su hijo en 1913, en un extra?o accidente. El hijo hered¨® la escuela de quiropr¨¢ctica y se encarg¨® de hacerla universal. Dise?¨® unas extra?as m¨¢quinas y contrat¨® programas de radio para difundir las bondades de su t¨¦cnica. As¨ª fue como la quiropr¨¢ctica lleg¨® a Europa en 1925. El problema es que en casi 100 a?os de existencia no ha podido contrastar ninguna de sus afirmaciones. De hecho, la historia del primer paciente parece ser un invento de Palmer. ?Una sordera a consecuencia de un tir¨®n muscular? Raro. ?Y que se arregle manipulando la columna? Solo hace falta coger un espejo y ver d¨®nde est¨¢n el cerebro, el o¨ªdo y la columna para comprobar que los nervios del o¨ªdo no van por esta ¨²ltima.
Sin embargo, ello no ha sido impedimento para que las ideas de Palmer sigan teniendo predicamento. De hecho, en Estados Unidos se ha desarrollado toda una carrera acad¨¦mica propia, paralela a una carrera oficial. Hay escuelas de quiropr¨¢ctica que reparten t¨ªtulos en plan ¡°yo me lo guiso, yo me lo como¡±, as¨ª que de la misma forma que es frecuente que un m¨¦dico anglosaj¨®n ponga las siglas M. D. despu¨¦s de su nombre, o alguien que tiene un doctorado en alguna disciplina ponga Ph. D., un quiropr¨¢ctico suele poner Bs. D. C., que parece que sea un t¨ªtulo oficial aunque no lo es. Si tienes un problema serio, est¨¢s perdiendo el tiempo con algo que no es efectivo. En la quiropr¨¢ctica, las manipulaciones de cuello tan agresivas que en ocasiones se realizan pueden ser peligrosas. As¨ª que para los dolores de espalda, un buen m¨¦dico o un buen fisioterapeuta. Y el cuello, nada de girarlo violentamente.
J. M. Mulet es bioqu¨ªmico y divulgador
Batalla judicial
Hace unos a?os, la quiropr¨¢ctica sufri¨® un terremoto en Reino Unido. Simon Singh, columnista cient¨ªfico de The Guardian, dijo que ese tipo de tratamientos eran falsos. La asociaci¨®n de quiropr¨¢cticos lo demand¨®, bas¨¢ndose en una ley antilibelo vigente en Reino Unido. La demanda consigui¨® el efecto contrario al esperado, ya que promovi¨® un debate p¨²blico sobre la presunta validez de esa t¨¦cnica, cuyos resultados fueron contrarios a los intereses de los quiropr¨¢cticos. Poner la lupa sobre esta disciplina sirvi¨® para ver que muchas personas se anunciaban como m¨¦dicos sin serlo. El resultado, despu¨¦s de varios a?os, fue que la asociaci¨®n de quiropr¨¢cticos tuvo que pagar 200.000 libras de costas del juicio.
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