C¨®mo funciona NutriScore, el nuevo etiquetado de alimentos: cr¨ªticas y virtudes del sem¨¢foro nutricional
Guerra de sem¨¢foros: Sanidad anuncia un nuevo etiquetado con c¨®digo de color que compite con el de la industria, que lo pondr¨¢ en marcha antes de fin de a?o. Esta es la gu¨ªa para no perderte en el supermercado
El asunto del etiquetado nutricional de alimentos se ha convertido en cuesti¨®n de dos semanas en un sem¨¢foro descacharrado. Si hasta ahora la informaci¨®n de nutrientes estaba muchas veces al alcance de unas buenas gafas progresivas ¡ªubicada en la parte trasera de los envases y con una letra lo suficientemente peque?a como para que quepa todo el detalle del contenido del alimento¡ª, en los pr¨®ximos meses los productos procesados en el supermercado ofrecer¨¢n c¨®digos de colores en la parte frontal, con el objetivo de orientar mejor en las decisiones saludables de compra de los consumidores. A priori la noticia es buena, el l¨ªo viene cuando ¡ªsiguiendo con el s¨ªmil del tr¨¢fico¡ª cada calle utiliza su propio c¨®digo de circulaci¨®n.
Es lo que puede suceder en Espa?a, al menos durante un periodo inicial de adaptaci¨®n. Esta semana el Ministerio de Sanidad anunciaba que va a aplicar el sistema NutriScore, un etiquetado frontal de alimentos (FOP) que viene utiliz¨¢ndose en Francia (de forma voluntaria para los fabricantes) desde hace un a?o, con resultados positivos avalados por las sociedades cient¨ªficas, las asociaciones de consumidores y la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS). El anuncio coincide en el tiempo con el de otro dise?ado por cinco gigantes de la industria alimentaria ¡ªMondelez, Nestl¨¦, PepsiCo, Coca-Cola y Unilever, due?as de una buena parte de los productos del lineal¡ª que antes de finales de a?o comenzar¨¢n a imprimir en sus envases su propio sem¨¢foro nutricional.
Se trata de dos c¨®digos de colores diferentes ¡ªcon criterios tambi¨¦n distintos¡ª que podr¨ªan convivir en los supermercados bien hasta que la Comisi¨®n Europea se manifieste sobre cu¨¢l deber¨ªa ser el sistema que se emplee en los pa¨ªses miembros ¡ªalgo que se espera que haga a comienzos del a?o pr¨®ximo¡ª, bien hasta que NutriScore se comience a usar en Espa?a en 2019. O quiz¨¢ m¨¢s all¨¢ de esas fechas, si ni la Comisi¨®n ni Sanidad proh¨ªben que se utilice m¨¢s de un icono.
La Agencia Espa?ola de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrici¨®n (Aecosan), dependiente del Ministerio, no ha respondido a las preguntas de BuenaVida a la fecha de publicaci¨®n de este art¨ªculo. Las corporaciones impulsoras del etiquetado alternativo, por su parte, entre ellas Unilever que contesta por correo electr¨®nico, est¨¢n "analizando el anuncio de la ministra y sus implicaciones".
Entretanto, Internet se llena de preguntas y lecturas sobre lo que nos espera a los consumidores en este cruce de sem¨¢foros. Este es el GPS que necesitar¨¢s para hacer la compra m¨¢s saludable en los pr¨®ximos meses.
C¨®mo funciona NutriScore. Cinco colores y cinco letras
NutriScore ¡ªel ¨²ltimo de los tres sem¨¢foros en la imagen del ejemplo de abajo y para Juan Revenga el segundo menos malo de todos los sistemas existentes¡ª consiste en una escala de cinco colores que van del verde (mejor calidad nutricional) al rojo. Estos colores est¨¢n asociados a cinco letras (A/B/C/D/E) que hacen que el c¨®digo sea m¨¢s sencillo de leer. El c¨ªrculo de mayor tama?o es el que indica la calidad nutricional del alimento.
Los productos se sit¨²an en uno u otro color siguiendo un algoritmo que pondera del 0 al 10, por un lado, las cantidades de los elementos considerados negativos en un alimento ¡ªaporte de energ¨ªa, az¨²cares, grasas saturadas y sodio¡ª y, por otro, los positivos: porcentaje de frutas y verduras, gramos de fibras y gramos de prote¨ªnas. El n¨²mero que se obtiene de restar la puntuaci¨®n total de los segundos a la de los primeros da lugar a la calificaci¨®n final, m¨¢s roja cuanto m¨¢s alta.
Veamos el ejemplo de una crema de cacao y avellanas, un producto que se puede encontrar en muchas marcas, tambi¨¦n blancas, con caracter¨ªsticas nutricionales similares. Por un lado, declara 2.253 kilojulios por cada 100 gramos (6 puntos), 10,6 gramos de grasas saturadas (10 puntos), 56,3 gramos de az¨²cares (10) y 0,107 gramos de sal (0 puntos); en total, 26 puntos. Por el otro, est¨¢n las frutas y verduras ¡ªse sabe que contiene nueces, pero no especifica el porcentaje por 100 gramos de alimento y muy probablemente no supere el 40%, de modo que la puntuaci¨®n es 0¡ª, las fibras (no se detalla) y las prote¨ªnas: 6,3 gramos (3 puntos). Al restar estos 3 puntos a los 26 obtenidos anteriormente, se obtiene que el producto suma 23 puntos: por encima de los 19, seg¨²n el algoritmo, el envase deber¨ªa destacar el color rojo (E) como se ve en la imagen.
?C¨®mo debemos usarlo? No compares un yogur con unas chucher¨ªas
Una vez que los estantes del supermercado se llenen de c¨®digos de colores, es f¨¢cil dejarse llevar por la tentaci¨®n de comparar un pescado precocinado con una tableta de chocolate. "No es as¨ª como debe usarse", advierte Manuel Mo?ino,? representante del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas en la EFAD (la Federaci¨®n Europea de Asociaciones de Dietistas, por sus siglas en ingl¨¦s) y miembro de la Academia Espa?ola de Nutrici¨®n y Diet¨¦tica. "De ese modo, estar¨ªamos confrontando alimentos intr¨ªnsecamente muy diferentes y que deben ocupar espacios diferentes en la dieta. Este FOP [etiquetado frontal] debe servir para comparar alimentos de una misma categor¨ªa y diferentes marcas de un mismo producto". A lo que Nancy Babio (presidenta del Colegio de Dietistas-Nutricionistas de Catalu?a) a?ade: "Tambi¨¦n pueden enfrentarse productos de diferentes categor¨ªas pero que se consumen en las mismas ocasiones y con el mismo uso, como por ejemplo, los postres".
Y, ?qu¨¦ es una categor¨ªa? No hay un criterio uniforme y el sistema apela al sentido com¨²n. "Vienen determinadas por varios factores", explica Mo?ino: "Naturaleza del alimento, nivel de procesado, presencia de otros ingredientes, nivel de contenido de nutrientes, etc¨¦tera". El primero y m¨¢s b¨¢sico de estos factores es el origen del alimento: l¨¢cteos, frutas y verduras, carnes, pescados... Esta es la divisi¨®n que se usa, por ejemplo en las gu¨ªas alimentarias. Estos grupos pueden dividirse en tantos subgrupos como se quiera hasta llegar a los 3.283 que se detallan en OpenFoodFacts.
?Qu¨¦ es una categor¨ªa? No hay un criterio uniforme. Pueden ser los grandes grupos por origen del alimento (l¨¢cteos, carnes, frutas y verduras...) o m¨¢s 3.000 si se divide en muchos subgrupos. El sistema apela al sentido com¨²n
En NutriScore, "las categor¨ªas diferenciadas son muy pocas: bebidas, grasas y aceites, quesos y resto de alimentos", dice Mo?ino. ?Entonces? "Para el tema que nos ocupa las categor¨ªas determinan un grupo de alimentos con caracter¨ªsticas similares. En el caso de los l¨¢cteos, por ejemplo, el queso o el yogur no ser¨ªan comparables pues, a pesar del ser del mismo grupo de alimentos, son alimentos diferentes", distingue Mo?ino. Otro ejemplo: "En el grupo de los cereales y derivados, podr¨ªamos comparar galletas de distintos tipos, pero no tendr¨ªa sentido enfrentarlas al pan de molde o al pan tostado. Y dentro de los cereales, podemos confrontar todos ellos entre s¨ª pero, si queremos afinar, podemos hacerlo dentro de las subcategor¨ªas de los rellenos, diet¨¦ticos, infantiles o mueslis, las distintas marcas...
As¨ª empleado, el hecho de que un alimento punt¨²e peor y lleve un sem¨¢foro naranja o rojo en su envase "podr¨ªa promover la reformulaci¨®n hacia una composici¨®n m¨¢s saludable", aunque no sea el objetivo del sem¨¢foro, aventura Mo?ino.
Una cesta llena de productos verdes tampoco es la panacea. "Los procesados no deben sustituir nunca a los frescos". Espa?a no es de los pa¨ªses que m¨¢s procesados compra (un 20,3% de nuestra dieta la componen estos alimentos frente a un 50,4% en Reino Unido) y en cinco a?os el espacio dedicado a los frescos en los supermercados ha crecido un 18,5%, seg¨²n los datos de la Asociaci¨®n de Cadenas Espa?olas de Supermercados (ACES).
A¨²n as¨ª, las bondades del etiquetado NutriScore se ver¨ªan empa?adas si el sistema no se acompa?a de otras pol¨ªticas de salud p¨²blica entre las que Mo?ino enumera: "La educaci¨®n nutricional obligatoria desde la infancia, regular la exposici¨®n a alimentos de bajo valor nutricional en comedores sociales y centros hospitalarios y educativos y facilitar el acceso a alimentos saludables, reducir la publicidad de alimentos procesados dirigida a los ni?os, subir el precio por la v¨ªa de los impuestos de algunos alimentos y abaratar otros...".
?En qu¨¦ se diferencia del sem¨¢foro de la industria?
El Etiquetado Nutricional Evolucionado presentado por la industria (ENL, por sus siglas en ingl¨¦s), el primero en la imagen de ejemplo, guarda tres diferencias fundamentales con NutriScore que dan lugar a otros resultados (menos alarmantes) en los envases: valora los alimentos por porci¨®n, en lugar de por 100 gramos como NutriScore (o el sem¨¢foro original ¡ªel segundo en la imagen¡ª, dise?ado en Reino Unido en 2005 por un equipo de investigaci¨®n de Oxford); asigna un color ¡ªverde, amarillo o rojo¡ª a cada nutriente; y aplica puntos de corte distintos para fijar los l¨ªmites de consumo de los nutrientes desfavorables.
El sem¨¢foro de la industria eval¨²a los productos por porciones 'habituales', como 30 gramos de cereales, cuando en un taz¨®n suelen ir 80
1. Valora los alimentos por porciones. En lugar de analizar las proporciones de nutrientes por cada 100 gramos, el etiquetado de los fabricantes lo hace por porci¨®n. Esto es, la cantidad de un alimento que los consumidores ingieren de media, que no se debe confundir con raci¨®n, la cantidad?de ese alimento recomendada por los nutricionistas.
"El primer problema", afirma Mo?ino, "est¨¢ en la definici¨®n de porci¨®n, que puede variar seg¨²n el pa¨ªs y sus costumbres gastron¨®micas o incluso seg¨²n los gustos personales [recordemos que se trata de una media que se obtiene de observar h¨¢bitos de consumo]". Alguien podr¨ªa querer merendarse medio bote de crema de cacao a cucharadas y lo que aparec¨ªa como amarillo en el envase, para una porci¨®n de 15 gramos, en su caso se ha disparado a rojo tomate sin mediar aviso.
Pero no solo eso: la porci¨®n que se ha establecido para el ENL "es la que se ha observado en sus propios an¨¢lisis y no la que maneja la comunidad cent¨ªfica". Por ejemplo, los fabricantes dicen que una porci¨®n de cereales de desayuno se sit¨²a de media en 30 gramos, pero "lo habitual es llenar el taz¨®n, es decir, unos 80 gramos". Por eso, los dietistas-nutricionistas lo consideran "enga?oso", pues si la ingesta del consumidor sobrepasa la porci¨®n de la industria los valores nutricionales podr¨ªan verse alterados.
En ocasiones esta ingesta alegre del alimento en cuesti¨®n no es m¨¢s que un intento de emular lo que sucede en el propio anuncio comercial del alimento. "Los fabricantes dicen que la porci¨®n de cereales de desayuno es de 30 gramos", apunta Mo?ino, "pero en los anuncios y en las im¨¢genes del paquete lo que aparecen son, de hecho, tazones repletos con cantidades cercanas a los 80 gramos".
2. Separa por nutrientes. "En el sem¨¢foro de la industria pueden salir en un solo producto los tres colores que maneja"; pongamos: verde para la sal, amarillo para las grasas saturadas y rojo para el az¨²car. Esto implica que el consumidor no obtiene una valoraci¨®n global del alimento, como sucede en NutriScore, y "le toca a ¨¦l interpretar y decidir de qu¨¦ nutriente quiere prescindir m¨¢s", advierte Mo?ino.
3. Los puntos de corte para los nutrientes cambian seg¨²n la porci¨®n. Adem¨¢s, en el ENL las fronteras a partir de las cuales un nutriente deja de estar en verde y pasa al amarillo o al rojo var¨ªan seg¨²n la porci¨®n de los alimentos. Es decir, "si la porci¨®n habitual de un alimento supera los 100 gramos, el punto de corte se pone m¨¢s bajo (m¨¢s exigente) que si la porci¨®n es inferior a 100 gramos, en cuyo caso es m¨¢s alto (permite m¨¢s cantidad de az¨²car, grasas saturadas o sal por porci¨®n)". El inconveniente no se encuentra solo en el hecho de que exista esta variaci¨®n: "Justamente los productos que se consumen en peque?as cantidades son los que tienen una carga cal¨®rica m¨¢s alta", advierte Mo?ino.
El hecho de que "la soluci¨®n 'por porci¨®n' no cuente?hoy por hoy con la credibilidad y el amplio consenso necesarios entre las partes implicadas para hacer esta opci¨®n viable", escribe por correo electr¨®nico?Olga Mart¨ªnez, directora de Corporate Affairs de Mars Iberia, ha provocado que Mars, otras de las grandes corporaciones alimentarias que controla entre otras marcas los chicles Orbit y que en un comienzo apoyaba el ENL, haya decidido desmarcarse del etiquetado frontal que va a introducir la industria antes de fin de a?o.
Las cr¨ªticas a NutriScore. ?Qu¨¦ pasa con el aceite de oliva virgen?
En los ¨²ltimos d¨ªas, varias voces han puesto la alarma en la alta puntuaci¨®n que con este sistema [y con cualquier otro sem¨¢foro] obtendr¨ªa el aceite de oliva virgen, un alimento b¨¢sico de la dieta mediterr¨¢nea, conocido por el papel de sus grasas poliinsaturadas en la prevenci¨®n del riesgo cardiovascular.
En la web OpenFoodFacts.org se puede consultar la calificaci¨®n de cualquier alimento en base al algoritmo de NutriScore y el aceite de oliva queda categorizado con la D-naranja (por sus nutrientes cada 100 gramos; una cuchara sopera rasa de aceite equivale a 15 gramos y, por tanto, la recomendaci¨®n de los dietistas-nutricionistas ¡ªun m¨¢ximo de seis cucharadas al d¨ªa; como referencia, para ali?ar una ensalada individual suelen usarse una o dos¡ª no supera los 90 gramos entre todas las comidas). El resultado llama a¨²n m¨¢s la atenci¨®n si se contrasta con el obtenido por los cereales de desayuno con chocolate, C-amarillo, o algunas bebidas carbonatadas sin az¨²car que obtienen un B-verde claro.
Y esto teniendo en cuenta que el sistema NutriScore, tal y como est¨¢ formulado ahora, adapt¨® la forma en que se puntuaban ciertos alimentos: los aceites (y otras grasas como las l¨¢cteas), de forma m¨¢s favorable y las bebidas, con un criterio m¨¢s exigente.
Tememos que "este etiquetado pueda estigmatizar productos [como el aceite]", dice Primitivo Fern¨¢ndez, director de la asociaci¨®n de refinadores, y sugiere que se a?ada que cinco cucharas al d¨ªa del producto son saludables
Primitivo Fern¨¢ndez, director de Anierac (Asociaci¨®n Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles) reconoce que "existe un miedo a que en lugar de ayudar, este etiquetado pueda confundir porque estigmatice unos productos frente a otros: no es lo mismo un alimento de un ingrediente ¨²nico ¡ªcomo el aceite¡ª que uno procesado"; pero conf¨ªa en que la comisi¨®n de expertos que a¨²n tiene que constituirse para aplicar NutriScore a Espa?a encuentre una soluci¨®n. Y sugiere: "Podr¨ªa a?adirse una recomendaci¨®n de consumo en la etiqueta de ciertos productos. En los aceites, por ejemplo, podr¨ªa decirse que es bueno si se consumen cuatro o cinco cucharadas al d¨ªa".
Mo?ino no est¨¢ de acuerdo: "Menos es m¨¢s. Y la etiqueta nutricional no debe ser la ¨²nica v¨ªa de informaci¨®n al consumidor. Que un alimento salga en naranja o rojo debe interpretarse como que se tiene que consumir con moderaci¨®n y en contexto de una dieta saludable; es decir, nadie se bebe un vaso de aceite".
El mismo criterio de simplificar la etiqueta aplica a la propuesta de mejora de la Organizaci¨®n de Consumidores y Usuarios (OCU), que pide que se introduzca una informaci¨®n m¨¢s detallada "para consumidores que necesiten de una informaci¨®n adicional por sus circunstancias de salud". Una de las virtudes del sistema de NutriScore, se?ala Mo?ino, es precisamente que es simple y, por tanto, f¨¢cil de entender. Para todo lo dem¨¢s, "ya est¨¢ el etiquetado obligatorio con los datos nutricionales y los ingredientes en la parte trasera del producto".
"Los sistemas frontales de etiquetado sirven para identificar los alimentos ultraprocesados, y el aceite de oliva no lo es", Nancy Babio (presidenta del Colegio de Dietistas-Nutricionistas de Catalu?a)
"No nos agrada que el aceite punt¨²e con una D", afirma Nancy Babio, "pero debemos recordar que los sistemas frontales de etiquetado sirven principalmente para identificar los alimentos ultraprocesados, y el aceite de oliva no lo es. Existen muchas evidencias cient¨ªficas que demuestran su beneficio para la salud y la poblaci¨®n es consciente de ello. No obstante, como profesionales de la diet¨¦tica y la nutrici¨®n cient¨ªfica trabajaremos codo a codo con las administraciones y con la poblaci¨®n para empoderar a los consumidores".
La OCU tambi¨¦n pide al Ministerio que en la elaboraci¨®n del NutriScore espa?ol se tenga en cuenta [para determinar la puntuaci¨®n de los alimentos] "la presencia de aditivos, la lista de ingredientes, la relaci¨®n entre nutrientes o el grado de procesamiento del producto que tenemos entre manos".
Y a¨²n quedan preguntas en el aire. Por ejemplo, ?se plantear¨¢ alguna medida complementaria que obligue a los fabricantes a situar sus productos en el mismo estante que el resto de alimentos de la misma categor¨ªa? Si una marca de cereales decidiera colocarse en un corner del supermercado la comparaci¨®n con los otros productos de su l¨ªnea ser¨ªa m¨¢s dif¨ªcil para el consumidor.
Otra duda es si se vigilar¨¢ que los productos con sem¨¢foro verde no suban el precio; algo que la OCU no cree que llegue a suceder y que no se ha visto en la experiencia, aunque limitada, del pa¨ªs vecino.
?Un NutriScore espa?ol? Los franceses lo han ajustado para incorporar sus quesos
Francia y B¨¦lgica, como dec¨ªamos, han hecho adaptaciones del algoritmo de NutriScore. No solo para ajustar la puntuaci¨®n de las grasas como el aceite o limitar los resultados de las bebidas: los quesos fueron parte del debate nacional en dos pa¨ªses donde forman parte de la alimentaci¨®n diaria y de la producci¨®n local. Con estos ajustes, un 47% de sus aves de corral ocupan la categor¨ªa B-verde claro y un 43% de los quesos semicurados, la D-naranja (haz clic en la imagen para ampliar la tabla con la distribuci¨®n de todos los alimentos por categor¨ªas).
Esta y otras cuestiones son las que debatir¨ªa el comit¨¦ de expertos que a¨²n tiene que constituir el Ministerio de Sanidad. Los franceses no solo comen m¨¢s queso que nosotros: tienen unos horarios de comida diferentes, una composici¨®n de la dieta distinta, unas recomendaciones de la comunidad cient¨ªfica adaptadas a las necesidades espec¨ªficas de la poblaci¨®n (determinadas por lo que hacen bien y lo que deben mejorar) y hasta otra pir¨¢mide nutricional.
La ventaja de los sem¨¢foros por nutrientes, seg¨²n Eroski tras 11 a?os usando el suyo
Hace m¨¢s de una d¨¦cada (2007) que la cadena de supermercados Eroski comenz¨® a usar su propio sem¨¢foro nutricional. La medida lleg¨® casi de la mano de la crisis, que cambi¨® dr¨¢sticamente la manera en que hacemos la compra. Entre otras cosas, empezamos a llenar la cesta con m¨¢s productos de marca blanca, lo que en Eroski ha supuesto legiones de alimentos se?alados con su sem¨¢foro, est¨¦ticamente m¨¢s parecido al que propone la industria ahora que a NutriScore (al igual que el ENL otorga un color a cada nutriente). "Informa de la cantidad de calor¨ªas, grasas totales, grasas saturadas, az¨²cares y sal que aporta una porci¨®n ordinaria de consumo de un producto", explica Alejandro Mart¨ªnez Berriochoa, director de Salud y Sostenibilidad de la cadena, que ve en este tipo de etiquetado una ventaja: "Permite que el consumidor conozca el impacto de un plato o receta con diferentes ingredientes y, por lo tanto, diferentes sem¨¢foros".
Este sem¨¢foro podr¨ªa acercase ahora a su fin: la cadena ha decidido implantar NutriScore, aunque al menos durante un tiempo podr¨¢n verse ambos en sus envases. "Ha habido avances en el campo de la nutrici¨®n que nos han hecho reflexionar sobre la idoneidad de completar y mejorar nuestra propuesta", afirma Mart¨ªnez. "Con NutriScore comparas alimentos y con el sem¨¢foro [de Eroski] complementas los diferentes productos que compras.
?C¨®mo se adapta un algoritmo nutricional pensado para estas caracter¨ªsticas a otro sistema alimentario diferente? En el caso espa?ol, "yo afinar¨ªa el c¨¢lculo a?adiendo excepciones para alimentos espec¨ªficos", adelanta Mo?ino.
Lamentablemente a d¨ªa de hoy, seg¨²n explica Laura Carre?o, presidenta de la Comisi¨®n Gestora del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas (CGCO-DN) y presidenta del Colegio de Dietistas-Nutricionistas de Castilla y Le¨®n (Codinucyl), "El NutriScore es una marca registrada [por la Agencia de Sanidad Francesa] y tiene unas normas de uso que de momento no se pueden cambiar. Pero tambi¨¦n es cierto que dentro de poco tiempo seguro que habr¨¢ una reflexi¨®n para una mejor adaptaci¨®n a la evoluci¨®n de los conocimientos a nivel internacional permitiendo su evoluci¨®n".
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