La base debe estar formada principalmente por hoja verde, que proporciona al plato las primeras vitaminas, minerales y fibra. Lo m¨¢s habitual es que sea lechuga. Pero la lista, indica Quintas, es larga: escarola, endivia, de hoja de roble, batavia, mini romana, iceberg, trocadero¡ ?Existe una opci¨®n m¨¢s adecuada que otra? No exactamente. "Con respecto a las lechugas, todas tienen pocas calor¨ªas y un gran contenido de agua, de vitaminas hidrosolubles, minerales. Apenas tienen carbohidratos y no tienen grasas. Por su nivel cal¨®rico (casi cero) y su aporte nutricional es dif¨ªcil encontrar diferencias entre una y otra", asegura Yolanda Salas. Por tanto, la m¨¢s adecuada depender¨¢ de nuestros gustos. Aunque sugiere Quintas que nos decantemos "por las de temporada (entre otros, por ejemplo, la endibia), porque tendr¨¢n un sabor m¨¢s intenso y ser¨¢n m¨¢s econ¨®micas".
No debemos olvidarnos de que existen alternativas a lechuga que aportan otros nutrientes: desde los berros, la r¨²cula y los can¨®nigos, hasta la col china (pak choi), la achicoria o las espinacas. Aunque algunas pueden tener sus peque?as desventajas. Por ejemplo: las coles son boci¨®genas, es decir, que inhiben el yodo (necesario para que la tiroides produzca hormonas). O las espinacas, que tienen un alto contenido en fibra, y son muy saciantes y atractivas por su aporte de hierro, pero, comenta Yolanda Salas, "no es un hierro que el organismo absorba bien, en comparaci¨®n con el de un filete de ternera o de buey", por lo que hay que acudir a trucos como "complementarlas con alimentos ricos en vitamina C para que el mineral se absorba mejor", revela Quintas.
Otras, en cambio, tienen sus ventajas, como los can¨®nigos y la r¨²cula, que "al ser brotes de peque?o tama?o son m¨¢s f¨¢ciles de digerir, por lo que las personas que padecen de gases y de digestiones pesadas pueden beneficiarse de ellas".