El dilema de los fans de Michael Jackson: ?se puede matar al ¨ªdolo y salvar su arte?
?Puede un comportamiento terrible de nuestros referentes hacer que nos dejen de gustar sus creaciones art¨ªsticas?
Una audiencia de 1,1 millones de espectadores convirti¨® recientemente el documental Leaving Neverland en el tercero m¨¢s visto de la cadena HBO. Y no es para menos. Durante cuatro horas, Wade Robson y Jimmy Safechuck describen en la cinta el proceso de estr¨¦s postraum¨¢tico que sufrieron hasta que decidieron hacer p¨²blicos los supuestos episodios de abuso sexual que sufrieron, de ni?os, por parte de Michael Jackson, el fallecido rey del pop. Cegados por la fama y el talento de su ¨ªdolo, ignoraban lo que estaba ocurriendo; sus familias tampoco vieron, o no quisieron ver, las se?ales de lo que estaba sucediendo. Todo ha cambiado ahora, ?la manera de pensar de sus admiradores tambi¨¦n cambiar¨¢?
El documental llega ahora a Espa?a, los seguidores del cantante podr¨¢n ver las caras y escuchar el testimonio directo de los adultos que aseguran haber sido v¨ªctimas del artista, cuando eran apenas unos adolescentes. Si su reacci¨®n se parece a la que desencaden¨® la emisi¨®n de la cinta en Estados Unidos, los espectadores se dividir¨¢n en los que defienden la inocencia del artista y por tanto, cuestionan la veracidad de las palabras de sus supuestas v¨ªctimas, y aquellos que creen que este documental es la puntilla que derrumba uno de los m¨¢s grandes mitos de la m¨²sica de todos los tiempos. Hasta Los Simpson han retirado el episodio en el que particip¨® Michael Jackson. ?Y qu¨¦ pasar¨¢ con el arte del cantante, considerado uno de los genios de la m¨²sica del siglo XX?
La raz¨®n secuestrada, o por qu¨¦ no creer los testimonios
Sentir que se fija en ti uno de los mitos m¨¢s grandes de la historia de la m¨²sica, como es el padre de Thriller, que te hace regalos y te pide que permanezcas a su lado, no debe de ser una experiencia f¨¢cil de encajar. Si, adem¨¢s, tienes menos de diez a?os, la cosa se complica, y mucho. Los testimonios del documental evidencian c¨®mo una relaci¨®n sana entre un artista (o cualquier otro tipo de referente), puede ir deterior¨¢ndose hasta llegar a la fanatizaci¨®n. En ese momento, "el ¨ªdolo deja de ser lo que es para convertirse en lo que uno cree que es. Cuando el proceso culmina, todo se justifica, porque por un lado, lo que haga el ¨ªdolo siempre estar¨¢ bien, y, por el otro, se disocia totalmente lo que hace como persona de lo que representa como personaje", sostiene psic¨®loga cl¨ªnica y directora del Grupo Clavesalud Laura Garc¨ªa Agust¨ªn. La uni¨®n con ¨¦l llega a ser total.
La experta se?ala un l¨ªmite a tal ceguera, el de que la conducta reprobable del personaje conecte directamente con una experiencia personal de su fiel seguidor, o que sea tan abominable que entre en confrontaci¨®n con su sistema de valores. "Solo en estos casos, no podr¨¢ seguir justific¨¢ndola, ni mucho menos, ignor¨¢ndola", remarca. Esta incapacidad para reaccionar tal y como lo har¨ªamos si las circunstancias fueran otras, es vista por el doctor en Sociolog¨ªa Jordi Busquet como una especie de "enamoramiento", que impide que el fan identifique en su ¨ªdolo determinados aspectos morales que ¨¦l mismo reprobar¨ªa si no estuviera cautivado por su faceta profesional. Y el enamoramiento es un proceso muy complejo.
En el caso concreto de Jackson, "su capacidad para empoderarse sobre el escenario a pesar de su aparente fragilidad en el terreno personal (ha sido publicado en numerosas ocasiones el maltrato que hab¨ªa sufrido por parte de su padre en la infancia), es un factor que atrae mucho, pues activa procesos de identificaci¨®n personal como modelo a seguir", argumenta la psic¨®loga cl¨ªnica. Y a?ade: "Un fan puede reconocer que su ¨ªdolo es poco amable e incluso desagradable en su modo de proceder, incluso con sus propios admiradores, pero esta conducta se minimiza o directamente se ignora porque no est¨¢ relacionada con el acto que se admira".
En esta misma l¨ªnea, el profesor V¨ªctor Renobell, doctor en Sociolog¨ªa y coordinador del Grado de Ciencias Pol¨ªticas y Gesti¨®n P¨²blica de Universidad Internacional de La Rioja, considera que cuando se inicia un proceso de idolatrizaci¨®n el fan construye una visi¨®n de t¨²nel y olvida que detr¨¢s del personaje hay un ser humano. "Los que idolatran solamente van a ver las cosas buenas y van a justificar de mil maneras las irregularidades que se conozcan sobre su ¨ªdolo", asegura. O sea, que lo m¨¢s probable es que la m¨²sica del Jackson no muera con por mucho que al cantante se le de la puntilla social. Y el hecho de que est¨¢ muerto tiene mucho que ver con ello.
C¨®mo morir confiere la inmunidad
Una vez bajo tierra, todos rozamos la santidad, y el caso de los famosos no es una excepci¨®n. "Un ¨ªdolo muerto se convierte en leyenda", sentencia Garc¨ªa Agust¨ªn. Tras el fallecimiento, los procesos de idealizaci¨®n son a¨²n m¨¢s profundos porque el ¨ªdolo no puede reaccionar, ya no se puede comprobar la verdad ante las acusaciones que se puedan verter sobre su persona, explica.
Eso explica que es f¨¢cil que, una d¨¦cada despu¨¦s de enterrar al rey del pop, cada uno de sus fans pensar¨¢ exactamente lo que desee para poder seguir admir¨¢ndolo. Se trata de un proceso de disonancia cognitiva (el desequilibrio entre lo que vives, sientes y piensas) que, seg¨²n la psic¨®loga, hay que resolver. La disyuntiva interior los obligar¨¢ a elegir entre dejar de admirarle o justificar su conducta y continuar siendo uno de sus seguidores. "De este modo, resolvemos la disonancia y dejamos de sentirnos mal con nosotros mismos", concluye.
Si finalmente sentimos el impulso del rechazo, este se resolver¨¢ en diferentes grados, que depender¨¢n del tipo de conducta reprobable que se atribuya al ¨ªdolo, y tambi¨¦n de cu¨¢nto conecte con el sistema de valores del seguidor. Es decir, de cu¨¢nto nos conmueva el tema en cuesti¨®n. Y el del nuevo documental no podr¨ªa hacerlo m¨¢s. "Los abusos sexuales suele ser un tema muy sensible, que conecta con la empat¨ªa de la mayor¨ªa de las personas, pero tambi¨¦n depende del nivel de credibilidad que se le d¨¦ a los testimonios de las v¨ªctimas, es decir, de cu¨¢nto se las crea y de la capacidad que se le otorgue al ¨ªdolo para poder haber hecho lo que se le achaca", subraya la psic¨®loga. Es en ese momento cuando se escuchan frases del tipo: "?l no ser¨ªa capaz de hacer una cosa as¨ª".
En el extremo opuesto, el silencio de la m¨²sica del ¨ªdolo ca¨ªdo es una posibilidad. Por ejemplo, una cadena de radio canadiense decidi¨® cortar por lo sano y, a petici¨®n de varios oyentes, de programar ¨¦xitos como Billie Jean, Bad o Thriller a los pocos d¨ªas de la emisi¨®n de Leaving Neverland.
El ¨²ltimo gran ¨ªdolo
Desde la perspectiva de los j¨®venes actuales es posible que el fen¨®meno desatado por Jackson no sea del todo comprensible, y es que en cada etapa de la historia aparecen unos personajes que responden a unos ideales propios de esa ¨¦poca. Seg¨²n el soci¨®logo Jordi Busquet, cada ¨¦poca construye sus propios mitos: "En las sociedades antiguas, los ¨ªdolos eran guerreros, hombres valientes cuya vida estaba plagada de actos heroicos (y eso que todos podemos ser h¨¦roes cotidianos). Hoy, estos personajes encuentran su equivalencia especialmente en los deportistas, actores y artistas en general, personajes que reflejan los valores propios del periodo en que viven".
Si nos centramos en la d¨¦cada de los ochenta, a?os en los que surge el personaje de Michael Jackson, el profesor V¨ªctor Renobell cree que aquella era una sociedad menos l¨ªquida que la que tenemos hoy en d¨ªa. "En aquel entonces, las normas, leyes y dogmas estaban muy marcados y ten¨ªan cierto car¨¢cter est¨¢tico. El comunismo era el enemigo de muchos pa¨ªses. El capitalismo era una forma de vida idolatrada. Y la libertad era viajar en un coche por una carretera infinita", describe el profesor.
Ese contexto fue el caldo de cultivo para que emergiera este referente, "un ¨ªdolo nacido de la nada, capaz de hacer algo diferente y de contar con las alabanzas de todos". El paso del tiempo quiso que Michael se convirtiera en una persona que "se sent¨ªa por encima del bien y del mal y que organizaba su vida con una cohorte de individuos que le aplaud¨ªan todas y cada una de las acciones que realizaba. Pronto empez¨® a vivir en un mundo nuevo, construido a base de riqueza y excentricidades. En cierta medida, se alien¨® de la sociedad y emprendi¨® una vida marcada por el aplauso y el reconocimiento de todos", asegura.
Hoy en d¨ªa el panorama es muy distinto y, por tanto, las creencias y las personas que las sostienen, tambi¨¦n. En nuestro entorno, los ¨ªdolos musicales de hace 3 a?os ya son "viejos". "El ¨¦xito como ¨ªdolo de masas de Jackson hoy no hubiera sido posible", concluye Renobell.
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