Uno de los mayores peligros para la salud de los viajeros
La malaria puede ser grave para quienes viajan a zonas tropicales si no toman medidas preventivas o no son tratados adecuadamente en el menor tiempo posible
Carlos, un joven estudiante de Derecho de Madrid, se levant¨® una ma?ana de s¨¢bado con una resaca que no guardaba proporci¨®n con la cantidad de alcohol que hab¨ªa ingerido la noche anterior. El dolor de cabeza era ¡°terrible¡±. El domingo tuvo fiebre. El lunes la cefalea continuaba, pero su temperatura era normal. Y al d¨ªa siguiente, volvi¨® a subir. No sospechaba que se estaba manifestando en su cuerpo el par¨¢sito que causa la malaria, que deb¨ªa de haberse introducido en su cuerpo a trav¨¦s de alguna picadura de mosquito ocho meses antes, cuando estuvo de viaje en Bombay.
El paludismo es ¡°uno de los mayores peligros¡± para la salud de los viajeros, en palabras de Rogelio L¨®pez-V¨¦lez, jefe de Enfermedades Tropicales del Hospital Ram¨®n y Cajal de Madrid. Existen medidas tanto para prevenirla como para tratarla, pero si no se hace puede complicarse, dejar secuelas e incluso costar la vida a quien la padece.
Una de estas medidas preventivas es el tratamiento profil¨¢ctico, un medicamento que se toma antes, durante y despu¨¦s de un viaje a zonas end¨¦micas que resulta altamente eficaz para evitar enfermar. Carlos lo llev¨® consigo a Bombay pero, seg¨²n reconoce, no fue constante: tom¨® las pastillas cuando se acordaba, algo que no sucedi¨® todos los d¨ªas de su periplo. Este es uno de los motivos por los que tard¨® tanto en manifestarse: el tratamiento afect¨® al ciclo del par¨¢sito, pero al no ser adecuado, no consigui¨® erradicarlo.
Este estudiante estuvo el pasado mi¨¦rcoles relatando su caso en un encuentro organizado por GSK en su sede central de Madrid con motivo del D¨ªa Internacional contra la Malaria, que se celebra cada 25 de abril. La farmac¨¦utica alberga en sus instalaciones de Tres Cantos (Madrid) lo que es probablemente el centro m¨¢s avanzado para el estudio de las enfermedades del mundo en desarrollo (DDW por sus siglas en ingl¨¦s) de Europa.
Espa?a no aporta ni un euro para el Fondo Global de lucha contra la malaria desde el a?o 2011
L¨®pez-V¨¦lez apunt¨® en la charla los cuatro puntos fundamentales que un viajero que visite zonas de riesgo deber¨ªa tener en cuenta. Lo m¨¢s importante, en su opini¨®n, es la educaci¨®n y la informaci¨®n, que las personas sepan los s¨ªntomas (fiebres, dolor de cabeza, en ocasiones diarrea), su tratamiento, su forma de transmisi¨®n: los mosquitos. Con esto en mente, el segundo paso es evitar sus picaduras, en la medida de lo posible. Para ello se usan repelentes y mosquiteras en la cama, ya que la especie que transmite el paludismo se suele alimentar por las noches en las casas. En tercer lugar, el m¨¦dico subray¨® la quimioprofilaxis, es decir, el medicamento que se toma antes, durante y despu¨¦s el viaje. Por ¨²ltimo, si esto no ha sido suficiente y se sospecha de estar infectado, aconseja visitar los centros de referencia en enfermedades tropicales que hay Espa?a, donde los profesionales ¡°tienen los medios y los conocimientos adecuados para el tratamiento¡±.
En el caso de Carlos, tras un par de d¨ªas de fiebres intermitentes, fue a una cl¨ªnica, en la que ni se imaginaban que pudiera tener malaria. Cuando ¨¦l mismo cay¨® en la cuenta, regres¨® sugiriendo que tal vez esta era la causa de su malestar, a lo que le contestaron que era imposible despu¨¦s de tantos meses. Y todo este retraso en el tratamiento agrav¨® la dolencia. ¡°Cuando fui a la unidad de enfermedades tropicales del Ram¨®n y Cajal me dieron las pastillas adecuadas y enseguida comenc¨¦ a mejorar¡±, resalta el estudiante.
Todos estos consejos son f¨¢ciles de seguir para los viajeros de pa¨ªses ricos. Pero, ?qu¨¦ sucede con quienes viven en las zonas end¨¦micas? La gran mayor¨ªa de casos se concentra en el ?frica subsahariana (en menor medida, tambi¨¦n en Asia, Latinoam¨¦rica y algunas islas de Ocean¨ªa), donde una familia no siempre se puede permitir tomar estas medidas. ¡°Una mosquitera impregnada de insecticida vale unos 50 d¨®lares, y una familia puede tener unos ingresos mensuales de 30, no los va a gastar en eso, que ni siquiera protege a todos los miembros¡±, reflexionaba David del Campo, director de Cooperaci¨®n Internacional de Save the Children. Lo mismo sucede con los tratamientos, que no siempre est¨¢n cerca ni son de f¨¢cil acceso. ¡°Muchas madres tienen que caminar 10 horas con el ni?o malo para llegar a un centro de salud donde se lo suministren¡±, apunt¨®.
Aunque en los ¨²ltimos meses se han logrado importantes avances cient¨ªficos contra la malaria, como una pastilla que acorta el tratamiento o una vacuna reci¨¦n lanzada en fase de experimentaci¨®n, Del Campo asegura que la medicina por s¨ª sola no acabar¨¢ con un mal social que afecta a los m¨¢s vulnerables del planeta. Seg¨²n los ¨²ltimos datos de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, el paludismo mat¨® a 435.000 personas en 2017, de las cuales dos tercios eran ni?os menores de cinco a?os. Por ello, reclam¨® cambios sociales y m¨¢s fondos para cooperaci¨®n internacional. Espa?a, que hace a?os fue el mayor donante al organismo multilateral que recauda dinero contra esta y otras pandemias globales (el Fondo Global), lleva desde 2011 sin aportar un solo euro.
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