Ir¨¢n como excusa
El exhaustivo escrutinio de EE UU sobre Huawei arroja dudas en torno al verdadero objetivo de la detenci¨®n de Meng
En la primavera de 2015 los directivos del banco franc¨¦s BNP Paribas fueron multados con 8.900 millones de d¨®lares (m¨¢s de 7.800 millones de euros al cambio actual) por violar el embargo impuesto por Washington contra Ir¨¢n, Cuba y Sud¨¢n. Ha sido, hasta la fecha, la mayor multa impuesta a una empresa por saltarse el embargo iran¨ª. En la lista se incluyen otras entidades globales como el alem¨¢n Commerzbank, el suizo Credit Suisse o el japon¨¦s Bank of Tokyo-Mitsubishi. En ninguno de esos casos Estados Unidos hab¨ªa emitido una orden de detenci¨®n internacional contra sus directivos. El caso de la directora financiera de Huawei, Meng Wanzhou, marca, para empezar, una excepci¨®n y exhibe adem¨¢s un nivel de agresividad por parte de la Administraci¨®n estadounidense contra una de las principales empresas chinas que arroja serias dudas sobre el trasfondo de la decisi¨®n.
Porque Meng no es solo la directora financiera del gigante tecnol¨®gico con sede en Shenzhen. Es, adem¨¢s, la vicepresidenta, hija del fundador y su potencial sucesora al frente de la compa?¨ªa. No es una ejecutiva cualquiera. Algunos analistas equiparan su estatus entre la ¨¦lite china al de cualquiera de los hijos del presidente Donald Trump.
El hecho de que Huawei llevara a?os bajo el punto de mira de las autoridades federales ¡ªestaba siendo investigada al menos desde hace ocho a?os¡ª, de que las agencias de inteligencia estadounidenses hayan intentado disuadir a los servicios secretos de otros pa¨ªses del uso de los equipos del gigante chino en sus redes y de que la compa?¨ªa est¨¦ incluida en la Iniciativa China puesta en marcha por el Departamento de Justicia para reforzar la seguridad nacional, no puede analizarse al margen de la detenci¨®n. El exhaustivo escrutinio al que ha sido sometida Huawei hace sospechar que Ir¨¢n es la excusa legal que ha encontrado EE UU para poner un freno al desarrollo del gigante tecnol¨®gico ¡ªactual l¨ªder mundial en fabricaci¨®n de componentes para el desarrollo de las redes m¨®viles de quinta generaci¨®n (5G)¡ª y de la propia China como su principal rival tecnol¨®gico a nivel mundial.
Ese es sin duda el objetivo de la guerra comercial emprendida por Trump contra el r¨¦gimen de Pek¨ªn. Y que queda patente en el hecho de que Washington, seg¨²n recordaba el Real Instituto Elcano en una publicaci¨®n reciente en su web, haya puesto aranceles a algunos productos que ni siquiera importa de China, por ejemplo en el sector aeron¨¢utico ¡ªimporta componentes, pero no aviones¡ª, para frenar el desarrollo de la industria china. De la quema arancelaria se han salvado, por el contrario, productos que afectan directamente a la l¨ªnea de flotaci¨®n productiva de gigantes tecnol¨®gicos estadounidenses como Apple. La defensa de la industria tecnol¨®gica estadounidense es evidente. No en vano en el segundo trimestre de este a?o Huawei ha superado a la firma de Silicon Valley como segundo productor mundial de tel¨¦fonos inteligentes.
La suma de iniciativas emprendidas por Washington contra China y desde tantos frentes revela una estrategia largamente estudiada, con un alto grado de precisi¨®n y lejos de la improvisaci¨®n de la que hace gala el presidente estadounidense. Podr¨ªa decirse que forma parte de una estrategia nacional, heredada de anteriores Administraciones solo que m¨¢s agresiva, m¨¢s publicitada y que se ha convertido en el estandarte de lo que es el nuevo modus operandi de Estados Unidos con las sanciones econ¨®micas.
Porque las penalizaciones comerciales y financieras siempre han formado parte de las herramientas utilizadas por Estados Unidos para garantizar el cumplimiento de la legalidad internacional. La diferencia es que, bajo la actual Administraci¨®n, las sanciones se han convertido en el principal instrumento de su pol¨ªtica exterior para conseguir sus propios fines pol¨ªticos y econ¨®micos, que incluyen tanto el freno a la expansi¨®n tecnol¨®gica china, el aislamiento al r¨¦gimen iran¨ª o la liberaci¨®n de un pastor estadounidense en Ankara. La fortaleza que ofrece el d¨®lar sirve en bandeja a Trump semejante ejercicio de poder¨ªo global.
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