?Crac! ?Por qu¨¦ me cruje la rodilla si no he hecho ning¨²n esfuerzo?
Somos animales crujientes por naturaleza, pero hay chasquidos que no conviene ignorar
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Siete de la ma?ana, suena el despertador. Donald se incorpora en la cama a¨²n con los ojos cerrados, se despereza y un amplio bostezo estira su rostro. De manera automatizada se gira en busca de una peque?a libreta y un bol¨ªgrafo que le aguarda, como cada d¨ªa desde hace 60 a?os, en su mesilla de noche. Entonces, antes de hacer ninguna anotaci¨®n, agarra los nudillos de su mano izquierda y con un movimiento estereotipado chasquea cada uno de ellos. Escribe la pen¨²ltima cifra, 43.799, que redondear¨¢ en unas horas para concluir su experimento cient¨ªfico.
El m¨¦dico californiano Donald Unger decidi¨® crujirse los dedos de la mano izquierda (dejando libre de este ejercicio a la derecha) dos veces al d¨ªa durante m¨¢s de medio siglo para comprobar si exist¨ªan evidencias de degeneraci¨®n articular vinculadas a esa costumbre. Las radiograf¨ªas a las que se someti¨® no reflejaron ning¨²n da?o acentuado ni diferencias en cuanto a funcionalidad en ambas manos. Este particular facultativo recibi¨® por esta investigaci¨®n el premio IG Nobel, una parodia del prestigioso galard¨®n que se reserva a las investigaciones m¨¢s disparatadas que, con todo, te hacen pensar. Y, aunque la validez del estudio es meramente anecd¨®tica, al menos le permiti¨® cuestionar un mito recurrente que asociaba crujirse los dedos con enfermedades como la artrosis. Es una cantinela heredada que todo ni?o ha o¨ªdo de padres y abuelos y que podr¨ªa aplicarse a numerosas situaciones, y que guarda una interesante relaci¨®n con el deporte.
Son menos frecuentes si haces ejercicio
Un apoyo subiendo las escaleras, crac en el tobillo; un estiramiento para coger una lata de conservas de la alacena, crac en el codo; flexi¨®n para recoger un papel del suelo, crac en la rodilla; comprobaci¨®n a ambos lados en un cruce mientras conduces, crac en el cuello¡ Son situaciones cotidianas a las que asociamos un ruido muy caracter¨ªstico, pero, ?por qu¨¦ se produce y qu¨¦ es ese sonido de nuestras articulaciones?
"Son ruidos fisiol¨®gicos normales. Hay personas m¨¢s propensas que otras, pero eso no significa que est¨¦n sufriendo alg¨²n da?o interno", matiza Marcos Paulino, portavoz de la Sociedad Espa?ola de Reumatolog¨ªa (SER). Para que vuelva a ocurrir precisa una especie de periodo de recarga y eso impide que podamos decidir el momento exacto en el que aparecen. Los crujidos son la consecuencia de un fen¨®meno denominado cavitaci¨®n, por el que el l¨ªquido sinovial, que se encarga de lubricar las articulaciones, libera una serie de gases que provocan peque?as burbujas que explotan.
El l¨ªquido sinovial es como el aceite en la cadena de una bicicleta. Se encarga de engrasar los engranajes para que funcionen con fluidez y el deporte tiene una incidencia en ese proceso. "El ejercicio f¨ªsico hace que las articulaciones generen m¨¢s lubricante, lo que es beneficioso y disminuye la frecuencia de los chasquidos", comenta Juan Jos¨¦ L¨®pez, traumat¨®logo deportivo e infantil. De hecho, suelen ser m¨¢s habituales tras periodos de reposo prolongado. Es por eso que, por las ma?anas, despu¨¦s de horas inmovilizados en la cama, son frecuentes los crujidos en varias partes del cuerpo. A veces, esos chasquidos son necesarios y hacen que "la persona se sienta m¨¢s ligera, el¨¢stica y m¨¢s suelta", explica Paulino.
De todas maneras, no todas las personas cuentan con la misma flexibilidad articular, y la mayor o menor propensi¨®n a estos crujidos puede estar determinada por factores relacionados con la constituci¨®n corporal. "Alguien que sea m¨¢s laxo podr¨ªa alcanzar, tras una rotaci¨®n lumbar m¨¢xima, una posici¨®n que le permita generar ese chasquido, mientras que si tienes m¨¢s rigidez es m¨¢s dif¨ªcil conseguirlo", expone Jaime Almaz¨¢n, profesor del departamento de fisioterapia de la Universidad Europea de Madrid.
El amplio repertorio de chasquidos que el cuerpo humano produce no solo tiene su origen en los huesos. Los ruidos tambi¨¦n pueden proceder "de estructuras musculares con forma de vaina que se desplazan unas sobre otras, entrando en contacto incluso con partes blandas", explica el portavoz de la SER. Ligamentos, tendones y fibras tambi¨¦n son potenciales compositores. En la cadera, pueden darse unos clics por la fricci¨®n de un m¨²sculo (tensor de la fascia lata) al engancharse con un saliente ¨®seo de la parte superior del f¨¦mur (troc¨¢nter mayor).
Cuando los crujidos s¨ª son malos, el cuerpo avisa
El dolor es, sin duda, la se?al de alerta m¨¢s fiable para identificar si los crujidos son inocuos o nos est¨¢n alertando de un problema serio. En este espectro, Paulino distingue entre el fen¨®meno cavitatorio benigno y las "crepitaciones o crepitus (que es como se conoce entre los anglosajones). Estas ¨²ltimas suenan como un velcro que se despega o como el crujido de la le?a de una hoguera, lo cual indica que hay una fricci¨®n entre huesos porque el amortiguador, el cart¨ªlago articular, est¨¢ m¨¢s adelgazado, m¨¢s fino. Eso puede conllevar un aumento de hasta cuatro veces las posibilidades de padecer artrosis", dice. Los matices auditivos son dif¨ªcilmente perceptibles por el paciente, aunque suelen llevar asociadas molestias durante el movimiento, rigidez, inestabilidad e incluso sensaci¨®n de bloqueo, en cuyos casos habr¨ªa que acudir a la consulta de un m¨¦dico. La fricci¨®n es perceptible al levantarse de una silla o al agacharse, por ejemplo.
Si bien en un alto porcentaje los chasquidos no deben preocuparnos, existe una amalgama de patolog¨ªas en las que es un s¨ªntoma a tener en cuenta. Es el caso de los llamados ratones articulares, que son fragmentos sueltos de cart¨ªlago que, cuando se interponen entre un hueso y otro, provocan el crujido acompa?ado de dolor. Otra posibilidad es cuando hay una rotura de menisco, que puede girarse sobre s¨ª mismo y generar esa misma reacci¨®n. Tambi¨¦n es habitual en los dedos en resorte o de gatillo, que se quedan completamente hier¨¢ticos por el engrosamiento de una polea que impide el correcto paso del tend¨®n. Las luxaciones son otra causa, sin olvidar enfermedades inflamatorias agresivas como la artritis, que termina desgastando de manera degenerativa la articulaci¨®n y causa las crepitaciones.
Tras una lesi¨®n deportiva, la zona afectada tambi¨¦n puede estar m¨¢s expuesta al incremento de esos ruidos. "Queda m¨¢s r¨ªgida y puedes desarrollar un mayor grado de fricci¨®n, m¨¢s chasquidos y saltos en la articulaci¨®n. Igual que cuando tienes una rueda en malas condiciones, notas ruidos raros e inestabilidad", matiza Paulino.
El facultativo aconseja llevar una vida activa y sana, hacer estiramientos y estar convenientemente hidratados para minimizar la aparici¨®n de estos chasquidos que para algunas personas llegan a ser muy molestos. Es importante ¡°evitar posturas mantenidas durante mucho tiempo, no tener mala higiene postural cuando est¨¢s sentado, hacer peque?os movimientos repetitivos suaves en las manos, por ejemplo, para que no se produzcan bloqueos¡±. Para casos m¨¢s extremos, el traumat¨®logo deportivo Juan Jos¨¦ L¨®pez destaca que se prescriben terapias en las que se realizan infiltraciones de ¨¢cido hialur¨®nico, que aportan una dosis extra de lubricante, aunque asegura que no se usa habitualmente, solo en uno de cada cien casos aproximadamente
En cualquier caso, y para empezar, si hay algo en lo que coinciden los expertos es en que este tipo de ruidos no suelen tener ning¨²n significado patol¨®gico. Para la mayor¨ªa de los mortales, solo hay que aceptar que somos animales crujientes por naturaleza, un polvor¨ªn articular de gran actividad con explosiones controladas inofensivas. Chasqueo luego existo.
Crujidos como analg¨¦sico
Los crujidos articulares est¨¢n ¨ªntimamente unidos al mundo de la fisioterapia, sobre todo en las t¨¦cnicas de manipulaci¨®n que se realizan a alta velocidad. Antes se pensaba que esos m¨¦todos arrojaban beneficios biomec¨¢nicos, es decir, que restablec¨ªan el movimiento funcional de una determinada articulaci¨®n. Sin embargo, seg¨²n comenta el fisioterapeuta Jaime Almaz¨¢n, el foco cient¨ªfico se ha desplazado hacia sus ventajas analg¨¦sicas. "Ese procedimiento puede restaurar el movimiento, pero ese efecto no dura mucho tiempo. A corto plazo produce un bloqueo de la sensaci¨®n de dolor a trav¨¦s de ese est¨ªmulo de alta velocidad". As¨ª que los crujidos pueden contribuir a aliviar ciertas dolencias.
Aunque no todo el mundo es receptivo a estos procedimientos y, como advierte Almaz¨¢n, es indispensable dar a conocer los detalles antes de su ejecuci¨®n para evitar el resultado opuesto al pretendido: "Hay que explicar qu¨¦ vamos a hacer y por qu¨¦ se hace para evitar el miedo previo, que es una clara contraindicaci¨®n porque genera un incremento del tono muscular y el bloqueo de la articulaci¨®n, y ah¨ª puedes provocar da?o".
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