¡°Europa subcontrata la violencia en ?frica¡±
Aminata Traor¨¦ es un referente en Mal¨ª y en toda ?frica. Excandidata a la presidencia de su pa¨ªs, antigua ministra de Cultura, escritora, activista antiglobalizaci¨®n y feminista, denuncia la imposici¨®n de la frontera europea en el Sahel y vincula neocolonialismo y migraciones
Baja las escaleras apresurada. El hotel donde se aloja, en el centro de Bamako (Mal¨ª), es un devenir constante de personalidades, autoridades y pensadores. Un soldado se acerca y, firme, se cuadra ante ella. Tras el saludo militar, le da una carta. La escena demuestra qui¨¦n es y qu¨¦ representa Aminata Traor¨¦ en Mal¨ª y en toda ?frica; un referente. Excandidata a la presidencia de su pa¨ªs, antigua ministra de Cultura, escritora, activista antiglobalizaci¨®n, feminista¡ Todo esto y m¨¢s es la dama del altermundismo africano. Sabedora de su cometido, lanza su primera proclama: ¡°Europa se niega a hacerse la pregunta correcta. ?Por qu¨¦ tantos j¨®venes dan la espalda a un continente tan rico? Es el fracaso del modelo de desarrollo¡±.
Desde el inicio desvela sus armas ret¨®ricas y sus argumentos pol¨ªticos y econ¨®micos en torno a las migraciones, la expoliaci¨®n de ?frica y el tratamiento ¡°inhumano¡± de Europa hacia las personas migrantes. ¡°Nunca pens¨¦ que llegar¨ªa a ver tumbas y tumbas y m¨¢s tumbas de nuestros primos y hermanos en las playas del Mediterr¨¢neo o en el desierto del S¨¢hara, olvidados. Cuando impiden a los barcos que no salgan a salvar a gente est¨¢n diciendo que les dejen morir. Es c¨ªnico, inimaginable e inaceptable¡±, opina indignada.
La intelectual indomable carga con contundencia contra la Uni¨®n Europea (UE) por sus pol¨ªticas de repliegue y contenci¨®n migratoria, que ya llegan a suelo africano. Se refiere a las medidas de bloqueo aprobadas en la cumbre de La Valeta de 2015 y desplegadas en el Sahel, en los pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo como N¨ªger, Burkina Faso o el propio Mal¨ª, convertidos en nueva frontera de su fortaleza. Son mecanismos basados en mayor control fronterizo, aumento de las deportaciones y una ayuda oficial al desarrollo condicionada al freno migratorio. ¡°La gesti¨®n de la migraci¨®n se ha convertido en moneda de cambio, en un comercio financiado por Europa con el dinero del contribuyente europeo para bunkerizar nuestros pa¨ªses y vigilar nuestras propias fronteras para que los migrantes no se muevan¡±, certifica.
Para la autora de libros ic¨®nicos como L'Etau o L'Afrique humili¨¦e, estas pol¨ªticas son producto del ¡°fracaso del modelo econ¨®mico neoliberal impuesto¡± y del ¡°racismo sist¨¦mico¡± extendido en Europa, que se ensa?a con los africanos subsaharianos. Considera que la migraci¨®n africana es la que causa ¡°mayores problemas¡± a los Gobiernos europeos, porque el viejo continente ¡°no quiere sociedades mestizas¡± y, por eso, ¡°obstaculiza el derecho de asilo a las personas negras, incluso cuando sus pa¨ªses est¨¢n en guerra¡±, como sucede en N¨ªger, Chad o Mal¨ª, seg¨²n apunta. ¡°Aqu¨ª tenemos todas las bases militares de las potencias mundiales, lo cual quiere decir que estamos en guerra¡±, ratifica.
?Por qu¨¦ tantos j¨®venes dan la espalda a un continente tan rico? Es el fracaso del modelo de desarrollo
En esta l¨ªnea, la l¨ªder altermundista denuncia la militarizaci¨®n del Sahel con el pretexto de la lucha contra el terrorismo y afirma que la operaci¨®n Barkhane, la principal misi¨®n del ej¨¦rcito franc¨¦s en la zona, ¡°no solo est¨¢ por los yihadistas, sino tambi¨¦n para impedir el paso a los migrantes¡±. De esta manera, ¡°Europa subcontrata la violencia institucional a trav¨¦s de los bancos, los pol¨ªticos y los militares, invirtiendo miles de millones de euros en aviones y tecnolog¨ªa sofisticada para controlar y matar a seres humanos. A nosotros nadie nos ha preguntado si queremos esta externalizaci¨®n de fronteras¡±, critica.
La pensadora se?ala a las propias pol¨ªticas restrictivas como responsables de la expansi¨®n de las supuestas ¡°mafias¡±, puesto que empujan a la clandestinidad por la falta de v¨ªas legales y seguras, y reprocha el refuerzo de las fronteras y la criminalizaci¨®n de los traficantes, a los que considera ¡°actores secundarios¡± del fen¨®meno. Admite que hay personas que ofrecen sus servicios para cruzar y se lucran por ello, pero tambi¨¦n considera que, a menudo, los migrantes ¡°buscan a alguien que les ayude a partir¡±. En este sentido, explica que hay j¨®venes migrantes ¡°que se han convertido en pasadores, porque no pudieron pasar y, como conocen las v¨ªas, quieren ayudar a otros a llegar a destino¡±.
Los traficantes de personas se han erigido en chivo expiatorio de las medidas represivas de la UE en territorios como N¨ªger, el pa¨ªs m¨¢s vulnerable de la Tierra. Este Estado, principal espacio de tr¨¢nsito de las rutas hacia el viejo continente, aprob¨® en 2015 una ley que penaliza el tr¨¢fico il¨ªcito de personas y que ha supuesto la detenci¨®n de 200 individuos, la confiscaci¨®n de veh¨ªculos y un duro golpe para la econom¨ªa local de Agadez. Las migraciones, sin embargo, contin¨²an, pero ahora de forma m¨¢s invisible, por rutas m¨¢s peligrosas y m¨¢s caras, seg¨²n reconocen organizaciones como M¨¦dicos sin Fronteras o entidades locales defensoras de derechos humanos como Alternative Espace Citoyen o Pandimir. ¡°El n¨²mero de migrantes disminuye, pero el de muertos aumenta¡±, clama Traor¨¦.
Desde esta l¨®gica, quien fuera tambi¨¦n una de las fundadoras del Foro Social Mundial de Porto Alegre dibuja un escenario ¡°explosivo¡± en toda la regi¨®n y acusa a Europa de mentir ¡°a su poblaci¨®n y a los africanos sobre un desarrollo posible sin cambiar de paradigma¡±. Considera que la UE ¡°sabe muy bien que el sistema predador est¨¢ en el origen de los flujos migratorios, pero quiere solucionarlo con las mismas empresas multinacionales y a trav¨¦s de ONG que prometen empleos para los migrantes. Es perverso¡±, opina.
A nosotros nadie nos ha preguntado si queremos esta externalizaci¨®n de fronteras
Traor¨¦ establece, pues, las migraciones hacia Europa como consecuencia de los planes de ajuste estructural de la d¨¦cada de los noventa, que destruyeron los tejidos econ¨®micos y sociales de los pa¨ªses africanos, y culpa al franco CFA, la moneda corriente en ?frica Occidental, como instrumento clave del neocolonialismo europeo vigente. ¡°Muchos se dicen a s¨ª mismos: '?por qu¨¦ quedarse? Es mejor morir en el Mediterr¨¢neo, porque ya estamos muertos socialmente, sin trabajo, sin posici¨®n social y sin perspectiva de futuro¡±, asegura. Con ¨¢nimo agitador, Traor¨¦ acusa directamente a Francia de conservar su ¡°dominaci¨®n¡± sobre los pa¨ªses africanos a trav¨¦s de este s¨ªmbolo colonial, llamado anteriormente franco de las colonias francesas de ?frica (CFA) y hoy en d¨ªa con cambio fijo al euro (1 euro son 655,957 francos CFA), por inhabilitar la soberan¨ªa monetaria de sus Estados y provocar los desplazamientos actuales.
Para vertebrar su denuncia, la escritora reuni¨® en Bamako a los principales representantes de la ¡°intelectualidad subversiva¡± africana, como se definen en tono jocoso, para pedir el fin de la ¡°humillaci¨®n¡± de sus pueblos y empezar a andar hacia una moneda propia que procure una vida digna a sus poblaciones. Reconocidos pol¨ªticos, economistas y profesores como Kako Nubukpo, Martial Ze Belinga, Demba Moussa Dembel¨¦ o el actual candidato a la presidencia de Costa de Marfil, Mamadou Koulibaly, denuncian conjuntamente que ¡°si el franco CFA no muere, ser¨¢ ?frica quien lo har¨¢¡±.
Tras d¨¦cadas trabajando por acabar con la subordinaci¨®n, los sabios se suben a la ola de descontento impulsada por activistas como K¨¦mi Seba e instrumentalizada por el vice primer ministro xen¨®fobo de Italia, Matteo Salvini, para proclamar unidos la necesidad de acabar con la dependencia financiera. Aunque admiten que el fin del franco CFA no acabar¨ªa con todos los males, lo consideran un primer paso para que ?frica coja las riendas de su futuro y para evitar las muertes en el mar y el desierto. Para Traor¨¦, en definitiva, las primeras im¨¢genes en 2005 de personas migrantes intentando atravesar a Ceuta y Melilla certificaron ¡°el fracaso de la globalizaci¨®n feliz prometida¡± y ahora el sistema sigue demostrando ¡°que no tiene la vocaci¨®n de garantizar ni empleo ni recursos a las personas y tampoco pretende respetar el derecho a la movilidad para todo el mundo¡±, sobre todo en ?frica.
Este reportaje se enmarca en el proyecto de Alianza por la Solidaridad y Oriol Puig titulado?El S¨¢hara, un desierto en movimiento: m¨¢s all¨¢ de Frontera Sur y mar Mediterr¨¢neo, financiado por la Beca DevReporter, impulsada por Lafede.cat-Organitzacions per a la Justicia Global con fondos europeos.
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